domingo, 29 de noviembre de 2009

AIRADAS VOCES REPUDIAN EL INCENDIO DE "LA CAPILLA" POR GRACIELA LINARI

  Historiadores de diversos distritos de la provincia de Buenos Aires y vecinos preocupados por la preservación de la memoria regional, hicieron llegar sentidas palabras a la Asociación Amigos de la Capilla Escocesa en repudio al incendio de la antigua Capilla presbiteriana de Saint John, en Florencio Varela.       
El presidente de la Junta de Estudios Históricos del Buen Ayres, profesor Eduardo Lázzari manifestó su pesar ante la irreparable pérdida; también lo hizo la docente e historiadora del partido de San Vicente, Haydée Epifanio, quien expresó su pena y puso énfasis en señalar lo "poco que importa cuidar los vestigios del pasado".     
Roberto Belmonte, escritor y vecino de Florencio Varela, hizo un reconocimiento frente a lo ocurrido, señalando que "además de consternación, bronca y un montón de sentimientos encontrados más", también le cabe "un sentimiento de culpa porque, en lo personal, no he hecho nada por la más que centenaria Capilla, pero creo que esto muestra - una vez más - el poco interés de quienes gobiernan, por los monumentos históricos". Sobre el final de su nota reflexiona en que "si algunas sociedades fueron capaces de reconstruir sus edificios y monumentos destruidos por las guerras, tal vez quepa la remota posibilidad de hacer lo propio en este caso".      
Desde la Asociación Scotland in Argentina y con la firma de Mónica Loreto y Kevin Ham, una nota señala que "lo ocurrido es una muestra más del descuido general que sufre nuestro país, del poco valor que tiene la vida humana, de la carencia de valores morales y del poco respeto por los valores históricos". Añade el texto que "es un día de duelo para todos los que conocimos este magnífico monumento y apoyamos, de un modo u otro, su preservación". 
Chalo Agnelli, docente e historiador de Quilmes, expresa que hace suya "la pena que debe atribular a todos en Varela", y dedica varias páginas de su blog (http://elquilmero.blogspot/) a difundir textos y fotografías del pequeño templo y su historia. 

jueves, 26 de noviembre de 2009

LA MEMORIA ESTA DE DUELO - SE INCENDIÓ LA CAPILLA PRESBITERIANA SAINT JOHN

 
De Graciela Linari

      Hoy la memoria varelense está de duelo.

      En  el atardecer del 25 de noviembre se inició un incendio que puso fin a la vida de la antigua Capilla de Saint John, pequeño templo presbiteriano declarado Monumento Histórico Provincial en 1998 (proyecto presentado por el senador provincial doctor Luís Esteban Genoud) y abandonado a su suerte sin que, desde los distintos estamentos del estado municipal, provincial o nacional, se arbitraran los recursos para su preservación.
      Nacida siglo y medio atrás soportó airosa el paso del tiempo que, no obstante, no logró doblegarla, confiriéndole una pátina que acrecentó el valor de sus ladrillos viejos. Misteriosa y solitaria, se mantuvo erguida como una anciana dama, vestida de gloria con el recuerdo de los hechos que la tuvieron como testigo.
      Hizo falta el fuego para devorar tanta historia como guardaban sus muros agrietados, hoy vestidos con cenizas del centenario tejado. Cenizas de un tiempo pasado que la indiferencia de los hombres  no supo cuidar. Atrás quedan proyectos de futuro, voces pioneras que frecuentaron el templo, sombras fundadoras de un ámbito sagrado que supo cobijar anhelos y  esperanzas de un pueblo inmigrante que encontró, en este rincón de la provincia de Buenos Aires, el ámbito de libertad para desarrollar una nueva vida, lejos de su tierra natal.
       Esta pequeña Capilla era el más antiguo símbolo material de la decisión de Bernardino Rivadavia cuando, en 1824, firmó el convenio con los hermanos Parish Robertson para traer a estas tierras a una colonia de escoceses que aportaran su experiencia agrícola al desarrollo de nuestro campo. La libertad de cultos, garantizada por el gobernante, tenía en esta Capilla su testimonio. Construida en 1854, se mantenía en su condición original, tras su abandono y posterior venta a un vecino de la zona en 1967. 
      En 1995, vecinos de Florencio Varela y miembros de la iglesia presbiteriana se nuclearon en una Asociación que, desde entonces, bregó por recuperar primeramente su historia y luego intentó interesar a las autoridades en la recuperación del bien. Vanos intentos. El balance fue siempre negativo. Postergaciones, largas esperas en los     despachos de distintos funcionarios, excusas … se fueron llevando estos casi quince años de trabajo en los que sí se logró rearmar una historia que, desde hoy, pasa a ser una historia virtual .
      Un portón abatido por el fuego, el centenario tejado convertido en negras brasas, argamasa y ladrillos rotos se amontonan en desprolijos montículos, cubriendo aquella tierra antaño consagrada…
       Si hasta el fantasma que supo habitarla –aquella blanca lechuza del campanario- buscó en el anochecer otro horizonte para asentar su nido.
        Hoy, más que nunca, la habita el silencio, consecuencia de la indiferencia de un pueblo que no supo guardar memoria y, más allá de redactar leyes y enunciar proyectos, no entendió que esos ladrillos viejos eran las raíces que nos ataban al presente, para seguir desarrollándonos como comunidad organizada.
Para ampliar esta información pueden comunicarse 
al correo remitente o, por teléfono, 
al 4255-1882.
                                         Graciela Linari
                          Asociación Amigos de la Capilla Escoces

