"La identidad no es una pieza de museo
quietecita en la vitrina,
sino la siempre asombrosa síntesis
de las contradicciones nuestras de cada día"
Eduardo Galeano
PREÁMBULO - LOS 250 AÑOS DEL EMPLAZAMIENTO COMO SEDE PARROQUIAL DE LA
IGLESIA DE LA SANTA CRUZ DE LOS QUILMES HOY CATEDRAL DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
- PRIMERA JURISDICCIÓN - SEGUNDA JURISDICCIÓN - EL
TEMPLO PARROQUIAL - LA QUINTA DE FARAMIÑÁN - WILLIAM
MAC CANN - ROBUSTIANO PÉREZ - PROYECCIONES - ERECCIÓN
DEL NUEVO TEMPLO - EL ÓRGANO - EL PÚLPITO Y EL ALTAR
MAYOR - LA CONSTRUCCIÓN - EL RELOJ - LAS FIESTAS
PATRONALES - EL SOLAR HISTÓRICO - EL CLERO PARROQUIAL - BIBLIOGRAFÍA
CONSULTADA POR EL AUTOR - BIBLIOGRAFÍA DE COMPILACIÓN - NOTAS
DEL COMPILADOR
Gracias a la insigne historiadora, sobre todo Maestra, Lila A. Giordano de Campelo (1918-2006) y la colaboración de sus hijas Susana y Laura, recibimos este documento que hallamos entre el profuso archivo que nos legaron; es la reseña de una conferencia que don Oreste C. Ales brindó el 23 de octubre de 1980, con
motivo de los 250 años de la creación del curato que luego fue la parroquia de la Inmaculada Concepción, el 23 de octubre de 1730.
Es deber a la difusión histórica que EL QUILMERO transcriba en forma total - a pesar de lo dilatado - este documento que se incorpora a Internet para ser accesible a nuevos investigadores, historiadores o interesados de su propia identidad y pertenencia.
Don Oreste Ales, fue militar, perteneció a una longeva familia quilmeña y acompañó, en el entusiasmo por lo la historia local, a su hermano Manuel que ha dejado tantas páginas en la pródiga bibliografía del Pago de la Magdalena, particularmente de Quilmes y su zona de influencia, que son todos los partidos circundantes.
Inicia Ales su conferencia en forma autorreferencial, agradeciendo y particularizando a algunas personalidades y vecinos notorios, cuyos descendientes estaban presentes aquel día, que presentó este trabajo, en la Casa de la Cultura. Vale también transcribir estos párrafos iniciales para apreciar los vínculos del autor con la comunidad, que le había dado una fuerte identidad y sentido de pertenencia. Chalo Agnelli
PREÁMBULO
A
la Comisión Organizadora de los festejos conmemorativos de los 250 años de la erección
como Parroquia (23 de octubre de 1730),
de lo que primitivamente se conociera
como Curato de los Indios Quilmes, y a la que se le asignó a “…dicho Curato por Parroquia interina la
Iglesia de Santa Cruz de los Quilmes (Pueblo de Indios que también se
agrega a dicho Curato), hasta en tanto
que la hacen aparte - se está refiriendo a la construcción de un nuevo
templo, entendemos, fuera de los límites de la Reducción -, los vecinos y habitantes de dicho Pago"; tal expresaba el
Cabildo Eclesiástico en su Acuerdo de la fecha antes citada; Parroquia que con
el correr del tiempo, se la pone bajo la advocación de la "Inmaculada Concepción", con la que
llega hasta nuestras días; aspecto este, el del nombre o patronazgo que
comentaremos más adelante.
Decía,
que expresaba a los integrantes de la Comisión Organizadora, mi renovado
agradecimiento, por haberme distinguido, designándome para mantener esta charla
ya que conferencia no será, con Uds., mis queridos amigos, que, con su
presencia, traen hacia mí, tantos y tantos hermosos recuerdos de mi niñez y juventud, pasada en este Quilmes, donde nací, donde espero reposar y que esta
tierra me reciba en su seno, cual madre amorosa, junto a mis seres mas
queridos; perdonen Uds. esta disquisición emotiva.
Y
ahora, un pedido de disculpas; se me pidió esta charla, este conversar con Uds.;
puse mis reparos, ya que, y convencido estoy de ello, que otros con mas
condiciones, con más conocimientos del tema, debían ocupar esta tribuna - expreso
esto
|
América Gregorini |
sin falsa modestia -, pero, ante la disyuntiva, acepté este honor y esta
alegría, que me proporciona, el ver tantas rostros amigas, compañeros, muchos
de ellos de ayer de la escuela Nº 19 de la Sta. AMIGO, de la Nº 1 de la Sra.
GREGORINI, del San Luis Gonzaga de YOLDI y su esposa NATALIA, de la tertulia
del cine Sarmiento de los Hnos. PALLA, de las tardes inolvidables del caminar
por Rivadavia, de aquellos jueves en la rambla y de tantos y tantos recuerdos
que, a esta edad, atesoro y custodio algunos de ellos con avaricia, en el cofre
de los queridos y caros recuerdos. Pero... Uds. no han venido a escuchar estas cuitas;
la presencia de todos Uds. obedece a otras motivaciones, por lo tanto, entraremos
en materia, recordando aquellas estrofas del inmortal LOPE de VEGA, quien, ante
el requerimiento o desafío de construir de inmediato un soneto, lo inicia
expresando:
Un soneto me manda hacer Violante
Y en mi vida me he visto en tal aprieto
etc. etc.
A mí también, los integrantes de la
Comisión, me han colocado, por cierto que con la mayor buena voluntad, en un
grande aprieto y, además, con la enorme diferencia de que no soy LOPE de VEGA;
trataremos de salir adelante, Dios mediante y, contando también con la
benevolencia y comprensión de todos Uds., mis amigos; desde ya, les anticipo mi
agradecimiento por ello y por la presencia y, a fuer de sincero diré también,
para que no se me tilde de plagiario, que no han de escuchar nada nuevo, sino
la repetición de
acontecimientos, anécdotas, etc., contenidas en la
bibliografía que muchos de Uds. tienen en sus manos; es decir, que escucharán a
CRAVIOTTO (foto derecha), JOSÉ ANDRÉS LÓPEZ, LUIS OTAMENDI, GUILLERMINA SORS, a los viejos CABILDANTES, a
LERTORA, BERRAZ, BARRERA NICHOLSON, TRAVERSI, MANUEL ALES, etc. etc., así
también deseo agradecer al señor Rodolfo A. López (Robín) por haberme
facilitado la consulta de la colección de "La Verdad", así como al
señor ALFONSO, su colaboración.
