sábado, 31 de julio de 2010

VÍCTOR DE POL - LUIS BOSSI - MANUEL DA SILVA - LA LABOR DEL INMIGRANTE

LOS QUE LEVANTARON LA PLATA
Cuando con exactitud y mucha ligereza se informa “Dardo Rocha fundó la capital de la provincia de Buenos Aires, La Plata, el 19 de noviembre de 1882, rara vez uno se pregunta, pero ¿Quiénes desmalezaron esa extensa planicie, quiénes abrieron calles y caminos y plantaron ladrillo a ladrillo esa ciudad? Sí, por supuesto que, necesariamente, se recuerda al arquitecto Pedro Benoit, pero él fue el que la planificó detalladamente en su concepción geométrica, concebida en conjunto con la traza y la arquitectura de trama, arquitectura institucional; Benoit fue el que hizo los planos, dirigió la obra general y vigiló que se respetara el proyecto.
Un fundador y un arquitecto no podían hacer más que lo que hicieron, fundar y trazar, pero en esos años después de las luchas por la cruel conquista de las tierras del indio, de los enfrentamientos por la capitalización de Buenos Aires, otros males propios de la época y el atraso que significa para los pueblos los encontronazos internos, no había en el país suficiente mano de obra calificada como para  levantar una ciudad moderna ni idoneidad en aspectos urbanísticos que el mentado “progreso” positivista había incorporado en Europa.
Así fue que el gobierno pensó en el país de Europa con la mayor y mejor tradición en esto de levantar edificios monumentales y construcciones imponderables, Italia, y allá mandó contratar ingenieros, constructores y operarios.
A poco llegaron al país 4000 obreros especializados, además de ingenieros, escultores, albañiles, yeseros, ebanistas, carpinteros, herreros, pintores, parquistas, jardineros calificados, que fueron poniendo sus conocimientos y pericia en innumerables edificios y monumentos. Así se destacaron, entre muchos otros: Juan Antonio [1] y Juan Carlos Buschiazzo, Luis Gamba, Ángel Fiorini, Juan Mariani, Pedro Rimoldo, Leopoldo Rocchi, Ángel Bellome, Rafael Scarpa, Luis Castiglioni, Juan Baggio, Francisco Ventafridda, Agustín Rebagliatti, S. Pellerini, etc. Y entre los escultores se distinguió el veneciano Víctor de Pol que llegó a los 22 años en 1887 a darle a la ciudad los detalles de estilo, como el Museo de Ciencias Naturales y el Palacio Legislativo. [2] Para más ejemplos, la ex estación “19 de Noviembre”, actual pasaje Dardo Rocha, obra de otro arquitecto italiano, Francisco Pignaroli.

LOS RESIDENTES EXTRANJEROS
En un primer momento los hombres que vinieron de Europa sin compañía se alojaron en campamentos próximos al lugar de labor y los que trajeron a sus familias, en la cercanas localidades de Ensenada, Abasto y algunos en Quilmes, el pueblo más apto en comodidades y más próximo, hasta el momento, a la ciudad en ciernes; que, además, había sido pretendiente a la designación de Capital de la Provincia.
Esos hombres viajaban todos los días ida y vuelta en el ferrocarril Buenos Aires-Ensenada. En los escasos francos – en esos años todavía no existían las 8 horas de trabajo - a los ponchazos, fueron levantando sus casas para que esposa e hijos no pasaran penurias. Otros se alojaron en las pocas pensiones, fondas o en casas de familia que alquilaban piezas.
El mismo Benoit fue varias veces huésped de los Casares que tenían su suntuosa quinta en la manzana de las actuales calles Rivadavia, Moreno, Alem y San Martín.
En Alem y Brown, sobre el SE, en la propiedad de Juan Sánchez se alquilaban habitaciones a hombres solos. Había un inquilinato en la esquina SO de Humberto Primo y Mitre. En la esquina NO de Lavalle y 25 de Mayo la viuda de Lavaggi había transformado su propiedad y almacén en inquilinato. Alojaba hasta seis familias italianas, siempre y cuando le trajeron constancia que demostrara que el hombre tenía trabajo fijo. Este inquilinato era cómodo de habitaciones amplias, había una letrina cada dos familias y una cocina aprovisionada para que las mujeres no se molestaran en los momentos de compartirla, preparando los alimentos para los suyos. Estos inquilinatos se diferenciaban de los conventillos que proliferaban en la Capital Federal al culminar el siglo e iniciarse el XX, en que no había hacinamiento y los terrenos eran amplios, había galerías soleadas, espacios verdes  y el agua no estaba contaminada como la de la de los barrios de La Boca, Barracas, Monserrat y Balvanera, que eran los puntos de mayor concentración de inmigrantes en conventillos por esos años.

