Chalo Agnelli
Celia Lindberg (izq.) con su amiga Josefina H. Y. de Tiscornia durante los 25 años de "Algo porque vivir".
Hay personas que pasan por al vida desapercibidamente o
abocados tan solo por sus propias realizaciones y sus seres querido, eso es
bueno, pero hay otras mujeres y hombres necesitan ser en los otros, se agrandan
hacia los demás y se hacen muchos en uno. Esa fue la señora Celia Agustina Lindberg, que
recientemente nos ha dejado.
La historia comenzó
cuando un pequeño grupo de amigos, mujeres y hombres mayores, algunos
jubilados, idealistas y emprendedores, se plantearon la necesidad de crear un
espacio común donde reunirse para compartir proyectos, historias, gustos y
alegrías. Convencidos que cualquier persona más allá de la edad es valiosa y
necesaria para el desarrollo armónico de la sociedad.
Con estos objetivos
se constituyó el Primer Centro de Jubilados de Quilmes, “Algo porque vivir”, un 27 de mayo de
1978, que sería, sin lugar a duda, uno de los precursores de muchos clubes y
centros de adultos mayores que existen en Quilmes
Fue el principal
objetivo del Centro, dignificar la vida cotidiana de mujeres y hombres de los
adultos mayores.
En 1986 se inauguró
la sede propia en República del Líbano 24. Construida ladrillo a ladrillo por
el esfuerzo de todos, donativos y préstamos que fueron saldados
rigurosamente en los años posteriores. La señora Celia realizó un trabajo ímprobo
buscando los mejores precios, convocando a las autoridades para que apoyaran la
propuesta pues los resultados beneficiarían a muchos quilmeños, como así aún
sucede.
El 27 de mayo de 2003,
durante los festejos por los 25 años, la Comisión Directiva homenajeó a la
presidenta colocando una placa en el salón principal, bautizándolo “Celia
Lindberg”.
Durante poco más de
dos décadas fue presidenta la Sra. Lindberg, motor movilizador de voluntades,
por su impulso, su fuerza, sus ganas, el Centro creció con constancia,
acompañada por comisiones directivas entusiastas y colaboradores fieles a los
objetivos fundacionales.
Esta luchadora, dejó de existir el 8 de octubre próximo
pasado, a los 87 años; había nacido el 22 de febrero de 1926. Tras cerca de 35 años
trabajando para el Centro que fue su pasión y su vida, como lo fue su familia, constituida por 6 hijos
y numerosos nietos.
Celia era una mujer atinada, fiel amiga, con una impronta clara hacia
la participación y la solidaridad, ya no está entre nosotros, pero allí en la
calle República del Líbano está el Centro de Jubilados “Algo porque vivir”,
donde su espíritu vivirá por siempre.
1 comentario:
Orgulloso de ser tu primo, infinidad de anécdotas y gratos recuerdos de toda la vida. Donde te encuentres vaya todo mi cariño.
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