SEÑORAS, SEÑORES:
(Seguimos el texto de aquella conferencia de 1980, que se publicó en la separata del Tomo XVI de ARCHIVUM, Revista de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires 1984)
LOS 250 AÑOS
DEL EMPLAZAMIENTO COMO SEDE PARROQUIAL DE LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ DE LOS
QUILMES, [1] HOY
CATEDRAL DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN [2]
Dibujo de la primera capilla realizado por la Sra. Lila Giordano de Campelo para su libro, recreado desde las descripciones dejadas en documentos.
En
octubre de 1980, se conmemoraron los 250 años de la erección de nuevas
parroquias en la diócesis de Buenos Aires, según acuerdo del Cabildo Eclesiástico
bonaerense de fecha 23 de octubre de
1730. Entre ellas se contaba el Curato del Pago de la Magdalena, al que se
le asignó como sede parroquial interina la “iglesia
de Santa Cruz de los Quilmes, pueblo de indios que también se agrega a
dicho
curato, hasta en tanto que la hacen aparte los vecinos y habitadores de dicho
pago.”
Tal
como se ha expresado por más de un historiador, los españoles llegaron a estas
tierras con la espada en una mano y la cruz en la otra. Lo afirmado tiene
concreta veracidad histórica cuando se afirma que, conjuntamente con el
asentamiento de los indios quilmes (o kilmes) en la reducción de la Exaltación
de la Santa Cruz, se construyó la primitiva capilla, modesto rancho de paja y
barro y techo de juncos.
Para
1685, ya no sería, según Otamendi,
"de paja y barro la capilla, sino de
adobe, pues el corregidor Zeballos ordena edificar con este material;
lógicamente, una de las primeras obras fue la
iglesia, con su altar y sagrario
que hasta entonces no tenía.”
En
cuanto a los servicios espirituales de la reducción, fueron atendidos en un
primer momento por curas doctrineros
y a partir de 1667, por curas permanentes,
entre los que citaremos a los padres Pintos (1667-70), Fuentes (1670- 72), Izarra
(1678-90) y Rivadaneira (1700-22). Así fue hasta que el Cabildo Eclesiástico,
en acuerdo de 6 de octubre de 1730,
y teniendo en cuenta la dificultad existente para la atención espiritual, ya
que la feligresía de esta vecindad dependía de los curas rectores de españoles
y naturales de Buenos Aires, dispuso la división de parroquias. Y el 23 de octubre siguiente, "se erige en primer curato en el Pago
de la Magdalena, que empieza desde la otra banda del
Riachuelo (sur) y todo el territorio que comprende dicho
pago.” Y más adelante se agrega: “Y
se le asigna a dicho curato por parroquia interna la iglesia de Santa Cruz de
los Quilmes (pueblo de indios que también se agrega a dicho curato) hasta en tanto los vecinos habitadores de
dicho pago la hacen aparte.” Esto de “la
hacen aparte” no se concretó; la modesta capilla funcionó como parroquia
hasta 1812, año en que el impedimento desapareció por declararse a la reducción
como pueblo
libre.
PRIMERA JURISDICCIÓN
La
definición territorial del nuevo curato resulta un tanto vaga, lo que es
aclarado por Craviotto en su trabajo “La
atención religiosa del Pago de la Magdalena hasta la creación de parroquias de
1780”, cuando dice: “Se llamaba Pago
de la Magdalena al territorio situado al sud del Riachuelo hasta el río
Samborombón y más adelante el Salado; entre la costa del Plata y un límite
oeste impreciso, en territorio en poder del indígena; el Cabildo de Buenos
Aires,, en acuerdo del 20 de junio de 1747, estableció como frontera oeste del
Pago el arroyo del Siasgo - afluente del Salado - y las nacientes del Matanza en las Cañuelas”.
Óleo de Víctor Roverano, 1926. Tapa del libro de la Sra. Lila Giordano de Campelo (Ver bibliografía)
SEGUNDA JURISDICCIÓN
Esta
jurisdicción se modifica en 1779 con motivo de la visita que efectúa el obispo
Malvar y Pinto. Al observar el prelado lo dilatado que era el Pago de la Magdalena,
lo que no sólo hacía dificultoso, sino imposible, realizar atención espiritual
por parte del párroco de Quilmes, indica al presbítero San Martín y Cabral (en
ese momento
al frente de la Parroquia) que le señale la jurisdicción
eclesiástica que estima más apropiada para el cumplimiento de su ministerio. Según
Craviotto en su "Quilmes a través de
los años", queda limitada a los actuales partidos bonaerenses de
Avellaneda, Lanús, Quilmes, Lomas de Zamora, Almirante Brown y parte de los de
Ensenada y La Plata.
Con
relación a este tema, Guillermina Sors, en su “Quilmes Colonial” y tomando como fundamento el auto del 28 de setiembre de 1780, da como
límites escogidos por el presbítero San Martín y Cabral los siguientes: “...desde la otra banda del Riachuelo hasta
el arroyo del Gato (hoy partido de La Plata) y desde la casa de don Ramón Rodríguez hasta la de don José Antonio de
la Cruz inclusive y de allí excluía la casa de Blas García tirando la línea
hasta el arroyo Grande.” La fijación de límites hecha por el Cabildo es hasta
al presente un tanto difícil de determinar.
Con
motivo de esta división territorial nacieron dos nuevas parroquias: la de la Laguna de la Reducción, hoy San
Vicente, y la de La Isla, en el
futuro pueblo de Magdalena.
