viernes, 6 de septiembre de 2013

ESTHER CRISCI DE TESÓN – MAESTRA ARGENTINA… PIONERA Y FUNDADORA



Chalo Agnelli

LA LEY LÁINEZ
En lo que eran las afueras de Quilmes, entre el 14 de junio de 1919, nació una escuela pública. Era una zona de chacras y quintas, Villa Armonía. Una barriada donde en los días de lluvia, los vecinos debían sortear zanjas y bañados, avanzar por las irregulares veredas agarrados a los alambrados de las viviendas humildes. Zona de inmigrantes que formaban una comunidad un tanto marginada de la realidad de un país que les era, en todo, nuevo y, en algunos aspectos, hostil; al que eligieron trayendo la fuerza del trabajo. Sin duda había que desplegar una ímproba tarea educativa que saldría de las aulas y obraría en promoción de toda la comunidad de ese rincón suburbano. Se encomendó esa tarea a una joven, Esther Crisci, una maestra forjada desde el compromiso de la ley Láinez [1] que abrió escuelas y desperdigó por todo el país educadores como propagadores de nacionalidad.
Ese mismo año en las afueras del pueblo de
Bernal, la señorita Ernestina Farías, joven de apenas 19 años, abría la escuela Láinez Nº 35, apodada "Los Palitos", (Yapeyú 515) la actual provincial Nº 82, que hasta 1931, se llamó "Juan Bautista Alberdi" pues así se bautizó su cooperador, pero después de esa fecha tomó el nombre por "Provincia de Jujuy", que lleva actualmente. 
En las tres primeras décadas del siglo XX, la educación sustentó el paradigma de transformación, crecimiento, asimilación, afianzamiento y fuerza de progreso social.
DILATADA CARRERA
Esther Crisci, era italiana, nació en 1886, en Ogliastro Cilento, una localidad y comuna de la provincia de Salerno, región de Campania donde su familia tenía viñedos. Era muy pequeña cuando emigró con sus padres a la Argentina, pero antes hicieron una escala de corta permanencia en el Uruguay.
En 1908, egresó de la Escuela Normal Nº 3 “Bernardino Rivadavia” de la Capital Federal, ciudad donde comenzó su ejercicio como maestra de 3º categoría, en la escuela Nº 7. Por esos años la categoría la determinaban nuevas promociones en las que se probaban los educadores a lo largo de sus carreras. La señorita Esther, en tan sólo dos años, fue ascendida a directora encargándosele la creación de una escuela en la localidad de Punta Alta, por aquel entonces una diminuta aldea con calles de tierra e iluminación a kerosene, ubicada en el extremo sudoeste de la provincia de Buenos Aires, a 673 Km. de la ciudad de Buenos Aires, la cabecera del partido Cnel. de Marina Leonardo Rosales. Era la Escuela Nacional Nº 99, creada por el Consejo Nacional de Educación.
Los maestros dispuestos a desempeñarse bajo la Ley Láinez debían tener el coraje para alejarse de su suelo natal sin otro bagaje que un espíritu entusiasta y el sustento de una sólida formación. En cualquier momento podían ser trasladados, muchas veces sin consulta previa.
Allí arribó Esther y compartió las tareas iniciales con su hermana Clory Crisci, como maestra auxiliar, de sólo 15 años y segundo año aprobado en la Escuela Normal Nº 7 “José María Torre” de la Capital Federal. [2]


