El Magazine A.B.C. del 11 de setiembre de 1927 anunciaba que estaba en los planes del Ferrocarril del Sud (aún no era Roca) construir una nueva estación que se colocaría a la altura de la calle La Heras entre Quilmes y Bernal. Todo dependía de la fracción de tierra necesaria para construir las plataformas y comodidades necesarias. Ya habían sido donados parte de los terrenos. Recordamos que las locomotoras a vapor, que recorrían las vías férreas en ese entonces, eran menos veloces que las actuales diesel (generalmente) y ese debió ser uno de los argumentos y el otro pudo ser esa curva macabra que hace el ferrocarril en esa línea férrea que ya se había cobrado muchas vidas.
¡TAMBIÉN EXISTÍAN LAS PREBENDAS!
Algunos burgueses de altos ingresos y mucho capital, mucha de la oligarquía agroganadera que adquirió tierras arrancadas por Roca a los pueblo originarios en su funesta “conquista del desierto” de la provincia de Buenos Aires y a otros, que las adquirieron como prebendas de algunos gobernantes del siglo XIX, son, como se puede apreciar recorriendo la historia, a quienes más le ha costado y le cuesta pagar los impuestos que establece la ley.
Lo mismo pasaría años después con los herederos de Otto Santiago Bemberg que cometieron un importante desfalco al estado no pagando debidamente el impuesto a la herencia como lo refirió exhaustivamente el periodista José Luis Torres en su libro "Los Perduellis".
LOS ALEMANES DE QUILMES
Desde la Cervecería se ve la capilla alemana al este de las vías del Ferrocarril del Sud (hoy Roca), 1910 (circa) |
Capilla Presbiteriana de la calle Brown y 25 de Mayo |
Entre los donativos tuvo superior relevancia la del Sr. H. Roempler, en su nombre y en representación de la Cervecería Argentina Quilmes, como gerente de la misma, que constó de un terreno de dos mil varas cuadras, situado al este de las vías del Ferrocarril del Sud, sobre la calle 25 de Mayo, que había pertenecido a esa empresa cervecera.
El 27 de marzo de 1899, coincidiendo con el cumpleaños del emperador de Alemania y rey de Prusia Guillermo II Hohenzollern (1859 - 1941), se colocó en el lugar la piedra fundamental y una urna de plomo conteniendo el acta en pergamino firmado por los presentes y ejemplares del día de la fecha de los periódicos: "La Prensa", "La Nación", "El País" y "Caras y Caretas" y de Quilmes "La Palabra", "La República" y "Fama".
A la ceremonia asistieron el ministro plenipotenciario del imperio alemán, el cónsul general de ese imperio señor V. Steinfenzand, el intendente local don Joaquín R. Amoedo y otras autoridades del municipio.
Después del acto se sirvió a los invitados un almuerzo en las instalaciones de la escuela alemana, calle Rivadavia N° 25.
Colaboraron para su construcción empleados y obreros de la Cervecería y en 1902, se inauguró el templo. A partir de 1948, se construyó la vivienda para el pastor y luego un salón de actos y festejos, entre otras comodidades.
Capilla del culto luterano hoy.
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La ordenanza que establece, aún hoy pues nunca fue derogada ni modificada, que establece el ancho de las ochavas data de 1914.
El ancho de una ochava es fundamental para el tránsito vehicular como humano, especialmente en nuestra ciudad de Quilmes donde las calles muy angostas y de corta longitud, se trazaron pensando en otro tipo de transportes, ya que data de 1818 y no hubo significativas modificaciones en años posteriores.
Es necesario aclarar que en Quilmes había ochavas antes de la ordenanza, que en un primer momento impusieron los comerciantes, pues se prefería colocar la puerta de ingreso a sus locales en las esquinas pues consideraban que atraía mayor clientela.
Alrededor de 1940 en la calle Islas Malvinas, en la manzana comprendida entre las calles Vélez Sarsfield, Urquiza y Tucumán, funcionaba una fábrica de cerámica propiedad de un señor de origen alemán llamado Otto Hagert, que tenía empleada a gente del barrio de Villa Alcira, mayoritariamente mujeres. Como había hecho la empresa de los Bemberg con la subsidiaria “Tapas Corona” o “capsulería”. Años después vendió el establecimiento a un señor italiano que se dedicó a otro rubro, quien, su vez, poco tiempo más tarde, transfirió la fábrica a una familia inglesa. La propiedad sigue manteniendo sus instalaciones y conservado la misma fachada.
Foto colaboración Marta A. Arluna |
Ejemplo de hasta que parámetros, décadas atrás, se asaltaban y avasallaban libertades individuales, que afortunadamente hoy hemos conquistado.
Nota del semanario "El Plata" del sábado 16 de julio de 1955. Dice bajo el título y copete:
Establece el fallo del tribunal que no puede quedar supeditado a la absoluta libertad de los particulares y a las consecuencias de sus fantasías la imposición del nombre de las personas.
El decreto 11.609/43 (es decir que se dictó durante la dictadura de Ramírez) fija en esta materia un criterio ordenador, destinado a estabilizar el ya amplio repertorio que en materia de nombres se ofrece a la elección de los particulares.
La denominación Mariel, sostiene la Cámara, es ordinariamente contracción de los nombres María Elena (arbitraria interpretación la de esta “Cámara”) y constituye un apodo familiar. No existe, por consiguiente, ninguna razón para permitir que no se acuda al vasto acervo formado por una larga tradición (¿?), en el cual ha de encontrar el interesado una rica fuente nombres eufónicos [1] y evocativos, y autorizar se substituya con el empleo de apelativo de intimidad, de uso restringido, cuyo carácter como nombre resultaría siempre dudoso para el público, (verdadera frase de leguleyo si las hay) contrariando así los fines de la reglamentación para la imposición de nombres.
Que soponcio les daría a estos camaristas y al juez Palmieri si hoy escuchara los nombres que se le ponen a los niños como: Santino, Polo, Iñaki, Ariana, Nayra, Helenna, Ailen, Nicky, Nelia... Las acotaciones entre paréntesis son del compilador.
NOTA. [1] De sonoridad agradable que resulta de la combinación adecuada de los sonidos de las palabras o de las frases, Mariel tiene una sonoridad agradable y en todo caso tampoco se debió permitir Marianela título de una conocida novela de benito Pérez Galdós. Porque podría decirse que es la contracción de María Estela.
IRONÍAS DE LA HISTORIA
El Plata, 25/6/1955. Pag.- 3