LOS CONSTRUCTORES DE QUILMES
La inmigración aportó la mayor parte de los emergentes culturales que hicieron nuestra idiosincrasia. Europa dio hombres idóneos en todas las expresiones de la labor humana y los aportes al progreso que aparecieron en las últimas décadas del siglo XIX y principios de XX. Quilmes califico alto en esa calidad de personalidades, que aquí se afincaron, formaron familias hicieron y dejaron obras imperecederas.
Muchos de estos trabajadores de la construcción, algunos de los que llegaron con algún capital, pero con mucha iniciativa, dejaron escuela en Quilmes y surgieron importantes empresas constructoras y contratistas que hicieron obras significativas en al ciudad que en las últimas dos décadas cayeron baja la picota del seudo-progreso urbano.
Entre esos se pueden mencionar a Marcelo Traversi, Alfredo Fossati, Leonardo Ruggieri, los hermanos Zito, Formica Hnos., Cairoli Hnos., Trovato Hnos., Broeders y Braga, Mateo Dessio, Francisco Bossi, Santiago Agosti, Marcelo Traversa. [3]
Algunos de estos trabajadores volvieron a su patria, pero la mayoría se quedaron y contribuyeron al crecimiento edilicio de todo el país.
Si bien Quilmes no logró el cometido de ser Capital de la República se benefició demográficamente con la fundación de La Plata. Luego se podrá comprobar esto con la la llegada de maestras de esa ciudad designadas en esta localidad, que aún carecía de cuerpo docente suficiente. Esas mujeres formaron familias con hombres residentes en Quilmes y aquí transcurrieron sus vidas y las de sus descendientes como fue el caso, por ejemplo, de Josefa Albornoz de Custer que llegó en 1918.

VICTOR DE POL
El escultor Víctor de Pol, en sus ocasionales visitas a Quilmes, mientras concretaba sus magníficas obras platenses: el frontispicio, la acrótera y los leones del Museo de Ciencias Naturales y los paños animados del Palacio Legislativo, se trató con la familia del Valle y en 1898 en un baile realizado en el Club del Progreso conoció a Asimilda del Valle, sobrina nieta de Aristóbulo del Valle. Entre danza y danza el tema común fue Quilmes y el 5 de enero de 1910 se casaron. Tuvieron tres hijos. Durante los veranos siguieron visitando este pueblo del sur hasta que en 1923 se establecieron en la quinta “El Refugio”, no por mucho tiempo ya que enfermo se trasladaron a una casa en Buenos Aires donde de Pol falleció en 1925.
Su hijo, que conservaba el recuerdo de los veranos de la infancia en la costa quilmeña, una vez que se recibió de escribano se radicó en Quilmes, se casó con Raquel Gouaillard y López Osornio, de familia de largo arraigo local, y tuvieron ocho hijos: María Florencia, Víctor María, María Raquel, María Verónica, Luis María, Patricio María, Enrique María y Esteban María. Los que dieron prolífica descendencia de esta familia a Quilmes.
Pareciera que virtualmente los cambios urbanos en nuestro país los concretan inmigrantes, pues hoy la transformación descomunal y desmedida que vive y sufre  Quilmes tiene como mano de obra, principalmente, a emigrados de las hermanas naciones de Paraguay y Bolivia

LUIS BOSSI
El edificio de la tercera municipalidad, levantado alrededor del año 1911, donde hoy se halla la Casa de la Cultura y el suntuoso Teatro Colón, de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Cristóforo Colombo en la calle Hipólito Yrigoyen y Alsina, fueron obras de la empresa del constructor milanés Luis Bossi, bajo la dirección del arquitecto Federico Pío Collivadino.
La firma reunía lo más calificado de cada rubro de la construcción: albañiles, yeseros, frentistas, ebanistas, carpinteros, herreros, pintores, parquistas, que pusieron sus conocimientos y pericia en edificios que cambiaron el perfil chato del pueblo.
Don Luis Bossi había llegado a Quilmes procedente de La Plata en 1895, atraído por la pujanza que estaba tomando este pueblo y donde había mucha menos competencia que en la capital de la provincia que aún estaba en plena pujanza constructora.
Estaba casado con Luisa Recaltati, tuvieron nueve hijos: Francisco, Virgilio, Ercilio, José, Ángela, Juana, Luis, Victorio y Carlos Pascual. La casa familiar estaba en la esquina de 12 de Octubre y Sáenz Peña. Allí nació el menor de sus hijos, Carlos Pascual, el 30 de marzo de 1902 y allí se casaron en 1925, Victorio con Ana María Olivencia y Ercilio con Margarita Demarchi que con Francisco y José continuaron la huella paterna con la empresa Bossi & Hnos., que levantó en Quilmes y Berazategui numerosos y notorios edificios, casas y suntuosas residencias.

