martes, 6 de diciembre de 2011

EL CASO DEL JUEZ DE PAZ PAULINO BARREIRO


ADVERTENCIA 
Recientemente se creó por decreto el “Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego”. Esto generó una polémica con quienes adhieren a la llamada “Historia Oficial”; ubicados en su mayoría en la “Academia Nacional de la Historia nacida en 1893 del ideario de Bartolomé Mitre con el nombre de “Junta de Historia y Numismática” y a la que Agustín P. Justo elevó a “Academia”. Una polémica con estos últimos y un debate con la escuela de la “Historia Social” que algunos revisionistas de izquierda como los integrantes de la "Corriente Política Enrique Santos Dicépolo" creen más cerca de la "Oficial". Esta “Corriente..." se siente próxima al flamante "Instituto" - integrado a la Secretaría de Cultura de la Nación -, pero con divergencias interpretativas en cuanto a las dicotomías: “morenismo y saavedrismo”, “rosismo y chachismo-varelismo”, “Urquiza, Mitre, Sarmiento, Roca”, “las diferencias políticas del golpe del 30, del golpe del 43", "el menemismo derivado de la influencia liberal-conservadora”, “la influencia nacionalista clerical”, etc.
Creemos que todas estas posiciones son pasibles de interpretación, análisis y crítica. Que la ciencia histórica es dinámica y transformadora, que no existe la objetividad histórica. Si bien las polémicas producen confusión en los neófitos también impulsan a un conocimiento más amplio para generar un pensamiento libre, inquisitivo y crítico. La discusión entre los historiadores que interpretan el pasado de manera opuesta también es inherente al método histórico, aunque los miembros de la Academia no lo consideren así y teman que ese nuevo Instituto reemplace la “ciencia histórica” por la “epopeya” y “el mito”.
El método de la ciencia histórica es el propio del las ciencias sociales o humanas que examinan tanto las manifestaciones materiales como las inmateriales de las sociedades y los individuos.
De manera que, en nuestra supina ignorancia, no se percibe que haya una oposición técnica  o metodológica, sino que la diferencia primera entre todas estas Instituciones Históricas y sus integrantes es la ideología. La verdad es como el arte, está en el ojo de quien lo ve.
Estamos convencidos que el motor que mueve la Historia de la Humanidad desde Espartaco (113 a.c.) hasta el F.M.I. o desde Atahulapa hasta Magnetto es la lucha de clases.
El trabajo desarrollado a continuación es una nueva visión, se intentó una relectura desde un punto de vista abierto y amplio por los nuevos aportes que recibió la Historia en los últimos 50 años, pero cargado del pensamiento libre, inquisitivo y crítico que mencionamos.
 Prof. Chalo Agnelli
EL JUEZ DE PAZ INTERINO DON PAULINO BARREIRO
RELECTURA DE UNA HISTORIA ORAL

 Investigación Prof. Chalo Agnelli
Presentada en el 3º Encuentro Bonaerense de Memoria e Historia Oral
Morón - 2010 - Todo es Historia Nº 545 diciembre, 2012
Retrato de un federal probado, con la divisa punzó, tal vez funcionario de la época de Rosas.
INTRODUCCIÓN 
En sus sobreabundante bibliografía sobre la historia quilmeña, el Dr. Craviotto incursionó en los sucesos y circunstancias que produjeron en 1840 el asesinato del juez de paz de Quilmes Paulino Barreiro Este trabajo se publicó en el periódico La Verdad  [1] del 9 de julio de 1935 y se reiteró en sucesivas entregas del 17 al 28 de julio de 1940 con motivo del centenario de aquella muerte.
En su investigación, describe los hechos acontecidos durante la segunda gobernación de don Juan Manuel de Rosas, con la minuciosidad que caracteriza todos sus trabajos y una orientación oficializada del entorno histórico, pero despertando cuestiones que se intentan develar aquí.
Esta relectura la motivó la cuestión de un vecino cuyo domicilio se halla en la calle que lleva el nombre de este Juez - la calle Paulino Barreiro es la continuación de Gran Canaria, del lado de la localidad Bernal, desde Lamadrid a las vías del ferrocarril -, tanto él como sus colindantes, desconocía quién fue ese hombre, qué papel jugó en la historia local y en qué época para que una calle se distinga con su nombre.
Ahondando en los documentos existentes se advirtió que el hecho fortuito está cubierto de una capa subjetiva de situaciones transmitidas oralmente por diversos testigos directos o “de desorden”, según la categorización de la Lic. Marina Caviglia,  e indirectos, a lo que se sumó la crónica apasionada de los vencedores de Caseros, de Pavón y su posterior construcción histórica. La historia oral siempre es subjetiva y provisoria, de esto último es prueba esta relectura.
 ANTECEDENTES 
El 25 de mayo de 1839 murió el juez de paz Juan Manuel Gaete. Pertenecía a una familia de viejo arraigo al sur del Riachuelo. Era descendiente del matrimonio de Gaspar de Gaete, guerrero de Flandes que llegó a Buenos Aires a mediados de 1611 [2]   y recibió mercedes de tierras en la Magdalena durante la década de 1630 [3] y de Polonia Izarra, hija de Pedro Izarra, [4] quien durante la segunda fundación de Buenos Aires (1580) recibió de don Juan de Garay las tierras de la actual localidad quilmeña de Ezpeleta, donde fundó estancia que bautizó “El Corbatón”.
Pero Izarra, más que con la agricultura y la ganadería hizo una extraordinaria fortuna con el contrabando que introducía por las costas de esa localidad. Contrabando que incluía mercadería semoviente, es decir “piezas de Indias”… sin eufemismos, negros africanos.
Todos sus bienes [5] fueron heredados por su hija. Gaspar y Polonia tuvieron numerosos descendientes, que para la época que tratamos adherían activamente a la causa federal y a la persona del Restaurador. [6]
Juan Manuel Gaete había sido juez de paz en los años 1829; 1831 y en 1833. En el año 1834 lo sucedió Juan Pascual Miralles, [7] pero terminó el período Gaete y siguió durante 1835, quizá como sustituto, pues entre 1836-1837 figura nuevamente Miralles, que como comandante al frente del 6º regimiento de caballería de campaña, escuadrón de Quilmes, debía ir a la frontera del Tandil cuando se producían avanzadas de los indios y concluidas estas regresaba a su puesto.
En el período 1838, Gaete ya enfermo, pero responsable del destino de su jurisdicción sugiere al gobierno de la provincia a Paulino Barreiro como juez sustituto.