PUNTA ALTA
Llegó a Punta Alta a principios de marzo de 1911 
Primer edificio de la Esc. Nº 99

e inmediatamente inició la inscripción de alumnos, casi siempre, yendo a buscarlos a sus casas y haciéndoles ver, en primer lugar, a sus padres de lo imperioso que era para el futuro de sus hijos la lecto-escritura y la formación general. El vecino Manuel Pichel Carracedo ofreció su propiedad sita en la calle 25 de Mayo 646. El curso escolar fue inaugurado el 4 de agosto con 119 alumnos, pues la superioridad se demoró en el envío del mobiliario y los útiles indispensables, que llegaron en julio. Hoy la escuela Láinez Nº 99 es la provincial Nº 23 "Doctor Ricardo Gutiérrez".
Si bien su paso por Punta Alta fue breve, resultó suficiente para dejar las bases fundacionales, la esencia de una institución educativa que ya alcanzó los 102 años.
Nuevo edificio de la Escuela Nº 88, hoy provincial Nº 23
CAPITÁN SARMIENTO
El clima adverso, las carencias, pusieron en riesgo la salud de la flamante directora, de modo que en 1913, fue trasladada a Capitán Sarmiento, dejando atrás, tres secciones de grado y 247 inscriptos, para fundar la Escuela Nº 84 (hoy provincial Nº 11); a 145 Km. de la Capital Federal yendo por la RN 8. La población tenía tan solo 29 años de existencia. Era tan solo una estación que unía las localidades de San Antonio de Areco con Pergamino.
Aquí, los lectores podrían mentar los atributos: “pionera”, “adelantada”, “precursora”, “artífice de una patriada”, etc., pero su vida misma es el mejor atributo de lo que fue su naturaleza. 
UN SALTO PARA RECOGER ESPIGAS


Tanto en la Nº 99 como en la Nº 84, la población no olvidó la fuerza orgánica de quien fuera su fundadora, para hacer de la nada instituciones que aún perduran en el tiempo cumpliendo una formidable obra en benéfico de pueblos escasos y distantes, entonces, numerosas hoy. 
Dice la dedicatoria: "La Directora y personal docente, las comisiones Cooperadora y de ex alumnos de la Escuela Nacional Nº 99 a la Señora Esther Crisci Tesón, su primera directora, en la comida de camaradería y despedida como prueba del aprecio y cariño que supo inspirar durante su corta permanencia entre nosotros. Punta Alta. Agosto 9 de 1936"

El 4 de agosto de 1936 al cumplir la Escuela Láinez Nº 99 su 25º aniversario realizó un inolvidable homenaje a la señora de Tesón y el 4 de junio de 1961, le reitera otro homenaje de reconocimiento ya en un nuevo y magnífico edificio ubicado en la esquina de las calles Passo y Luiggi de esa localidad que había sido inaugurado el 6 de mayo de 1942.
MÁXIMO FERMÍN TESÓN
Fue durante su permanencia en Capitán Sarmiento, el 23 de enero de 1919, que se casó con otro pionero del periodismo y militante social, don Máximo Fermín Tesón, enrolado en las filas del radicalismo. 
En Arrecifes nació este pro-hombre provincial, el 7 de julio de 1884. Egresó del colegio Central de Arrecifes (luego Colegio Nacional) con el título de bachiller. Fueron dos de sus compañeros, quienes, luego, como él, fueron destacados vecinos de Quilmes: el doctor Stuart Miles Pennington y el señor Antonio Rodríguez Jáuregui.  Ingresó a la carrera de Medicina en la UBA, la que abandonó para avocarse totalmente a sus dos pasiones: el periodismo y la política. Ocupó la secretaría del juzgado de paz de Arrecifes entre 1911 y 1913. Fue profesor de latín e historia en varias  instituciones educativas, tanto de su pueblo natal como de la ciudad de Buenos Aires. El 10 de setiembre de 1916, fundó allí, un medio que habría de ser cimiento de la prensa provincial, el periódico La Opinión”