MANUEL DA SILVA
Mientras las paredes de la Casa de la Cultura se levantaban orgullosas en Rivadavia y Sarmiento, la magnífica puerta de ingreso y los restantes diseños en madera se estaban construyendo en una de las más importantes carpinterías, que desde 1900, había sobre la calle Rivadavia, entre Lavalle y Moreno.
Uno de los operarios fue Manuel da Silva, portugués llegado a América en 1909. Con 26 jóvenes años, oficio de carpintero y deseos de trabajar, arriba a nuestra ciudad. Manuel, como obrero especializado ingresó en esa carpintería.
En ese entonces se construía con pocas maquinarias y mucha mano de obra, trabajan un año en la "obra blanca", hermosas talladuras de caoba, de tres pulgadas de espesor, tres metros de altura y 1, 30 metros de ancho. Escaleras, puertas, ventanas, todo lleva el sello de un de­licado trabajo, del cual Manuel da Silva fue tenaz traba­jador y testigo.
Cuando la obra estuvo concluida el intendente José Augusto Otamendi, y autoridades locales, invitaron al personal de obra y carpintería a la inauguración que se realizó el 12 de setiembre de 1912.
Las dos hojas se abrieron y cerraron cientos de veces para dejar pasar autoridades, alumno y profesores de la Carlos Morel, visitantes de la Casa de la Cultura y, sin embargo, nada pudo deteriorar su impo­nencia, líneas y detalles.
Manuel da Silva en Lisboa había aprendido su oficio junto al maestro carpintero Jacinto de Oliveira. Des­de los 18 años se ganó el sustento con la madera. En Argentina encontró paz y felicidad, pero nunca alejó de su corazón a Portugal. Realizó varios viajes a su tierra, pero siempre volvió a Quilmes.
Adquirió un lote e hizo su casa en Vicente López y Benito Pérez Galdós, donde vivió con su esposa, María da Luz da Silva, y sus hijos Manuel y María. También trabajó en obras de carpintería en la Cervecería Quilmes.
Manuel da Silva, hijo, aprendió el oficio de su padre. Ocupó un importante puesto en la Cervecería y enseñó la especialidad en institutos de la zona. Con su es­posa, Elia Bertoia de da Silva, atesoró los diseños y maquetas de puertas, ventanas, escaleras rampantes, muebles, que realizó su padre don Manuel, cuyos originales existenten en edificios y casas de la ciudad; testimonio de una labor de más de 50 años.
La Casa de la Cultura es modelo de la arquitectura neoclásica de la época. Sus líneas, sus trabajos de carpintería, todo asombró a los pobladores del viejo Quilmes y hasta hoy sobrecoge su armonía y su imponencia.
Investigación Prof. Chalo Agnelli

NOTAS

[1] En La Plata, hizo el edificio para el Banco de la Provincia de Buenos Aires. V. Córdoba, Alberto O. “Juan A. Buschiazzo” Col. Grandes ítalo-argentinos. Asociación Dante Alighieri.  Bs. As. 1992.
[2] Rocca, Edgardo J. “Víctor de Pol” Colección “Grandes ítalo-argentinos Nº 12. Asociación Dante Aligieri – Buenos Aires. 1992
[3] Prof. María del Carmen Aizpurúa: “Inmigración italiana en Quilmes 1880-1910”. Conferencia dictada en el Colegio de Abogados, 13/8/2004.


viernes, 23 de julio de 2010

LOS QUILMES HOY - COLALAO - por Dardo Abbattista

Colalao - Arrullo de palomas

Colaboración del periodista y referente de la cultura Quilmes
Dardo Abbattista

Desde la histórica Plaza de Mayo, antigua Plaza de la Victoria, Viviana Gómez, delegada de Colalao del Valle —uno de los 14 pueblos que integra la Comunidad India Quilmes de Tucumán—, libera lo que acontece en su lugar, respecto de los desalojos. En la memorable jornada para los pueblos indígenas argentinos del 20 mayo (y a sólo cinco días del Bicentenario), Viviana, cual ave mensajera, también avisa, de campos con electricidad.

Nosotros, por orden del cacique y del Consejo de Delegados, recuperamos nuestro territorio. En un principio, eran cuatro hectáreas con el fin de hacer únicamente viviendas para nuestra gente. No pedíamos hectáreas para cultivar nada. Entonces, ejercimos nuestro derecho para vivienda, nomás. ¿Por qué? Porque en Colalao hay muy pocos espacios para ello y nadie quiere ni vender ni prestar los terrenos, cuando algunos sí los están vendiendo o los están reservando para empresas privadas.

Y la gente se nos está yendo. La familia se está deshaciendo. La juventud está desarmando sus hogares y está separándose porque no tienen un lugar de contención. La idea era —principalmente— hacer las viviendas. Segundo, crear un mercado artesanal porque todos somos artesanos. Sabemos tejer, sabemos trabajar la piedra, sabemos trabajar la madera. Y, en tercer lugar, era crear un comedor-albergue para que los chicos que están fuera de la escuela o que viven lejos de ella, por lo menos, tengan un plato de comida digno para volver, después, a sus hogares.

¿Por qué? Porque hay chicos que viven a 8 kilómetros del lugar escolar que tienen que ir y venir todos los días y resulta que con los pies, ya no resisten. Por esto también nosotros, con la aprobación del cacique, habíamos comenzado a construir nuestras casas. Y lo decidimos realizar en ese espacio porque era un espacio de campo abierto. No estaba cerrado. Nosotros no cortamos alambre y no tiramos vallas de ninguna clase.

¿Y cómo edificamos las casas? Con los mismos adobes. Nosotros no compramos ladrillos. Teníamos cinco casas con gente que ya estaba viviendo en el lugar, prácticamente. El primer desalojo fue el 16 de septiembre del año pasado. Fueron 150 oficiales a desalojarnos. Nos sacaron y dejaron todas las cosas tiradas al frente. Y con la Comunidad decidimos volver a nuestro lugar, a los tres días. Y cuando lo hicimos —ya no sólo con la aprobación del cacique y del Consejo de Delegados sino, también, con el visto bueno de la Unión Diaguita, es decir, con varios caciques de nuestra hermandad—, volvimos a levantar de nuevo lo que nos habían tumbado. Aunque en el corto tiempo que tardamos en volver, nuestra gente, se fue a alquilar y de a poco nos fueron rompiendo ilusiones. Sin embargo, seguíamos fuerte pero con la duda. Con la duda de que nos vuelvan a tirar, no con la duda de que somos dueños de nuestro territorio. Si no, con la duda, de que el Poder y el dinero pueden hacer más que unas leyes aprobadas y creadas por ellos mismos.

