martes, 14 de mayo de 2013

ESC. Nº 1 - 150 AÑOS - EL ALUMNO Y LA ESCUELA PÚBLICA A TRAVÉS DE LOS AÑOS - 11ª NOTA



Alumnos de la Escuela Nº 1 "Bernardino Rivadavia" - Esta nota presenta fotos de algunos de los que fueron educandos de esta, la primera escuela oficial de Quilmes que el 25 de Mayo cumple su 150º aniversario de su fundación. Las acompañan pensamientos de quienes fueron los impulsores, constructores y diseñadores de la Escuela Pública en la Republica Argentina desde 1810.
 La escuela pública en la Argentina nació a partir de la segunda mitad del siglo XIX como una institución sin exclusiones y donde se unían las distintas clases sociales sin prevenciones. La inmigración creciente en la misma época, se vio acomodada en la nueva tierra, estableciéndose en la lengua y la cultura, que no le obligó a perder ni a olvidar o desconocer las propias, por el contrario, la escuela pública en nuestro país se hizo pluricultural, inclusiva y democrática.
1927. 1º A - Tercero de la derecha, fila superior Enrique Bornand (gentileza de la ex alumna Cristina Secco)
Como Secretario del Consulado, don Manuel Belgrano consideró que lo más importante era fomentar la educación, es decir, capacitar a la gente para que aprendiera oficios y pudiera aplicarlos en beneficio del país. Por eso, ayudó al desarrollo de la Escuela de Dibujo y de la Escuela de Náutica, ambas, creadas en 1799. Pero también Belgrano hizo otros aportes en la educación: en esa época no había escuelas para chicas; él quería crearlas porque pensaba que para ser buenas madres las mujeres debían educarse. 
  1928
Según palabras de don Manuel Belgrano, "se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, etc., y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres". Además, quería que la educación fuera gratuita para todos. Según Mitre, "Belgrano aconsejaba que se abran escuelas en todos los barrios de la ciudad y en todas las villas de campaña para los niños de ambos sexos, en circunstancias en que no existía en Buenos Aires más que una sola escuela de primeras letras, que se llamaba ‘desrey’, por ser la única que costeaba la Corona de España".
DÉCADA DE 1930
 Los niños y las niñas usaban "la moña", cómo aún la siguen llevando los alumnos de las escuela de la República Oriental del Uruguay. En la fila superior, el cuarto varón desde la izquierda es el señor Domingo Araujo, nieto de su homónimo el primer comisario que tuvo Quilmes y bisnieto de don Santiago Valerga (Gentileza Edith Albónico de Stanfield)
 Aquí se redujo la exigencia de "la moña" (1936 - gentileza de la ex alumna Edith Albonico de Stanfield)
 Acto Patrio de 1936
1ºA 1956
La ley deEducación Común 1420 fue la piedra fundamental del sistema educativo nacional. Se sancionó el 8 de julio de 1884, después de duros debates en el Congreso Nacional y en la prensa.
La discusión sobre esta ley fue uno de los enfrentamientos verbales más crudos y extensos de la historia nacional. Acordando en la necesidad de una ley de educación y en la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza; discreparon de manera irreconciliable acerca de la enseñanza religiosa, de las escuelas mixtas y del control del Estado sobre la educación enfrentaron con inteligencia a la generación del ochenta. 
En 1883, el Congreso comenzó a discutir un proyecto mediante una iniciativa apoyada por los católicos desde la Comisión de Justicia, Culto e Instrucción, presentada a las Cámaras por Mariano Demaría, acompañado por Pedro Goyena y Manuel Estrada. Después de un largo debate en el que intervinieron como oposición, entre otros, Eduardo Wilde, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Onésimo Leguizamón y Tristán Achaval Rodríguez, el proyecto fue rechazado. Inmediatamente la mayoría liberal del Congreso presentó otro alternativo, el que fue aprobado con algunas modificaciones.  
1957 3º B
4º B 1958 Srta. Marta Russo (foto de Alcibíades Rodríguez Lista, gentileza Cristina Secco)
6º C 1958 Srta. Gamondi; desde la izquierda, fila superior: 3º, Vicente Petrone; 5º, José María Labourt; tercera fila: 1º Cristina Lista; 5º, Cristina Secco; en el centro el alumno Sasaki (luego notorio médico).

