El sábado más de 600 espectadores fuimos testigos de una apuesta teatral que no solo se presenta como un espectáculo artístico sino como un contundente golpe a las conciencias. Y esta puesta pergeñada y concretada por el historiador Osvaldo Bayer, quien se movió en el escenario como en la sala de su casa, con la vitalidad, el razonamiento claro, el gesto que nos hace reconocer a un reformista que en la edad madura no se transformó en un apoltronado burgués que se disocia de sus ideas y caen en la nostalgia de un pasado que nunca fue mejor. En cambio Bayer nos dice "mejor es hoy porque estamos vivos" y eso nos permite cambiar hora a hora, día a día.
"La putas de San Julián" nos presenta un momento oprobioso de nuestra historia. Una masacre concebida por una clase social que creía ser, no solo los dueños de la tierra, sino de la dignidad de los hombres, de sus vidas; y las que abrieron conciencias fueron un grupo de mujeres - las putas de San Julián - que repudiaron y enfrentaron los asesinatos del Ejército Argentino enviado por el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen a acabar con un huelga que iba en detrimento de la oligarquía agro-ganadera y las corporación agro-exportadoras británicas, sobre todo.
Bayer, tras años de investigaciones, moviliza los cimientos de la historia oficial y de otras interpretaciones que algunas parcialidades políticas y de clase construyeron un tanto acomodadas a esquemas que les favorece. Los que nos educamos en esos esquemas hoy vemos con feliz consuelo que los jóvenes actualmente pueden tener puentes que los acerquen a verdades dolorosas, pero fundamentales y fundacionales de esto que somos los argentinos con todos nuestros defectos y virtudes, que por lo general se suelen poner afuera sin involucrarse, como si no tuviéramos de alguna manera responsabilidades en diverso grado, de cuanto sucede en la historia que caminamos día a día.
Sabemos que algunos espectadores deben haber sentido algún escozor ante el
juicio que cae sobre ciertos nombres y apellidos que se extienden en calles y
plazas a lo largo y a lo ancho del país. Nombres y apellidos con los que
cargaron hombres de un época, sostenida por una pensamiento social, filosófico
y político predominante, que en poco se lo puede relacionar con el juicio
social, filosófico y político que domina el quehacer intelectual de hoy en día. Y desde sus contextos debe visualizárselos.
Osvaldo
Bayer y los realizadores de la película Awka
Liwen (Rebelde Amanecer) Felipe
Pigna y Mariano Aiello, fueron demandados por los tataranietos del fundador
de la Sociedad Rural Martínez de Hoz por el documental que denuncia
los hechos genocidas de la Campaña del Desierto. En él queda en evidencia
el exterminio de los pueblos originarios que habitaban el que hoy es nuestro
país, impulsado por el general Julio Argentino Roca. Donde también se menciona
que el fundador de la Sociedad Rural, el José Martínez de Hoz - abuelo del
ministro cómplice de la dictadura procesista
- recibió grandes extensiones de tierras patagónicas y pampeanas por parte de Roca,
como agradecimiento por haber sido inversionista económico de la Campaña del Desierto. En
el escenario Bayer denuncia esa mordaza a la verdad, producida por una familia
que se enriqueció con el sudor y la sangre de la clase obrera... y los que
recordamos y padecimos esa economía entreguista y cipaya revivimos nuestros
padecimientos de ayer.
El elenco
(por orden de aparición) está formado por:
Osvaldo
Bayer, Osvaldo
Bayer
Muerte, Laura Wich
Sargento, Sergio Pascual
Consuelo, Daniela Salerno
Agente, Hilario Laffitte
Paulina, Alejandra Shanahan
Amalia, Valeria Castro
María, Mercedes Ferrería
Ángela, Marieta Acosta
Maud, Maité Mosquer
Bayer 80
años, Lucio Cerda
Bayer 40 años, Pablo Palavecino
Madre / Marlene, Mónica Soruco
Producción
TNC, Lucero
Margulis
Producción TNC, en gira Lucía Quintana
Fotografía . G. Gorrini / M. Cáceres
Diseño gráfico, Verónica Duh
Asistencia
de dirección, Michelle
Saffores
Banda
de sonido, Agustín
Demicheli
Coreografía, Mónica Soruco
Diseño de iluminación, David Seldes
Diseño de vestuario y escenografía, Vanesa
Abramovich.