El segundo desalojo fue el 5 de enero de este año y vinieron con la misma cantidad de efectivos, gendarmería, caballería, infantería. Y nosotros ya sabíamos lo que nos esperaba, o sea, que dejamos todo y nos fuimos para las casas de nuestros familiares. Porque, lamentablemente, no podemos con el Poder y con estos hombres de azules que ya sabemos el mando que tienen para hacer las cosas. Y nos volvieron a destruir pero a diferencia de la primera, esta vez quemaron. Quemaron los colchones, las cañas, que eran los techos. Quemaron puertas y ventanas y medicamentos y ropas de criaturas que estaban viviendo ahí. La gente veía cómo ardía en los cuatros puntos. Y cortaron los alambres donde nosotros habíamos protegido porque habíamos comenzado a sembrar, para que los animales que andan sueltos, que son las ovejas y los burros, no nos coman lo sembrado. No era porque queríamos hacer límites sino para proteger nuestro sembradío. Nos cortaron los alambres de metro en metro sin tener piedad de nada. Después, ingresó la policía y empezaron a levantar ellos una casa con los mismos adobes que nosotros habíamos construido y pusieron a una familia que no era de nuestra zona, sino de Salta.
Quienes contruyeron esa casa fueron los de la empresa Neucom y la señora que nos desaloja, Encarnación Rodríguez de Colombo. Ella integra una Asociación Civil que quiere nuestras tierras, para viñas. Ya se ha comprobado que nuestras tierras tienen muy buen porcentaje vitivinícola. Ha venido gente de Mendoza y ha visto que la producción de la uva es mucho mejor que la de Mendoza porque no tiene fertilizante. Son tierras vírgenes, le decimos nosotros.

Y han decidido venderlas con Adán Díaz, el Delegado de Colalao del Valle (cargo similar al de Intendente), es decir, con el Gobierno de Tucumán. Entonces, el Delegado, está jugando para el dinero porque acá hay plata de por medio. Y no hablamos de pocas monedas ya que al hablar de empresas privadas, hablamos de mucho dinero.

Y acá, en el segundo desalojo, donde nosotros volvemos a ingresar el 1º de febrero, hicimos un pacto con el Delegado donde íbamos a trabajar Comunidad-Comuna, para el bien del pueblo. No para el bien de uno o dos. Pero cuando nosotros decidimos recuperar nuestro terreno, cambió completamente. (El pacto Comunidad–Comuna, consistía en que se respetaba nuestro territorio). Nosotros no queremos vender viña a nadie. No queremos vender tierras, eso que quede claro. Porque los hijos se nos están yendo y tierra para nosotros es fortuna, no por dinero, sino porque es sagrado lo que tenemos ahí. Tenemos seguridad, plantas que producen, entonces, no vamos a permitir que una empresa privada venga a hacerse dueña de nuestras tierras. Nosotros la vamos a cuidar y la vamos a defender porque la tierra es nuestra madre, nuestra Pacha Mama. Para nosotros, la Pacha Mama, es como si tuviéramos algo muy conectado a nuestra tierra, entonces, cuando la humillan, —destruyéndola y volteando nuestras casas—, nos están humillando a nosotros. Y destruyen a nuestra madre, la tierra, que, a su vez, es madre de todos. (Si nosotros no tenemos la tierra, no tenemos nada). Es decir, sino cuidamos la tierra, no cuidamos a nuestra madre. Y desde ella tenemos para producir, para alimentarnos, para hacer nuestra casa y para seguir adelante con los hijos, con los nietos y con los que vendrán.


Ahora, hemos decidido no respetar las cuatro hectáreas porque, ellos, cortaron los alambres. Entonces, nosotros, no peleamos por las cuatro hectáreas, peleamos por todo un territorio de punta a punta, de norte a sur. Y decimos: todo territorio que no esté alambrado pasa a ser de la Comunidad India Quilmes.

El significado
Colalao significa, en cacán, lengua madre de los quilmes, arrullo de palomas. No las palomas que tenemos acá, en la Plaza de Mayo, sino las palomas nuestras, silvestres. Y el arrullo de ellas te indica cuando va a nacer una niña, cuando va a nacer un varón. En su canto, te avisa, cuando va a morir alguien, cuando va a cambiar el clima. Nosotros, por el arrullo de palomas, conocemos nuestras estaciones y los mensajes.

Y son más chiquitas que las de acá, son grises, color de la tierra, marroncito, son las torcazas que le dicen, la bumbuna. Algunos de los niños la cazan para comer y hacer un guisito. Pero no permitimos que la maten por deporte.

¿Y qué anuncian las palomas en Colalao del Valle?
Que la vamos a ganar y que la Presidenta tiene que aprobar. Tenemos que seguir adelante con esto. Sea lo que sea, aunque sea dejando nuestra propia vida. Estamos decididos. No vamos a permitir que empresas privadas nos invadan el territorio. Por eso estamos acá. Hemos salido el jueves de la semana pasada y en otras provincias han salido el lunes anterior y otros del sur, han salido mucho más antes. Estamos sin comer, estamos sin dormir. Nos bañamos con un baldecito de agua, caminamos diez días, tenemos en los pies, cayos y espero que la Presidenta no de un paso atrás y que no mire hacia los costados; por los intereses. Que no venda la Argentina, que la Argentina es nuestra y la tenemos que defender.
A partir de la marcha creo que vamos a ser escuchados. Ya no pueden hacer una mirada al costado. Nosotros hemos venido a varias marchas en Buenos Aires, pero con la multitud que se ha sumado hoy, se le está queriendo decir a la Presidenta que detrás de nosotros, hay muchos más. Ya no más empresas privadas y minas la Alumbrera que nos contaminen.

