“El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen.”
Anatole France (1844/1924)
El profesor Lombán consideraba que la historia de Quilmes se podía remontar a los orígenes de la nación Kilme allá en los Valles Calchaquíes o en según otras teorías como la de Salvador Canals Frau - que certifica Turbay - en el sudoeste de la provincia de Catamarca, oeste de La Rioja y el norte de San Juan hasta Los Andes. [1] Orígenes que retroceden 8.000 años al saber del arqueólogo y antropólogo quilmeño Eduardo Cigliano. [2]
Mucho se sabe hoy de los pueblos pulares, calchaquíes y diaguitas y sobre todo de quilmes y acaliano, especialmente entre nosotros, los de estas costas. Costas que antes de 1666 y antes de 1580 y antes de 1536, y antes… estaban pobladas por otro pueblo originario, un tanto olvidado, los querandíes.
LOS LLAMADOS QUERANDÍES
En su libro “Quilmes a través de los años”, escribió el Dr. Craviotto: “Contemporáneamente con la llegada de los españoles en 1580 se menciona una población de indios, ‘un asiento’, con
GENTE ENGRASADA
Estos querandíes gentilicio que, según algunos autores, significa 'hombres o gente con grasa', aparecen en la historia del Río de la Plata junto con Gaboto en 1527, cuando uno de sus tripulantes,
Luis Ramírez, los mencionó por primera vez en una carta que escribe a sus padre: “... aquí habían venido todos los indios de la comarca que son de diversas naciones y lenguas, a ver al Señor Capitán general entre los cuales vino una gente del campo que dizen quirandies. Esta es gente muy ligera, mantienense de la caza que matan, y en matándola qualquiera que sea le beben la sangre porque su principal mantenimiento es á causa de ser, la tierra muy falta de agua.” (textual)
Lo de la grasa es muy probable que se usara para untarse todo el cuerpo, una forma de combatir el frío y los insectos, como hacían scheklan y onas. La sangre más que un medio para combatir la sed teniendo tanto río cerca, haya sido como ritual y recurso nutricional, en España con ella hacían morcilla que pasó a ser entre los argentinos un manjar más de un buen asado criollo.
NÓMADES 'CARENDIES'
Con Gaboto los querandíes no tuvieron ningún encontronazo, no le fue tan bien a Pedro de Mendoza cuando en 1536, fundó por primera vez, en las costa occidental del Río de la Plata, una aldehuela con pretensiones de ciudad. De esto sabemos por el lansquenete (mercenario) alemán que actuó de cronista de dicha expedición Ulrico Schmidel, quien describió a los querandíes en su obra “Viaje al Río de la Plata”, [3]llamándolos carendies: “En esta tierra dimos con un pueblo en que estaba una nación de indios llamados carendies, como de 2.000 hombres con las mujeres e hijos, y su vestir era como el de los zechurg, del ombligo a las rodillas; nos trajeron de comer, carne y pescado. Estos carendies no tienen habitaciones propias, sino que dan vueltas a la tierra, como los gitanos en nuestro país; y cuando viajan en el verano suelen andarse más de 30 millas por tierra enjuta sin hallar una gota de agua que poder beber. Si logran cazar ciervos u otras piezas del campo, entonces se beben la sangre. También hallan a veces una raíz que llaman cardes la que comen por la sed. Se entiende que lo de beberse la sangre sólo se acostumbra cuando les falta el agua o lo que la suple; porque de otra manera tal vez tendrían que morir de sed”.(textual)
Indudablemente, aunque los datos resultan exiguos, eran los mismos quirandies que menciona Ramírez y que recorrían estas costas
desde viviendo de la caza y de la pesca, lo que les mantenía la condición de nomadismo.
