Aquí
se unen dos figuras que engrosan el valor patrimonial de la historia, la
cultura y la tradición de todos los quilmeños:
Luis Perlotti y Adela García
Salaberry
por Chalo Agnelli
En el año que la Cervecería Argentina Quilmes sirvió el
primer chop de cerveza, el año del nacimiento del radicalismo tras la revuelta
cívico-militar del parque de Artillería, comenzando la última década del siglo XIX, nació Luis Perlotti un 23 de junio de 1890,
en Buenos Aires.
Pertenecía a una familia de inmigrantes italianos, muchos de los
cuales trajeron en la sangre el virus de la escultura adquirido en las
calles, las plazas, los palacios y las catedrales de Roma, Florencia, Milán… Su
padre era zapatero y su madre modista. Al morir ésta en 1899, trabajó como peón
en varias fábricas, entre ellas la cristalería
Rigolleau, para contribuir a la economía familiar. Su vínculo con
Quilmes le venía de entonces.
Desde muy joven se introdujo en los secretos de la talla de
madera,
realizó sus primeros estudios como artesano y escultor en la mutual Unione e Benevolenza donde preparó su ingreso a la Academia Nacional de Bellas Artes bajo la dirección de Pío Collivadino y
Carlos Ripamonti, allí se graduó como profesor de dibujo.
En escultura, buscó la guía de Correa Morales, a quien debe
Perlotti su formación definitiva. Desde 1920 obtuvo importantes premios en el
Salón Nacional, en el Salón Municipal, en la Exposición Internacional
de Sevilla (1929), en el Salón de Otoño de La Plata (1932), entre otros.
Su sensibilidad estética se conmovió ante la realidad de los
pueblos originarios e influido por Eduardo Holmberg, Juan B. Ambrosetti y
Ricarso Rojas,
incorporó a su obra tradiciones y líneas artísticas autóctonas tomadas de las más
genuinas tradiciones americanas.[1] Con
ese fin, a partir de 1925, comenzó a realizar viajes por Latinoamérica y, en
especial por el Altiplano andino, muy presente en toda su obra, de inspiración
auténticamente indigenista: “Araucano”, [2] “Quilmes”, “Niña del Querus”, “Niña del Cuzco”,
“Danza de Cóndores”, La Danza de la flecha”, “Dolor indio”, “Acullico”,
entre las más conocidas.
Integró un grupo de artistas con Benito Quinquela Martín, Adela García
Salaberry, Emilia Bertolé, Alfonsina Storni, entre otros, que
solían reunirse en la célebre
"peña" del Café Tortoni.
Su plástica no sólo combinó diferentes temas que dieron
origen a monumentos erigidos en distintas partes del país, sino también
distintas materias: bronce, mármol, cerámica, madera. Realizó obras de gran
envergadura como el famoso monumento a su amiga la poetisa Alfonsina Storni, ubicado frente al lugar
en que se internó entre las olas, en Mar del Plata en la avenida costanera
Peralta Ramos de La Perla, erigida en 1942, la figura tallada en
la piedra está acompañada por los versos del poema "Dolor", escrito por la
escritora en 1925 (ya inexistente pues fue robado); el monumento a
Florentino Ameghino ubicado también en el bulevar Peralta Ramos; el
monumento a Mitre, en la ciudad de Corrientes; el monumento a “Los Libres
del Sur”, en la ciudad de Chascomús; “El retorno a la patria”, en Tunuyán
(Mendoza) una de sus obras fundamentales de la tipología conmemorativa,
construida en piedra, travertino, granito y bronce contando con la
colaboración de Adelmo y Alfredo Torelli, inaugurada el 31 de diciembre
de 1950; [3] en la
provincia de La Rioja: el monumento al “Indio Diaguita”; en la ciudad de Paraná
(Entre Ríos) La danza de la flecha: en la rotonda del cruce de las calles
Intendente Bertozzi y Avenida Rivadavia; se trata de una escultura de un
indígena de dos metros de alto, fue instalada en 1933, la obra recibió el
Primer Premio en la Exposición Municipal de Buenos Aires de 1927 y al año siguiente
una medalla de oro en Sevilla en Puerto Madryn (Chubut) levantó el monumento a
los Galeses, ubicado en las Cuevas, recuerda la llegada de los primeros
inmigrantes galeses. La rambla es obra del arquitecto Tomislao F. Boric.