El árbol
Para nosotros, el algarrobo, es una planta muy respetada, es muy sagrada (le dicen, el árbol), porque en el se escribió, donde comprendía nuestros límites. En la planta está escrito todo. Tarda 50 años para que pueda sacarse madera. Es una planta dura que significa: seguiremos con la fortaleza. Además, te da el fruto y con el fruto alimentás a los animales. Le podés, tal vez, haciendo un patay, dar un poco de alimentos a tus niños. Y te da una sombra que te va a durar por años. Entonces lo respetamos por sí. Y hoy por hoy, ésta empresa Neucom, con la aprobación de Estación Civil, ha pasado últimamente topadoras por la zona, destruyendo todo lo que eran nuestros árboles de algarrobos para poner; viñas. Es increíble ver de un extremo a otro cómo se ha destruído para poner únicamente viña. Los han tirado y los han quemado sin importarles qué es lo que significan los árboles. Y han puesto alambres con corriente por todos lados.

¿Cómo? ¿Alambres con corriente?
Claro. Son los tipos boyeros (es algo que pasa corriente al alambre de medianera, entonces el animal se acerca y hace un contacto de corriente). Lo pusieron para que los animales que andan suelto que son las ovejas, las vacas —cuando nosotros estamos acostumbrados al pastoreo libre— no puedan ingresar (agarrándoles la corriente) o, sino, los matan y los comen ellos. Ésa es la ley de la gente que tiene dinero. Y, hoy por hoy, ésta empresa Neucom está cuatrereando porque se aprovechan de esos alambres, cuando los animales están acostumbrados ha andar sobre campos abiertos. No podemos reclamar porque entró a un privado, como dicen ellos.
Los boyeros están puestos en campos abiertos, donde no hay casas cerca. Para nosotros, los animales nuestros, han pastado por siglos y por años han estado sueltos. Ahora no tenemos agua, porque ellos invaden con las bombas de agua. Nosotros le decíamos los lugares de agua negra (que son estanques y represas donde los animales van y toman agua). Ellos, al poner cuatro o cinco bombas de agua, para una producción de viña, están acabando las capas subterráneas de agua y así están secando la vertiente. La empresa hace cuatro años que está. Primero empezó con dos hectáreas. Ahora, al ver que la uva le está dando bastante producción, quiere invadir todo el territorio. La empresa utiliza para trabajar toda gente de la zona donde la mayoría trabaja en negro. Y, con la necesidad, se está aprovechando de la gente. Trabajan de las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche. La empresa está trabajando para el otro lado, casí al límite con Salta. Estarán a 8 kilómetros.
En cualquier momento, van a empezar a contaminar la tierra. Porque los dos primeros años no le van poner fertilizante a la tierra pero los años posteriores, al ver que produce-produce, van a empezar a poner fertilizantes y van a empezar a contaminar la tierra. En un año han sacado 10 mil kilos de uva y para el otro año quieren sacar 100 mil. Entonces, tienen que producir de alguna forma porque tienen que ingresar dinero. No les importa lo que cueste.
Además, el juez de Colalao del Valle, Adolfo Salazar, es quien, supuestamente, tiene la autorización de firmar los papeles. Él firma papeles de compra y venta, no le importa cómo ni por cuánto. Él firma papeles y no tiene límites. Así es la forma que nos han invadido.
Yo creo que esto se termina con esta marcha. Si la Presidenta dice “basta a esto”. Y así que se respete nuestro territorio, que se respete la ley 26.160 que ellos la han inscripto, que ellos la han formulado y está en la Constitución Nacional, podemos con fuerza ejercer nuestro derecho. Es la ley que dice, no al desalojo de las comunidades indígenas, respetando nuestro territorio.

El pedido
En estos momentos, estamos nosotros en el terreno, produciendo con huertas. Volviendo a realizar los adobes, volviendo a levantar nuestras casas. Estamos levantado tres casas. Y vamos a seguir porque eso es nuestro. No vamos a abandonar. Vamos a seguir adelante. Lo que pasa... que hay miedo e impotencia porque es feo ver que te destruyan las casas y que todo quede, muchas veces, en la nada. Porque el Gobierno de Tucumán, no se ha hecho cargo en ningún momento, ni tampoco Derechos Humanos, ni Medio Ambiente, a pesar de que tenemos denuncia contra denuncia. O sea, se invierte dinero y se invierte fuerza y no vemos respaldo. Únicamente tenemos el de la Unión Diaguita, de nuestro pueblo originario. Y económicamente cuesta mucho dinero, porque son chicos jóvenes. Y ellos han soñado y le han destruido. Le han destruido malamente, sin piedad, porque ellos miraron cuando se le quemaba la cosa. Ciento cincuenta policías ¿qué podemos hacer? Yo he decidido —y era un pensamiento general de mi Comunidad—, preservar la vida de mis hermanos y no que vayan a un enfrentamiento. Ver la forma en que se quemaban las casas, da impotencia. Era de llorar, día y noche, porque no puede ser que el Poder haga más que las leyes y la unión que tenemos nosotros.
A la Presidenta no le pedimos nada. No le pedimos bolsones. No le pedimos mercadería. Pedimos que se respete nuestra tierra. Nada más.
Por Dardo Abbattista






jueves, 22 de julio de 2010

"COMO DEJAR DE FUMAR" - ¡MIREN DESDE CUANDO VIENE LA COSA!