 PAULINO BARREIRO 
Efectivamente, Juan Manuel Gaete viendo que su muerte se acercaba el 3 de mayo informó al gobernador Rosas que considerando su estado de salud tomó la decisión de nombrar juez sustituto al alcalde del cuartel 3º, Paulino Barreiro. Ese mismo día el gobernador, por medio de su secretario Antonio Reyes confirma “…el desempeño interino del juzgado por el alcalde enunciado”. Y Barreiro asume según “las formalidades que prescribía el decreto del 5 de enero de 1832”. [8]
Paulino Barreiro – o Barreyro como lo menciona Cutolo en su diccionario – nació en Buenos Aires en 1788. A 18 años participó en la defensa de la ciudad durante las invasiones inglesas.
Según manifestó uno de sus bisnietos, Adrián Barreiro, al Dr. Craviotto, “…cayó desde una altura, en lucha a brazo partido con un soldado inglés, salvando la vida gracias al cuerpo del enemigo, que recibió todo el golpe y murió de ello."
 Alrededor de 1815 o 1818, se radicó en Quilmes, quizá aprovechando la donación de propiedades que se hizo a los veteranos de la Reconquista después que el perito Francisco Mesura realizara la agrimensura de estas tierras. En 1829, integró la división del comandante federal Pablo Muñoz en la campaña y siempre prestó auxilio a las fuerzas federales con víveres de su chacra.
Durante la revolución de los Restauradores en 1833, [9] sirvió con su hijo Juan Gregorio a las órdenes de Juan Manuel Gaete. Esto hace suponer a Craviotto que pudo haber participado del asalto a la comandancia militar de Quilmes la noche del 11 de octubre, en la que se capturaron las armas allí guardadas y se hizo prisionero al comandante mayor Amadeo Ibarrola. [10]Las operaciones militares realizadas durante la revolución de los restauradores en la zona territorial de Quilmes estuvieron dirigidas por el mayor Ciríaco Cuitiño, jefe en la zona del Puente de Barracas, Mayor J. M. Benavente, en Puente Chico, comisionado Felipe Negrete, en Paso de Burgos, y juez Juan Manuel Gaete en Quilmes.” [11] 
Pareciera que la producción de sus campos era ubérrima pues también auxilió con caballos y ganado en pié a las tropas del general Pinedo, también jefe federal.
Fue alcalde del cuartel 3º en 1836 y, en este carácter, debió suplantar, alternando con Juan Manuel Gaete, cuando el juez titular Miralles debía partir a la frontera.
La chacra que Barreiro tenía en Quilmes estaba al oeste del actual Camino Gral. Belgrano en la zona del saladero Las Higueritas, (hoy barrio La Paz y parte de la localidad de Wilde), de las firma Dorrego, Rosas & Terrero, sin embargo, otros autores señalan que sus tierras estaban próximas a la actual estación de Wilde. Pudo haber poseído ambas. “Se ocupó de tareas agrícolas y ganaderas en terrenos que en 1839, eran suyos; medían estos tres cuadras de frente por diez y seis cuadras de fondo y suponemos que daban frente al antiguo camino a Monte Chingolo. Sabía leer y escribir y según el juez de paz Gaete era de conducta honrada. Casó fuera de Quilmes con doña Rosa Leiva. Tuvieron cinco hijos varones y una mujer, siendo los mayores: Juan Gregorio, Juan de Dios y Juan José; este último en 1841, contrajo matrimonio en Quilmes con doña Victoria Laeis.” [12]
Su hijo Juan Gregorio nacido en 1820 en 1833, sirvió en el ejército hasta la finalización de la contienda. En 1839, era teniente alcalde del cuartel 3º, pudo haber sucedido a su padre en este cargo cuando este último fue designado juez de paz sustituto. Según la “Relación” que hace el juez Gaete sobre los propietarios y sus familias en 1839, Juan Gregorio trabajaba una chacra en terrenos arrendados a Francisco Pamplona y vivía con sus padres. 
EL JUEZ DE PAZ SUSTITUTO 
Barreiro asume según las formalidades preestablecidas, es decir: arriba al juzgado - un rancho de adobe con techo de paja a dos aguas, alero al frente y dos cuartos, uno para depósito y el otro como despacho del juez -, [13] donde lo esperan los vecinos de pro y el cura párroco, que desde 1835, era Juan Bautista Camogli (cesa en 1842); se hacen los juramentos correspondientes, los vivas y mueras de rigor, se labran actas, el nuevo Juez designa teniente alcalde a un vecino de apellido López [14] y, finalmente, en solemne procesión parten para la iglesia, levantada sobre los cimientos de la capilla de la reducción en 1828, para la misa. 
No hay registro de esta asunción ni de tal ceremonia, Craviotto lo recoge de las usanzas de la época en estos casos y del testigo Higinio Palacios; principal fuente de información de los hechos.
Otra fuente, la del historiador don Luis Otamendi, señala como ubicación del juzgado, por esos años, en un salón que había construido el preceptor - luego secretario de la
municipalidad - Robustiano Pérez en el solar Nº 279 según la subdivisión de la agrimensura que hizo Juan Eusebio Otamendi. Solar que había pertenecido al italiano Nicolás Paduán junto con la chacra Nº 37 al oeste. Paduan vivía en Barracas al Sur y fue el constructor de la capilla de los italianos donde también funcionó la primera escuela de la zona.
Esa “sala”, arrendada por Robustiano Pérez, que funcionaba como juzgado de paz estaba sobre la calle Mitre entre Alsina y hacia Rivadavia, frente a la plaza principal, sitio donde, según el historiador Luis Eduardo Otamendi, fue asesinado Barreiro y no próximo a la esquina NO de la plaza, Sarmiento y Rivadavia.
 LA ÉPOCA 
En agosto del año en que Barreiro asume el ejecutivo local recibió en su despacho al comandante militar de Quilmes Juan Pascual Miralles que lo anotició de dos normativas: una era que a partir de la fecha, como muestra de fidelidad a la causa federal, los guardias nacionales debía usar bigote sin barba, diferenciándose así de los unitarios que se dejaban la barba y se rasuraban el bigote, formando en el rostro la “U” de su tendencia. Luego le entregó un decreto del gobernador del 31 de julio de 1839, por el cual Rosas destituía al francés San Martín de Tours de su patronazgo en la ciudad de Buenos Aires, elevando al cargo a San Ignacio de Loyola, que le merecía más crédito federal.