EL TEMPLO PARROQUIAL
Volvamos
a 1730, al momento de la creación parroquial. Desde
1666, año de la edificación de la
primera y modesta capilla, muchos fueron los avatares sufridos. Con relación al
aspecto
|
Foto Ítalo Nonna |
edilicio, resulta de interés seguir a Otamendi en su “Historia de la Reducción 1668-1812”.
Según él, después de la remodelación (llamémosla así) dispuesta por el
corregidor Zeballos, “… hubo que
reedificarla por el estado decadente en que se encontraba luego de 45 años.”
Y agrega, como para dar mayor fuerza y fundamento a su expresión: “En la forma precaria en que se construía el
templo, no obstante utilizarse adobes, asentados en barro, sin revoque, la
duración era efímera, no duraba más de 30 años y había que rehacer de nuevo casi
toda la obra.” Así es como consta en los libros parroquiales que en 1763, se hace un entierro en la
Iglesia caída.
En 1789 (la fecha del ciclón es el 1 de febrero de 1769, Ales confunde la fecha o está mal impreso) un ciclón da por tierra con el
edificio del templo y muchas casas más y en 1787, en tiempos del Pbro. San
Martín y Cabral, se construye un nuevo templo, pero esta vez con adobes cocidos,
o sea ladrillos del Horno de la Virgen,
también conocido como de la Iglesia o del Cura.
LA QUINTA DE FARAMIÑÁN
Con
respecto a este hecho, dice Craviotto: [3]
“En 1935, al construirse obras sanitarias
de la red general en esa zona, en la vieja quinta de Faramiñán, entre las calles
Brandsen, Guido, Libertad y Derqui, aparecieron restos de aquel horno
juntamente con leña quemada y material óseo proveniente del combustible que se
empleaba para tener fuego vivo (huesos frescos), de cuyo empleo como combustible abundan las constancias en actas del
Cabildo.”
Y agrega después: “Sobre el
hallazgo circularon versiones inexactas, entre ellas, que allí se quemaban
indios o víctimas de la fiebre amarilla de 1871, todo ello a pesar de que los
huesos encontrados eran típicos de los ovinos.”
Agregaremos
que en 1873, se procedió al remate de la chacra El horno de la Virgen, cuyo producto se destinó a edificar una
nueva casa parroquial; remate que, según información dada por Manuel J. Ales en
sus Remembranzas Quilmeñas, arrojó un
total de $ 212.000.
Continuando
con nuestro templo parroquial, en 1810 encontramos que el padre Rivas dice que
“su estado es de ruina.” Y por ello
inicia trámites para levantar un nuevo templo. Pasará tiempo hasta que se
coloque la piedra fundamental, lo que recién se hará el 5 de abril de 1835, siendo padrino don Marcelino Galíndez, según
anotación que figura en el segundo libro de bautismos, iniciado en 1820.
WILLIAM MAC CANN
En
1847, el viajero inglés William Mac Cann describe así nuestra iglesia y el
cementerio vecino: “En Quilmes hay una
iglesia construida de ladrillos y junto a ella un cementerio que en otro tiempo
ha estado cercado con una pared.”
ROBUSTIANO PÉREZ
Las
penurias de este templo continuaron. En noviembre de 1856, [4] “el techo de la iglesia amenaza desplomarse”,
haciéndose cargo la Municipalidad de su reparación, así como a posteriori, y por
moción del municipal Robustiano Pérez,
[5]
la corporación
aprobará “tratar de
aumentar el tamaño de la iglesia y mandar pintar las puertas del templo,
veteadas color caramelo.”
Con
respecto al estilo también existían inquietudes para que tuviera mayor
lucimiento. Así encontramos que el mismo municipal Pérez propone qué “se mandasen hacer, por lo menos, seis
vestidos para seis vigilantes o auxiliares pagos, por decoro de la
Municipalidad, para restablecerlos en el templo y hacer conservar el respeto de
un pueblo culto a las imágenes que se colocan fuera”; o aquella otra de que
“… para los días festivos, al primer
repique de la misa, o antes, se pusiese una cadena a la media cuadra de la
iglesia, en las cuatro calles que conducen a ella, de poste a poste,
atravesando la calle, con el fin de evitar la porción de caballos que allí se
atan, privando a la gente el paso para la iglesia y exponiéndolas a una
desgracia, sirviendo estas mismas cadenas para que en la Semana Santa se aten a
una cuadra de distancia y se eviten escándalos en la puerta del templo,
delante de las imágenes.”
Esta
previsión por el orden y el respeto nos hace recordar lo narrado por José
Andrés López, [6] en su “Quilmes de antaño”,
cuando trata la
permanencia al frente de la Parroquia del padre Pueyo (1872-75), a quien le
preocupaba la presencia y comportamiento de un grupo de jóvenes. “En la nave izquierda de la iglesia y no
lejos del púlpito - dice López -, veía
regocijado un grupo de jóvenes conocidos, que era la pesadilla del cura don Ángel
Pueyo y el tormento del sacristán”. Por mi parte, aclaro que la causa del
regocijo de algunos de los presentes era la irrupción de un gato que los
jóvenes habían soltado, así como en otra ocasión arrojaron diminutos petardos
en el atrio, todo lo que producía el revuelo y la molestia de la concurrencia a
los actos parroquiales.”
Lamentablemente,
para nosotros los quilmeños, estas actitudes persistieron, según lo que escribe
Martín A. Drake Durañona con referencia a la época del presbítero Suárez
Salgado: “La juventud elegante [7]
- dice -, que, ciertamente, no se había
señalado hasta entonces por su compostura en el templo, pronto se volvió
asidua, respetuosa y digna en el asistir a las ceremonias del culto, haciéndose
olvidar por ese camino ciertas irreverencias habidas durante el curato del
padre Fanego” (1880-87) Por lo comentado, podemos observar que, en todas
las épocas y sin diferenciación de clases sociales, han existido espíritus que
no han sabido hacer distinción de lugares u ocasiones para dar rienda suelta a
sus instintos.
