Si bien antes de 1873, hubo criollos, extranjeros, algunas niñas y damas de pocas familias pudientes que hacían música. Los primeros con guitarras las segundas con alguna pianola como la que poseía doña Victoria Wilde de Wilde y tocaba también su hermano Alfredo. Fue un célebre bandurrista (1) el español don Francisco Navarro y su hermano José, barbero y flebótomo, el maestro Emiliano Reina, los hermanos Eusebio y Mariano
Rodríguez (el primero maestro de escuela también) y Pedro Moranchel y fueron reconocidos músicos, por nombrar a algunos que los periódicos de la época rescatan. Pero el incentivo creador orgánico y gestor de las actividades musicales en general lo dieron los Barrera. [2]
Huérfanos de padre y madre desde muy temprana edad, los hermanos son separados “hacia diferentes e inciertos destinos” - como él recordará en su autobiografía titulada: “Una vida con bemoles” -, dando lugar así a una existencia llena de privaciones y sufrimientos.
Pasa un tiempo en Capital con una familia española, pero pronto regresa a Sarmiento donde trabaja como peón de albañil siendo aún un niño y aprendiendo a leer y escribir por cuenta propia.
A los trece años regresa a Capital y esta vez un feliz encuentro cambiará su destino: el por entonces gerente del Jockey Club, lugar donde José María había comenzado a trabajar, le brindará su apoyo para estudiar y realizar sus planes de progreso, constituyéndose como un verdadero padre para él.
La mano del destino lo llevará años más tarde a conocer al Maestro. Carmelo Rizzuti, y bajo su tutela, con un instrumento usado, se inicia en la que será la vocación y pasión de su vida: el arte de la guitarra.
Pasan los años, en 1930, es elegido para representar al instituto D'Andrea en un recital de estímulo para alumnos y allí recibirá los primeros aplausos de los tantos porvenir... Seguirán el Teatro Lasalle, La Asociación Guitarrística Argentina, presidida entonces por el maestro Sagreras, y la compra de su primera guitarra de concierto, de la cual jamás se desprenderá.
En 1931, el maestro Rizzuti le presentará a su sobrina Teresita residente en Quilmes iniciándose de este modo, con la que fuera su primera alumna, un idilio que duraría toda la vida.
Se casa con Teresita en el año 1934, y el hogar se ve bendecido por los hijos, Marta, Jorge y José María. Durante esos años entabla amistad con la destacada pianista Amelia Agrelo, y la actriz Sabina Olmos, obteniendo en 1935 su título de profesor de guitarra e iniciando su “Academia de Guitarra”.
En otro de esos encuentros que marcarán rumbo en su vida, conoce a los guitarristas Francisco Caparelli, Carlos Palla, Carmela Trápani y Ricardo Agara con quienes funda el “Quinteto Armonía” que recorrerá a lo largo de los años una exitosa trayectoria con presentaciones en el Teatro Presidente Alvear, SADAIC, Café Tortoni, Radio El Mundo y Radio Excelsior entre tantas otras.
Terminado el ciclo del ‘Quinteto’ fundará años después con sus mejores alumnos el “Cuarteto Alhambra”.
Luego tendrá lugar su vasta trayectoria docente en la Escuela de Bellas Artes “Carlos Morel”, galardonada por el amor a la música que supo despertar en tantos corazones.
Uno de sus mayores orgullos fue el haber legado su vocación y su amor por la guitarra a su hijo Jorge, a su nieto Ariel y ahora desde el cielo a su bisnieto Román.
Es así como la historia de un niño desamparado da lugar a cuatro generaciones de guitarristas - algo no muy conocido en el mundo musical -; a cuatro generaciones de artistas que honran a nuestra querida ciudad de Quilmes.
Vaya nuestro homenaje para este ser excepcional, verdadero ejemplo de generosa entrega, para las generaciones venideras y orgullo de esta ciudad de Quilmes, quien falleció el 11 de abril de 2001. [5]
[2] Agnelli, Chalo “Migraciones – cuatro colectividades quilmeñas – cinco familias para una historia social” Ed. Jarmat, Bernal 2006. Pp. 43 a 57.
[4] Reseña incluida en el opúsculo realizado por la Fundación para las Artes Quilmes “Cuna de Cultura” en el homenaje que se le realizó al Maestro Molinari en el 7° aniversario de su fallecimiento. Acto que se realizó en el Club Social de Quilmes el viernes 11 de abril de 2008.
[5] Reseña tomada del opúsculo por el homenaje al maestro Molinari en el 7° aniversario de su fallecimiento realizado en el Club Social de Quilmes el viernes 11 de abril de 2008.
[6] Se pueden hallar ejemplares en la Biblioteca Popular Pedro Goyena
1 comentario:
EN EL DIA DEL PADRE MI RECUERDO Y HOMENAJE A MI QUERIDO VIEJO Y MAESTRO DE LA GUITARRA Y LA VIDA DON JOSE MARIA MOLINARI JORGE
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