Para entender la atmósfera de sospechas y persecuciones, vale anteponer al punto central de esta relación la situación existente en las Provincias Unidas del Río de la Plata a partir de 1839: por un lado el bloqueo francés intranquilizaba al comercio; había amenazas de levantamientos en las provincias del norte y en Corrientes; Lavalle con su ejercito de coalición había acampado a 7 leguas de Buenos Aires, en Merlo, pero luego, ante la presión de Estanislao López que estaba en la costa del río Arrecifes, Lavalle, en agosto, a cambiar su estrategia y va a su encuentro, “marcha fatal que lo llevó a Famaillá” [15];   y para colmo de males se produjo la conspiración inspirada por algunos jóvenes de la Asociación Mayo, fundada por Echeverría en 1837, e inspiradora de ese complot acompañado por el teniente coronel Ramón Maza y su padre el doctor Manuel V. Maza; [16] y terminó con el asesinato de este último, el fusilamiento de su hijo y un fanatismo político que abrió caminos a las represalias. En este clima político y social se producen los hechos que nos ocupan.
Hay abundante bibliografía que informa de los horrores de 1840, 1841 y 1842. Pero toda apoyada en las narraciones predispuestas de los contemporáneos que como dice Juan Jacobo Bajarlía: “… tuvieron sobrado aunque injustificables motivos para falsear los hechos históricos”.
Salvador María del Carril, el que instó y promovió el fusilamiento de Dorrego, sugería a Lavalle: Si para llegar es necesario envolver la impostura en los pasaportes de la verdad, se embrolla; y si es necesario mentir a la posteridad, se miente y se engaña a los vivos y a los muertos, según Maquiavelo”. Cuenta Craviotto en su trabajo, que uno de los dignatarios que acompañaron al almirante Mackau, cuando estuvo en Buenos Aires en 1840, para la convención de paz del 29 de Octubre, en nombre del rey de los franceses y del ministro Felipe Benicio Arana en nombre de Rosas, escribió en laRevue des Deux Mondes”, de Febrero 1º de 1841: "Los crímenes nocturnos que han desolado a Buenos Aires y sumido a la ciudad en una especio de terror estúpido, son emanaciones de ese club (la mazorca) contra el partido unitario y contra todos los que sospechaba le eran favorables; ella enviaba sus seguidores a registrar las casas y a insultar las mujeres y los viejos; a saquear y robar, so pretexto de buscar pruebas para sus acusaciones... un silencio tétrico, un pavor mudo reinaba en la ciudad".Situaciones que no eran novedosas en la Buenos Aires de esos años, lo mismo había hecho los unitarios antes, así lo cuenta un integrante de esa misma facción, el general Tomás de Iriarte (1794 - 1876) en sus “Memorias” que dejan entrever que la venganza era cosa habitual, cualquiera sea el bando: “…después de la ejecución de Dorrego, Lavalle asolaba la campaña con su arbitrario sistema y el terror fue un medio del que con profusión hicieron uso muchos de sus jefes subalternos […] Aquellos hombres despiadados trataban al país como si hubiera sido conquistado, como si ellos fuesen extranjeros; y sus compatriotas les hacían sentir todo el peso del régimen militar, cual si fuesen sus más implacables enemigos […] El coronel don Juan Apóstol Martínez [17]  hizo atar a la boca de un cañón a un desgraciado paisano; la metralla lo hizo pedazos…” [18] A esta época de “clasificaciones", infundios, delaciones, asesinatos, degüellos y fusilamientos llamaron el “terror” (¿Un afrancesamiento de la historia oficial?) 
Plaza San Martín donde fue asesinado Paulino Barreiro, por supuesto que en 1840, no existía esa Iglesia ni la casa parroquial, la plaza no pasaba de potrero baldío ni había árboles.
AVELINO VIAMONTE 
Efectivamente el revanchismo obligó a conspiradores y sospechados a dejar la ciudad rumbo a otras provincias y hacia la Banda Oriental. Avelino Viamonte, [19] quizá involucrado en la conjura o tan sólo por identificarlo con su padre que, opuesto al régimen, se había exiliado o, tal vez, por ser un joven de la clase dirigente opositora, advertido por Daniel Arana, hijo del ministro mencionado, que corría peligro, resolvió emprender la huída. Según Antonio Zinny, Avelino no consideró partir antes con su familia pues era ajena a los entreveros políticos, abocado como estaba al trabajo agroganadero en San Vicente, en "La Martina" [20], estancia que perteneció al Gral Viamonte.
Primero se dirigió a Quilmes donde contaba con amigos que lo ayudarían a cruzar haciacia Montevideo. 
En las discutidas “Tablas de sangre” de José Rivera Indarte dice:Viamonte (D. Avelino) de 19 años de edad, hijo del general de este nombre; es fusilado en Buenos Aires el 17 de Setiembre de 1840.” Y de su malogrado protector dice: Barreiro (D. Paulino), Juez de paz de Quilmes, es fusilado el 16 de setiembre de 1840 por haber dado pase para la ciudad al joven D. Avelino Viamonte.”
La Martina, hoy
Los testigos afirmaron que ocho vecinos lo ampararon y Barreiro lo albergó en su casa. Salvo este último y Casimiro Falqués (o Falquez) no se dan los nombres de los demás. A Falquez se lo supone involucrado pues fue ajusticiado después que Barreiro.
Según Higinio Palacios, fue el teniente alcalde López que denunció en el cuartel de la mazorca a los que intentaron inútilmente salvaguardar al joven Viamonte. Y agrega Palacios que este López “era un hombre ambicioso y de mala índole”.
EL ASESINATO 
Relata el Dr. Craviotto que el 18 de setiembre de 1840, por el camino del Tropezón (actual Montesde Oca, Av. Mitre y Dardo Rocha), vino hacia Quilmes un grupo de mazorqueros “en estado de ebriedad” que ingresaron por la actual Av. Hipólito Yrigoyen (el camino Real) y tomaron por la calle Rivadavia hasta el juzgado donde “entre vivas y mueras” irrumpieron y sacaron con violencia al juez de paz conduciéndolo a empellones hacia la plaza, ante la consternación de los vecinos que observaban, entre los que estaba el mencionado Higinio Palacios, testigo “del desorden”, y parientes de doña Águeda Ponce de León de Navarro, testigo indirecto del Dr. Craviotto; allí lo “decapitaron a cuchillo” según la usanza de la época.
