Investigación Prof. Raquel Gail,
Chalo Agnelli
La vida está signada por circunstancias inesperadas. Nadie puede afirmar rotundamente de quién se enamorará, que le depararán las actividades laborales y profesionales que emprenda ni podrá afirmar sin duda alguna cuál será el destino de sus hijos.
La vida esta atravesada por circunstancias fortuitas. En las primeras décadas del siglo XX, a pesar que ya habían surgido las luchadoras por sus derechos, la mujer estaba doblegada a determinaciones sociales y culturales que no le permitían abrir demasiado las alas. Entre ellas las decisiones propias estaban medidas por una tasa rigurosa. Sin embargo hubo algunas que las superaron con la fuerza del amor. Vaya pues un homenaje a esas mujeres que supieron saltar prejuicios.
La profesora Elba Sosa del Valle nació en la Capital Federal, el 29 de marzo de 1910, [1] era hija de María D. Castaños (n. 12/5/1882) y del profesor José Sosa del Valle (1879-1940), un catamarqueño providencial que fue el primer director de la Escuela Normal Nacional de Quilmes en 1912 y cofundador de la Escuela Nacional de Quilmes. Era el año del Centenario; faltaban dos años para que se fundara la escuela Normal de Quilmes y el mismo tiempo para que la familia Sosa del Valle se estableciera en este pueblo sudbonaerense, que aún, ni siquiera, era ciudad.
“Chichí”, como la apodaban sus íntimos, cursó estudios primarios en la escuela que dirigía su padre. Tuvo como compañero al que luego sería ministro de educación el quilmeño Acdeel Ernesto Salas (1911-1981), que llegaría a ser Ministerio de Educación y Justicia de la Nación.
Cuentan los inefables documentos que siendo su padre, el director de la escuela, su profesor de castellano, llegados los exámenes finales se excusó de estar presente en al mesa examinadora para que nadie sospechara que Elba tenía ventajas sobre los demás alumnos. Indudablemente pareciera una anécdota inopinado, quizá lo era en esa época, cuando aún “honor” y “palabra” eran conductas de vida; valores ya perdida en la confusión de nuevas procederes que acometieron la cultura aluvional y mestiza del muevo milenio.
Elba Sosa del Valle prosiguió en la escuela el magisterio y se recibió en 1927. Luego realizó el profesorado de inglés y egresó con título expedido por el School Certificate Cambridge.
En su juventud fue una entusiasta participante en las actividades sociales y culturales de Quilmes. Perteneció al elenco teatral que coordinaba la señora Dora Barrera Nicholson de Ricagno. El 17 de junio de 1936 participó en la pieza “El pariente político” a beneficio del Hospital de Quilmes; acompañada, entre otros, por: Sara y Aida Colombo, Martha Ricagno, Elena Barrera, Luis Fedelli, Luis Ricagno, Aquiles Cichero y Agustín Canesa, bajo la dirección del la señora de Ricagno. El 18 de junio de 1938 vuelve a presentarse en el Teatro Colón de la Sociedad Italiana. La obra era “Las grandes fortunas”, también en beneficio del Hospital. Muchas otras fueron las representaciones en las que participó unida a este grupo “filodramático” de la señora de Ricagno que tuvo tanto relieve en Quilmes entre los años ´20 y ´30. [2]
Ingresó a la docencia en 1930; desempeñó funciones en el colegio Nº 3 Mariano Moreno de la ciudad de Buenos Aires e ingresó a la Escuela Normal el 11 de octubre de ese mismo año con 4 horas/cátedra. También se desempeñó en el Colegio Nacional de Quilmes donde ingresó el 11 de octubre de 1930 y renunció en 1947. [3] También ejerció desde el 1º de marzo al 15 de abril de 1944 en el Colegio Nacional General Justo José de Urquiza Por esos años vivían en la Capital en la calle Santa Fe 3341
En 1943 solicitó licencia para perfeccionarse fuera del país, viajó a Inglaterra. En mayo de 1946, llegó a la Escuela Normal una notificación informando que la señorita Elba Sosa del Valle había contraído nupcias con el señor Edgard Albert Walter Robinson Bradley, quilmeño, nacido en 1900, hijo de Ernesto Jorge Robinson y de Leonor Bradley Hayes.
Indudablemente que la pareja se había gestado a la sombra de los sauces quilmeños. La boda no pudo ser más exótica y extraordinaria para una joven de pueblo como era Elba, pues se realizó el 21 de julio de 1944 en la ciudad de Bombay, en ese momento perteneciente a la India Británica. Él tenía 44 años, ella 34.
Ese punto insólito del planeta donde se concretó este enlace de una joven quilmeña y un joven bernalense estuvo determinado por la historia bélica del siglo XX, la segunda guerra mundial. Robinson creyó que era su deber estar junto al pueblo de sus antepasados, en ese momento álgido se enrolo en las fuerzas británicas. Lo destinaron a la India donde Elba no vaciló en seguirlo, dejándolo todo.
La partida de casamiento enviada a la escuela para justificar su ausencia y cambio de estado civil – un requisito para las docentes de la época - había sido expedida por el consulado argentino en Southampthon, Gran Bretraña, el 8 de marzo de 1946. [4]
Edgar Robinson era viudo con 3 hijos. Había estado casado con María Mercedes "China" Guisandes Furlanetto (1902-1936), con quien tuvo tres hijos: Ernest Edgar, Richard Walter "Kikin" y Gladys Emilia.[5]
Su abuelo materno fue el teniente coronel Tomás Bradley Sutton (1844-1933) que participó en la guerra de la triple “infamia”; y como aficionado a la fotografía registró las alternativas de la fundación y construcción de la ciudad de La Plata, estaba casado con María Hayes O´Callaham.
Edgar, además, era sobrino del aviador Eduardo Bradley Hayes (1887-1951) que tenía un emprendimiento en Bernal, casado en Quilmes con Águeda Barrera Nicholson (1890-1942), hija de Águeda Nicholson y del maestro de música Antonio Barrera.
Cuando los Robinson-Sosa del Valle, regresan a la Argentina se establecen en la localidad de Hurlingham, en la calle Solís 1379. Ella volvió a ocupar su cargo en la Escuela Normal y el Colegio Nacional a partir del 13 de agosto de 1946, pero el 30 de diciembre de 1946, renunció pues, por inesperadas circunstancias laborales de su esposo, viajó con él a España, donde permanecieron largo tiempo.
No tuvieron descendencia. Edgar murió en 1982. Elba Sosa del Valle de Robinson regresó a la Argentina donde murió pocos años después que su esposo y compañero de una vida de aventuras.[6]
Hubiera sido enriquecedor que la profesora Sosa del Valle hubiera dejado memorias de esos viajes y vicisitudes vividas en culturas tan ajenas a la Catamarca de su padre o al pueblo provinciano que aún era Quilmes en los años de su juventud, pero como no es así nos queda la imaginación y la fantasía para construir las andanzas de esta mujer excepcional.
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NOTAS
[1] Cedula de identidad Nº 760.305 expedida en la Capital Federal.
[2] Rodríguez Caravelli, Oscar. “La Aventura Teatral Quilmeña”. Edición de autor. Bernal, 2008.
[3] Archivo Esc. Normal. Libro copiador F. 922 Nota 430/31 – 14/8/46
[4] Idem ant. Libro copiador. F. 783 Nota 305 – 29-5-46
[5] http://www.bradleyfoundation.org/genealogies/Bingley/
[6] Según lo señala la web de la familia Robinson-Bradley, ella murió en Europa. Según los descendientes de su hermano, no fue así sino que regresó y murió en la Argentina.