jueves, 29 de marzo de 2012

BERAZATEGUI - LOS QUILMES, UN CLUB QUE CRECIÓ CON SU BARRIO (colaboración)

Colaboración de la periodista Ana María de Mena
Vestuario y primeros socios del Club Los Quilmes.
En 1942 la Capital Federal era escenario de una excelente elección realizada por el Partido Socialista, se inauguraba el Puente de la Noria y Discépolo escribía el tango-canción “Uno”. En la década, en Quilmes nacían la Junta de Estudios Históricos, el Museo Almirante Brown y la Liga de Almaceneros de Berazategui, que entonces pertenecía al partido de ese nombre.
Los hermanos Porfiri, en el centro De Mena y Bertone, un brindis en los años '50
     La localidad de Sourigues era apenas un apeadero ferroviario; zona rural, con algunos tambos, unas pocas quintas y un caserío disperso atravesado por el antiguo camino carretero construido en prolijo empedrado, hoy Camino General Belgrano. En ese contexto, el entusiasmo de un grupito de muchachos futboleros empezaba a dar vida al Club Social y Deportivo “Los Quilmes”. El 10 de marzo de 1942 nombraron la primera Comisión Directiva que presidía Félix Oneto, acompañado por Orlindo Mirli Saís como secretario, Ricardo Antonio De Mena como tesorero.
      Inicialmente la Secretaría funcionó en la peluquería que el tesorero -conocido como “Pelusa”- tenía a tres cuadras de las vías del ferrocarril sobre el “Carretero”. Era un local anexo al restaurant-parrilla-bar “El Rincón”, en esos años propiedad de Santos Jambrina y los hermanos José Andrés y Ricardo De Mena.
      Muchachos veinteañeros de las familias Porfiri, Negro, Avellaneda, Marín, Farías y otros pocos, jugaban al fútbol en la canchita ubicada en la Avenida Plátanos -hoy Milazzo- y el citado Camino, donde actualmente está la sede social. “Habíamos construido, como pudimos, un vestuario y en frente había una bomba de agua que usábamos para refrescarnos”, cuenta uno de los fundadores en una edición del periódico Sin Límites de fines de los ‘90.
     Organizaban campeonatos de bochas, de fútbol y carreras de sortija a las que concurrían los pocos vecinos que entonces había en la zona. A veces llegaban en sulky, en bicicleta o a caballo, vecinos de Gutiérrez, Villa Giambruno y Plátanos.
      Con los fondos que habían logrado reunir, un día decidieron comprar tres terrenos y empezar a levantar la sede que durante muchísimos años tuvo sus paredes sin revoque, con los ladrillos a la vista. Cuando el salón estuvo techado organizaron bailes.
      En los años `50 - su época de mayor crecimiento- fueron muy populares las reuniones de carnaval a las que asistían muchas familias, con los chicos y los jóvenes disfrazados. El interior del salón y la pista externa se ornamentaban con globos, banderitas triangulares y guirnaldas de colores. Elegían reina y princesas que anualmente se renovaban.
Carnaval de 1959: Alfredo y Ana de Mena, Chela Olano, Raquel Negri, Mirta y Silvia Persia.
      A la par de esos festejos que eran habituales en muchas ciudades y barrios del país, nacían noviazgos, algunos de los cuales terminaban en matrimonio. En 1957 la Comisión Directiva obtuvo la personería jurídica.
Colaboración de la periodista Ana María de Mena
(Vive en San Martín de los Andes)

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