PROYECCIONES
Volvamos
al templo parroquial. A pocos años de su construcción, se hacía necesario
reemplazar el modesto edificio, cuyas medidas eran 23 varas de largo por 7 y
3/4 varas de ancho.
La
iglesia, que el padre Rivas había iniciado en 1835, y que había merecido posteriores reparaciones, no llenaba las
necesidades de la población. Según recordaba un antiguo vecino nacido en 1847, don Francisco Soto, Don Pancho para los
vecinos, este templo era “... una
construcción de material sobre la calle Mitre, casi a mitad de cuadra, con
techo a media agua. Sobre uno de los muros se elevaban dos pilares que servían
de soporte de una viga, de la que pendían dos campanas cuyas sogas caían hasta
el suelo." La descripción coincide con lo que se expresa y certifica
en un inventario levantado en 1842, donde se lee: “dos campanas, una de regular tamaño de buen tañido, la otra más chica
y rajada, en medie de dos pilares de material.” En cuanto al templo en sí,
se lo describe de la siguiente forma: “Iglesia.
— Esta se compone de un edificio de adobe cocido de 25 varas de largo y 8 de
ancho y 15 de alto de azotea, con 3 puertas y 9 ventanas vidrieras y su coro
con su baranda de hierro, dicha iglesia tiene tres altares...”
ERECCIÓN DEL NUEVO TEMPLO
Como
antes se dijo, era necesario reemplazar el primitivo edificio. Quilmes
reclamaba algo más acorde con su evolución, “en consonancia con la grandeza de este pueblo”, según palabras del
municipal Tomás Flores. [8]
Por esto, precisamente, el municipal José
Antonio Wilde [9] presenta
a la corporación comunal un proyecto para comenzar la obra de inmediato. Se lo
aprueba y se nombran comisiones para solicitar donaciones.
El
nuevo templo proyectado tendrá las siguientes características: “...tres naves de 40 varas de largo, siendo
la central de 9 varas de ancho y las laterales de 5 varas de ancho, dos
sacristías y el coro.” Se levantaría con frente a la actual calle
Rivadavia.
La
piedra fundamental del nuevo templo se colocó el 1 de noviembre de 1863, siendo
párroco el Pbro. Vadones y padrino de la ceremonia don Francisco Molina. En un
principio se ofreció el padrinazgo a don Leonardo Pereyra, quien declinó el
ofrecimiento por motivos particulares y contribuyó con $ 10.000 para las obras
por realizarse.
El 14 de agosto de 1864, hubo misa “en la mitad terminada, nave lateral derecha”
y el 8 de diciembre de 1865 se
ofició la primera misa. Señalemos que Manuel J. Ales dice que la inauguración
del templo se realizó el 8 de diciembre
de 1866, siendo párroco el Pbro. Pardo, en lo que también coincide José A.
Craviotto. Parece disentir de esto don Luis Eduardo Otamendi, quien expresa en el
diario El Sol, del 27 de agosto de 1965:
“Creemos que la fecha de inauguración oficial fue el 8 de diciembre de 1865, o sea que estamos en el centenario.”
EL ÓRGANO
Agreguemos
algunas informaciones complementarias sobre el templo. El órgano fue inaugurado
el 8 de diciembre de 1888, siendo párroco el padre Suárez Salgado; se lo cambió por el actual en tiempos del
inolvidable párroco Bruzzone.
|
Domingo de Ramos. Se ve detrás la base del púlpito de mármol colocado en la remodelación y reconstrucción del Ing. Juan Pollak. |
EL PÚLPITO Y EL ALTAR MAYOR
El
púlpito se trajo de Europa y costó $ 700. El altar mayor, de madera y guindo,
ahora reemplazado por uno de mármol, fue construido por los artistas Clusellas y García,
ascendiendo su costo a $ 45.000. Por los decorados, en los que se utilizaron
oro y pintura de la mejor calidad, los señores Avilés y Puyadas percibieron
por sus servicios la suma de $ 15.000.
LA CONSTRUCCIÓN
El
edificio de la iglesia, según planos del arquitecto Pedro Petrocchi, se adjudicó al señor Francisco Laurnaga y su socio Santiago Goñi, ambos vascos, [10]
en la suma de $ 400.000, cantidad ésta que sufrió variación por diversas
extras. Las torres, en la suma de $ 105.000, quedaron a cargo de José Cagnoni.
EL RELOJ [11]
En 1881 se contrató con Víctor Chiabrando, en la suma de $
50.000, “la compra y colocación de un
reloj público en la torre oeste de la iglesia parroquial. Chiabrando colocaría
El reloj Nº 5
de su catálogo y presupuesto, con fuerza para una campana de 800
a 1000 libras, la que está comprendida en el reloj, el que tendrá cuatro
cuadrantes, cubiertos con cristales transparentes y de espesor proporcionado.
La esfera del cuadrante tendrá un diámetro en relación con las aberturas de la
torre que, si lo permiten, será de 1,60 m. El expresado reloj será de primera
clase, siendo de cuenta de Chiabrando su colocación en la torre y cuantos
gastos al respecto se originen”, según se lee en el acta de la corporación
municipal.
Como
nota curiosa sobre el reloj, Otamendi, en la edición del diario El Sol del 7 de diciembre de 1965,
expresa que “en un principio fue
criticado que fuera de cuatro esferas, aunque no creemos que esa crítica haya
sido compartida por todo el vecindario”; en un editorial de “El Quilmero”
del 27 de marzo de 1881, se dice, entre otros conceptos reprobatorios: “¿Para qué quiere Quilmes un reloj de cuatro
esferas? ¿Será para mostrar la hora al bañado del río la que da al Este, al
cementerio nuevo la que da al Sud y las de Norte y Oeste a los vecinos del
pueblo que quieran subir a las azoteas de sus casas o techos de sus ranchos
para ver la hora por sobre los techos vecinos?”