Fue candidato a senador provincial, proclamado por la Convención Antipersonalista, también propuesto a intendente municipal. Colaboró en la creación del Hospital Santa Francisca; la Federación de Cooperadoras Escolares (disuelta en 1947); el Círculo de la Prensa en 1938, del que fue primer presidente; la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos y en 1939, la Biblioteca Municipal Bartolomé Mitre. [3] 
Si bien, cuando Esther se estableció en Quilmes, la vida y las ocupaciones de don Máximo oscilaban entre los dos distritos, después de 1940, se afincó definitivamente con su familia. Vivían en la calle Nicolás Videla 145. En poco tiempo se advirtieron sus dotes intelectuales y llegó a granjearse la simpatía y el afecto de muchos de sus nuevos vecinos. Fue Jefe de Prensa de la Municipalidad y, a partir de febrero de 1944, director de la Bolsa de Trabajo. 
Esta  es una breve reseña que nos muestra la dimensión intelectual del hombre que sería compañero de vida de Esther Cresci.
Tuvieron tres hijos: el mayor falleció de pocos años; Máximo Augusto, nació en Arrecifes, realizó la carrera naval y llegó a teniente de corbeta. Se retiró de la Armada en 1966, con el grado de capitán de fragata y pasó a trabajar en la presidencia. En 1971, fue designado primer secretario de la Embajada Argentina en Perú. En 1974 la presidencia de la República del Perú lo condecoró Oficial de la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos.
Se casó con Stella Marys Seguí, [4] de una familia que se remonta al fundador de Florencio Varela y de dilatada actuación, social, cultural y política en el partido de Quilmes, quien fundó el Instituto Cultural Mancedo English School, una idea superadora de la escuela de bailes folklóricos de Lia Mancedo de Ocampo y Hebe Hemilce Mancedo de Seguí - denominación que conservó desde su creación hasta que Stella Marys Seguí se retiro y funda el Instituto “John F. Kennedy”. Máximo y Stella Marys le dieron a Esther Crisci dos nietos: Dolores y Fernando y tres bisnietos María de los Milagros y Julieta Masino Tesón e Ignacio Tesón. El teniente de corbeta Máximo Augusto Tesón Cresci falleció en 1996.
N.E.Tesón
El tercer hijo, Néstor Eduardo, nació en Quilmes en 1931, en quien también prendió el fuego educador distinguiéndose tanto en lo local, como en el extranjero.
Profesor de filosofía y pedagogía de la UBA, se doctoró en Filosofía de la Educación y fue adjunto de las cátedras homónimas de Juan Mantovani y Risieri Frondizi (1960/1966) El golpe de estado de 1966 lo obligó a exiliarse primero a Chicago, Estados Unidos, luego a Venezuela, de donde regresó en 1973, para expatriarse nuevamente, esta vez a México, al instalarse en 1976, la trágica dictadura y finalmente a Brasil,  dando clases en la USP, la Uspi, Universidad de San Pablo.
Don Máximo Fermín Tesón falleció en Quilmes el 7 de mayo de 1946. El 10 de setiembre de 1966 la Biblioteca Pública Municipal Bartolomé Mitre de Arrecifes rindió un homenaje a su memoria en la persona de su viuda Esther Crisci. 
LA ESCUELA LÁINEZ Nº 36, HOY PROVINCIAL Nº 83
Y llegó para la maestra Esther Crisci, otro traslado, y esta vez a Quilmes, que apenas hacía tres años que había alcanzado el título de Ciudad. Las complicaciones fueron menores, pues Esther llegaba cargada de experiencias. Ya tenía una coraza dispuesta para repeler contingencias y hostilidades propias de las circunstancias que la traían.
La vastedad de su genio la había hecho soportar todas las inclemencias. Hoy en el confort urbano del segundo milenio es difícil comprender cómo se hacía para vivir, sin agua corriente, sin gas, sin electricidad, sin cloacas, sin caminos de fácil accesibilidad ni medios de locomoción, nada de eso había en aquel barrio en formación que era Villa
Armonía, próximo a La Colonia, y que si hoy parece tan cercano al centro de Quilmes la rigurosidad del entorno incrementaba la distancia.
Como en la escuela Nº 99 de Punta Alta, la puesta en marcha no fue inmediata, hubo que esperar bancos, mobiliario, material didáctico. Situación que se enmendó los últimos días de julio con una matrícula de 76 niños. La barriada comenzó a llamarla la escuelita de Castelli, pues se había instalado en una propiedad que había sido de una familia de ese apellido, donde tenían viñedos y una bodega que fue el primer espacio escolar.[5]
 Extrañas coincidencias de al vida”, pensaría Esther, desde los viñedos de Ogliastro Cilento - que conoció grande ya, y vivió un año en Salerno en casa de su hermano Amlio - a estos breves viñedos quilmeños. [6] 
Sus primeros alumnos eran hijos de quinteros, peones de las chacras y de obreros de la Cervecería. Muchos ya habían superado la edad escolar, pero Esther inscribió a todos, haciendo una obra no solo escolar, sino social, integradora, insuflando compromiso y participación en la comunidad.