Dice
Rubén Mosquera director de esta asombrosa puesta: “Cuando Osvaldo Bayer me habló en el
foyer del Cervantes, planteándome representar el episodio de las mujeres del
prostíbulo “La Catalana” de San Julián, y luego de varias conversaciones
con él
me di cuenta que tenía la posibilidad de poner en escena, a la par que un
episodio ignorado y sepultado por la historiografía oficial, a un Osvaldo de
carne y hueso que es uno de esos seres, con los que muy rara vez tenemos el
privilegio de cruzarnos en la vida, que andan por este mundo caminando con alas
en la espalda y llenando el aire de cada ensayo de pasiones y valores que por
liberados resultan liberadores para todos los que estamos con él.
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Con Bayer en la presentación de "Entre dichos" en la E.E.M. Nº 3
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Este proyecto resultó para todos los que
participamos, un espacio de militancia teatral, que hizo poner el cuerpo a las
actrices hasta el límite mismo del dolor físico, a los golpeadores a padecer
por enfrentar la propia anatomía a sentir como lo hace un torturador, y al
conjunto a estar al borde de la sensibilidad a flor de piel pasando por el
cuerpo los recuerdos y los valores íntimos y personales, para contribuirá una historia
que nos interpela como sociedad. Convivir en cada encuentro con la
recreación de tanto dolor y muerte hizo que cada ensayo se transformara en una
misa pagana de celebración de la vida, con Osvaldo oficiando de ángel de la
guarda y patriarca protector de todos los que participamos, porque su magia
simplemente sucede, como el olor a tierra mojada, sin anunciarse y llenando de
alegría nuestros sentidos. Recorrer este camino en cada
representación nos hizo vivir al hecho teatral, en tanto un espacio de estricto
orden y de imprevisible aventura, como una fiesta”.
OSVALDO BAYER nació en Santa Fe en 1927. Estudió
Historia en la Universidad de Hamburgo, Alemania, de 1952 a 1956. De vuelta en
la Argentina se dedicó al periodismo, a la investigación
histórica y a guiones
cinematográficos. Trabajó en los diarios Noticias Gráficas, en el patagónico
Esquel y en Clarín, del cual fue secretario de redacción, y en diversas revistas.
Fue secretario general del Sindicato de Prensa de 1959 a 1962. Por el libro La Patagonia rebelde y el film del mismo nombre
fue perseguido y tuvo que abandonar el país en 1975. Vivió en el exilio, en
Berlín, hasta su regreso a Buenos Aires, en 1983. Colabora en varios medios
nacionales y extranjeros. Ha publicado los siguientes libros: Severino Di Giovanni, el idealista
de la violencia
(1970); La Patagonia rebelde
(Los vengadores de la Patagonia trágica, 1972-76, cuatro tomos); Los anarquistas expropiadores (1974); Radoicitzky, ¿mártir o asesino? (1974); La Rosales, una tragedia argentina
(1974); Exilio (1984, en colaboración
con Juan Gelman). Fue el guionista de los
films: La maffia (1972); La Patagonia rebelde (1974); Todo es ausencia (1983); Cuarentena: exilio y regreso (1984); Juan, como si nada hubiera pasado
(1986); La amiga (1989); Amor América (1989); Elizabeth (1990);
El vindicador (1991) Panteón militar (1992); los últimos seis
en coproducción con Alemania. En diciembre de 2006 publicó con Fabián D’
Aloisio y Bruno Nápoli, “Ventana a la
Plaza de Mayo. Las Madres y Osvaldo Bayer”, con sus columnas en el periódico
de las Madres desde 1984 hasta esa fecha y un análisis de su escritura junto a
las Madres de Plaza de Mayo.