1958, la niña Viviana Secco con la señorita Vega.
1958 1º A
Eduardo Wilde fue médico, catedrático, escritor, legislador, periodista y ubicable ideológicamente como libre pensador. Se había destacado en cuanta actividad emprendió o le había sido encomendada y su gran participación fue, indudablemente, en la parte relacionada con la laicidad de la enseñanza, aspecto al que el presidente Roca no tuvo inconveniente en adherirse porque corría parejo con la liberalidad de sus ideas. La ley 1420 fue promulgada por Roca el 8 de julio de 1884 y por muchos años ha regidos la enseñanza pública argentina. Sembrando educación en toda la República sin que perdieran actualidad sus conceptos fundamentales. Sus enunciados son ilustrativos de la fuerza renovadora que le animaba, asentando que la escuela primaria tiene por objeto favorecer y dirigir simultáneamente el desarrollo moral, intelectual, y físico de todo niño de 6 a 14 años, debiendo esa instrucción ser obligatoria, gratuita y gradual.
ALUMNOS DEL AÑO 1959
 La alumna Cristina Secco con la señorita Marta Russo
El Secretario General de CTERA en la Declaración Final del Foro Continental sobre Educación realizado en Mar del Plata el 3 de noviembre de 2005, expresó: “Los educadores de toda América Latina y del Caribe debemos construir alianzas sociales que nos permitan desmontar el modelo educativo que el neoliberalismo instaló a principios de la década de los 90. Modelo que institucionalizó el retiro de los estados nacionales como principal garante del sostenimiento de las escuelas y de los salarios de los docentes.” Asimismo expresó “que el paro y la presencia de los docentes en las marchas que el pueblo argentino va a protagonizar en Mar del Plata y en otras partes del país son la expresión de una condena ética y moral a Bush y su política de hambre, de guerra y de miseria. Le vamos a decir todos los representantes de los educadores de América no al ALCA y no a la inclusión de la educación como una mercancía en los tratados de libre comercio. Somos los pueblos los que queremos la paz y es él quien viene rodeado de un ejército y se repliega tras una muralla de metal.” 
LOS ´60 LA DÉCADA DEL CENTENARIO
 1960. 2º B. Primera fila superior, el 4º desde la izquierda, Carlos Alejandro Bornand, segunda generación en la Nº 1
 1961, 1º superior B, Srta. Fraga
Y LLEGÓ EL AÑO ANIVERSARIO
 
 Bonamy fue el fotógrafo que trabajó largo tiempo tomando las fotos de las promociones y de los festejos del Centenario.
 1963. Hernán Barrera Nicholson, un ex alumnos que en el día del festejo del Centenario, 25 de mayo de 1963, representó a los alumnos que pasaron por la institución. Integró la Comisión de Ex Alumnos que trabajaron para ese aniversario, creada por la directora Lila Giordano
 El grupo musical "Los Huarpes", en los festejos del Centenario

 1964. La Srta. Nelly R. Becherini con el alumnos de 6º grado Enrique Bornand, y la infaltable dedicatoria en el álbum de la foto.
SECUENCIA FOTOGRÁFICA 1963-1968
 La señora Adriana Cantero transcurrió toda su educación primaria en la Escuela Nº 1 y guardó celosamente las fotos de grupo de cada uno de los grados cursados. Luego fue una concienzuda educadora, directora de la Escuela Nº 16 "Granaderos de San Martín"
1962. 1º inferior, con la Srta. Olga Estrella Insúa
1963. 1º superior B. Srta. Marta Basilio
 1964. 2º B. Srta. Marta Basilio
 1965. 3º A. Srta. María Ester Vigo
 1966. 4º A. Srta. María Ester Fonterroig
 1967. 5º A. Srta. Nydia Retes de Rey Medina
1968. 7º grado. Srta. Blanca Pastor. Este año se suprimió el "1º grado superior" y se creó el 7º grado, de modo que los alumnos de 5º pasaron a 7º, pues ya habían hecho seis años de escuela primaria. Adriana Cantero es la 3º alumna desde la izquierda de la primera fila.