Fue
inaugurado el 28 de julio de 1965; explicaba Perlotti: “He
concebido el monumento a los Galeses con una gran base que tiene la forma de un paralelepípedo ascendente. Sobre la parte
superior he puesto una figura de mujer, de tres metros de altura, que simboliza
el espíritu de la gesta galesa, en la cual las mujeres lucharon junto a los
hombres, con incomparable sacrificio. En uno de los dos relieves, se evoca el
desembarco. Encabeza el grupo de colonos el pastor, con la Biblia en la mano, seguido
del grupo de hombres, mujeres y niños, que traen sus instrumentos de artesanía
y labranza. El más viejo de los labradores, en actitud reverente, besa la
tierra. A lo lejos, en el mar, se ve la silueta del velero Mimosa, que los
trajo de su patria. El otro relieve representa al Tehuelche, hijo de la tierra,
tendiendo su mano de paz a los recién llegados. Este detalle debe destacarse,
pues el nativo de la
Patagonia, lejos de obstaculizarlos, ayudó a los colonos,
aleccionándolos en el conocimiento del medio."
Obras suyas varias hay en la Ciudad de Buenos Aires: “Los Andes” en el parque Los Andes; el mástil central de la plaza Arenales; en la plaza Primera
Junta monumento al barrio de Caballito que incluye una réplica de la veleta
histórica que dio nombre al barrio y dos bajorelieves, la veleta fue terminada luego de su muerte por su discípulo Juan Carlos Ferraro; en Caminito una obra dedicada Juan de Dios Filiberto y otro similar en el Café Tortoni; en la estación
de la plaza Miserere, línea A del subterráneo el monumento a la Madre.
Bustos del Almirante Guillermo Brown, en la parte superior el que se halla en el SUM de la Escuela Normal Superior de Quilmes, abajo, en la rotonda de la Ribera frente donde termina la Av. Otamendi.
Busto en granito que se halla en el Museo H. R. Alte. Brown de Bernal, con la firma de Perolotti, la fecha, 1922 y la indicación que es copia del original del que se halla en la Escuela Naval. A su lado la disposición que tenía el busto en el Museo en 1960, entre otros dos de Rosales y Éspora de Vergottini.
Busto del Libertador en la estación de Bernal.
Busto a la Madre ubicado en la galería de la Escuela Primaria Nº 84, departamento de aplicación de la Escuela Normal Superior de Quilmes; Moreno 769 casi Humberto Primo.
OBRAS EN QUILMES
Siempre desde 1920, se sintió
vinculado a Quilmes donde también dejó una obra múltiple: diseñó el primer
intento de Monumento a los Indios Quilmes a solicitud de los estudiantes de la
Escuela Nacional, que constó de una placa de bronce que luego tuvo otro
destino; [4] el busto de un indio tehuelche fue donado por el artista al Museo - en ciernes - "Quilmes de Antaño" en 1935, que luego se transformó en el Alte Brown ubicado en Bernal. Perlotti
realizó la maqueta que se presentó en un acto público y se difundió a través de
la revista “La Urraca” del periodista Mordy Strugo en 1934. Hizo
el busto del Alte. Brown que se colocó en la rotonda que se realizó en la
Ribera tras la eliminación de la laguna situada al final de la avenida
Otamendi y frente a la pérgola, fue un homenaja a la batalla librada por la
escuadra argentina en la guerra contra el Imperio del Brasil frente a las costas
de Quilmes en julio de 1826. [5] Un busto de Brown realizado en 1922 se halla en el Museo Histórico Regional Almirante Brown; otro se destinó en 1962, a la escuela Normal Nacional de
Quilmes, que lleva el nombre del Almirante, durante los festejos del
cincuentenario de dicha Institución a pedido de la
Asociación Amigos de la
Escuela, presidida por la
señora María Esther Perli. [6] Para esta
misma Institución Educativa realizó la escultura a la Madre que está en el
Departamento de Aplicación, calle Moreno (1961) actual E. E. P. Nº 83; es obra
suya el busto del Gral. San Martín ubicado en la estación de Bernal y el de Sarmiento
que se halla en la plaza homónima en Bernal Oeste (antiguo barrio Los Hornos),
frente a la iglesia el Niño de Belén.