Por esos años con la instalación de nuevas industrias se iniciaba el período desmedido de crecimiento del los suburbios, en virtud del fenómenos sociológico de la movilidad horizontal, que trasformaba y aún transforma de manera descontrolada la estructura demográfica de nuestro país; demografía modelada a golpes de avatares económicos: europeos primero, provinciales luego y de los países limítrofes en las últimas dos o tres décadas.
Por estas causas esta institución se fundó con un objetivo diferente que el de las otras escuelas Láinez específicamente rurales. Objetivo integrador, que no siempre fue comprendido por educadores, padres y docentes de otros proyectos educativos por los que penosamente transitó la educación  argentina, pues no se llegó a captar el sentido vital de promoción de una comunidad; idea que aún la escuela pública guarda subrepticiamente en sus fundamentos más que en la realidad concreta.
Hoy los medios y las redes sociales de comunicación desfiguran y desvalorizan la esencia de argentinidad y fomentan un ser argentino disconforme de todo, crítico desde inercia, sin el compromiso y la participación solidaria que se necesita para lograr transformaciones y no dejar todo en manos de … la abulia, la indiferencia, el valetodo, los corruptos y los oportunistas, que medran con el interés público, actúan combinados, pueden apagar las esperanzas, aniquilar las reservas y finalmente, postrar...” la nacionalidad. [7] 
No interesaba que la Escuela Nº 36 creciera en sus aspectos manifiestos: gran edificio, mejor mobiliario, rincones didácticos; era necesario que creciera como organismo difusor de cultura para modificar una realidad social carente de espíritu gregario.
Finalmente la escuela, los vecinos con su directora a la cabeza transformaron Villa Armonía en un barrio pujante, con hijos que alcanzaron niveles universitarios, comerciantes e industriales prósperos. La señora de Tesón tuvo la ventaja de haber sido acompañada por un plantel docente fiel y entusiasta ante los nuevos desafíos de su directora como fueron: María Accinelli, Dora Massi, Juana Córdoba, Rosa Ferrario y otras que la justeza del tiempo y el espacio de este medio relega, pero no olvida. En 1920 contaba con 190 alumnos distribuidos en cuatro secciones de grado. A partir de este año comenzó un discreto crecimiento hasta contar con ocho secciones de 1° a 4° grado. Es bueno reiterar que por esos años eran pocas las escuelas que poseían el Curso Complementario, es decir el 5º y 6º grados, que no eran obligatorios y tenían una estructura de nivel que el elemental”. Por eso muchos dicen: “mi padre, mi abuelo hizo hasta 4º grado"; pero es que no había en la mayoría de las escuelas primarias esa complementariedad que sólo se generalizó a partir de la década del `30 del siglo pasado.
Por iniciativa de la directora en setiembre de 1921 se crea la Asociación de pro Fomento y Protección y la Biblioteca Escolar “Domingo Faustino Sarmiento. Con la destacada participación de don Carlos Facio, los vecinos Francisco Rao, Antonio Mohovich, José Salerno, José Ferrer, Modesto Feo y las familias Fernández, Alonso, Piedras, Cabrera, Gavilán, etc. Donde también colaboró el señor Máximo Tesón y la señorita Rosa Franco. La Asociación habría de proveer al establecimiento de las necesidades más apremiantes; a cuyo acto de inauguración asistió el entonces intendente Agustín Rocca.
El 22 de noviembre de 1931 perdió el apodo popular de escuela de Castelli y fue bautizada Don Pedro de Mendoza”.
El 6 de junio  de 1937 se fundó la Asociación Cooperadora Bernardino Rivadavia”. Y siguió la Asociación de ex Alumnos y la Cruz Roja Juvenil.
La escuela impartía inspección sanitaria, vacunación, primeros auxilios, no sólo para los alumnos, sino también para todos los niños del vecindario, elevando el estándar medio de salud de la barriada. Se creo el comedor escolar, auspiciado por la presidente de la Federación de Cooperadoras doña Avelina Husi de Seguí, [8] extraordinaria mujer, también, que sería luego, consuegra de la señora de Tesón.
En abril de 1943, la señora de Tesón, directora fundadora, después de veinticuatro años a cargo del establecimiento se retira y se le concede la jubilación. Queda frente a la escuela interinamente la maestra Dora Massi de Cascino. [9] El 12 de agosto de 1943, el Consejo Nacional de Educación designa por traslado de la escuela N° 60 de Los Pinos a otra prestigiosa docente de las escuelas Láinez que fue la Sra. Luisa S. Fitón de Montalti, que se hace cargo de la institución con 154 alumnos.
En 1944, año de las bodas de plata, la señora de Montalti obtiene la refacción total del edificio; convoca a la formación de la Asociación de Ex alumnos, quienes rinden un homenaje a la directora fundadora Esther Crisci de Tesón.
Cuando la escuela cumplió su 50º aniversario, en 1969, siendo directora de la misma la señorita Hilda Josefina Bryce, [10] entre los actos celebratorios fue invitada nuevamente la señora de Tesón quien dirigió la palabra. [11] Además se le entregó un diploma firmado por todos los que fueron sus alumnos: “… con amor de niños, admiración de padres y respeto de hijos”.