¡Pero, vaya la distracción! Luego de este cruenta escena los criminales advirtieron que en las órdenes escritas decía que el reo debía ser “fusilado”, entonces amarraron el cadáver a un árbol próximo a la esquina SE de la plaza y “descargaron sus tercerolas sobre el mismo”, seguidamente el jefe del destacamento dio el “tiro de gracia” a la cabeza que se hallaba a metros del cuerpo de donde la habían desprendieron.
Pero volviendo al trágico 18 de setiembre, cuando llegó la oscuridad de la noche y los mazorqueros se marcharon cumplidos, los familiares junto al párroco Camogli, sepultaron los restos de Barreiro en el cementerio anexo a la iglesia.
Toda esta escena se conoce por el testigo directo mencionado y la tradición oral de la vecindad depositada en las figuras de la señora de Navarro y el bisnieto de Barreiro.
No existe documentación que la certifique. En el archivo de la Catedral de Quilmes se encuentra el acta de defunción y enterramiento en la página 472 del libro 2º (1828-1843): “…el 18 de setiembre mandé sepultar el cadáver de Paulino Barreiro, esposo de doña Rosa Leiva, que ha sido fusilado por orden del gobierno de la Provincia, de edad de 48 años, de lo que doy fe.” Firma, Juan Camogli.
Luego, el 30 de ese mes se registra la defunción de Casimiro Falques, “soltero de 50 años, fusilado por el gobierno” (mismo libro, página 423) Nada lo señala como involucrado en el amparo a Viamonte; se lo puede suponer secuela de una redada generalizada, los pródromos que hubo durante esos años de represión desmedida.
Pero, como en el año en cuestión, según este libro de defunciones, de las 121 muertes registradas,  la mayoría de párvulos, sólo estas dos son por fusilamiento de allí la relación de Falques con las circunstancias que acabaron con la vida de Barreiro.Consta ese mismo año, la muerte de un tal Cinforoso Viamonte, casado con Manuela Martínez, que puede haber sido pariente de Avelino y donde este pudo haberse refugiado, pero este Cinforoso no fue fusilado.
 ESCENOGRAFÍA
 Así describe el Dr. Craviotto, en los periódicos mencionados, la plaza principal del pueblo, hoy San Martín, en aquellos funestos años del crimen de Paulino Barreiro.
La actual plaza lucía entonces (1840) su condición de potrero, ubérrimo en biznaga, cicuta y otros yuyos, entre las cuatro ca­lles que la circundaban y que establecían de ese modo una pretendida división de su dominio con el de cada uno de los solares ubicados a sus frentes, en los que, sin un cerco vegetal de tunas o cina-cina, aso­maban apenas las casas del Sr. Giles, en la actual esquina de Sarmiento y Alsina, casa que mas tarde fue escuela de primeras letras y, ya en nuestra época, local de un comité político; por Sarmiento hacia el Sud seguía un descampado hasta la actual calle Rivadavia, en cuya esquina, pocos años después, en 1849, Don Andrés Ramos edificaría la casa que hoy subsiste sin una parte de altos. [21] Parece probable que en la esquina de Rivadavia y Sarmiento, haciendo cruz con la Plaza, existía la ac­tual construcción, exceptuando modifica­ciones y agregados posteriores; frente a ella la casa del Juez que indicamos antes; separada de ésta, investigaciones recientes de la actual Directora de la Escuela Bernardino Rivadavia, [22] hacen suponer que existía una construcción destinada á escuela, que podría haber sido inaugurada por el preclaro Presidente (Rivadavia); sobre ella se edificó la vieja Escuela Nº 1; seguía después la casa habitación del cura Párroco, mísera construcción adosada a la vieja capilla de 1730, ya por entonces remozada con techo de tejas a canaleta. En la actual cuadra de Mitre, entre Rivadavia y Alsina, debía encontrarse una muy vieja construcción que actualmente forma parto del local de un bar; el edificio actual, ampliado sobre la construcción que indicáramos, fue probablemente levantado por Don Santiago Laurnaga, pocos años depués, quien habitando allí fue el cons­tructor de la actual iglesia. La parte de la calle Alsina, entre Mitre  y Sarmiento, se prolongaba totalmente baldía hasta pasar esta última, en donde ya estaba construida, sino toda, una parte de la actual casa allí situada". (de la familia Soto) 
DEDUCCIONES 
Pero ¿Qué pasó con Avelino Viamonte? Según la narración oral, el joven, con la ayuda de los vecinos quilmeños … tomó la senda de herradura casi impracticable [23] que llevaba a la Ribera y se embarcó por la noche rumbo a Montevideo
En este intento de despejar la verdad, encontramos una maraña de fechas: Rivera Indarte dice que Viamonte fue fusilado el 17 de setiembre en Buenos Aires, Cutolo el 16 de setiembre en la Guardia del Monte y Armando Alonso Piñeiro - señalado como fuente por Cutolo -, el 17 de noviembre; textualmente: “… la mazorca sacó de su hogar al joven Avelino Viamonte y lo degolló a la vuelta de su casa. Tenía veintidós años. Sus hermanas trataron inútilmente de salvarle la vida, recurriendo a la hija del dictador que, sin cesar de tocar el piano, se negó a interceder alegando que ‘tatita está muy ocupado’. Daniel Arana hijo del ministro rosista, en conocimiento del atentado que se iba a cometer con su amigo Avelino, le había advertido del inminente peligro, que el joven Viamonte no tomó seriamente.” Y aquí hace una acotación Alonso Piñeiro. “Estos datos corresponden a una tradición familiar originada en  el mismo Daniel Arana, quien, ya hombre maduro se lo transmitió a Julio Sánchez Viamonte”, bisnieto del Gral. Viamonte y sobrino nieto de Avelino.
Después dice Alonso Piñeiro. “… hay una tradición en San Vicente (otra) que identifica a Avelino Viamonte como fusilado en ese partido. Leyenda nacida sin duda en el hecho de que la partida de defunción fue extendida en San Vicente.” [24]
Se inquiere que si murió en Buenos Aires, a la vuelta de su casa, con qué objeto la partida de defunción se hizo en San Vicente.
Otra relación cuenta que, advertido, Avelino escapó de La Martiniana, pidió ayuda a Barreiro para cruzar a Montevideo y alguien  los delató (Palacios acusa a el teniente alcalde López) Fue apresado en Quilmes lo conducen a su pueblo donde fue fusilado, decapitado y enterrado inmediatamente en una tumba anónima. Su cabeza fue llevada a Buenos Aires y exhibida como testimonio incuestionable.