El encuentro con los querandíes fue pacífico en un primer momento. Los nativos proveyeron de alimentos a los famélicos e ineptos colonizadores - incapaces de procurarse por sí mismos las vituallas para subsistir - quienes pasaron al poco tiempo a ser conquistadores exigiendo, con ese tonito impertinente del que se cree superior que caracterizó a los amos de los imperios, siempre que llegaba a un territorio bien provisto para agenciar a sus dominios. Los querandíes perdieron la paciencia y según cuenta Schmidel: “Estos carendies traían a nuestro real y compartían con nosotros sus miserias de pescado y de carne por 14 días sin faltar más que uno en que no vinieron. Entonces nuestro general thonn Pietro Manthossa despachó un alcalde llamado Johann Pabón, y
él y 2 de a caballo se arrimaron a los tales carendies, que se hallaban a 4 millas de nuestro real. Y cuando llegaron adonde estaban los indios, acontecioles que salieron los 3 bien escarmentados, teniéndose que volver en seguida a nuestro real. Pietro Manthossa, nuestro capitán, luego que supo del hecho por boca del alcalde (quien con este objeto había armado cierto alboroto en nuestro real), envió a Diego Manthossa, su propio hermano, con 300 lanskenetes y 30 de a caballo bien pertrechados: yo iba con ellos, y las órdenes eran bien apretadas de tomar presos o matar a todos estos indios carendies y de apoderarnos de su pueblo. Mas cuando nos
acercamos a ellos había ya unos 4.000 hombres, porque habían reunido a sus amigos. Y cuando les llevamos el asalto se defendieron con tanto brío que nos dieron harto que hacer en aquel día. Mataron también a nuestro capitán thon Diego Manthossa y con él a 6 hidalgos de a pie y de a caballo. De los nuestros cayeron unos 20 y de los de ellos como mil. Así, pues, se batieron tan furiosamente que salimos nosotros bien escarmentados.”(textual)
¡Dice“sus miserias de pescado”! Ingrata apreciación del lansquenete, considerando que los indios no tenían obligación alguna de proveerlos a ellos de alimentos. Y seguramente el tal Juan Pabón y sus dos colegas no deben haber sido muy cordiales en el trato apersonándose en el asiento de los naturales que seguramente les hicieron poner “pies empolvorosos”: “Por este tiempo los indios con fuerza y gran poder nos atacaron a nosotros y a nuestra ciudad de Buenos Aires en número hasta de 23.000 hombres; constaban de cuatro naciones llamadas, carendies, barenis, zechuruas, y zechenais diembus.”(textual) [4]
Resulta que los querandíes aliados con guaraníes de las islas, timbúes y los carayhet o mbegua, fueron los primeros nativos de estas tierras que se levantaron contra el conquistador español y los sacaron “bien escarmentados”. La primera de una interminable lucha que, aún hoy, en el siglo XXI, sigue gestando batallas, aunque más sutiles.
SEGUNDA ESCARAMUZA
En 1580, don Juan de Garay llega a ocupar lo que Mendoza perdió y fundó la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires.
Guillermo Magrassi en su libro póstumo dice que el cacique o líder del grupo que se enfrentó con Garay era Telomica condic, a quien sucedió su hijo Diego (ya cristianizado) Entre el total de los naturales de dicho enfrentamiento un cuarto eran de nación guarní; “La sangre derramada de los “telomines” tiñó el Riachuelo de los Navíos, haciendo que cambiara su nombre por el de río de la Matanza”. [6] Así comenzó el exterminio de esta grupo étnico, a lo que se deben haber sumado las enfermedades transmitidas por los españoles contra las que los querandíes no tenían defensas: gripe, viruela, sífilis… y otras bondades de la civilización.
Pero cuanto das, tanto recibes y años después el 20 de marzo de 1583, don Juan de Garay fue asesinado por los querandíes del cacique Guen o Manuñe, próximos a la laguna de San Pedro.
ORIGEN
Conjeturamos con el malogrado historiador Alejandro Re sobre esta parcialidad. Coincidíamos en que su origen debe encontrarse en las etnias guaraní según afirman el Dr. Manuel Trelles, Ameghino y
Zeballos. El padre Lozano consideraba que tenían un origen común con los pampas araucanos como Canals Frau que los incluye entre las diversas parcialidades “pampas”; en cambio, Félix Outes les atribuye procedencia guaycurú; coincidiendo con lo que afirma Martínez Sarasola [7] en un trabajo más reciente, donde los ubica en una étnia intermedia entre los tehuelches y los guaycurúes, por coincidir en su organización, cosmovisión y la misma lengua con los primeros y por ciertas características culturales con los segundos, como utilizar los cráneo de los enemigos para beber en ellos y sacrificar a los enemigos cuando moría un jefe o cacique. Sin embargo la palabra ‘querandí’ o ‘carandies’, como los nombra Schmidl, según Magrassi es del habla tupí-guaraní.