LAS FIESTAS PATRONALES [12]
En
cuanto a la celebración de las fiestas patronales, tanto por su contenido como
por su descripción haremos referencia a lo dicho por José A. López en su
Quilmes de antaño y por José A. Craviotto
en el artículo “Las fiestas patronales en el pasado Quilmes”, que publicó en La Lectura. Aquél, que escribe en 1917,
expresa que “… desde dos meses antes del
8 de diciembre, la preocupación, y de ella participaban chicos y grandes,
hombres y mujeres, sin distinción de clases sociales, era el programa de
festejos que se abría de par en par, sin distingos ni reticencias.” Dice
después que “las modistas y costureras y
aquellas que una y otra cosa eran de sí mismas, no daban reposo a sus manos ni
a sus lenguas...”, agregando esto: “Las
tiendas de Ithuralde y Silva y González, en su sección sastrería, donde lo
mismo se cortaba y cosían blusas y bombachas, que se confeccionaban
irreprochables pantalones y correctísimas levitas...” Muchos son los datos
y referencias que
|
Estado en 1866 |
contiene la crónica de López, quien con ágiles y apropiada
pinceladas muestra cómo se esperaba primero y se celebraba después la fiesta
patronal, que mucho tenía de celebración religiosa, social, escolar y popular.
La
fiesta religiosa, llena del esplendor litúrgico propio de la época, contaba
siempre con la asistencia de un orador sagrado de reconocida calidad, así como
con los coros que dirigía el siempre recordado don Antonio Barrera, por años
organista de la iglesia parroquial. Agréguense a esto la entrega de premios a
los escolares; los festejos populares con carreras de sortijas, fueros artificiales,
cine al aire libre y retreta popular y, finalmente, el gran acontecimiento
social: el baile en el salón municipal, engalanado para la ocasión.
|
1996 |
José
A. Craviotto en su crónica antes mencionada dedica más de una página a la
descripción de los festejos patronales, a señalar el proceso que culmina con la
designación de la Inmaculada Concepción como patrona del pueblo de Quilmes y de
su templo parroquial, y a formular algunas consideraciones de gran interés.
Respecto
de la denominación parroquial, dice Craviotto: "Tal como consta en las actas del Archivo Parroquial, los nombres
sucesivos de la parroquia de Quilmes han sido: Parroquia de la Exaltación de la
Santa Cruz de los Quilmes hasta el año 1806. Desde este año hasta el 6 de
diciembre de 1864, el término Exaltación de la Cruz queda suprimido y
reemplazado por Partido de Quilmes. A partir del 6 de diciembre señalado, se da
a la parroquia el título de Inmaculada Concepción de Quilmes.” A propósito del cambio de título se ha
escrito lo siguiente:
Más tarde, por razones que no ha sido
posible dilucidar debidamente por falta absoluta de antecedentes - un incendio
ocurrido hace años destruyó una buena parte el riquísimo archivo
de la
parroquia -, el título correspondiente a aquella fue cambiado por el de
Inmaculada Concepción. Pocos días antes de la fecha en que se
efectuó en los libros de actas la primera anotación ‘Inmaculada Concepción’, el
Pbro. Pablo María Pardo había tomado el gobierno de la parroquia; el 18 de
noviembre reemplazaba al P. Carlos Vadones, en ejercicio desde el 4 de octubre
de 1856. Podía creerse que la advocación a la Inmaculada se hubiera debido,
precisamente, al cambio de cura vicario y que el Pbro. Pardo podía haber
influenciado en ello. No es así, sin embargo; veremos a
continuación que el P.
Vadones la emplea en sus notas, de modo categórico y definitivo, que señala
claramente que la Inmaculada Concepción era patrona del pueblo en años
anteriores a la llegada del Pbro. Pardo, en 1864. Daremos copia de partes de
las notas que el Pbro. Vadones dirigió a los presidentes de la Municipalidad de
Quilmes en los años 1858, 59, 60, 61, 62 y 63, con motivo, precisamente, de los
festejos patronales. La primera, en 18 de octubre de 1858, a D. Paulino González: ‘… a las solemnes y
fervorosas demostraciones que deben practicarse en el día aniversario de la
fundación de este pueblo, que será el 8 próximo diciembre, día de la Inmaculada
Concepción de María Santísima bajo del cuyo auspicio y patrocinio se fundó. En
el año
|
Construcción del altar mayor
|
siguiente, a 23 de octubre, dirigida a D. Andrés Baranda: ‘El sagrado
culto que tanto califica el amor prestado a Dios Nuestro Señor, que siempre le
debemos, y con especialidad de pompa en el día] del aniversario de la fundación
de este pueblo, que fue fundado bajo los auspicios augustos de la Inmaculada
Concepción de la Virgen Santísima Madre de Dios, que será el día ocho del
venidero diciembre. En 31 de octubre de 1860, a D. Andrés Baranda: ‘la solemne
demostración del sagrado culto, que siempre se ha celebrado en el día de la
fundación de este pueblo, que fue fundado bajo los auspicios de la Inmaculada
Concepción de la Virgen Santísima, que se solemniza siempre el 8 de diciembre
de cada año’. El 1 de noviembre de 1861 a D. Tomás
Flores: ‘El infrascripto (sic) cura de la parroquia considerando que el día ocho del
próximo diciembre es el aniversario de la fundación de este pueblo, que se hizo
bajo los auspicios de la Inmaculada Concepción de María Santísima, aniversario
que siempre se ha solemnizado con funciones distinguidas en obsequio de la
patrona áuspice’ (sic). En el año siguiente, con fecha 1 de noviembre, a D. Francisco
Lozano: ‘Bajo los auspicios de la Inmaculada Concepción de María Santísima fue
formado este pueblo de Quilmes, cuyo aniversario será el ocho del venidero
diciembre próximo, aniversario que siempre fue celebrado con solemnes y
religiosas demostraciones’. En el año siguiente, 1863, el P. Vadones celebró
los últimos festejos patronales. en el ejercicio de su curato. Por nota de
noviembre 20 se dirigió a D. Andrés Baranda: ‘El gran día, señor, por este
pueblo es el ocho del venidero diciembre, día de la festividad de la Inmaculada
Concepción de María Santísima bajo cuyos auspicios fue fundado, y
aniversariamente solemnizado con pompas religiosas.’
Las
seis transcripciones de las notas del Pbro. Vadones prueban elocuentemente
que:
l.)