Promoción 1972
Los fotógrafos quilmeños acompañaron siempre el ritual de las sucesivas promociones con un legado fotográfico que despierta recuerdos y añoranzas
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Cuando terminaba la escolaridad primaria, los alumnos estilaban llevar pequeñas libretas que dedicaban y firmaban por sus compañeros. Las siguientes son algunas hojas del álbum de firmas de la señora Alicia Bornand.
 
No todos los niños, los jóvenes, al transitar la escuela primaria, la enseñanza secundaria, guardan las mismas experiencias. Unos añoran lo vivido, otros reniegan de ello, de las actitudes de sus maestros, profesores, de sus compañeros; están los que simplemente olvidan; los hay que sólo se sintieron atados por la fraternidad que supieron amalgamar con sus pares, pero no tienen en alto las actitudes de sus educadores. Sin embargo hay ex alumnos que conservan un afecto entrañable por determinados docentes y no sienten lo mismo por quienes fueron sus compañeros. Los que nos educamos antes de 1960 tuvimos experiencias de exigencia extrema, vana la mayor parte, academicista, escolarizada a límites extremos. La educación era un espejo de la sociedad. Autoritaria, por cierto, pero la diferencia estribó en que la escuela tenía un gran sentido de organización que no nos permitían ni vaguedades ni confusiones, y lo que recibíamos afuera de la escuela lo podíamos encausar dentro de ella.
En los últimos años, un grupo de ex alumnos, periódicamente se reúnen para compartir recuerdos y renovar viejas amistades nacidas en los primeros años de la vida a la sombra de la Escuela Pública, junto a su maestra que en este caso era la Sra. Clady Marta Fernández de Garay, núcleo de esta célula de compañeros.
En Sarmiento se pone el epítome de la escuela pública, pero es necesario recordar que hubo muchos otros hombres y mujeres que trabajaron para estas instituciones: los franciscanos antes de la Revolución de Mayo habían fundado escuela lo que no fue muy bien visto por la corona española; lo hizo Belgrano, como se mencionó, San Martín creo el instituto de enseñanza media de Mendoza en 1814; luego se sucedieron Carlos Tejedor, José Gálvez, Nicasio Oroño, Absalón Rojas, Urquiza mismo, Juan Manuel Ortiz de Rosas ( no es Restaurador) entre 1880 y 1886 cuando fue director general de escuelas de la provincia de Buenos Aires y por supuesto Nicolás Avellaneda, las maestras norteamericanas, Juana Manzo, María Sánchez de Mendeville (ex de Thomson), Cecilia Grierson, etc...
Pero la historia puso a Sarmiento a la cabeza de todos estos fundadores de la educación común ¿Por qué? La respuesta se puede hallar en otro promotor de la escuela pública el Dr. Eduardo Wilde. 
Sarmiento, apasionado, irreverente, desbocado, odiado y vilipendiado por revisionistas de derecha y por revisionistas de izquierda, exaltado a nivel de “Maestro de América” por los factotum de la historia oficial, fue y es sin ninguna duda para algunos que no están enrolados en sectores ni parcialidades, quien, al bien decir de Eduardo Wilde quien “puso de moda la educación pública”. Ese hombre destruyó más precedentes, creó más innovaciones y causó más trastornos que todos los integrantes de la generación del 80 juntos.
Sarmientonas y sarmientudos (al apodar de Luis Alberto Murray) fueron sus exégetas; sarmientisidas lo vilipendiaron en la misma medida que la historia oficial hizo con Rosas, pero muchos de una y ota parcialidad, sin haber leído un solo de sus libros ni conocer la totalidad de su obra, que es descomunal, tan sólo se atienen a lo que exponen los abundosos volúmenes con el accessit  en el  índex de la educación oficial”. 
Pero nada mejor que reproducir una pequeña porción de la descripción que hace del inefable don Domingo su contemporáneo el Dr. Eduardo Wilde - uno de los intelectuales y políticos más lucidos que tuvo el siglo XIX - la mejor pintura gráfica que nadie ha escrito, según el humilde entender y la supina ignorancia, de quien suscribe:

Era irregular o instable en muchas de sus doctrinas; sus conocimientos no estaban sujetos a método algu­no y su instrucción parcial y a vetas, con estrecheces y expansiones no siempre expli­cables, adolecían de las deficiencias propias de la falta de disciplina universitaria. Sus pa­siones bien acentuadas, como que se habían criado sueltas en las épocas de revolución, de odios y persecuciones, enfermaban a veces su juicio, y como éste correspondía a un cerebro poderoso que tenía dotaciones de genio, sus alejamientos de la verdad normal marcaban más bien saltos que pasos. Su alma se aseme­jaba a un bosque de zona tórrida en el que no faltaran, a pesar de las leyes de la vegetación que excluyen los exotismos, plantas cultivadas de otros climas; y todo ello era abundante, vigoroso, semiconfuso, pero fecundo, potente y fertilizador.
Sarmiento no nació para ser entendido, sino sentido. Era un grito, no una palabra. Por eso pudo hacer lo que no fluía netamente de su estructura: enseñar métodos de educación, siendo el ser más antimetódico que haya existido, precisamente por cuanto su talento tenía vetas de genio y los genios no obedecen a los reglamentos
Él enseñaba hasta lo que no sabía, porque lo evocaba y hacía nacer en su auditorio con su gesto, con una interjección.
Propiamente, las masas de ideas que pobla­ban la cabeza de Sarmiento no podían llamarse conocimientos, sabidurías; él no sabia nada, porque nada había aprendido; él había produ­cido por sí mismo su dotación de nociones, casi en la totalidad de su extensión, y procedía como los astros luminosos que no saben nada de la luz, pero la generan, la gestan - dispenso el verbo - y la derraman a torrentes sobre los orbes.
Había en sus modos de discurrir algo del procedimiento de los preparadores de museo para con los huesos incompletos cuyos agujeros y fallas llenan con yeso, dando a la parte aña­dida contornos probables en el hueso natural» pero de pura suposición cuando faltan los mo­delos.
Así se manejaba Sarmiento ante las defi­ciencias de su información; su alta inteligencia llenaba los claros por intuición, por deducción, por analogía, por inducción, por ampliación, por invención finalmente.
A veces le ocurría inventar el hueso entero para completar el esqueleto, y el hueso resultaba ser de otro animal; o le solía salir largo, torcido, contrahecho, exagerado en un sentido o en otro, y la exageración, como se sabe, es uno de los casos de la mentira. Sarmiento, por esta razón y una vez puesto en la corriente, mentía pues, cuando venía a mano, es sus citas y en sus afirmaciones; y al recordar esto no ofendo al eminente amplificador, por haber dicho él mismo, en alguna parte, que ‘los Sar­miento tenían fama de embusteros’. Por lo de­más, casi todos los oradores de su tiempo participaban de esta socorrida ventaja.
Vélez inventaba autores y les atribuía pala­bras, frases y doctrinas que jamás produjeron. A veces la falsedad no era tan completa y sólo el presunto autor era el inventado, corres­pondiendo la doctrina, puesta al revés, a otro sujeto.
Esto podía hacerse antes con cierta impu­nidad; ahora sería ello peligroso por haber subido en las asambleas el nivel de erudición.
La verdad es que al oír discurrir a Sar­miento con aquella su abundancia de ideas, con el vivo colorido de sus frases, con la fir­meza de sus períodos, con la proliferación y tropical frondosidad del mundo de sus doctri­nas y principios, nadie sospechaba la deficien­cia de sus datos y las fallas en sus estudios y lecturas.
Hablando, parecía maestro en todo: en ciencia, en el arte; en todas las ciencias y en todas las artes, hasta en las novísimas manifesta­ciones de la política, la economía y la ciencia social.
No obstante, un diagnosticador de los pro­cesos cerebrales en la formación de las ideas, juzgando fríamente, habría encontrado que parte del bagaje capitalizado era el producto de una singular y constitucional autogestación, y por eso también, en el conjunto, habría no­tado enormes vacíos, pues en los conocimiento del hombre, las lagunas no alcanzan a llenarse sino por concurso de pensadores, por maduración de las ideas a través de las generaciones.
Una fórmula puede ser entrevista por el genio que salta sobre los detalles y los antecedentes racionales, sin verlos ni sospechar­los…
La educación o, más bien, la instrucción pri­maria argentina le debe mucho, pero no sé lo debe todo, como algunos pretenden. Le deberá tal vez lo principal y le debe, sobre todo, esto, para lo cual se necesitaba coraje y condiciones excepcionales: ¡el haberla puesto en moda! La moda, la ley ineludible y poderosa que alcanza hasta a la muerte, a la cual Dickens, en una de sus frases eternas, llamaba ‘la moda de todos los tiempos’.