ABRIL DE 1942, REVISTA "LA URRACA" LIBRO RECIENTES:
“Cómo dejar de Fumar”
Por Gastón T. G. de Mol

Esta interesante obra, debida al psico-técnico T. G. de Mol, trata de uno de los más apasionantes problemas de la sociedad moderna. El vicio de fumar, tan arraiga­do en todas las clases sociales está expues­to con todos sus perjudiciales efectos so­bre la salud del hombre. Las medicinas no valen frente a lo que es, en buena par­te, una crisis de la voluntad. De Mol diri­ge, pues, su sistema a estimular y forta­lecer la voluntad por un proceso originalísimo, cuya sola lectura induce a ensayar­lo. Atrayente en su estilo y en el desarro­llo del interesante sistema, este  de Editorial Tor se publica en una edición de 300 páginas y se vende al precio de $ 1 m/n, un peso, en las li­brerías de todo el país.
(En Quilmes lo encontrará en la librería Della Valle)

miércoles, 21 de julio de 2010

TITULOS DE "SUCEDIÓ UNA VEZ"

 PARA LOS SEGUIDORES DEL BLOG Y LOS VISITANTES REITERO LOS TÍTULOS DE LA ETIQUETA "SUCEDIO UNA VEZ" DESDE LOS ÚLTIMOS A LOS MÁS ANTIGUOS.

LAS CALLECITAS DE QUILMES TIENEN UN QUÉ SÉ YO, VISTE.






19/07/10

COMBATES DE QUILMES de M. Cristoforetti


19/07/10

HACE EXACTAMENTE 50 AÑOS - EL CASO SIVORI


16/07/10

QUILMES EN EL CONGRESO DE TUCUMÁN DE 1816


07/07/10

LAS AGUAS DEL PLATA


06/07/10

UN ACCIDENTE DE AVION INCOMPRENSIBLE.


03/07/10

EL NAZIFASCISMO EN QUILMES 1944


29/06/10

EL NAZIFASCISMO EN QUILMES 1942


29/06/10

RECUPERANDO NOTICIAS - ARQUEOLOGÍA QUILME


19/06/10

DEL ARCÓN DE LA ABUELA - DOS HISTORIAS A LAS ORILLAS...


19/06/10

NUEVA ACTIVIDAD DE EL QUILMERO


15/06/10

LA ESTATUILLA DE LEANDRO N. ALEM

10/06/10

DEL ARCON DE LA ABUELA - UN HECHO POLICIAL


01/06/10

SUCESOS DE MAYO EN UN QUILMES QUE SE HACE PUEBLO


25/05/10

EL CABIDO ABIERTO DEL 25 DE MAYO Y QUILMES


25/05/10

QUILMES EN LOS DÍAS DE MAYO


21/05/10

LA DEMOLICIÓN DEL CINE-TEATRO COLÓN



07/05/10

NAZISMO EN QUILMES EN 1942


12/04/10

PRIMERA CONFERENCIA DEL AÑO DEL BICENTENARIO


10/04/10

EL TEATRO EN QUILMES - IIº parte


01/04/10

LA GIUSEPPE VERDI


31/03/10

EL TEATRO EN QUILMES - Iº parte


30/03/10

LA GIUSEPPE VERDI


28/03/10

LA BIBLIOTECA NACIONAL Y LA MUNICIPAL DE QUILMES, ...


15/03/10

PRÓXIMOS 70 AÑOS - 3º SESION DE LA JUNTA - 1940


14/03/10

1940 - JUNTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE QUILMES II...


12/03/10

NACIMIENTO DE LA JUNTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE Q...


11/03/10

UN RECORDATORIO AL GRAL. SAN MARTIN EN LA RIBERA


26/02/10

LAS ESCUELAS EN 1940


20/02/10

NORMAS SOCIALES EN 1940


20/02/10

EL QUILMES QUE VIVÍ


15/02/10

QUILMES EN UN MAPA DEL AÑO 1756 - Buceta Basigalup...


28/01/10

MÁS DESTROZOS EN LA CAPILLA ESCOCESA DE FLORENCIO ...


27/12/09

PRECURSORES DE LA AUTONOMIA DE BERAZATEGUI Y SU ES...


21/12/09

LOS EUCALIPTOS DE LA VIEJA CHACRA DE D. ANDRES BAR...


