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El tranvía 22 avanzando por la Av. Montes de Oca hacía Avellaneda |
Nota para “El Quilmero” - 22.Feb.2012
Colaboración del amigo quilmero, miembro de la Asociación Amigos del Tranvía Alberto Schwarz
En estos días se cumplen 50 años del momento en que nuestro querido tranvía 22 nos dejó para siempre.
Efectivamente, el 22 de febrero de 1962, se cerró una historia de 89 años de transporte tranviario en Quilmes que se había iniciado en enero de 1873 cuando los primeros tranvías a caballo comenzaron unir la recientemente inagurada estación de ferrocarril con la ribera quilmeña.
Iniciado el siglo XX , y con la incorporación de la tracción eléctrica, la ya consolidada Cervecería Quilmes como principal industria de la ciudad, incorporó al tranvía como medio de transporte fundamental de cargas y de pasajeros. Sus servicios llegaban al principio hasta Avellaneda, y luego a la Capital Federal, convirtiéndose años después la línea 22 al llegar finalmente hasta Retiro, en la de mayor extensión del área metroplitana.
Otro hito importante en las primeras décadas fué cuando la Compañía Fiorito construyó la rambla e instaló el sevicio de tranvías hasta el balneario, los que con sus pintorescos acoplados hacían las delicias de todos los visitantes.
Con el correr de los años diversas dificultades económicas y avatares políticos, fueron impactando en la calidad de los servicios no solo en Quilmes sino también en el ámbito capitalino, haciéndose cargo de todos ellos en la década del 40 la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires. Solo el transporte de carga de cerveza hacia Buenos Aires quedó en manos de la Cervecería.
Finalmente a principios de la década del 60, mientras en otras ciudades principalmente en Europa, no solo se matenían los tranvías sino que se los modernizaba, las autoridades del entonces gobierno del Dr Arturo Frondizi tomaron la decisión de suprimirlos. Así se llegó a ese 22 de febrero de 1962 cuando el “progreso” los reemplazó por unidades Mercedes Benz.
Aún hoy, después de medio siglo de su desaparición, son numerosos los rastros que han quedado en nuestro paisaje urbano como testimonio y recuerdo vivo de buena parte de esas casi 9 décadas de tranvías recorriendo nuestras calles y avenidas. Ahí están todavía firmes, como por ejemplo en la Av. Vicente López varias columnas que sostenían el cable eléctrico aéreo del tranvía y hoy son utilizadas para el servicio de distribución de energía. Muchas más numerosas son las cuadras en las cuales los rieles han quedado prácticamente intactos. Tanto es así, que en septiembre y diciembre de 2008, y en agosto de 2010, permitieron durante algunos fines de semana la circulación sobre la Av. Brandsen de auténticos tranvías para alegría de grandes y chicos, que disfruraton esos paseos gracias a una acción conjunta entre la Municipalidad de Quilmes y la Asociación Amigos del Tranvía de Buenos Aires.
Junto con el tranvía, en febrero de 1962 se iba una época, y curiosamente ese mismo día en que el último tranvía 22 dejaba nuestra ciudad, John Glenn se transformó en el primer estadounidense que orbitó alrededor de la tierra en su cápsula Mercury. También pocos días antes -el 10 de febrero- se presentaba el Ford Falcon en la Argentina. Meses después irrumpían los Beatles, Sí, muchas cosas estaban -para bien o mal- cambiando no solo en nuestra patria chica, y en nuestro país, sino también en el mundo.
La foto muestra un tranvía 22 modelo “CATITA” transitando al final de sus días por la Av. Montes de Oca en la Capital Federal. Al lado se ve un ómnibus Mercede Benz del tipo que poco después lo reemplazó.
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El tranvía en su última visita a Quilmes recorriendo la calle Brandsen |
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Colaboración, Alberto Schwarz