COLOFÓN DE VIDA
Esta educadora legó a Quilmes, además de una institución pública imperecedera, a través de sus hijos: el marino Máximo Arturo y el educador Néstor Eduardo, una descendencia que fue fiel a los parámetros formadores y educativos de sus progenitores.
Se suele pensar que los arduos sacrificios que imponen algunos trabajos y profesiones, deterioran y acortan la vida, por el contrario, cuando se pone honesta, sincera y humana entrega a la misión que nos trazamos, la vida nos premia. La señora de Tesón, tuvo una larga y próspera vida. Jubilada se estableció en la Capital Federal. Luego, en 1979, se radicó en la localidad de Londrina, municipio brasileño al norte del estado de Paraná, donde su hijo Néstor era profesor titular de metodología de la educación en la Universidad Estadual de esa ciudad y de Campinhas.
Allí, en Londrina murió esta extraordinaria educadora el 17 de setiembre de 1990, tenía 104 lúcidos añosHabía sido una mujer menuda, muy blanca, de ojos azules, pelo castaño claro, pausada al hablar, de temperamento sereno. Tuvo hasta el final de su vida una enorme memoria; pasados los 100 años, aún recordaba los poemas que Máximo Fermín, su marido, le había escrito, los recitaba con amor y admiración. También contaba anécdotas de sus hermanos, los de Italia y de Chito, ingeniero electrónico, que había construido y dirigió la usina eléctrica de Linares, en el sur de Chile.
Esther y su hijo Néstor yacen en el cementerio evangélico de Londrina según su deseo. 
Hemos querido aprisionar, en esta nota sobre una Maestra Argentina, el reguero de una vida, objetivo imposible en cuanto a la intensidad y la energía que dispersó en su trascender grávido de enseñanzas y también a la energía formadora que la inmigración dio a nuestro suelo, del que muchos - aún con menos entrega - reniegan en su individualismo, conducta que Esther Crisci de Tesón no conoció.
Investigación, compilación, entrevistas y argumentación 
profesor Chalo Agnell
Colaboración Stella Marys Segui de Tesón y
Fernando Tesón.