Fotografías: se agradece la colaboración de la señoras Edith Albónico de Stanfield, Candy Marta Fernández de Garay, Cristina Secco y familia, Adriana Cantero, Arq. Laura Campelo, Ing. Rodolfo Cabral
Investigación, diseño y compilación Prof. Chalo Agnelli 

FUENTES:
Agnelli, Chalo. "Maestros y Escuelas de Quilmes -1666/2004". Ed. Jarmat, Quilmes 14 de agosto de 2004.
Giordano de Campelo, Lilia. "Homenaje de la Escuela Nº 1 'Bernardino Rivadavia a Quilmes - Reseña de la Escuela Nº 1- Quilmes, 1962. 
Giordano de Campelo, Lila. "La Escuela Nº 1 'Bernardino Rivadavia' en la historia de Quilmes". Municipalidad de Quilmes. Dirección de Cultura. Quilmes 16 de junio 1967.  
Wilde, Eduardo. "Páginas escogidas" Colección Estrada. Ángel Estrada y Cía S.A. Editores. Vol. IX. Pp. 253 a 266. Buenos Aires, 1962 




4 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo decirte con palabras lo que siento luego de ver estas fotos. Tengo recuerdos tan lindos de esa epoca y la suerte de poder encontrarme con muchos de mis compañeros y darles un abrazo.Pero me causò mucha emocion ver a mi querido viejo con sus compañeros. Gracias. Quique Bornard

Anónimo dijo...

Dice Iris Ivonne Gardelliano: Chalo, cuando recibí esta nota y leí el apellido "Bornand", recordé que en la empresa Ducilo tuve una compañera que se apellidaba igual y se lo reenvié. Mirá abajo lo que me respondió: ¡¡¡HOLA IRIS !!! Cómo estás ??? Qué alegría recibir este emocionante mail para Quique. Hasta recién estuvimos juntos reconociendo gente de Quilmes. ¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Es él y su hermano Tato, también sus primas Viviana y Cristina Seco y su primo Jorge Kyle hijo del hermano de mi suegra. Qué hermosos recuerdos para repasar… Y lo más lindo va a ser compartirlo con nuestros hijos. ¡¡¡Gracias Iris!!! Te mando un cariño grande. María Rosa Giusti de Bornard

almavene dijo...

Tengo tantos recuerdos de esa epoca!!!!! Encontrarme en las fotos fue una alegria tremenda. Ver a la Srta Raquel mi maestra de 6º grado en 1964, mis compañeros, lamentablemente no recuerdo muchos nombres, pero yo estoy ahi!!!!! Yo cantaba en el coro!!!! y decia versos jajajajaja.
Fui docente gracias a Raquel y ahora estoy jubilada. Gracias Chalo!!!
Margarita Alejandra Verbeek.

Matias Roggero dijo...

Cuanto agradezco haber ido a esa escuela , haber tenido esas maestras y compañeros y te completo los dos restantes de esa foto :Horacio Orofino y Juan Carlos Restucci , abrazo Chalo y gracias por la impresionante obra que hacès con El Quilmero

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