Guillermo E, Magrassi [8] también los incluye dentro de los pueblos patagónicos: Aónik-enk o Tshón, Teunshen o Chewache-kenl, los Günün-a-kën (a), nombres que se pueden traducir como “paisano” o “gente del país”. A todos estos sus vecinos los mapuches los denominadas tehuelches (gente tosca) o puelches que se puede traducir como ‘gente del este’, o sea del Río de la Plata; “…lugar donde parían sus mujeres por ubicar su cosmovisión, en ese sector, las fuerzas positivas”. A todos estos pueblos en transición cultural de la región pampeana, a quienes los conquistadores luego llamaran genéricamente “pampas”, se los bautizó con variados y confusos gentilicios, así para los primeros colonizadores que llegaron con Mendoza fueron carandíes (U. Schmidl) o querandíes, ‘gente que como grasa’ o ‘se engrasa’ en lengua tupí-guaraní. [9]
Esto de “etnia intermedia” estaría más cerca de este pueblo caminador de nuestra costas rioplatenses, del viejo pago de La Magdalena y del ‘protoquilmes’, el anterior a la Reducción, donde este pueblo de los querandíes ya estaba fundido con otros y extinguido en su originalidad primera.
TERRITORIO
Los querandíes ocupaban un vasto territorio que por su nomadismo se extendía desde las estribaciones de las Sierras Centrales de la provincia de Córdoba hasta el complejo de Tandilia en el sur de la provincia de Buenos Aires, siendo el asentamiento del pago de La Magdalena de tipo estacional. Además convivían con otras culturas como guaraníes establecidos en el Delta del Paraná. También contaban con extensas redes de canje que incluso los llegó a conectar con las culturas del Noroeste Argentino.
Garay repartió entre sus poco más de 60 soldados – de los cuales sólo 10 eran españoles - que lo acompañaron en la fundación de Buenos Aires, la franja costera que desde el Riachuelo hasta la actual Magdalena, zona que dividió en 30 suertes de “estancias” todos los frentes eran de media legua (2600 m) por una legua y media de largo. El camino del “Fondo de la legua” era el que corría sobre el contrafrente de las estancias.
LA REDUCCIÓN DE TUBICHAMINI
Escribe el gobernador Diego de Góngora en carta al rey de España: “La otra reducción, que llaman del cacique Tubichamini, se componía de veinticuatro indios cristianos en que entran tres caciques que uno de ellos es el dicho Tubichnmini. También se empadronaron cincuenta y seis indios infieles, en que entran nuevo caciques dellos; nueve indias cristianas; setenta y cinco indias infieles; ochenta y nueve muchachos y muchachas bautizado y por bautiza, que todos los de esta reducción son
doscientos cuarenta y tres. No tienen iglesia porque comenzaron a hacer unas tapias para ella y están raídas y la madera que trujeron dijeron haberse pudrido. Averiguose que no han tenido sacerdote ni le tienen y que un fraile de la orden de San Francisco, nombrado fray Juan, había ido algunas veces a la reducción en sus principios y estado algunos días y luego se iba y que ha mucho que están sin sacerdote. Estos indios de Tubichamini son indios que de las mismas costumbres trazas y trato quo los del cacique don Juan Bagual. Y están emparentados unos con otros y el dicho cacique Tubichamini está casado con hija del dicho cacique don Juan Bagual, andan vestidos de la misma manera y usan de las mismas armas y se sustentan de lo mismo y de algún pescado porque están cerca del río grande. Sus casas son de cuero de caballo como los demás. La reducción de don Juan Bagual ha nueve años que se hizo siendo gobernador Diego Marín Negrón. La reducción del cacique Tubichaminí ha cinco años que se hizo siendo gobernador Don Francés de Viamont y Navarra. [10]