La Capilla Presbiteriana de St John se comenzó a construir el 27 de marzo de 1854 y es la primera de las tres del culto presbiteriano construidas en zonas rurales, las restantes fueron la ubicada en Jeppener (hoy demolida) y la ubicada en Chascomús que fue restaurada. La capilla de St John está ubicada a 12 kilómetros de las vias del ferrocarril Metropolitano sobre la ruta No. 53 en Florencio Varela.
Gracias a la labor de su presidente Sra Graciela Linari y de los otros miembros de la Asociación la capilla ya fue declarada monumento histórico provincial.
Un ejemplar (Agosto 2007) de la Revista “Palabras con Historia” editada por la Sra. Linari fue traducido al Inglés por Mónica Loreto y fue enviado a Escocia con el objeto de dar a conocer la labor que realiza la Asociación.

PLAZA DE VILLA ARMONÍA (COLABORACIÓN)

- SU HISTORIA -

Por Roberto Sánchez
La plaza "Armonía" está circundada por las calles: Blas Parera, O`Higgins, Tucumán e Islas Malvinas, de unos de los barrios pioneros de Quilmes Oeste, el llamado, precisamente, "Villa Armonía".
 
La manzana donde se creó la plaza perteneció a la firma inmobiliaria Fiorito S. A. Había sido entregada al Municipio para ser destinado a una obra de bien público con un plazo de 40 años para su concreción, caso contrario debería ser reintegrado a sus dueños originales o sucesión de los mismos. Hubo muchos proyectos y otros tantos gobiernos que no los llevaron a cabo.
Pasaron los años y el predio fue utilizado como cancha de fútbol por el antiguo club Villa Armonía, fundado en 1929. El club contó con un equipo que salió campeón consecutivamente, en los primeros tres años desde su creación. Luego se hizo la sede social con buffet, cancha de bochas vestuarios, salón para reuniones y bailes y la infaltable biblioteca, atendida por el señor Scholtz, un vecino de origen alemán.
Como toda institución tuvo sus años buenos y otros malos, llegó 1967, con una acefalía total, sin socios ni actividades y pagando alquileres. Únicamente lo mantenía personas mayores que concurría a pasar el rato por las tardes, jugar a las cartas y tomar un aperitivo en el buffet que atendía don Basilio Protasowiski, un buen ruso a quien se recuerda con una sonrisa por su dura jerigonza expresiva.
Allí se reunían los hermanos Cabrera; Adolfo (Coliche) y Rodolfo, “el gordo” Tizón, Francisco Monzerrat, Julio Primo, Valenzuela, los hermanos Solís: Roberto y Oscar, Viassi, Mendiguibel, y algún otro vecino.
Un día reciben la inesperada visita de unos señores de la sucesión Fiorito, trayendo una propuesta referente al predio, la que darían a conocer en una reunión con representantes del club en una casona que disponían en la calle Dorrego pasando Mitre (El Viejo Rincón). Acuden en representación del club los señores: Adolfo Cabrera, Rodolfo Cabrera, Manuel Tizón y Julio Orellano, acompañados por un joven estudiante de ciencias económicas, Néstor Paz (épocas en que se depositaba la confianza en gente más ilustrada, al decir de los viejos), hoy con 75 años, único que sobrevive y puede dar testimonio de los hechos.