Placa de bronce realizada por Perlotti a pedido de los alumnos de la Escuela Nacional en homenaje a los Quilmes en 1934.
Busto de un indio Tehuelche que se halla en el Museo Brown, 1935
EDUCADOR
Fue
docente de Historia del Arte en la Escuela Técnica Otto Krause. Uno de sus
alumnos Rubén García Garriador,
lo describió con estas palabras “… como profesor
era más que profesor, un amigo. El estilo de él: bonachón, acriollado, era un
paisano.”[7]
MUSEO DE ESCULTURAS
LUIS PERLOTTI
En 1969, Perlotti había legado su casa-taller de la calle
Pujol 644
del barrio de Caballito a la Ciudad de Buenos Aires para
convertirla en museo de la Escultura. [8] Poco
después murió en un accidente automovilístico el 25 de enero de 1969, en Punta del Este, Rep. Oriental del Uruguay.
El Museo de Esculturas tiene como misión preservar, difundir y
promover la producción y recepción de la escultura argentina en
general y del artista Luis Perlotti en particular. El edificio estuvo en obras
desde el 2003 hasta el 2008, año en que fue reinaugurado. Cuenta, además, con
un importante espacio de restauración y conservación: el museo taller
Ferraro-Battisti, adquirido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, luego
de la donación de casi la totalidad de la obra de los artistas Lidia Battisti y
Juan Carlos Ferraro
ADELA Y PERLOTTI
Adela García
Salaberry dejó plasmada en dos publicaciones la semblanza artística de Perlotti: en la primera publicación de la serie “Vidas” de 1938, y en 1960 en "Por televisión argentina"; junto a otras figuras del arte y la cultura de la época: Margarita Abella Caprile, Blanca de la Vega, Salvadora
Medina Onrubia, Herminia Brumana, Benito Quinquela Martín, Alfonsina Storni,
Emilia Bertolé, estos tres últimos como Perlotti amigos personales de Adela con
quien solían reunirse en su casa de Roca 635 de Villa Cramer en Bernal.
Reproduciendo el pensamiento de Adela
unimos dos figuras que engrosan el valor patrimonial de la historia, la cultura
y la tradición de todos los quilmeños. Dice "Vidas":
“La escultura, como varias otras expresiones artísticas, no tiene
un
lenguaje analítico ni se presta a los razonamientos y a las deducciones, como
la literatura. Tiene que soportar el estado de ánimo de quien la contempla.
Como la naturaleza, que nos muestra su alegría si estamos alegres y es triste
cuando nos sentimos tristes... Pero para sentir la emoción estética con toda
sinceridad hay que apreciar valores de impresión, junto con las reglas y los
cánones del Arte, para hallar la inspiración, razón de la obra.
Con un feliz y provechoso coronamiento de ideales americanistas ha
realizado unas bellas exposiciones de cerámicas, de esculturas; y se ha
presentado a varios concursos, con éxito rotundo, el
escultor argentino Luis
Perlotti. Todos sus motivos folklóricos americanos han ofrecido, siempre, el
espectáculo de un precursor revelador y confiado de los tipos aborígenes. Luis
Perlotti rinde su culto autóctono a su arte simbólico. Es espontáneo y sincero;
y recuerda a los grandes americanistas Juan B. Ambrosetti y Eduardo Holmberg,
cuyas sabidurías le enseñaron a interrogar a las ruinas y a las abras rugosas
de las montañas, por donde el astro rey amarillento penetra como flecha
pucareña...
Hay
que luchar para ir superando la técnica que los indios dejaron en sus
cerámicas, balbuceos que pertenecen al pasado. Y por eso, es laudatoria la
labor artística de Luis Perlotti, que formando un concepto de su labor con una
orientación definida, en la estilización sintética del legendario Arte de
América, ofrece la interesante y original construcción de sus obras, que
descienden, por su técnica, de la cerámica europea del 700, dándole, así, todo
el carácter racial.