Continúa Craviotto en su libro: “En ese lapso de 86 años, esta parte norte del pago de la Magdalena tenía ese nombre: ‘pago de la Magdalena’. En ese período no existía en él ninguna población; solamente algunas estancias en la actual jurisdicción quilmeña y hacia el oeste, con una población que no pasaba de algún centenar de habitantes, diluidos en la campaña inmediata a Buenos Aires. No puede considerarse población el establecimiento indio del cacique Tubichamini, ni tampoco origen de futura población, con sus escasos 160 aborígenes de nación pampa, situado a 8 leguas de Buenos Aires hacia 1619; desde su asiento primitivo, probablemente cerca de la laguna de San Vicente, fue trasladado después; en 1640, a la Isla de Santiago, junto al río del mismo nombre. Como reducción india fue un fracaso, mayor que el de los Quilmes; no hablan transcurrido 15 años desde su traslado al nuevo asiento, cuando ya aquellos indios lo abandonaron y estaban en las vecindades del río Saladillo, junto a los que se llamaban ‘serranos’, hostilizando las estancias próximas. Un documentado autor atribuye el fracaso de esta reducción, a las tropelías y abusos cometidos por las autoridades contra los indios que tenían a su cargo.”(textual)
Fue encomendero de la nación Tubichaminí el capitán Francisco Muñoz de la Rosa a cuya muerte el gobernador José Martínez de Salazar [11]entrega a don Juan del Pozo y Silva quien había cedido sus tierras para que se establecer en ellas a los quilmes que él mismo se había encargado de trasladar desde Córdoba. [12]
JUAN BAGUAL
Era un cacique del pueblo querandí o mbeguá, llamado también Miniti, habitaba la campaña sur bonaerense. Nacido a mediados del siglo XVI, ya era cacique de su pueblo en 1580 cuando Garay funda Buenos Aire. En 1582 fue encomendado junto a su pueblo a Cristóbal Altamirano, de donde se fugó en 1599. Dio mucha guerra a los conquistadores. Varias veces fue vuelto a reducir, pero volvió a escapar. El gobernador Marín Negrón decía de él, “estos bárbaros desnudos son más fuertes y duros de domar que cuantas naciones hay en el mundo”. Se lo instala junto a su pueblo en la Reducción de San José del Río Areco, conocida como “del Bagual” en la banda sur de ese río, en el actual partido de Zárate. En 1622 una epidemia de viruela azotó la reducción y provocó una nueva fuga de los indios baguales comandados, probablemente, por el mismo cacique, pero las gestiones del gobernador hicieron que Bagual, su hijo y su pueblo regresen y permanezca en la Reducción. Siguió reducido hasta 1642, año que intentó su último intento de fuga, siendo muerto por las tropas que lo persiguieron. [13]
QUERANDÍES
Esta ponencia acerca de determinar el origen de los querandíes y su desaparición, datos tomados de la etnohistoria existente, procurando recoger todas las voces historiográficas y contextos de los aspectos que sirven para el análisis y poder llegar a alguna conclusión. Recogemos conceptos del historiador don Luis E. Otamendi sobre el descubrimiento de restos de cacharrería en la costa quilmeña del Río de La Plata: “Al llegar a estas playas los
quilmes y acalianos, carecían del material lítico para sus trabajos manuales, pero en cambio pronto encontraron en la costa del río, muchos yacimientos de arcilla, lo que nosotros llamamos barro blanco, tan común en nuestro bañado, que adoptaron para la fabricación de su cacharrería doméstica. Nuestro convecino, el investigador e historiador profesor don Mortual Ales, descubrió a orillas del arroyo de las Cañas, casi en su desembocadura en el río de La Plata, hace pocos años, un "paradero" con restos de cacharros, unos lisos y otros con dibujos clásicos de la cultura diaguita, muy similares a los que figuran en el catálogo del Museo "Inca-Huasi", lo que demuestra que los primeros habitantes de la reducción, fabricaron allí su alfarería doméstica. A lo largo de la costa del río, hasta Punta Lara y más allá, se han encontrado varios de estos "paraderos" que los científicos atribulan a indios querandíes, pero el que escribe, modestamente, cree que son de origen diaguita, de los indios de esta reducción, de acuerdo al decorado y grabados de las piezas encontradas. Y la explicación de la pluralidad de estos "paraderos" a lo largo del estuario, es que los indios quilmes, en sus incursiones por la costa, a medida que encontraban un yacimiento de arcilla, allí armaban el horno y efectuaban el cocimiento de las piezas, ya que también tenían leña en abundancia en los montes de la ribera.”(textual) [14]
EL P.A.Q.