La Inmaculada Concepción era patrona del pueblo de Quilmes en años anteriores
al 1864.
2.)
Que su aniversario fue solemnizado siempre, tanto como festividad religiosa
como por ser la fecha correspondiente a la patrona del pueble.
3.)
Que el pueblo de Quilmes fue fundado el 8 de diciembre (¿?) y que desde su fundación
tuvo por patrona a la Inmaculada Concepción.
Con
respecto a la afirmación que hace Craviotto acerca de que “el pueblo de Quilmes fue fundado
el 8 de diciembre”, tenemos por otra parte la opinión o teoría de
Otamendi, que la vuelca en su documentado trabajo “Historia la Reducción, 1666-1812.”
Modestamente,
pensamos que la tesis de Otamendi, que compartimos, es la más ajustada a la
verdad histórica. Mas, continuemos, con Craviotto y su comentario sobre las
fiestas patronales, de las que nos dice: “Pero
no son éstas las únicas pruebas de la antigüedad de los festejos patronales en
la fecha indicada. Pasemos unos años hacia atrás, hasta el año 1841 en plena tiranía. [13] En
noviembre de aquel año el juez de Paz D. Manuel Gervasio López y los vecinos
federales del partido acordaron se celebre en la iglesia de este pueblo una
misa con Tedeum en acción de gracias al Ser Superno el día de la patrona
tutora de este pueblo, la Inmaculada María Nuestra Señora de la Concepción, en
el día 8 del entrante mes de diciembre.”
Y más adelante agrega Craviotto: “En el siglo XVIII, año de 1769, al frente de
la parroquia de Quilmes está el Pbro. Nicolás Fernández Escandón; el viejo
edificio, refaccionado en 1770 - quizá reconstruido - con paredes de adobe
crudo y techo de paja, sufre el mal de los años, El Pbro. Escandón inicia los
trámites para su reedificación, con motivo de haberse derrumbado el techo de la
iglesia de la Inmaculada Concepción’”. El expediente se encuentra en el
archivo del Obispado de La Plata. Y por último, seis años
antes, en 1763, un documento existente en el archivo de la Notaría del
Arzobispado de Buenos Aires, legajo 36, expediente Nº 20, señala a Nuestra
Señora de la Concepción como titular de la iglesia de la Reducción. La prueba
más antigua del nombre de la Inmaculada Concepción en la parroquia de Quilmes
data, como se ve, de 176 años atrás; el padre Vadones tenía mucho en su favor. “Es lógico suponer que el día 8 de
diciembre fue celebrado, como festividad religiosa, desde el año 1666 y que, a
partir de la fecha en la cual la iglesia de Quilmes fue dedicada a la
Inmaculada
- que bien puede ser en aquel año - , los
festejos tuvieron mayor trascendencia y solemnidad."
En
cuanto a las sucesivas denominaciones parroquiales hasta llegar a la actual,
escribe el Pbro. Lertora: “...hasta 1806 se
la conoció por Parroquia de la Exaltación de la Santa Cruz de los Quilmes; de
1806 hasta el 6 de diciembre de 1864 por Parroquia del Partido de Quilmes, y
desde esta última fecha hasta hoy por Parroquia de la Inmaculada Concepción de
Quilmes.”[14]
Fotos de Alcibíades Rodríguez del libro de la Sra. Lila Giordano de Campelo
EL SOLAR HISTÓRICO
Con
relación al antiguo templo parroquial, ahora elevado a la categoría
catedralicia, cabe recordar que en 1970,
se realizaron gestiones ante la Comisión Nacional de Museos y Monumentos
Históricos a efectos de que se declarara lagar histórico el solar que ocupa la
actual Iglesia Catedral y que otrora fue el asentamiento del primer templo
construido en la Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Quilmes. Como
la Comisión Nacional, luego de realizar prolijos y exhaustivos estudios, llegó
a la conclusión de que correspondía históricamente declararlo así, lo aconsejó
favorablemente al Poder Ejecutivo de la Nación. Este dictó el decreto 2884, de
fecha 21 de diciembre de 1970, con la declaratoria correspondiente.
Pero
si bien se había concretado esta antigua aspiración de los
|
Altar San Francisco donde estuvo la puerta a la calle Mitre |
quílmeños, no
estaba, digamos así, materializado el acto de reconocimiento de tal lanera como
para que cuantos pasasen por el lugar y contemplaran nuestro templo tomaran
conocimiento de que se encontraban en un lugar histórico. Para corregir este
olvido, quien esto escribe presentó al Congreso Nacional de Historia
Sanmartiniano y Moreniano, realizado en Quilmes, en 1978, una ponencia sobre colocación de una placa recordativa. Como
la proposición se aprobó y posteriormente se concretó, debajo de las arcadas
existentes en el atrio está la placa alusiva.
EL CLERO PARROQUIAL
Muchos
fueron los sacerdotes que pasaron y dejaron su recuerdo desde aquel lejano
1666. Todos ellos merecen el recuerdo filial de la feligresía por lo mucho que
hicieron en favor de la vida sacramental, la caritativa atención del prójimo y
la actividad litúrgica.
Memoremos
a aquellos padres doctrineros todo sacrificio, toda pobreza, toda entrega.
Desde el licenciado Bartolomé de Pintos, que actuó a partir de 1667 hasta 1670,
quien según Craviotto era descendiente de Juan de Garay; pasando por el Dr.
José B. de Islas (1729-31) que - al decir de Otamendi -, fue tío bisabuelo del
Gral. Belgrano y del Dr. Castelli; el Dr. Francisco Javier Navarro (1731-39),
primer párroco, propuesto por el Cabildo Eclesiástico el 16 de febrero de 1731,
y posteriormente confirmado en su elección por el gobernador Bruno Mauricio de
Zabala en virtud de ejercer también el empleo de vicepatrón de la Iglesia
Catedral; hasta llegar al Pbro. Manuel Fernández Escandón (1764-73), tío carnal
del Dr. Paso y que mucho luchó por su nuevo templo. Y, como él, el Pbro. San
Martín y Cabral (1773-1803); [15]
el Pbro. Santiago Rivas [16]
(1806-35), cuyos restos descansan en el atrio de la actual Catedral y que fue
relevado por el unitario; [17]
el Pbro. José Quesada (1843-1844), más tarde elevado en España su patria a la
dignidad episcopal (obispo); el Pbro. Carlos Vadones (1856-64), que inicia las obras
del nuevo templo en 1861; el Pbro. Felipe A. Fonticelli (1878-80), más tarde cura
rector de Monserrat, sacerdote de elevado prestigio y eximias virtudes; el Pbro.