18/12/09

Airadas voces repudian el incendio de la Capilla


29/11/09

LA MEMORIA ESTA DE DUELO


26/11/09

Quilmas Oeste – Plaza Villa Armonía


26/11/09

ANECDOTARIO BOMBERIL


13/11/09

ALGO DE HISTORIA QUILMEÑA Y LOS BOMBEROS VOLUNTARIOS


13/11/09

HISTORIA DE DESENCUENTROS - BERNAL 1946


30/09/09

FRANCISCO MESURA, EL PILOTO AGRIMENSOR

Hay personalidades de la historia local que se mencionan como al pasar, tan sólo para dar a conocer hechos de trascendencia que ponen en segundo plano, o más atrás, al nombrado, que hace de punta de lanza. Son únicamente nombres.
Francisco Mesura es uno de ellos y lo sacaremos de su escueto capítulo para mostrarlo en la dimensión histórica que para el desarrollo de muchos pueblos de la provincia de Buenos Aires tuvo su trabajo. 
Fue uno de los “más grandes” comerciantes del sur de la campaña, junto con Juan Blanco y Francisco Lamadrid, los tres asentados en el pueblo de Chascomús. Mesura aparece registrado en los padrones de población de 1815 como piloto agrimensor de provincia y comercio, español, rondaba los 35 años y estaba casado con Ermenegilda Mansilla, de unos 27 años, oriunda de Buenos Aires.[1] 
Prestó servicios para el Departamento Topográfico. Realizó la primera medición de Quilmes en 1818, según lo establecía el decreto del 14 de agosto de 1812, que declaró libre a la Reducción. Trazó un plano del pueblo tomando como centro y eje, del cual partirían las líneas que formarían el diagrama rectangular, la antigua iglesia de los quilmes, ubicada, aproximadamente en el mismo sitio donde hoy se levanta la Catedral. Empleó la longitud en varas de calles, chacras y manzanas. Este trazado con unas pequeñas variaciones realizadas en 1840 por Juan Eusebio Otamendi prevalece hasta hoy en día en Quilmes.
Su plano permitió formar  la primera comisión para el reparto de tierras por el comisionado Felipe Robles y el alcalde de hermandad Manuel Franco.
En 1810 había acompañado como técnico la expedición de Pedro Andrés García a las Salinas Grandes.
Se le encomendó realizar mediciones en la antigua estancia de Zamora, como de las tierras dadas en merced a Felipe Robles y al general Juan José Viamonte como a legua y media del pueblo de San Vicente, donde fundó estancia que dará el nombre de “La Martiniana”.
Por resolución del Cabildo de Buenos Aires, el 6 de febrero de 1811 realizó el plano de distribución de la propiedad raíz del Riachuelo o Río Chuelo, error de nombre que luego incluyó Alfredo Taullard en su obra “Los planos más antiguos de Buenos Aires,” en el que dice Río Achuelo de Barracas. 
El 19 de abril de 1820 mensuró un campo, a orillas del río Salado y sobre las barrancas de las lagunas Encadenadas, dado de merced a Benito Lynch por decreto del 24 de diciembre. El 14 de noviembre de ese mismo año, realizó la mensura de las tierras de Temporalidades, “dado por moderada composición” a don Francisco Alvarez Márquez, por decreto del 16 de octubre de 1820 (Libro 1 de Mensuras Antiguas), luego pueblo de Francisco Alvarez, la propiedad más extensa e importante del Partido de Moreno. 
En 1821 realizó la misma tarea en las mercedes concedidas al canónigo Santiago Figueredo. Ese mismo año fue designado por el gobernador Martín Rodríguez para dirigir el reparto e chacras en las Lomas de Zamora, trabajo que no concluyó y fue sustituido por Magín Roca. 
En Octubre de 1826 fue comisionado para medir un campo que se entregaría en enfiteusis a Antonio Viera próximo a la actual localidad de Bragado. Entre 1825 y 1829 realiza mediciones en la actual Chivilcoy.
 En 1832, tuvo a su cargo trazar los planos del Fuerte de San Serapio Mártir del Arroyo Azul, originalmente llamado Federación mandado a construir por decretó del gobernador Viamonte, en la nueva línea de frontera en el arroyo Azul y campos fronterizos del Estado. Lo emplazó, rodeado por un foso, en un ejido que formaba un cuadrado de ocho leguas de largo, en el lugar que hoy ocupa la Plaza San Martín de la ciudad de Azul.
Como se ve la magnitud del trabajo realizado por Francisco Mesura y su trascendencia para el desarrollo de pueblo y ciudades de la provincia de Buenos Aires es extraordinaria. 
Estos trabajos le significaban largos y agotadores viajes por territorios sin caminos, anegadizos e intransitables de cardales, con escasos pobladores, salvo algunas tolderías de indios nómades que no siempre eran hospitalarios; debía pernoctar a la intemperie, en el medio de la pampa o aguardar que merme la canícula bajo algún ombú.
 Durante poco más de 30 años desplegó su actividad y adquirió gran prestigio por sus planos cartográficos, su labor de agrimensura y por una serie de observaciones de latitud y longitud de diversos puntos de la provincia que fueron de gran utilidad para estudios posteriores y delimitación de propiedades hasta fines del siglo XIX.

Investigación Chalo Agnelli
1980 - 2010
REFERENCIAS

[1] Rosas Principi, Andrea. El comercio de mostrador en la campaña de Buenos Aires a principios del siglo XIX: los agentes sociales y sus giros * Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” Red de Estudios Rurales - Programa de Estudios Rurales. 27/8/2004
www.filo.uba.ar/contenidos/investigacion/institutos/.../rosas.doc