La propuesta de Fiorito consistía en el reintegro documentado de la cancha y su posterior loteo, dejando para el club dos lotes para la construcción de su sede.
El tiempo corría los plazos también, los viejos socios y vecinos fundadores lo consultaron y decidieron, dadas las circunstancias, que no estaban en condiciones de aceptar el trato y menos que el predio fuera loteado.
Sin titubeos y en común acuerdo, uno de ellos, Adolfo Cabrera se apersonó en el Municipio, habló con el ingeniero Cortizas, Secretario Obras y Servicios Públicos, lo informa de la situación y éste funcionario, luego de hacer revisar los polvorientos archivos decide mandar los equipos y personal que dan comienzo para la construcción de la plaza.
En ese momento toma intervención la Sociedad de Fomento Edilicia y Cultural Villa Armonía, para acompañar y colaborar en la obra por intermedio de los integrantes de la comisión directiva de la cual Roberto Sánchez era prosecretario. Se resolvió realizar una peña folklórica para recaudar fondos para la construcción de un mástil y las hamacas que aún hoy existen, construidas ad-honoren por el prosecretario mencionado.
La peña se realizó en el salón Obreros Cerveceros, con la actuación del "Tigre" Roberto Rimoldi Fraga. Fue un éxito total, actuó una vecina Cora Dunquen, ganadora del programa de T. V. “Nace una estrella” conducido por Héctor Coire, con el acompañamiento de las guitarras de Barbieri y Terrile; en la locución, un grande, don Omar "Clavelito" Andragnez, un inolvidable, siempre elegante y con un clavel en la solapa de su saco.
La inauguración fue un 12 de octubre de 1968, con bombas de estruendo bien temprano, misa y bendición de la insignia patria, a cargo del Padre Caggiano que en su homilía dijo: “a veces es necesario cantar menos el himno, ir menos a misa y hacer buenos actos y obras como estas”. La Bandera Nacional fue izada por el vecino Sr. Cordo y autoridades presentes; una guardia del glorioso Regimiento de Granaderos junto al mástil dio el marco patriótico al acto. Por la tarde: juegos y entretenimientos para los chicos. Todo sinceramente emotivo y por la noche un cierre con la actuación de artistas zonales y vecinos.
Eran vecinos de la sociedad de fomento en aquellas épocas: Eduardo CONFORTE, Alberto ESTEBAN, José PÉREZ, Víctor ABRIOLA, Jorge IARLEGUI, Mateo PATRONI, Julio LOZADA, Antonio VILLASANTE, OTERO, BARRIGA, SALVADOR... y muchos que colaboraron en su creación y que su memoria permanecerá siempre en ese espacio de aire puro y recreación urbana.
Colaboración del vecino don Roberto Sánchez
Chalo Agnelli

lunes, 23 de noviembre de 2009

EL CONSERVATORIO WILLIAMS

Alberto Williams
padre de la música argentina"