Francisco Suárez Salgado (1887-90), elocuente orador sagrado; el Pbro. Bartolomé Ayrolo (1899-903),
posteriormente vicario foráneo de Avellaneda y fundador del periódico
parroquial La Lectura; el Pbro.
Felipe de Jesús Echeverría (1903-10, ver biografía en este blog), siempre en mi recuerdo porque fue quien
me bautizó. Y como los nombrados, muchos, muchos otros.
Pero me
permito, eso sí, detenerme unos instantes en la evocación de quien es
inolvidable para casi todos, que por ya peinar canas, lo conocimos y tratamos.
Me refiero al querido e inolvidable padre Manuel Bruzzone "el Señor nos ha llevado un sacerdote santo”. (1910-29), modelo de sacerdote
y pastor de almas, capaz de dar a los pobres sus zapatos, su colchón o sus
pantalones. Siempre estuvo listo para brindar tanto su ayuda espiritual hasta
morir en medio de una total pobreza, casi diría en la miseria, porque todo lo
había dado. Dios nos dio por guía durante veinte años a tan
grande
varón, quien como soldado desconocido de la Providencia, todo lo dio y nada pidió.
Como bien dijo tras su deceso monseñor Alberti, “La
antigua iglesia, la vieja parroquia de la Inmaculada Concepción, ahora con la dignidad
catedralicia, yergue su hermosa y magnífica estructura en medio de una
población siempre en aumento, dando de alguna manera razón a Bernardino
Rivadavia cuando éste dijo 'Un templo y
una escuela en cada aldea deben ser los monumentos que la Provincia levante a
la libertad'".
Foto de Lautaro Servente (alumno del Inst. Enrico Fermi), primer premio Sub16 del Concurso de Fotografías "La historia a la vuelta de casa" organizado por la Biblioteca Popular P. Goyena.
Firma de Oreste Carlos Ales en la copia mecanografiada de la investigación que se halla en la biblioteca popular pedro goyena.
Oreste Carlos Ales – Quilmes 1984.
El Solar de la Iglesia de la Inmaculada Concepción,
hoy Catedral de Quilmes, ubicado en las calles Mitre y Rivadavia,
fue declarado el 21/12/1970, Lugar Histórico por Decreto Nacional N° 2884 del
Poder Ejecutivo
Nacional, por ser el solar donde se estableció la
Reducción de los Quilmes en 1666, y donde se construyó la primera capilla de
adobe con techos de juncos, en 1667. Sitio histórico por la ley Provincial N°
11242 del 23/04/92
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA POR EL AUTOR
Actis, Francisco C., Actas y documentos del Cabildo
Eclesiástico de Buenos Aires, Buenos Aires, 1943/44.
Ales, Manuel- J., “Quilmes de fin de siglo”, Quilmes, 1965. “Índice
de El Quilmero” (1875- 1889), “Quilmes”, 1966. “Síntesis histórica de Quilmes”, Quilmes,
1968. “Remembranzas quilmeñas”,
Quilmes, 1970.
Bruno. Cayetano, “Historia de la Iglesia en la Argentina”, Buenos Aires, 1968.
Comisión Popular de Homenaje, Recuerdo del padre
Manuel Bruzzone Quilmes, 1964
Craviotto, José A., “Reseña histórica de la parroquia de Quilmes”, en “La Lectura” 10-X-
1945. “El reloj de la iglesia parroquial”,
id., id. “Las fiestas patronales en el
pasado de Quilmes”, id., sin fecha. “Tres
cuartos de siglo atrás fue inaugurado el altar mayor recientemente reemplazado”,
id., id., “La atención religiosa del pago
de la Magdalena hasta la creación de
parroquias de 1780”, Buenos Aires, 1964. “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta 1941”, La Plata,
1967. “Quilmes a través de los años”,
Quilmes, 1969.
Drake Durañona, Martín A-, “Evocando la solemne celebración de las fiestas patronales del año 1889”,
en “La Verdad”, 9-VII-1935.
Lértora, Juan B., “Orígenes y antecedentes de la parroquia de la Exaltación de la Santa
Cruz de los Quilmes, hoy de la Inmaculada Concepción”, en “La Verdad",
9-VII-1935.
Lopez. José Andrés, “Quilmes de antaño”, Quilmes, sin fecha (circa 1934)
Mac Cann, William, “Viaje a caballo por las provincias argentinas”, Buenos Aires, 1969.
Otamendi, Luis E., “El primer centenario de la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción”,
en “El Sol”, 14 al 27-VIII-1965. “Historia de Reducción (1666-1812)”. Quilmes,
1968. “Origen de Quilmes. La Reducción de
Exaltación de la Cruz”, Quilmes. 1978.
Sors, Guillermina, “Quilmes colonial”, La Plata, 1937.
Traversi, Marcelo, “Estampas de antaño”, Buenos Aires, 1949.
BIBLIOGRAFÍA DE COMPILACIÓN
Giordano de Campelo, Lila A. "Reseña histórica de la parroquia de la Inmaculada Concpeción, hoy Catedfral de Quilmes". (330 años de su fundación y en el 20 anivesario de la creación del obispado de Quilmes. 1666-1996)Ed. de autor. Quilmes, 1996.
Compilación
y diagramación Chalo Agnelli (2004-2015)
Fotos:
Alcibíades Rodríguez, Rodolfo Malaver, Carlos Scott,
Fernando San Martin y Lautaro Servente.