De modo que los mazorqueros llegaron a Quilmes antes del 18 de setiembre, sacaron al joven de su refugio y lo condujeron a San Vicente. Por su parte Barreiro, según Rivera Indarte fue ajusticiado el 16 de setiembre, mientras que Craviotto indica que fue la noche del 18 que es la más acertada cotejando los tiempos. Cuando se llevan a Avelino, Barreiro debe haber quedado bajo custodia hasta que se recibió la orden de fusilarlo. De manera que los mazorqueros tienen que haber permanecido en la zona 4 ó 5 días.
¿Para qué conducirlo a Guardia el Monte, como dice el biógrafo Vicente Cutolo, a 100 Km. de Quilmes, hacer la partida de defunción y enterrarlo en San Vicente, luego llevar su cabeza a Buenos Aires...? Todo muy poco práctico e imposible en tan sólo un par de días, cuando no había caminos y los pocos que existían eran intransitables. Tendrían que haber cambiado de caballos en una posta y aprovisionarse en alguna chacra o estancia. Y todo llevado a cabo por unos “caballeros” que, según los testigos, estaban en total estado de ebriedad. San Vicente queda a poco más de 30 Km. del pueblo de Quilmes. 
Otra de las contradicciones es que Cutolo le da como fecha de nacimiento 1818, acotando que “otros diccionarios biográficos lo dan nacido erróneamente en 1821.”
Dice la partida de defunción de Avelino Viamonte, en poder del archivo de Julio Sánchez Viamonte; textualmente: El que suscribe Cura Párroco y Vicario de la Parroquia de San Vicente de la Provincia de Buenos Aires, Certifica que con el libro de Defunciones Nº 2 al folio 83, se registra la siguiente partida: "El día diez y seis de Septiembre del año mil ochocientos cuarenta, se sepultó en el cementerio de esta Parroquia, el cadáver del finado ABELINO VIAMONT, na­tural de Buenos Aires, soltero, de veinte y dos años de edad, el cual fué ejecutado por unitario de que certifico. Francisco Ferreyra. Cura Vicario.
Fdo. Laureano Leirado - Cura y Vicario
Sello que dice: PARROQUIA Y VICARIA SAN VICENTE FERRER ARQUIDIOCESIS –
LA PLATA Prov. Bs. As.- 
Hay una nota: En las mismas condiciones fue ejecutado por unitario el señor
NAZARIO RIOS, de 30 años de edad. Año 1840. 20 setiembre.
En la causa criminal seguida contra Juan Manuel de Rosas, capítulo: “Fusilamiento de prisioneros capitulados y no capitulados” (Pág. 25) se mencionan las declaraciones de las personas embargadas y de los deudos de los asesinados en los días posteriores a 1840; entre los que se hallan los de Paulino Barreiro. En la página 88 de la misma causa, sección V de la sentencia en 1º instancia, dictada el 17 de abril de 1861 por el juez de primera instancia en los criminal Dr. Sixto Villegas menciona entre los degollados a Barreiro cuyos bienes fueron embargados y rematados en acto oficial después de una convocatoria hecha en la Gaceta Mercantil, según establecía el decreto del 16 de setiembre de 1840, expedido por el gobernador delegado Felipe Arana, por el cual se autorizaban los embargos de bienes de los enemigos del régimen.
El comandante militar Pascual Miralles fue declarante en la causa de la parte que correspondió a Barreiro (foja 167)
De la documentación que lo menciona se interpreta que Paulino Barreiro era un sincero federal. Nada hay en sus clasificaciones” (listas negras que comenzaron a usarse en el gobierno de Lavalle) o legajo federal, que pueda señalarlo como unitario ni “tibio” siquiera. Por eso parece incomprensible que la causa de su ejecución sea la del auxilio brindado a Viamonte. Quizá esta sospecha fue aprovechada por algún malicioso para saldar otras deudas. 
MANUEL GERVASIO LÓPEZ 
Paulino Barreiro ocupa el cargo de juez de paz sustituto Manuel Gervasio López que ya había sido calificado en 1839, por el juez de paz Juan Manuel Gaete en su “Relación”: "Natural de Buenos Aires. Estado casado. Edad 36 años. Ejercicio labrador. Capital una chacra en este parti­do y correspondientes enseres para trabajo. Casa de trato con pulpería. Sabe leer y escribir regular. Reside inmedia­to a Santa Catalina (oeste de Lomas de Zamora). Buena con­ducta y honrado proceder. En el año 1829 se halló afuera y prestó todos los auxilios necesarios con sus intereses y per­sona a las órdenes del teniente coronel Fabián Rosas (se re­fiere a la revolución de diciembre de 1829). En la se­gunda Restauración (año 1833) se halló sirviendo en cla­se de teniente de milicias de la compañía del capitán Victorio Grigera y fue comisionado por el Sr. General Agus­tín Pinedo para hacer tropas de ganado para el ejército Restaurador con cuyos documentos se acredita y se halla a la fecha de Alcalde". Era tío político de don Francisco So­to; una hija de López casó con Carlos Casavalle, vecino ocasional de Quilmes en su casa de Mitre esquina Nicolás Videla, propietario de la Librería de Mayo, por cuya obra se le ha llamado “el librero de la Patria”.
López fue destituido con motivo de la caída de Rosas des­pués de Caseros y reemplazado por Martín J. de la Serna el 8 de febrero de 1852, a pedido de quien se dividió el partido de los Quilmes creando el de Barracas al Sur con Andrés Baranda como juez de paz de la nueva jurisdicción y fomentando la tercera fundación de Quilmes. 
Manuel Gervasio López también fue procesado en 1851, por confiscación de bienes y absuelto luego, sin embargo “murió de pena poco tiempo después al ver mancillada su honorabilidad con tal proceso“. Afirmación de doña Águeda que tuvo relación de amistad familiar con sus descendientes.
CONCLUSIÓN 
De lo expuesto se colige que la documentación existente sobre estos hechos es escasa e imprecisa, si bien Paulino Barreiro fue asesinado por los mazorqueros, la causa y los detalles de los hechos se recogen de la narración oral aportada por tres personas: Higinio Palacios, que afirmaba ser testigo presencial; la señora Águeda Ponce de León de Navarro y de un bisnieto de juez asesinado, Adrián Barreiro, estos dos últimos testigos indirectos.