Investigación y compilación Chalo Agnelli

Quilmes alcanzó en todos las manifestaciones de la cultura, del arte, de la educación, un nivel que nada tenía que envidiar a la cercana ciudad de Buenos Aires. Y la cantidad de niños, jóvenes y adultos que dieron sustento a sus vidas, no solo de Quilmes, sino también de la actual Berazategui, Florencio Varela y Wilde, fue exorbitante y trascendente en las nuevas generaciones hasta hoy.
Una institución que marcó una huella proyectiva en la educación de la música argentina fue el conservatorio Williams, fundado y dirigido por el maestro Alberto Williams y era sub-director Cayetano Argenziani. No sólo de la música, sino también de la declamación, destreza que hasta los años 60 era muy requerida por la madres, sobre todo para las niñas; tanto como hoy son los cuentacuentos, de los que en Quilmes tenemos una buena tanda, como: Marta Policcicchio, Giselle Rataus, Iris Gardelliano, Graciela Gatti, etc.
En 1935, el Conservatorio Williams tenía 170 sucursales desparramadas por todo el país. La sucursal local era la Nº 9. Estuvo, en un primer momento, en la calle Rivadavia 82 y luego en Alsina 345, esquina con Mitre. Se dictaba: solfeo, armonía, piano, violín, violoncelo, canto, arpa, declamación y guitarra. El director y secretario fue el maestro Gustavo F. Rennes.
En Bernal, calle Belgrano 699 esquina Ramella, había otra sucursal que dirigía la señora Ameli Piaggio.
EN QUILMES
La sucursal de Quilmes fue fundada en 1907, por el mismo Williams, María Luisa Carranza Frías, Cayetano Argenziani y Gustavo F. Rennes. El primer concierto se realizó el 16 de junio de 1907, en el salón municipal (actual Casa de la Cultura) a beneficio de la Conferencia San Vicente de Paul. Participaron los profesores: Sélika Ramírez, Argenziani, Vicente Maccaroni, Rennes y J. Leónidas Piaggio y los alumnos Ana Angeletti, Raquel Sol, Adelaida Sarmiento, María Ester Llull, Raquel Cichero, Regina Cichero, Mercedes Von Kotsch, María L. Angeletti y Pedro Videla.
NACIDO PARA LA MÚSICA
Alberto Williams se consagró durante toda su vida a la, enseñanza y al pensamiento; luchador infatigable estaba ajeno a los halagos, modesto, probo, ejemplo de voluntad y de dedicación a la música argentina.
Nació en la ciudad de Buenos Aires, el 23 de Noviembre de 1862. Hijo de Jorge Orlando Williams y Eloísa Adela Alcorta, su abuelo materno, Amancio Alcorta, fue un prestigioso compositor y político oriundo de Santiago del Estero. Descendiente de dos familias de músicos de afición, su madre, tocaba el piano y su padre, el piano, el armonio y era un notable barítono. 
A temprana edad, inició sus estudios musicales con el maestro alemán Pedro Beck, que le enseñó las primeras nociones de teoría y solfeo y en 1876 ingresó en la Escuela de Música y Declamación de su ciudad natal, la misma que fundaran Juan Pedro Esnaola y Santiago Alcorta donde fue discípulo del profesor Luis José Bernasconi. A los ocho años de edad, comienza Alberto a interpretar el piano.
En el año 1882 fue becado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires y viaja a Europa a perfeccionar y completar los estudios musicales en el Conservatorio de París, donde es discípulo de Georges Mathis (el alumno preferido de Chopin), de Charles de Beriot (hijo), Durand, Guiraud, Godard (discípulo de Brahms) además estudió composición con César Franck.
Durante su permanencia en el Conservatorio de París, es laureado en dos concursos de piano y a fines de diciembre de 1889, regresa a Buenos Aires, donde inició su labor como pianista, director de orquesta, compositor y pedagogo. Después de dar varios recitales, con 28 años, fundó en 1893, el Conservatorio de Música de Buenos Aires del cual fue director hasta 1941. Bien pronto se dan a conocer su capacidad y su competencia, siendo considerada la suya como la más completa de las instituciones de su género.
Williams dedicó gran parte de su vida a estudiar sus trascendentales trabajos y su rigurosa producción, que llevaron su fama hasta en el extranjero. Fue profesor y secretario del Conservatorio por más de 20 años el maestro Julián Aguirre (1868-1928) quien con su esposa Margarita del Ponte, hija del compositor Clementino del Ponte, fueron estrechos colaboradores y amigos de Alberto Williams.
Basta abrir el catálogo completo de sus obras musicales, así como un volumen suyo de poesías para darse cuenta exacta, de la excelencia de sus creaciones que abarcan estudios, piezas sinfónicas, sonatas, obras para canto y piano, cuartetos, hasta piezas sinfónicas para gran orquesta que le valieron grandes éxitos.
Fue uno de los primeros difusores de la obra wagneriana en conciertos; colaboró con numerosos artículos en la revista “La Quena”; fue presidente de la Comisión Nacional de Bellas Artes, presidente de la Asociación Argentina de Compositores; miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, de la Asociación Argentina de Música de Cámara. Fue el primer profesional de la enseñanza de la música en la Argentina. Llegó a abrir tantas sucursales de su academia que algunos estetas de la música se mofaban de él diciendo que Williams tenía más sucursales que La Martona, la famosa fábrica de productos lácteos que tenía servicios al paso en todas las ciudades del país. Williams era un profesional de la música a diferencia de Carlos López Buchardo que era más artista.