Las
obras de este escultor argentino son de incomparables condiciones por sus temas
nativistas, y pueden conceptuarse como ruta internacional de los tiempos en que
campean las culturas indígenas. Y es que los asuntos, el ambiente, el tipo de
los modelos, los ángulos de los tallados, todas sus cerámicas son trabajos
típicos en su simbolismo virgen, ávido de investigar y de sintetizar la riqueza
de nuestro folklore americano, de incomparable significación para el arte
argentino.
Es
Luis Perlotti un vidente en el aprendizaje creador de las disciplinas
arqueológicas por los caminos de la emoción y de la belleza.” [9]
Continua años después Adela
García Salaberry en "Por televisión argentina" su encomio, que
titula: ESCULTURAS NATIVAS "Ya hemos recordado los valores auténticos del
escultor argentino Luis Perlotti; como realizador de una obra indígena que señala
la pujante civilización de América. Ya, encontró el gran poeta nuestro Ricardo
Rojas, la vibración de “Amerindia” en las
piedras, en los mármoles, en los
bronces, que traza en el reino de la evocación este fecundo artesano del
cincel, que graba en plena y soberana libertad, la parábola de Cristo, en el
mensaje transido de solidaridad humana.
Luis Perlotti, conoce los ritos
indígenas; conserva en su imaginación una fuente de información, que constituye
la zona central de sus inspiraciones escultóricas. Sabe de las civilizaciones
andinas; sabe de la cerámica, sabe de las reglas de cocción y nos ofrece sus
obras con los colores usados por los primitivos artistas; verde, rojo, azul y
amarillo.
Luis Perlotti ha sido el escultor
argentino que ha acanalado en piedra tallada, mármol, bronce, madera... Pero,
si saben sus esculturas y cerámicas de la historia americana, saben, también de
los indígenas de las pampas, de los calchaquíes y de la evolución. De esa
evolución que difundió el Evangelio. Por eso, sus obras están difundidas en
todos los lugares de la Patria como una trayectoria de luz, como una voluntad
al servicio del bien, como una expresión auténtica del criollismo que en 1855
entró en la Civilización.
Y así, afirma un escritor
indigenista W. Jaime Molins: '… para Perlotti, la academia es Tiahuanacu,
Cuzco, Ollantay, Tambo, Machu-Pichu… Hasta allí ha ascendido en su inquietud
retrospectiva. Ha vivido esos talleres. Ha transitado las altas planicies. Ha
ascendido la riscosa ladera, sintiendo en sus carnes la punción de los cactus
y en sus ojos la blancura insolente de los nevados. Ha puesto sus dedos sobre
las piedras milenarias de Urna Punco y se ha sentado con religioso silencio a
reposar en el quicio de la Puerta del Sol.'
En Junio de 1960, ha dedicado su
exposición de 80 obras, a la memoria de su madre doña Carolina Guerra de
Perlotti. Entre las que llamaron la atención por su emblemático significado: Indio
Guaraní, Hualicho, Indio Quilmes, Santos Vega, Tirador de Honda, Bailarina,
Leyendo su Pasado, Mamalucos Guaraníes, Garganta del Diablo, El Cantor, Chango,
Ceferino Namuncurá, Formando Pabellón, Gato y Zamba, Baile Nativo, La
Condición, Firmeza, Pala-Pala, Sombrerito Bailecito, El Cielito, Danza de los
Cóndores, Danza de la Flecha, El Tango, Músicos Cuzqueños,Vieja India, Oración, Mi Padre,
Mi Madre, Mi Esposa, Tipo de Quebrada, Quechua y, tantas otras que hablaron de
la obra americanista de este escultor de la tradición argentina, cuya tenaz
vocación, ha merecido los comentarios más encomiables por voces autorizadas;
unas palabras del poeta inolvidable Rojas, nos da con exactitud de luz, la
comprensión telúrica y el acento personal de este escultor: 'En pintura el paisaje
local es de por sí una fuente de originalidad esencial como lo comprueban los
paisajes de Fader. En escultura los tipos éticos y sus ornamentos, lo son
también, como lo comprueban muchas figuras de Perlotti; precisamente las que
dan a la obra de este escultor su carácter ‘eurindiano’, proveniente de esa
adopción de la técnica europea, que no es sino un lenguaje, cuando expresa
temas y sentimientos americanos.'