lunes, 19 de julio de 2010

LAS CALLECITAS DE QUILMES TIENEN UN QUÉ SÉ YO, VISTE…

En 1927 en el Concejo Deliberante de Quilmes se discutió un despacho de la Comisión de Obras Públicas  sobre la colocación de pasos de piedra y puentes giratorios en las calles anegadizas.
El Sr. Poloniolli exponía ante el Concejo Deliberante que era conocido, un problema sin solución que representa para los peatones el cruce de algunas calles de Quilmes los días lluviosos y en otras hasta dos días después de haber cesado las lluvias.
Señala como ejemplos: el cruce de Centenario (hoy Hipólito Yrigoyen) y  Alsina donde se derraman grandes caudales de agua que vienen de La Colonia como río torrentoso. Lo mismo sucedía en los cruces de Centenario y Paso y en Centenario y Brandsen, en este último, perjudica a los niños que concurrían a la Escuela Nº 9  (en la esquina NO de ese cruce de calles) que veían complicado su paso.
Urgía, Poloniolli, a colocar en estas arterias puentes giratorios. También se planteó la necesidad de acondicionar el camino macadamizado de 12 de Octubre hasta el camino Otto Franke.
El Ing. Rodríguez Jáuregui sugería pedir los materiales al gobierno de la Provincia, mientras que el gobierno Municipal pondría la mano de obra.
Se produjo un largo debate entre los señores: Rodríguez Jáuregui, Otero, Torre, Poggio, Salas, Poloniolli, Bo, Iriarte y el intendente José Eduardo López, en el que unos sostenían la inutilidad del camino, otros el costo de la obra, algunos la negativa del gobierno provincia de entregar los materiales.
El Dr. Emilio Torre señaló que las propiedades se habían subdividido considerablemente y se levantaron en La Colonia un sinnúmero de modestas viviendas de trabajadores que quedaban aisladas cuando llovía. Sugirió, entonces, hacer los pasos de piedra y los puentes giratorios por licitación. 

Chalo Agnelli

COMBATE NAVAL EN QUILMES POR MARTÍN CRISTOFORETTI


Colaboración de don Martín Cristoforetti
In memoriam
Durante la guerra contra Brasil,  Quilmes vol­vió a tener connotación histórica  frente a  su Ribera.
En  la noche del 29 de julio de l826,  la escuadra  argentina, con barcos de poco calado,  al mando de un gran conocedor de las mareas del Río de la Plata, el Almirante Guillermo Brown, atacó a la flota enemiga fondeada en una línea entre Wilde y Quilmes en forma sorpresiva y con tal violencia que obligo a las naves largar por ojo sus anclas abandonándolas, y aligerándolas de lastre lo más posible, a fin de poder alejarse rápidamente del lugar, buscando aguas más profundas para maniobrar. 
En la mañana del día siguiente, se inició el combate más sangriento de la historia naval argentina, donde Brown, embarcado en la fragata “25 de Mayo”, derrochó coraje y audacia sin límites al atacar con ocho buques a los veintitrés enemigos. En instantes previos al combate, Brown había comunicado a los suyos “Es preferible irse a pique antes de rendir el pabellón”.
El encarnizado combate se desarrolló en plena navegación, con viento norte, entre Bernal y la desembocadura del arroyo Conchitas, y gran parte del mismo lo sostuvieron la fragata “25 de Mayo” al mando de su comandante, Coronel de Marina Tomás Espora, la que soportó un intenso cañoneo y la goleta Río de la Plata al mando de su comandante, Coronel de Marina Leonardo Rosales.   
 Al atardecer del día 30, pese a la superioridad numérica, la escuadra brasileña, totalmente vencida, y ante la amenaza de quedar las naves restantes encalladas, se retiró.  Esta acción pasó a la historia naval Argentina como “Combate de Quilmes”.

El parte de Brown decía: "Provocado a salir hemos batido pero no rendido al enemigo: permita V.E. le diga que los de la nación están libres. Me es sensible asegurar que son muchos los muertos y heridos y entre los últimos, mi bravo capitán Espora. La 25 de Mayo está completamente destrozada".

Las bajas propias fueron 18 muertos y 35 heridos graves, sin conocerse las del Brasil.

Como consecuencia del combate la fragata “25 de Mayo”, quedó seriamente averiada, por lo que, ya imposibilitada de navegar por sus propios medios, por tener su velamen destrozado, fue atoada hasta el puerto, frente a Buenos Aires, donde se la empleó como depósito naval; aunque, el 10 de agosto de 1828, contribuyó con su artillería a rechazar un ataque enemigo.
 El 22 de febrero de 1827, la escuadra argentina que volvía victoriosa del combate de Juncal con diez barcos conquistados, se encontró frente a Quilmes con una división brasileña, comandada por el contralmirante Pritz, la que fue atacada el día 24. 
Durante el combate, a unos 1500 metros de la costa, casi frente al Club Náutico Quilmes, se incendió la goleta brasileña Dous Dezembro, la que, al llegarle el fuego a su santabárbara, con una tremenda explosión, voló en pedazos.
Según asegura una muy vieja tradición local, los restos de este buque son los que se exhiben en el Museo Almirante Brown en Bernal.
El 17 de febrero de 1828 un convoy mercante que conducía un regimiento de caballería a la Banda Oriental, así como víveres y pertrechos para el ejército en operaciones, era escoltado por una escuadrilla compuesta por seis buques y cinco cañoneras con veintiséis cañones, al mando del Coronel de Marina Erézcano; al llegar a la altura de la ribera quilmeña se cruzó con el bergantín  mercante Sicily que era perseguido por nueve buques de la escuadra enemiga con setenta y siete cañones, las naves argentinas les hizo frente y los dispersó, pero lamentablemente el Sicily encalló frente a Quilmes, de tal manera que debió ser incendiado.
Colaboración de don Martín Cristoforetti
De “RECOPILACIÓN DE H I S T O R I A S QUILMEÑAS
Compilación Prof. Chalo Agnelli