OBRA
Escribió: Teoría de la música; Teoría de la armonía; Teoría del contrapunto; Veinte lecciones de solfeo; Problemas de solfeo; Caligrafía musical; Pensamientos filosóficos, una de sus últimas producciones literarias. 
Poco antes de su muerte se había iniciado la edición completa de sus obras en Buenos Aires, París y Bruselas simultáneamente.
Comenzó su creación nacional con la serie “En la sierra”, para piano, y “Rancho abandonado” (1890); se le deben nueve sinfonías mundialmente famosas, la última de las cuales, “Los batracios” fue estrenada en 1951; cinco suits, dos poemas sinfónicos, cinco danzas argentinas (milongas) y dos marchas; diez coros a capella; sesenta canciones para canto y piano; veinte canciones escolares para una y dos voces y cuatro canciones patrióticas (vocales), etc.
Fue el creador de una música de argumento, de melodía y de articulación nacional y americana, y su influencia marca lo que podría llamarse la independencia nacional en el dominio musical. Su personalidad está presente ya en la serie "En la sierra", op.32: desde entonces el paisaje americano se descubre en toda su obra, en las Nueve Canciones Incaicas de los opus 45; 57 y 71, que liga las antiguas culturas aborígenes con las modernas técnicas cosmopolitas; en sus huellas, vidalitas, gatos, cielitos, cantares y zambas; en las cuatro piezas de “En la Pampa”, op. 76; en sus milongas, que evocan escenas colectivas de la vida popular argentina; en las tres series para arcos, danzas, y canciones populares estilizadas; en sus ocho poemas para piano, como “Poema de la quebrada”, “Poema del valle”, “Poema de la araña pollo”, “Poema fueguino”, etc; en sus nueve sinfonías, como "La bruja de la montaña", en estilo, vidalita y arrorró; en el "Ataja caminos", "El eterno reposo", "El corazón de la muñeca", etc. 
En un lapso de sesenta años, Williams dejó escritas 136 obras, entre las que se incluyen, además de las mencionadas: su Poema de las Campanas (Op. 60) estrenado en 1913; Primera, Segunda y Tercera Suite Argentina, El Atajacaminos (Op. 98) su cuarta sinfonía en Mi Bemol Mayor; El Corazón de la Muñeca (Op. 100) quinta sinfonía en Mi Bemol Mayor, La muerte del cometa (Op. 102) sexta sinfonía en Si Mayor, El eterno reposo (Op. 103) séptima sinfonía en Re, La Esfinge (Op. 104) y su octava sinfonía en Fa Menor, todas compuestas entre 1933 y 1938. Williams compuso su última sinfonía en 1939, la novena en Sí bemol Los Batracios (Op. 115), obra de corte humorístico que tuvo muy buena aceptación en su tiempo.
También fue escritor y poeta, siendo de destacar dos libros de su autoría titulados Poema de los Mares Australes, publicado en 1929, y Poema del Iguazú, en 1942.
EL MÚSICO MÁS PROLÍFICO
Casado con Irma Paats y padre de varios hijos, entre ellos el célebre arquitecto Amancio Williams (1913 – 1989), falleció en su ciudad natal a los 90 años, el 17 de junio de 1952, siendo merecedor de numerosos reconocimientos póstumos, entre ellos la imposición de su nombre a una calle de la Capital Federal y numerosos conservatorios y academias musicales. Por lo abundante de su obra se lo llamó “el músico más prolífico de América” y por sus innovaciones y calidad, “padre de la música argentina”. Músico verdadero, sin artificios, ni sonoridades huecas, siguió una escuela argentinista, desarrollando su pensamiento musical con claridad e imprimiendo en cada frase su sello personalísimo.
El sello alemán Arte Nova, a través de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y la dirección del inglés Adrian Leaper, editó un compacto con la Sinfonía Nº 7, 'El eterno reposo' y el 'Poema del Iguazú', dos obras tardías dentro de la producción de Williams que permiten conocerlo en un período un tanto alejado del inocente nacionalismo romántico del 'Rancho abandonado' y la Obertura de concierto. Por otra parte, la séptima sinfonía, que es de 1937 (Williams ya tenía 75 años), no tiene demasiada conexión con cualquiera de las manifestaciones contemporáneas europeas o argentinas. En esta época, el neoclasicismo venía siendo impulsado a galope creciente por el Grupo Renovación (Juan José y José María Castro y Jacobo Ficher, entre otros más).
El 'Poema del Iguazú', una sinfonía programática en cuatro movimientos (Las selvas dialogan con las cataratas; Barcarola del Iguazú; La luna ilumina las cataratas; La garganta del Diablo) fue concluida en 1943 y maneja los mismos elementos que la sinfonía, aunque las alusiones a situaciones concretas le otorgan mayor coherencia y, por consiguiente, más atractivo."(Kohan PabloWilliams, en un CD canario” La Nación, espectáculos 23/11.2009)
 