Examinemos, las calificaciones
que da a la obra escultórica de Luis Perlotti, nuestro poeta excelso, que supo
dejar en su labor de investigador los planos sintéticos y expresivos de la
levadura espiritual de América y comprenderemos en verdad que el escultor que
evocamos como uno de los precursores de la renovación de ritmos y símbolos del
arte indígena, merece el recuerdo."
(Estos libros se pueden hallar en
la Biblioteca Popular Pedro Goyena)
El artista escultor don Luis Perlotti
Sara Piñeyro de Parravicini y Adela García Salaberry junto a la escultura-bronce del actor Florencio Parravicini (1876-1941), realizado por Luis Perlotti.
De esta manera completamos la extaordinaria obra de este escultor argentino, aborigenista, que dejó tanto de su obra en el Partido de Quilmes como en gran parte de los rincones de nuestro vasto país; en tributo a su memoria, a la que le sumamos la de Adela García Salaberry, cuyo obra desde las letras, la educación y la lucha por los derechos de la mujer abarcó una dimensión similar a la de su amigo Perlotti.
Investigación y compilación Chalo
Agnelli
FUENTES:
Foglia, Carlos A. “Luis Perlotti. Escultor de Eurindia” Editorial Aureas. 1963
García Salaberry, Adela. “Vidas - primera serie” Talleres Gráficos Argentinos Bs. As. 1938.
Salustio Matilde. “El tiempo libre en la Argentina –
El balneario de Quilmes” Ed. Piro. Quilmes, 2009.
Museo del Escultor Luis Perlotti.
Museo Histórico Regional Alte. Guillermo Hudson.
NOTAS
[1] Ver “El pensamiento
indigenista y sus propuestas” en http://archivo104.blogspot.com.ar/2012_03_01_archive.html
[2] Escultura en madera. Firmada y fechada Luis
Perlotti, 1938, en el lateral derecho. Mide: 45 x 22 x 10 cm. Ref.: Obra
perteneciente a la familia del artista.
[3] Se concretó junto al manzano histórico de Tunuyán para evocar el
regreso del General San Martín y el encuentro con el entonces Coronel Olazábal.
[4] Ver en
EL QUILMERO del lunes, 2 de julio de 2012, EL
MONUMENTO A LOS QUILMES – UNA INGRATA DEMORA http://elquilmero.blogspot.com.ar/2012/07/el-monumento-los-quilmes-una-ingrata.html
[5] Salustio, Matilde. Pág. 110
[6]http://archivo104.blogspot.com.ar/2012_03_01_archive.html/
NAVIDAD Y FIN DE AÑO: Viernes 23/12,
hasta las 13 hs. Cerrado: viernes 30/12, domingos 25/12 y 01/01/12. Entrada
general: $1 - Miércoles y viernes gratis Teléfonos: 4433-3396 / 2341.- Biblioteca: Martes a viernes de 9.30 a 16 hs.
Concertar cita previa al int 16. Anexo Casa-taller Ferraro-Battisti: Nicasio
Oroño 556. Teléfono: 4432.5459. Vías de
transporte: Colectivos: 25, 26, 55, 76, 84, 86, 92, 96, 99, 106, 124,
132, 141, 172, 181. Subterráneo línea A: Estación Primera Junta. F. C.
Sarmiento: Estación Caballito. E-mail: museoperlotti_prensa@buenosaires.gob.ar
1 comentario:
Hay un busto de Perlotti en la plaza de la escuela n° 73 de Quilmes. Creo que es un prócer, San Martín o Belgrano. Con mi papá cuando era chica veíamos la escultura y el nombre, intuiamos que era especial. La plaza es una placita anónima, descuidada y olvidada del profundo conurbano, ahí hay un perloti
Publicar un comentario