Documentación: Archivo "Campelo" del Museo Bibliográfico
de la Biblioteca Goyena
NOTAS DEL COMPILADOR
[1] Hay una bibliografía
referente de la historiadora y maestra Lila A. Giordano de Campelo. “Reseña histórica de la parroquia de
Inmaculada Concepción hoy Catedral de Quilmes”, editado en Quilmes en 1996,
cuando Quilmes cumplía 330 y el curato, 266 años.
[2] El dogma de la Inmaculada
Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es una creencia de la iglesia católica romana
que sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres
humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer
instante de su concepción por santa Ana, estuvo libre de todo pecado. El dogma
fue definido en la bula Ineffabilis Deus, del 8 de diciembre de 1854, por
el papa Pío IX (1846 – 1878) para combatir en “naturalismo” que estaba cundiendo
por Europa. Así influyó el cardenal Luigi Lambruschini para que dictara este
dogma: 'Beatísimo Padre, Usted no podrá
curar el mundo sino con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.
Sólo esta definición dogmática podrá restablecer el sentido de las verdades
cristianas y retraer las inteligencias de las sendas del naturalismo en las que
se pierden”
[3] “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta
1941
[4] Ver
en EL QUILMERO del sábado, 18 de septiembre de 2010, ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL
DEL PARTIDO DE QUILMES 1856 - 1882 - DESDE 1856 HASTA 1882
[5]
Ver en EL QUILMERO del lunes, 5 de abril de 2010, ROBUSTIANO PÉREZ - MAESTRO FUNDADOR DE LA
ESCUELA Nº 1 - PRECURSOR DE LA PRIMERA ESCUELA OFICIAL QUILMEÑA
[6] Ver en EL QUILMERO del lunes,
8 de junio de 2009, JOSÉ ANDRÉS LÓPEZ -
INTENDENTE 1904-1905 - EL QUILMES DE ANTAÑO
[7] Eufemismo de 'pequeña
burguesía'.
[8] Primer
juez de paz electo.
[9] Ver en EL QUILMERO del lunes,
28 de septiembre de 2009 DR. JOSÉ ANTONIO WILDE
- BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO (1814/2014) LA TERCERA FUNDACIÓN DE QUILMES
lunes, 6 de abril de
2015 JOSE ANTONIO WILDE - CRONOLOGÍA BIOGRÁFICA
// 6 DE ABRIL DE 1814 - 14 DE ENERO DE 1885
[10] Ver en EL QUILMERO del viernes,
18 de septiembre de 2015. SANTIAGO GOÑI – UNA
NUEVA ENTREVISTA TRANSMIGRATORIA (1936/2015) RETROSPECTIVA AL PASADO
[11] Ver en EL QUILMERO del jueves,
23 de junio de 2011, UN RELOJ PARA LA CATEDRAL
DE QUILMES
[12] martes, 6 de diciembre de 2011, LOS FESTEJOS PATRONALES ANTES DE
ESTABLECERSE LA FECHA DE LA FUNDACIÒN DE QUILMES.
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/12/los-festejos-patronales-antes-de.html
[13] Es necesario
reconocer desde una visión actual que Craviotto, nuestro máximo investigador
de lo local, era un antirrosista furibundo y estaba claramente enrolado en los
parámetros de la Historia Oficial.
[14] Si bien en el siglo V existía una fiesta a la
concepción de Santa Ana, madre de María, que se inicia en el oriente griego, se
difunde por Italia meridional en el siglo VII, por Irlanda en el
siglo VII, por Irlanda en el IX e Inglaterra desde el siglo XI, la doctrina fue
establecida como dogma de fe el día 8 de diciembre de 1854, en la bula Ineffabilis
Deus del papa Pío IX. Desde ese año el día 8 de diciembre quedó como fecha
de la fiesta de la Inmaculada Concepción en toda la iglesia romana. Hasta 1806, según el Dr. José A. Craviotto, la parroquia
de Quilmes se denominó de la Exaltación de la Cruz, pero la historiadora
Guillermina Sors afirmó que en un documento de 1763 la iglesia de la Reducción
llevaba el título de Nuestra Señora de la Concepción. Otro documento del año
1769 en el que el párroco Nicolás Fernández Escandón pide reconstruir la
iglesia de la Quilmes, dice. “… inicia trámites para su reedificación, con
motivo de haberse derrumbado el techo de la iglesia de la Inmaculada
Concepción”. Quizá invocando la advocación de origen griego o por un error
en el titulado, ya que el dogma aún no se había establecido (1854) martes, 6 de
diciembre de 2011
LOS FESTEJOS PATRONALES ANTES DE ESTABLECERSE LA FECHA DE
LA FUNDACIÒN DE QUILMES
[15]
Ver en EL QUILMERO del lunes, 6 de julio de 2015
ENTERRATORIOS INDIOS DENTRO DEL TEMPLO PARROQUIAL – 1773
[16]
Ver en EL QUILMERO del miércoles, 25 de agosto de 2010, EL CONTROVERTIDO CURA
RIVAS
[17] En una única nota al pié, Ales amplía la información: “El gobierno de la Provincia de Buenos Aires lo denunció por
tal en una comunicación hecha al obispo diocesano, agregando que ha ‘...desmerecido
la confianza del Gobierno y se lo excita a que lo remueva y proponga otro’. Así
lo hizo el prelado, monseñor Mediano” Como compilador
agrego que se aprecia, al hacer esta acotación, el ilustre autor de estas páginas,
como el Dr. Craviotto, también estaba imbuido de la “cultura” parcial del antirrosismo
que se propagaba con férrea convicción de los docentes en las escuelas públicas
y privadas hasta la década del `60 del siglo XX; al hacer esta aclaración obvia
que hubo párrocos “federales”. De todos modos es un dato histórico cierto y válido
para el conocimiento general.
1 comentario:
Muy interesante la nota. Lo unico que me genera una duda es la foto se la iglesia que dice 1976. Yo diria que es por lo menos de 1992, por la extension de la peatonal ruvadavia y las reformas al cruce de las calles. En los setenta, si mal no recuerdo, el patio no estaba cercado. Felcitaciones y saludos!
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