“El Quilmero” del domingo 11 diciembre de 1881, informa del lino depositado en la chacra de Risso. Y transcribe la nota del juez de paz, elevada al Dr. Wilde para que haga un análisis en situ pues los vecinos se quejaban de los malos olores que llegaban al pueblo desde esas aguadas.
Luego transcribe los resultados a los que llegó el Dr. Wilde como integrante del Concejo de Higiene.
En “El Quilmero” del 9 de diciembre de 1881 hay una nota titulada “El Pudridero”, del Sr. N. Forrester, propietario de ese lino que se estaba aireando (pudriendo) en la chacra de Risso que arrendaba con ese fin, como había hecho antes la firma Onetto para fabricar ladrillos. La nota publicada como solicitada era para justificar de un modo monetarista la existencia de ese foco de enfermedades y está dirigida a Francisco Uriburu, [2] y dice que en las trece cuadras cultivadas cerca de la estación Bernal (error geográfico) el monto de la cosecha se calcula en 80 toneladas inglesas de fibra que darán un rinde de $ 31.232. El título de la nota, sin duda es de Pedro Giménez muy agudo con sus conceptos cuando se trataba de capitales de dudoso acumulo. Historias similares se repiten hoy cuando quienes privilegian la acumulación de capitales lesiona el ecosistema, perjudicando consecuentemente la salud del ciudadano.
La fracción de la quinta de Risso circundada por las calles Vicente López, C. Pellegrini, A. Baranda y Corrientes fue adquirido por el señor Fornaroli. A fines del siglo XIX, paralela a Vicente López, desde C. Pellegrini hasta 12 de Octubre, en la vereda oeste, a unos metros de la calle había una zanja poco profunda de 8 a 10 metros de ancho bordeada de sauces que cuando tenían agua tomaba el aspecto de un arroyuelo. Aún no estaban abiertas las calles Córdoba, Corrientes y Entre Ríos, pero había algunos precarios puentes de madera instalados por Onetto y luego por los Fornaroli.
Cuando las lluvias eran abundantes, el arroyuelo desbordaba e inundaba la calle Vicente López haciéndola intransitable.
La Soc. de Artesanos de La Colonia, hoy.
Continúa su relato recogido de la historia oral el Prof. Manuel Ales, refiriéndose a las lagunas o aguadas. Eran excavaciones para obtener tierra para la fabricación de ladrillos, que con las reiteradas lluvias propias de la zona, no tardaron en transformarse en verdaderas lagunas. La más renombrada era “La Laguna de Risso”, en las tierras de Celestino Risso, ubicada, aproximadamente, desde Bernardo de Irigoyen a Vicente López y de la calle Perón a Corrientes. Allí comenzaba la quinta de Fornaroli que tenía un gran depósito de agua en la esquina de Corrientes y Sáenz Peña utilizada para regar sus cultivos a través de acequias.
Otra laguna, también en los terrenos de Risso, estaba junto a la calle 12 de Octubre entre Bernardo de Irigoyen y M. Quintana, 20 metros hacia el norte. Como llegaba hasta la casa de la familia Celasco, se la conocía como “La Laguna de Celasco”.
La tercera era “La Laguna de Rivas y Montaldo” ubicada, aproximadamente, desde Baranda hasta Larrea y desde 1º de Mayo a B. Pérez Galdós.
En la manzana comprendida entre las calles Rodolfo López, Andrés Baranda, Bombero Sánchez y T. de Alvear se formaba una laguna con las aguas que, después de las lluvias, venían de la zona que hoy es Villa Armonía. Esta propiedad acuática era de la familia Giaimo, por esto la llamaban “La Laguna de Giaimo”.
2º nota LA COLONIA - EVOLUCIÓN CATASTRAL E INSTITUCIONALIZACIÓN http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-evolucion-catastral-e.html
3º nota LA COLONIA - LA CHACRA DE RISSO Y EL HORNO DE LADRILLOS DE ONETTO - LOS RISSO
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-la-chacra-de-risso-y-el.html
NOTAS
[1] Cabullería es el arte de hacer y deshacer correctamente nudos, lazos, piñas, amarres y empalmes, mediante el empleado de cuerdas. El nudo es un lazo que se estrecha y cierra de tal modo, que mientras se tira de los cabos, mas se ajusta.
[2] A cargo del Ministerio de Hacienda durante el Gobierno de Miguel Juárez Celman.