FUENTES

Archivo Flia. Tesón-Seguí
Biblioteca Popular Pedro Goyena
Diario “El Sol” del  14 de junio de 1969
Periódico "Acción" de Arrecifes. Fundado el 10/3/1945, clausurado desde el 27/5/1953 hasta el 23/9/1955. Director y editor responsable Diógenes Damianovich
Periódico “Enfoques” del miércoles 11 y del sábado 14 de junio de 1969. Pág. 3



NOTAS

[1] El 30 de Septiembre de 1905, el Consejo Nacional de Educación autoriza la ley 4874 cuyo propósito era el de abrir escuelas rurales y elementales en las provincias que lo solicitasen. Manuel Láinez fue el autor de dicha ley. Estas escuelas fueron distribuidas por aquellos lugares en que la tasa de analfabetización era más alta, sobre todo con el creciente aluvión inmigratorio. En el año 1906 ya contaban con 28.152 alumnos y en 1934 llegó hasta 32.5000. Esta ley permitió que los territorios nacionales de incipiente organización institucional, pudieran tener las escuelas que con recursos propios hubiesen tardado años en formalizar. A partir de la Ley Láinez, fue que el Ministerio de Educación de la Nación sostuvo escuelas dentro de su jurisdicción; las cuales comenzaron a ser traspasadas a las provincias en 1978, bajo la dictadura militar con la escusa de que  se fortalecía el federalismo establecido por la Constitución Nacional, contradicción de un gobierno que violaba solapadamente la Constitución. La realidad era que el FMI, bajo cuyo yugo puso el país el funesto ministro de economía Martínez de Hoz, exigía achicar el gasto público, y la educación la cultura y la investigación científica fueron las víctimas. 
[2] Revista Homenaje”, editada a los 50 años de la Escuela Nacional Nº 99 de Punta Alta. La señorita Clory Crisci murió a edad temprana. 
[3] Periódico Acción” de Arrecifes, año XXII, Nº 2484, sábado 24 de setiembre de 1966. “Cincuentenario de la fundación del periódico “La Opinión” 1916 – 10 de setiembre – 1966 – Fundador y director Máximo Tesón. Artículo de Ricardo P. Mendoza Dumas. Pp centrales. 
[4] “Stella Marys Seguí Huisi de Tesón - El Sol y sus 85 Años”, nota del sábado, 17 de noviembre de 2012 http://elquilmero.blogspot.com.ar/2012/11/el-sol-y-sus-85-anos-stella-marys-segui.htm
 [5] Escrito de la Sra. Marta Élida Arluna, obtenido por la docente, Celia Cabrera de Sánchez, ex alumna y docente en la institución: “Don Enrique Castelli residía en la Capital Federal. Solía pasar en este predio largas temporadas con su familia. La residencia estaba donde hoy funciona el jardín de Infantes. Cuenta una de sus bisnietas, nieta a su vez de su hijo Constantino. Dos de los hijos de don Enrique eran docentes y en su estadía en  el lugar convocaban a los niños de los alrededores para dictarles clases […] por eso a la escuela se la llamaba comúnmente el colegio de Castelli”

[6] Recordamos que Quilmes tuvo desde 1860 una importante producción de bebidas alcohólicas. 
[7] Vidal, Armando. “El Congreso en la trampa. Entretelones y escándalos de la vida parlamentaria Ed. Planeta. Buenos Aires, 1995. Pág. 14 
[8] Avelina Huisi de Seguí - 8 de Marzo Día de la Mujer” nota del miércoles, 6 de marzo de 2013 http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/03/avelina-huisi-de-segui-8-de-marzo-dia.html 
[9] Libro Histórico de la Institución.
 [10] “Hilda Josefina Bryce – En Memoria (1925-2013)” de la nota del miércoles, 31 de julio de 2013

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