MAESTROS DE LA MÚSICA
Cayetano Argenziani, discípulo de Alberto Williams y de Julián Aguirre, fue co-fundador del Conservatorio que ideara su maestro, donde ocupó el cargo de sub-director. Era profesor de piano, solfeo, armonía, contrapunto y composición. Sus vastos conocimientos musicales, sus dotes de artista y sus cualidades personales lo definieron como un formador imprescindible.
Gustavo F. Rennes fue el que estableció la sucursal del Conservatorio Williams en el pueblo de Quilmes en 1907, junto con Argenziani y la Srta. María Luisa Carranza Frías. Fue secretario de la Institución. Había estudiado en el Conservatorio de Buenos Aires, donde fue discípulo de los maestros Maurage y Maccarone, egresando como profesor de violín, de solfeo y de música de conjunto. Emprendedor, bregó por inculcar a las generaciones quilmeñas el espíritu musical que lo animó y le permitió realizar una trascendente labor docente, poniendo al servicio de su causa inteligencia y saber.
Formaron parte del cuerpo docente durante los primeros años de la sucursal Quilmes: Emilia L. Wagner (piano), Celia G. Gravell de Rennes (piano y solfeo), Leopoldo Stiattessi (canto), Luis Cione Pagano(declamación), J. Leonidas Piaggio (violonchelo), además de los fundadores, los maestros: Argenziani (piano, armonía contrapunto y composición) y Rennes (violín y música de conjunto). En 1927, se agregó como subdirector Celestino Piaggio.
Esta Institución quilmeña, en 1928, con 21 años de existencia participó en más de 200 festivales organizados con diversos fines, tanto en los salones de la Municipalidad como en el teatro Cristoforo Colombo, y fuera de esta localidad como: en Buenos Aires, en el Ateneo Hispano Americano que dirigía el Dr. José León Suárez y en otras, llegando a un porcentaje de 10 festivales al año. Y contaba en su haber con 71 conciertos gratuitos y público, dentro de los cuales, 15 fueron conciertos sinfónicos con su propia orquesta.
En una época donde aún en la Capital Federal rara vez se realizaban este tipo de manifestaciones artísticas con elementos propios, pues en la mayoría de los casos era necesario recurrir a profesionales o elementos foráneos, que restan a estos conciertos la mitad de su valor y disminuyen el esfuerzo. Entre los nombres más recordados de los primeros años se repiten:
Pianistas: Además de Cayetano y Gustavo F. Rennes; Clara Fischli; Raquel Wetschky; Alicia V. Etchevertz; Numa Rossotti; Mauricio Dumesnil; Leónidas Mastrostéfano.
Violinistas: Emilio Arbert; Raúl Andrés Ramos; Pedro Molina. N. Gimpel.
Violonchelista: Carlos Olivares.
Declamadores: Otilia Marenzi Spinelli; Norma Persichini; María Elena Sehneider; Gloría Bayardo; Alemany Villa.
Los primeros 25 inscriptos en el establecimiento en 1907 fueron: Ana y María Luisa Angeletti, Elvira Benedetti, Marcelina Cairo, Raquel y Regina Cichero, Avelina y Mercedes Huisi, Mercedes von Kotsch, Lara Emma Lucco, Ana María y María Elena Llull, Rosa Mazza, Juana Murialdo, Amalia Peruzzotti, Manuela y María Rodríguez, Adelaida Sarmiento, Juana, Raquel y León Sol, Dolores Villegas, Antenor Casarino, Ernesto Guilhem, Carlos Jorgensen, Dalmiro Rubio Pereyra, Juan B. Sisto, Alberto Torre, Marcelo Vernengo y Pedro Videla.
Después de la muerte de Williams paulatinamente las distintas academias dispersas por todo el país fueron cerrando, las últimas perduraron hasta los primeros años de la década del 80. la Sucursal quilmeña cerro aproximadamente en la década del 60´.


