Las comunidades son portadoras de una impronta particular, la cual es el producto intrínseco de su fundación y sentido. Esa forma de ser es un elemento gravitante que se observa en el diseño urbanístico, en la arquitectura doméstica, en los puntos de encuentros, en las actividades que desarrolla, en las formas de comunicación, etcétera. En lo personal nos interesa la gestión cultural como instrumento para alcanzar un desarrollo local pleno, sensato y consciente de su acervo, habilidades y potencialidades. Elegimos partir desde la historiografía Quilmeña por ver en ella Identidad, Patrimonio y Recurso del Municipio. [1]
Uno de los aspectos meritorios de la historia, como ciencia, es la capacidad de registrar en su haber evidencias de la multiplicidad de intervenciones que la humanidad ha provocado sobre el entorno en el que vive. La cantidad de árboles que en la actualidad observamos en nuestras calles a simple vista es un ejemplo de ello. Decimos esto porque documentos coloniales del Siglo XVI describen a la región Pampeana como una extensísima planicie sobre la que se hallaba una ínfima cantidad de árboles. Frente a este panorama, recién a mediados del Siglo XIX, Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) implementa una fuerte política de forestación, que tuvo como uno de sus ejes la importación de las primeras semillas de eucaliptos tipo “globulus” introducidas en nuestro país, las cuales se repartieron entre estancieros de aquel momento. [2]
La propiedad que Don Andrés Baranda compró a Pedro Costa se encontraba en el lado Sur de donde hoy se encuentra la ex Papelera Massuh y desde ese lugar se extendía hasta la avenida Isidoro Iriarte (San Martín). El extremo Oeste lo delineaba el arroyo Las Piedras, en tanto su límite Este llegaba un poco más allá del Camino General Belgrano.
Como testimonio de lo recién contado, en la esquina de Camino General Belgrano y Av. Dr. Isidoro Iriarte (828 – Ex San Martín) se encuentran cuatro eucaliptos de grandes dimensiones, que denotan una siembra sistematizada por compartir antigüedad y alineamiento. Claro está que estos ejemplares no han sido sembrados en aquella oportunidad, ni tampoco se trata de los más antiguos del distrito. Como también es cierto que estos árboles se encuentran ampliamente diseminados en todo Quilmes, de hecho dos barrios de nuestro Partido son conocidos como “Los Eucaliptos”.
A esta altura, nobleza obliga a mencionar que en su libro “San Francisco Solano: una historia para contar 1580-1993”, el Profesor Víctor Gullotta plantea varias hipótesis razonables respecto al lugar donde se cultivaron las primeras plantas de eucaliptos. Sobre estas conjeturas entendemos que los ejemplares floridenses inclinan el juicio a su favor, respecto a los otros supuestos. Esta afirmación la basamos en la combinación de cuatro singularidades: en primer término (i) dentro del actual partido de Quilmes es el único (ii) agrupamiento lineal de cuatro eucaliptos en sólo 40 metros que se ubica (iii) dentro de lo que fuera una propiedad de Don Andrés Baranda. Y por último: (iv) el lugar coincide con la propiedad comprada a Pedro Costa en aquella época.
En el presente, no hay en el lugar referencia histórica alguna respecto al lugar y a estos emblemáticos eucaliptos. Estas perlas históricas que se encuentran en Villa La Florida merecen sumarse al inventario de sitios de interés del distrito. Los argumentos expuestos deben ser considerados para una protección patrimonial a nivel municipal como Declaración de Interés Social y Patrimonio Natural y Cultural.
En el Partido de Quilmes existen al menos dos antecedentes que designa patrimonio a árboles en distintos puntos del distrito. Por un lado, la Ordenanza Nº 7.017/1993 que declara “Patrimonio Bio-Cultural de la Comunidad” al Ombú existente en la Plaza del Maestro de la Ciudad de Bernal. Otro antecedente, es la protección de que resguarda al árbol de especie olmo situado en la esquina de Mitre y Conesa, Ordenanza 11.658/11, promulgada mediante Decreto 2492/11 y publicado en el Boletín Oficial Municipal Nº 107 del 13 de junio de 2011.
Al igual que en el caso del Camino Real: Avenida General Mosconi, ya desarrollado en un artículo anterior publicado bajo el título “Historia de Villa La Florida: Avda. Gral. Mosconi, Un Camino Real” [6], como primer paso, se debe comenzar a proteger, a valorarse a través de la divulgación y señalamiento del mismo. Medidas que deben complementarse en este caso específico con un adecuado procedimiento de mantenimiento profesional acorde al carácter de seres vivos y dimensiones que ostentan.
En la Imagen vemos un mapa de la Dirección de Geodesia de la Provincia de Buenos Aires, que muestra la ubicación de la propiedad de Don Andrés Baranda. El mapa es sumamente ilustrativo, ya que nos ubica geográficamente, porque incluye elementos posteriores como el Camino General Belgrano (Camino adoquinado de La Plata a Avellaneda) y el FFCC Provincial donde la estación denominada “06 de septiembre” es la Parada correspondiente a San Francisco Solano.
Integrante de la agrupación de historiadores Los Quilmeros
[2] Consultar en este sitio Web: “Carlos Vereecke – Historias, Misceláneas” en http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/03/carlos-vereecke-historias-miscelaneas.html
[3] Consultar en este sitio Web: “Documentos Históricos del Dr. José Alcides Craviotto” en http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/06/documentos-de-investigacion-historica.html
[4] Consultar en este sitio Web: “Don Andrés Baranda, Un Fundador del Quilmes de Antaño” en http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/05/don-andres-baranda-un-fundador-del.html
[5] Consultar en este sitio Web: “Julio, Pedro y Carlos Costa en la Historia Local de la Tercera Fundación” en http://elquilmero.blogspot.com.ar/2010/09/julio-pedro-y-carlos-costa-en-la.html
[6] Consultar en este sitio Web: “Historia de Villa La Florida: Avda. Gral. Mosconi, Un Camino Real” en http://elquilmero.blogspot.com.ar/2014/05/historia-de-villa-la-florida-avda-gral.html