Palacios era peón en la tahona y almacén de ramos generales que el comerciante Remigio González tenía en la equina de la calles Mitre y 25 de Mayo. [25] Doña Águeda nació en Buenos Aires en 1840, llegó a Quilmes con sus padres a los 3 años y murió es esta ciudad en 1932. Vivía en la esquina SO de 25 de Mayo y Lavalle, era tía de dos figuras políticas que tuvieron que ver con la historia de Quilmes, Olegario y Valerio Ponce de León. Interrogada al respecto por el Dr. Craviotto, negó conocer detalles del drama de Barreiro, pero sí la trayectoria de Miralles y de Manuel Gervasio López por tradición familiar.
La historia de Paulino Barreiro, la figura de Avelino y su desenlace, adquirió, luego, ribetes románticos. Al autor Eduardo Gutiérrez le
inspiró una versión novelesca, “El puñal del tirano y al uruguayo Julio Raúl Alsina y al italiano Atilio Lipizzi les motivó una película presentada en 1909 y titulada, por supuesto, “Avelino Viamonte”. Este film se realizó pocos después de la primera película argentina de ficción, “El fusilamiento de Dorrego”, de Mario Gallo, también de 1909. [26]
En la novela, Gutiérrez narra que Avelino Viamonte fue ajusticiado por haber auxiliado con caballada de la propiedad de su padre en San Vicente al general Lavalle y describe con minuciosa y sangrienta retórica el degollamiento, destacando el valor y la entereza de la
víctima. [27] Argumentación retórica que reaparece en el periódico La Verdad del 9 de julio de 1935.
Ninguno de los mencionados hace referencia a Barreiro como complicado en la causa por ayudar a Viamonte. Vicente Cutolo lo presenta en su diccionario y señala como fuente a Craviotto. También figura en el diccionario de Santillán, pero sobre la causa dice que fue acusado de ayudar a la fuga de 8 unitarios, pero no menciona a Viamonte.
En el acta de defunción de Barreiro que se halla en el archivo de la Catedral de Quilmes, indica, como vimos, “fusilado por el gobierno” sin mencionar la causa. Sus restos deben haberse extraviado cuando trasladaron el cementerio viejo a la barranca (actual Hospital Iriarte)
Cuando se comprueba su compromiso con la causa federal, como se mencionó, según sus calsificaciones, y la bonanza económica de que gozaba, se puede pensar que quizá despertó celos en algunos vecinos y viene a cuanta, entonces, que el capitán Ciríaco Cuitiño, comandante de la Mazorca, tenía un acercamiento de larga data con Quilmes pues en el plano del pueblo realizado por el agrimensor Francisco Mesura a pedido del gobernador Oliden en 1818, figura como adjudicatario de la chacra Nº 6, formada por 16 manzanas de terreno circunscriptas hoy por las calles Hipólito Yrigoyen, República del Líbano, Vicente López y Lamadrid, atravesada a partir de 1872 por las vías del ferrocarril del Sud; y otras propiedades que heredaron sus descendientes que residieron y formaron familias en el partido de Quilmes.
Dr. Craviotto en el número extraordinario del periódico La Verdad argumenta:
“Debe tenerse en cuenta que toda información oral, sobre todo por la acción modificadora que ejerce su pasaje a través de varias personas en un  período largo de tiempo tiene un valor relativo que sólo acrece al coincidir con lo que pueda señalarlas una documentación de fuente insospechable.”
Sin embargo, esta historia fue tratada hasta hoy por el arbitrio de la leyenda y, si bien los documentos tampoco tienen una verdad inapelable, ambas acciones la oral y la documental poseen un valor concreto.
ALGO MÁS
 Las tierras que hoy forman San Francisco Solano permanecieron sin fraccionarse, totalmente despobladas, hasta 1948 aproximadamente; y en dicho año la Dirección de Geodesia del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires aumentó la subdivisión de las tierras para fundar la localidad, estableciendo que se bautizaría Paulino Barreiro.
Inexplicablemente, sin ninguna explicación del H. Concejo Deliberante que había dado el nombre de dicho Juez de Paz por Ordenanza Nº 1803 del 23 de septiembre de 1948; estableció el15 de mayo de 1949, llamar al nuevo pueblo San Francisco Solano.
Investigación Prof. Chalo Agnelli
Quilmes, 1998
RESUMEN ILUSTRADO SEGÚN LA VERSIÓN DE LA LEYENDA
"Una orden de mazorqueros ebrios entra en el pueblo".
  "El Juez de paz Paulino Barreiro es sorprendido en su despacho".
"Paulino Barreiro es degollado..."
"Advertidos de su error, los mazorqueros comprueban que la ordenanza indicaba que debían fusilar a Barrerio no degollarlo, entoces atan su cadaver a un árbol de la plaza y lo fusilan..."
"... luego, fusilan la cabeza para cumplir con el decreto..."
Dibujos: Alejandro Agnelli 
FUENTES RECOGIDAS por el Dr. Craviotto.
Testigo presencial: Higinio Palacios
Testigos indirectos: Águeda Ponce de León de Navarro (vecina de Quilmes)  – Adrián Barreiro (bisnieto), familia Casavalle.
FUENTE  DOCUMENTAL ESPECÍFICA
En el Centenario de la muerte del juez de paz de Quilmes Paulino Barreiro”. Periódico La Verdad. 17 y 29 de setiembre de 1940.
Don Paulino Barreiro (1788-1840)”. Periódico El Sol, 15 de marzo de 1954
AUTORES REFERENTES
Ibarguren Carlos.Juan Manuel de Rosas su vida, su drama, su tiempo Ediciones Theoría. 1951
Lacasa, Pedro. “Lavalle” (notas y estudio preliminar  Mariano de Vedia y Mitre) Editorial La Cultura Argentina.- 1921
Quesada, Ernesto. “La época de Rosas” (introducción Binayán, Narciso) 240 p. ColecciónPublicaciones del Instituto de Investigaciones Históricas. Jacobo Peuser, Buenos Aires 1923
Zinny, Antonio. “Historia de los gobernadores de las provincias argentinas” (Provincia de Buenos Aires 1536 / 1810) Apuntada y aumentada por Eduardo F. Sánchez Zinny. Ediciones Huemul, 1941. 348 Pág.
Bibliografía General
Alonso Piñeiro, Armando. “Historia del General Viamonte y su época” Ed. Plus Ultra. Colección Política e Historia. Buenos Aires. Nov. 1969.