EL QUILMERO, comprometido con la verdad histórica, con los historiadores que no tienen compromisos con los poderes corportivos ni económicos aprovecha la nota para insistir en la divulgación de la obra esclarecedora del Maestro Osvaldo Bayer.
LA PATAGONIA REBELDE es el testimonio histórico
de la cruenta represión patagónicas de 1921 y de la consiguiente
matanza de obreros. Durante mucho tiempo la expedición
del teniente coronel Varela al sur argentino, que dejó un reguero de sangre,
fue el tema más tabú de nuestra historia cercana: estaba de por medio el
Ejército Argentino. Se intentó encuadrar esa misión dentro del problema fronterizo
con Chile, se rodeó la huelga de leyendas
negras sobre “infiltración extranjera” para ocultar que los regimientos al mando de Varela fusilaron
a 1500 trabajadores por reclamar por sus derechos. Cuando en 1974
los dos primeros tomos de la rigurosa investigación de Osvaldo Bayer
se transformaron en película, el Ministerio de Defensa vetó su exhibición. Al
mismo tiempo Bayer comenzó a recibir amenazas telefónicas y visitas de diversos
servicios de informaciones. Sus libros fueron sacados, de los anaqueles de las
librerías por soldados, y cargados en camiones del Ejército para hacerlos
desaparecer. Es el tiempo de oprobio: en esas condiciones Bayer
concluyó el último tomo de La Patagonia Rebelde, que nunca pudo publicarse en la
Argentina. Dieciséis años más tarde, Planeta editó
la versión completa y definitiva de un clásico de la historia política
nacional. Bayer revisó cientos de nuevos documentos y entrevistó decenas de
nuevos testigos, y esta perspectiva ampliada permite decir que, aunque
emparentada con la edición anterior, el lector tiene en sus manos una genuina novedad
editorial. Con La Patagonia Rebelde, cuyos primeros
tomos aparecieron con el nombre de Los vengadores de la Patagonia trágica,
Bayer asume la difícil tarea de contar la historia viva, una historia que no
pierde el filo de la actualidad.
¿Quién
fue responsable de la masacre de obreros patagónicos en las huelgas rurales de
1921 y 1922? ¿El gobierno de Hipólito Yrigoyen o el Ejército? ¿Qué grado de
culpabilidad debe asignarse a la acción individual del teniente coronel Héctor
Benigno Varela? A estos interrogantes tan discutidos durante más de medio siglo
da respuesta el historiador Osvaldo Bayer en este tercer tomo de La Patagonia rebelde.
Y para fundamentar esas respuestas presenta pruebas históricas irrefutables:
los documentos oficiales, los telegramas cifrados entre las autoridades, las
crónicas periodísticas de época, los testimonios de los sobrevivientes y el
debate parlamentario acerca de los hechos, en lo que fue una délas sesiones más
vividas de la historia del Congreso de la Nación. La masacre de la Patagonia burló
las leyes de la República y dejó profundas dudas en el ejercicio de la
democracia del gobierno constitucional. En ese clima llegaría el dramático
epílogo de esos hechos, cuando los anarquistas de Buenos Aires decidieron hacer
justicia por propia mano. A setenta años de aquellos hechos, las instituciones
responsables siguen sin considerar necesaria la autocrítica de esos procederes
ni la reivindicación de las víctimas. En ese sentido, resulta escalofriante
leer las pruebas judiciales que aporta Bayer en este libro, para comprobar que
el método aplicado por los oficiales del Ejército en la represión de los
obreros patagónicos fue el mismo que utilizarían medio siglo después: antes
déla matanza se procedía a la tortura de las víctimas y al robo de sus
pertenencias. "La
Patagonia Rebelde" es, por ello, un libro de lectura indispensable para todos
aquellos interesados en la verdadera historia de nuestro país.
Crónica Prof. Chalo Agnelli
chaloagnelli@yahoo.com.ar