NÓMINA DE ALUMNOS MATRICULADOS DURANTE EL AÑO 1926.
Amanda Victoria Amor, Dora Raquel Angeletti, Carmen Eusebia Astier, Elida Teresa Badaracoo, María Angélica Baldana, Carmen Baroja, Amelia y Juana Barosela, Sarah Stella Barrabino, María Angélica Bizzózero, María Elena Bomfante, Stella Borelli Rauch, Hectorina Borzi, Rosalía E. Broeders, Victoria Rosa Cairo, Edita Ofelia Camera Vega, Mercedes Oapdet, Libertad. Capdevielle, Silvia Inés Carro, Inés Amelia Casella, Catalina Rosa Cassanello, Raquel Cichero, Elena Cincotta, Josefa C. de Corvalán, Beatriz F. y Silvia Maria Craig, Adelina Chorroarín, Verónica M. Dalla Vía Leonardi, María Marta De Carli, Irma Raquel Dellagiovanna; Alicia Beatriz y María Teresa Elesgaray, María Esther Escobar, María Blanca Ferreyra, Elsie Field, Yolanda Foglino, Beatriz Blanca Frade, Evelina Fraser, Kathleen Gardner, Noemí Violeta Godoy Olazar, María Esther Gustave, Alicia Clotilde Higgs, Lilia Imperiale, Angélica Elvira Insaurgarat, Julia Jordán, Martha Clementina Labourt, Vicenta María Lassalle, Avelina Teresa Llense, Rebeca López Godoy, Cecilia y Nelly Maguirre, María Luisa Maisier, Gloria Amolda March, Aída y María Esther Marchisotti. Irma Matrero, Elmerinda y Velia Massa, Juanita Mendelssohn, Dora Esther Mezzadra, María Teresa Miriardo […] Lilia Evelina Morelli, María Mercedes y Sara Raquel Moreno, Araceli Zaída Musante, María Angélica Ochera Ballester, María Angélica Oddone Castro, María Luisa Olivelli, Violeta Celestina Orezzio Aranda, María Luisa Ortenbach, Carmen y Elvira Palmieri, Matilde Peñaloza Galetto, Verónica S. de Rak, Lila Haydée Ramos Müller, Victoria Luisa Reincke, Violeta Adelaida Rother, Irma Scabari, Leyla E. O y Thelma M. A. Spinelli, Viola Anita Steed, Delia María Luisa Taranto, Ana María y Lina Tropeano Orlando, Verónica Valecky, Carmen González de Ventura, Lía Esther Vicat, María Teresa Vicat, Elisa Nélida y Leonor Agustina Vieytes, Miaría Luisa Villen, y Raquel Wetschky.
En las clases de varones: José Acerbi, Alfredo Agrotti, Juan Carlos y Néstor Oscar Albaytero, Rubén Lucas Antola, Eugenio E, Bagnarelli, Antonio Bartoli, Alfredo Bertana, Fortunato Calavanich, Aquiles Cichero, Graziano Cocimano, Miguel F. Chanu, Lorenzo Dalla Vía Leonardo, Alberto Miguel De Muro, Douglas Dowling, Enrique Escudero, Pablo Carlos y Raúl Gualberto Espinosa, Emilio R. Gantzer, Hilario Gérez, Federico Guillermo Herrero, Martín Adolfo Jastrzebsky, Eric A. y Guillermo S. Jordán, Reginaldo Guillermo Lee, Jorge Raúl Mezzadra, Francisco Morelli, Odilón Arturo Núñez, Luciano Alberto Ortenbach, Jacobo Pesín. Ricardo Mauricio Porcel, Carlos Pronato, Oscar Dante y Raúl Andrés Ramos, Eladio Rebolé, Gustavo Alberto Rennes, José Schiavini, Silvio P. Silvetti, Arnoldo Steyerthal, Jorge C. y Milos L. Suchan, Saúl Elías Trinca, Francisco Vidal, Pablo Wetschky y Roberto White.
CUERPO DE PROFESORES (1907-1926)
Alberto Williams, Celestino Piaggio, Cayetano Argenziani, Gustavo F. Rennes, Emilia L. Wagner, Celia G. Gravell de Rennes, J. Leonidas Piaggio, Leopoldo Stiattesi y Luis Cione Pagano.
ALUMNOS DIPLOMADOS CON HONORES Y LAUREADOS EN 1927:
Elena Cincotta, Francisca A. Di Si, Dora E. Mezzadra (prof. Elemental de piano), Lilia E. Morelli, Lila H. Ramos Müller, Thelma M. A. Spinelli, Ana María y Lina Tropeano Orlando, María Luisa Villén, Rebeca López Godoy. María Josefina Domínguez, Federico G. Herrero, Silvia I. Carro, Isolina Aluisetti, Maria Angélica Baldana, Sarah E. Barrabino, Horacio Eduardo y Indalecio Alberto Sánchez, Raquel Cichero (1º premio y medalla de oro en piano) María Teresa Miriardo.
 SUCESIÓN EN EL TIEMPO
En octubre de 1945 en los salones del viejo palacio municipal, hoy Casa de la Cultura, se realizó el 122º concierto del Conservatorio.
Programa del 1º Concierto del Conservatorio. 
CONCIERTO DEL CONSERVATORIO WILLIAMS - PRIMERA PARTE
Estudio N° 22 a 4 manos, Lebert y Stark. — Señorita Raquel Sol, año principiante y Sta. Ana Angeletti, año preparatorio.
Gondoliera Veneciana Op. 11 N° 6, Mendelssohnn. — Sta. Adelaida Sarmiento, 1er. año, 1er. término.
Estudios a 4 manos Nos, 9, 5, 12, Lebert y Stark — Sta. María E. Llull, año principiante y Sta. Raquel Cichero, año principiante.
4 a) Für Elise Op., Beethoven b) Rondo Op. 88 N° 2, Kulhau— Sta. Regina Cichero, año prep.
5. Berceuse para violín y piano, Acton—Sta. Mercedes von Kotsch, año preparatorio.
6 a) Gavotte Op. 88 N° 1, Hofmann. b) Kinderstük Op. 72 N° 5, Mendelssóhnn —- Sta. Ana Angeletti, año preparatorio.
7 a) La caza Op. 19: Nº 3, Mendelssohnn. b) Final de la sonata Op. 2 N° 1, Beethoven — Sta.María L. Angeletti, 3er. año.
8. Romanza para violín y piano, Thomé — Sr. Pedro Videla, año preparatorio.
9. a) Danza noruega, a 4 manos Op. 35 N° 2, Grieg. b) 1er. tiempo de la Sonata Op. 6, Beethoven. — Stas. Ana y María Luisa Angeletti.
SEGUNDA PARTE
1. 1er. Tiempo del Trío Op. 34 N° 2 para piano, violín y violóncelo; Chaminade — Prof. Sres. Cayetano Argenziani, Vicente Maccarone y Leónidas Piaggio.
2. Rapsodia Húngara N° 10, Liszt — Sr. Cayetano Argenziani.
3. a) (In quelle trine morbida) romanza de la ópera Manon Lescaut para canto, Puccini. b) (Un bel di vedrem), romanza de la ópera Madame Butterfly, Puccini — Sta. Sélika Ramírez.
4. Romanza Op 26 para violín y piano, John Svendsen — Prof. Gustavo F. Rennes.
5 a) Polonesa, Op. 9, Paderewski. b) Mouvement de valse Op. 16, Williams — Sr. Cayetano Argenziani.
6. Romanza de la ópera Wally, Catialani — Sta. Sélika Ramírez. 7 a) Andante con moto Op. 5 para violoncello y piano, Argenziani. b) Elegía Op. 24, Fauré — Sr. Leónidas Piaggio.
8. Andante y final del Trío Op. N° 2; Chaminade — Sres. C. Argenziani, V. Maccarone y L. Piaggio.
Alocución por el Sr. Director y distribución de certificados de estudios del año 1906.
Compilación Chalo Agnelli
Donación Claudio Daniel Schbib 2008/2014
Museo Bibliográfico Documental "Bibl. Carlos Córdoba" de la Bibl. P. Pedro Goyena en el Centro Cultural Hilda Perata
NOTA
Los números de piano, son alumnos del Prof. Sr. Cayetano Argenziani, y los núme¬ros de violín son alumnos del Prof. Sr. Gustavo F. Rennes.
OTRO — Acompañará al piano los números de violín, canto y violoncello, el Prof. Sr. Cayetano Argenziani.
BIBLIOGRAFÍA
"Cien ciudades argentinas". Quilmes, 1927. Pág. 27
Nueva Guía A.B.C. julio de 1928 – año 1 Nº 1
Risolía,Vicente Aníbal “Alberto Williams. Curriculum vital” Ed. La Quena, Buenos Aires, 1944
Santillán, Diego A. de. Gran Enciclopedia Argentina Tomo VIII - Pág. 459
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