Barbieri, Luís Gerardo. "Historia del pueblo de San Francisco Solano y Villa La Florida"
Craviotto, José A. “Quilmes a través de los años” (Extracto de historia de Quilmes) Municipalidad de Quilmes 1º Ed. Talleres gráficos Tipo. Agosto 1966.
Cutolo, Vicente Osvaldo. “Nuevo diccionario biográfico argentino”  (1750-1930) Ed. Elche Bs. As. 1985.-
Gandia, Enrique de. “Memorias del general Iriarte” (Textos fundamentales) de Ediciones Fabril. 1962
García Belsunce, César A. “El Pago de la Magdalena – su población” (1600 – 1765) Academia Nacional de la Historia Bs. As. 2004.-
Gutiérrez, Eduardo. “El puñal del tirano” IV tomos. Buenos Aires 1932.
López, José Andrés. “Quilmes de antaño” Ed. de autor. Quilmes. 1932.
Rivera Indarte, José. “Tablas de sangre” (2º y último tomo de Rosas y sus opositores) Grandes escritores Argentinos Dir. Alberto Palcos. Ed. W. M. Jackson, Inc. Buenos Aires. 1946.
Santillán, Diego A. de. “Gran enciclopedia argentina” Ediar. S. A. Editores. Bs. As. 1963.
Ugarteche, Félix de. Hombres del coloniaje. Tomo primero. 219 Páginas.- 20 x 15 cm. 1º Edición de autor. Ciudad de la Trinidad y puerto de Ntra. Sra. de los Buenos Aires. 1932.-
Medio gráficos: El Sol, Renovación, La Verdad.
FUENTE

Complejo Museográfico Provincial “Enrique Udaondo”
Pte. del Instituto Cultural de la Pcia. De Bs. As. Lic. Juan Carlos D`Amico.
Secretario Ejecutivo Dr. Sebastián Berardi
Directora del Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo Sra. Araceli Bellota.
Calle Lavalle Nº 917 E/ Lezica Y Terresuri Tel 54 – 2323 42 0245 / 54 – 2333 420245 / 42 2814 museo_lujan@ic.gba.gov.ar
NOTAS
1. Fundado  por líder de la juventud radical y diputado Dr. Rodolfo A. López en
2. Poseía además un par de mercedes en la cañada de Arregui, fue regidor, en 1638 teniente de gobernador y en 1644 síndico procurador del Cabildo. Ver García Belsunce, Pág. 148 y Ugarteche, F.
3. García Belsunce, César A. Pág. 22
4. García Belsunce, César A. Pág. 40
5. Que es otra historia de transmisión oral que el que esto escribe presentó en el cuento “La Tramoya” en el libro “Historias de Más Acá” 2003.
6. Entre sus descendientes se cuenta a. sus hijos Diego y Francisco, con tierras al sur de Quilmes y calera, un descendiente de este último, Francisco Gaete, fue alcalde de hermandad en 1712 y alguacil de la Santa Cruzada al siguiente año;  Jerónimo, hijo del capitán Pedro de Gaete, casado con Leocadia Hurtado de Mendoza de familia noble y de conquistadores, fue uno de los hombres más ricos de Buenos Aires como se comprueba en la descripción de sus bienes que se hace en su sucesión (Leg. Nº 6249, 14/1/1706, fs. 30-34 del Archivo General de la Nación) tenía una chacra en las inmediaciones de la Reducción; descendiente de este último fue Jerónimo de Gaete y Funes casado con Juana del Sueldo, padres, entre otros, de José Mariano Gaete, bautizado en Buenos Aires el 3/7/1743; administrador de los Corrales de Miserere, casado, a su vez, con Juana Josefa Machado, porteña con quien tuvo, entre otros, a José Tomás (n. Bs. As. 6/3/1794), sacerdote, al Dr. Romualdo Gaete y a Josefa Antonia, casado con José Araujo Ramos y Silva, brasileño, abuelos, estos últimos de Florencia Araujo Gaete esposa del capitán Juan Pedro Feit, guerrero del Paraguay (en Diccionario de Cutolo, según Raúl de Labougle) José Tomás fue designado por Rosas canónigo de la Catedral el 26 de marzo de 1840. José Mármol defenestró su figura en un capítulo de su novela “Amalia”, “El despertar del cura Gaete”. Romualdo graduado en jurisprudencia en 1830 fue designado por Rosas miembro suplente del Tribunal de Recursos Extraordinarios en 1838 hasta 1841; diputado de la legislatura desde 1838 hasta 1849; agente fiscal a partir del 23/3/1844 y, fiel a su causa hasta último momento, uno de los legisladores que reeligieron a Rosas gobernador en 1850. En Quilmes una de sus descendientes, doña Gerónima Giles y Gaete de Mayol, donó en 1986 su casa a la municipalidad para fundar el Museo Fotográfico y en su bóveda del cementerio de Ezpeleta se hayan los restos de don Andrés Baranda de quien estaba emparentada por su esposa Aurora Giles.
7. En los datos que el juez de paz sustituto Manuel Gervasio López da a Rosas en 1842 sobre Juan Pascual Miralles como uno de los componentes de al terna para ocupar el cargo ejecutivo, dice. “Federal neto D. Juan Pascual Mlralles actual Juez de Paz y que se halla en campaña. Patria Buenos Aires. Estado casado. Edad 42 años. Exercicio (sic) labrador. Capital como 20.000 pesos. Conducta honrada. Conocimiento en escritura y lectura muy regular. Su residencia es a tres cuartos de legua al poniente de la Plaza de este Pueblo. (La chacra de su propiedad con edificios de la época podía verse hasta no hace mucho tiempo en la esquina S. E. de la calle Santa Fe con el camino a Mar del Plata) Servicios a la Santa Causa de la Federación. Comenzó su carrera en el año 1829  a las órdenes del Sr. Coronel D. Ciríaco Cuitiño (su cuñado) según conocimiento del infrascripto. El año 33 en clase de capitán sirvió a las órdenes del Sr. General D. Prudencio O. de Rozas (en el campamento de Tandil, campaña contra los indios) El año 36 fué jues (sic)  de paz de esta sección. Cuando la sublevación de los Salvajes Unitarios en el sud en la clase de capitán graduado de mayor sirvió a las órdenes del señor teniente coronel graduado D. Fabián Rosas. Cuando desembarcó el  salvaje La Valle en esta provincia (primeros meses de 1840) marchó al cuartel general (dejando como Juez sustituto a Paulino Barreiro) a las órdenes del Coronel D. José María Flores y allí recibió órdenes de Rosas, para trasladarse a Quilmes en reemplazo de Barreyro, (ya degollado) siendo reelecto en el año 41 de quién es sustituto el que escribe”. De “Los candidatos al cargo de Juez de paz para el año 1842” del Dr. J. A. Craviotto en “Renovación”, 18/2/37 y El Sol. 21/6/54
8. López, José Andrés. “Quilmes de antaño” Edición de autor. 1932.
9. La Revolución de los Restauradores fue un conflicto armado revolucionario producido en Buenos Aires, en octubre de 1833. El mismo determinó el derrocamiento del gobernador Juan Ramón Balcarce y confirmó el dominio de Juan Manuel de Rosas.