Las investigadoras Florencia Vázquez y Verónica Martí, integrantes del equipo del Proyecto Arqueológico Quilmes, hace pocos años
hallaron cerámicas que pudieran tener su origen en este pueblo. Algunas de ellas están en estudio, otras se pueden apreciar en Sala Arqueológica Permanente de la Casa de la Cultura y la Galería del PAQ en el Museo Almirante G. Brown. [15] La tarea de hurgar en nuestro suelo comenzó en el año 1994, por un convenio entre la municipalidad de Quilmes y el Centro de Arqueología Urbana de la Universidad de Buenos Aires, se creó el
Proyecto Arqueológico Quilmes, como iniciativa de un grupo de investigadores de la Universidad de La Plata, dirigidos por la Lic. Zunilda Quatrín.
Querandíes, con “Q” de Quilmes. Poco y nada se sabe de ellos, su origen… el amplio
suelo de este continente que les pertenecía por derecho propio; sus posesiones todo, pues no concebían el derecho de la propiedad privada; su cultura difería mucho de la europea, pero el ‘blanco’, el conquistador español y todos los demás conquistadores que los llamaban ‘salvajes’ los aventajaban en crueldad pues la tenían incorporada jurídicamente y en doctrina, pero este es un tema que podría llevar 523 años desarrollar.
Los querandíes también fueron base de nuestra identidad pues hollaron estas tierras y fueron sus propietarios originarios, va con ellos nuestra memoria.
Director del Blog EL QUILMERO
Pte. de la Sub-comisión de Historia y Cultura
Los Quilmeros de la Bibl. P. Pedro Goyena
Villa Gesell, 1980 / Quilmes 2015/2016
(Esta bibliografía puede hallarse en la Bibl. P. Pedro Goyena)
Archivo de Indias. Correspondencia General de Gobernadores y Virreyes N°4683 - Sevilla.
Canals Frau, Salvador. “Las poblaciones indígenas de la Argentina” Ed. Hyspamérica. Bibl. Argentina de Historia y Política. Bs. As, 1986.
Conlazo, Daniel. “Los querandíes, un enigma histórico”. Todo es Historia, enero de 1979, Nº 140.
Fernández Díaz, Augusto. “Juan de Garay, su vida y su muerte” (En la celebración del 4º centenario de la fundación de Santa Fe) Ed. de autor. Tomo II Rosario 1973.
Conlazo, Daniel - Lucero, María Marta - Authié, Teresa. “Los querandíes: tras las Huellas de su cultura”. Ed. Galerna, Buenos Aires, 2006.
Lafont Quevedo, Samuel A. "Los indios chamanes y su lengua con apuntes sobre los querandíes, yaroas, boanes, güanoas, minuanes y mapa étnico." Boletín del Instit. Geográfico Argentino. Tomo XVIII Pp. 115 a 154. Magrassi, Guillermo E. “Los aborígenes de la Argentina” (Ensayo histórico cultural) Ed. Galerna Búsqueda Ayllu, Buenos Aires 1989.
Mandrini, Raúl, J. “Los pueblos originarios de la Argentina”. EUDEBA. Buenos Aires, junio de 2005.
Martínez Sarasola, Carlos. “Breve historia de los pueblos originarios en la Argentina”. Ed del Nuevo Extremo. CABA 2013.
Otamendi, Luis Eduardo. “Historia de la Reducción / 1666-1812. Ed. Muncipal. Serie archivos y fuentes de información Nº 2. Quilmes, julio de 1968.
Schmidl, Ulrico. “Viaje al Río de La Plata – 1534 – 1554” Cabaut y Cía. Editores. Buenos Aires, 1993
Más información en: EL QUILMERO del domingo, 17 de octubre de 2010,