10. “Teniente coronel don Amadeo Ibarrola, cuando estalló el movimiento del 11 de octubre se hallaba de comandante en Quilmes, donde lo había mandado días antes el Gobierno. Los patriotas lo sorprendieron esa misma noche, y después de arrestado lo pusieron en libertad, juramentándolo de que no tomaría las armas. Correspondió a esta generosidad con bajeza, y lo que se vio libre, las tomó de nuevo.” Del capítulo III de la novela “Amalia” de José Mármol (1818-1871)
11. De “Esto sucedió en Quilmes” en “El Sol” del lunes 15 de marzo de 1954. Estos artículos que salieron durante dos o tres años están firmado por el seudónimo “Febo”, que si no era el mismo Dr. Craviotto, las notas son tomadas de sus investigaciones y entrevistas.
12. De “Esto sucedió en Quilmes” (Ref. Nº 7) En el archivo de la Catedral no figuran ni su casamiento ni los nacimientos de sus hijos, en cambio sí figura en el índice la boda de Juan José Barreiro con Victoria Laeis en 1841 F. 333, pero se extravió el acta correspondiente.
13. Ubicado según Craviotto, en la calle Sarmiento entre Rivadavia y Alem, donde se levantó el edificio que fue la 3º municipalidad que tuvo Quilmes y hoy se halla la escuela de Bellas Artes “Carlos Morel”.
14. Algunos consideran que el delator fue Gaete que luego de descabezado Barreiro es designado en su lugar, otros documentos le adjudican a este López el nombre Isidoro, español, vivía en Barracas al Sur, tío de José Andrés López - autor de “Quilmes de antaño” e  intendente -  y quien motivó que se estableciera en Quilmes en 1867. V. “Cuadernos de Identidad 1”, pp 46-56
15. La batalla de Famaillá fue el último gran combate que dirigió el general Lavalle  y su pérdida significo el fin de la Coalición del Norte. Fue el 19 de Septiembre de 1841 que se libra la Batalla de Monte Grande entre las fuerzas de Uribe y Lavalle. En lengua Cacana etimológicamente significa “Pueblo de la Madre Luz” o “Lugar de Descanso” (www.legionunitaria.granaderos.com.ar)
16. www.lagazeta.com.ar
17. Bajarlía, Juan Jacobo. “Sables, historias y crímenes” Ed. Bruguera – Libro Blanco. Bs. As. 1983.
18. Corvalán Posse, Eduardo. “Rosas y la verdad histórica”. Ed La Cultura Popular. Bs. As. 1934.
19. Nació en 1783, fue degollado por Oribe en 1842. San Martín dijo de él: “… era un perro rabioso a quien era preciso tener atado hasta el día del combate. Pero si en la guarnición era insoportable, en el campo de batalla no conocía rivales; famoso guerrillero, ha hecho hazañas que sobrepasan toda ponderación”
20. Sus “Memorias” originales se encuentran en el AGN en 22.000 páginas manuscritas.
21. Buenos Aires, 1821- San Vicente, 17/11/1840. Hijo del general Juan José Viamonte (9/2/1774- 31/3/43) que fuera tres veces gobernador de Buenos Aires y de Bernardina Echeverría; exiliados en Montevideo desde 1839. En el capítulo III, mencionado de la novela Amalia entre las “Clasificaciones de 1835 Número 1” dice: “General don Juan José Viamont, enemigo de los restauradores”  En algunos documentos Avelino también figura con el apellido Viamont y Cutolo en su diccionario afirma que Viamont proviene de Baumont apellido que en Navarra se transformó en Biamont o Viamont. El escudo de esta familia decía. “Armas de los señores de Viamonte, condes de Lerín
22. “Viamonte cuando realiza su retiro militar le compra al portugués D. Ignacio Lavares, en sociedad con su futuro yerno, Marcelino Carranza, una estancia en nuestro partido, ‘como a legua y media distante del pueblo de San Vicente’, que recién va a escriturar el 9 de Diciembre de 1824. La cual va a estar lindando por el frente con D. Mariano Molina; por el fondo con D. Juan Peralta; por el este con D. Pablo José Seissa (Ezeiza), y por el este, con Alejandro Chavarría. En dicha estancia había edificados tres piezas de material de ladrillo cocido y además tenia un monte de frutales como de tres cuadras de largo. Además, para las actividades ganaderas había un pozo de balde, corrales de toda clase de maderas y un potrero, estando todo cercado con zanjas y tunas. La venta de la estancia incluía ‘un negro esclavo de su propiedad llamado Joaquín’. Marcelino Carranza contraerá enlace con la hija de Viamonte el 24 de enero de 1825, siendo ella la que le dará el nombre a la estancia, “La Martiniana”. Tomado de el sitio web del Partido de San Vicente: www.websanvicente.com.a
23. Casa que luego adquiere don Andrés Baranda y pasa a su hija Cruz Baranda de Risso que lega a su hija del corazón Águeda Nicholson y a su esposa Antonio Barrera y pasó a sus descendientes hasta principios de la década del 1970.
24. Se refiere a la señora Rosalía E. Davel de Deambrosi.
25. Hasta que Augusto Otamendi, como presidente de la municipalidad lo abrió según su actual traza.
26. Alonso Piñeiro, “Historia…” pp 387-388
27. López, J.A. “Quilmes de…” “Su comercio” pp.248-253
28. www.miracomomola.com.ar
29. Gutiérrez, E. “El puñal…” t. IV


1 comentario:

Silvia Barreiro dijo...

Que buena reseña, Chalo, te felicito. Es muy importante tu trabajo. Quiero contarte, por si no lo sabes que Sonia Otamendi escribió un cuento para publicar en una antología quilmeña (Nunca se publicó) que se llama LA SEGUNDA MUERTE DE PAULINO BARREIRO. Si llego a recuperarla te la envío por mail. Un abrazo!!!!