En el periódico EL PLATA del 29 de agosto de 1926,
se dio la siguiente información sobre la escritora y militante de los derechos
de la mujer.
ADELA GARCÍA SALABERRY
La poeta y periodista fue juzgada en el penúltimo
número de «El Hogar» de forma altamente satisfactoria. La popular
revista
argentina le dedica una página, con la trascripción de sus mejores versos. Los valimientos intelectuales de la talentosa
Directora de nuestra sucursal en Bernal han sido una vez más confirmados. A su
vez la excelente revista de arte 'Tarrega', en su edición de julio, publica una poesía
de Adela García Salaberry, que evoca un pedazo de nuestra tradición, el más
bello, y comprensivo y sencillo, de sus versos, titulado “El alma del Pericón”.
EL PLATA lo publicará ilustrado en el primer gran anuario que editaremos en
diciembre.
***
DOS
HISTORIAS A LAS ORILLAS DE LA PLAZA DE LA COLONIA.
I.- EL OMBÚ
Mucho antes finalizando el siglo XIX en el ombú
ubicado en la esquina de Aristóbulo del Valle e Islas Malvinas fueron hallados muertos un
hombre y una mujer que resultaron ser un matrimonio de linyeras con una historia
trágica.
Cuenta Manuel Ales [1] que en la panadería “La Francesa”,
en ese entonces de Bernardo Lerdou, ubicada en Rivadavia y Moreno, trabajaba un
muchacho "honrado, trabajador
y bien parecido". Una joven de una familia acomodada de Quilmes comenzó a simpatizar
con el empleado y nació el romance. A pesar de la desaprobación de los padres de la joven, comenzaron a noviar, se casaron y
alquilaron una habitación en la misma casa del señor Lerdou.
Al año, el desempeño del joven no era el mismo. Se lo veía
descuidado en su aspecto, con la indumentaria sucia y hasta en el
trato a los
clientes no era el mismo. Esto se fue incrementando hasta que se reveló la
causa de este deterioro, ambos, marido y mujer, bebían sin medida hasta caer
alcoholizados. Lerdou intentó que el muchacho reflexionara sobre esta
conducta, pero no logró cambios y se vio obligado a despedirlo de su casa y
empleo.
Fueron a vivir a un inquilinato que había en la calle Brown, vereda
oeste, entre Matienzo y Ortiz de Ocampo, pero no escarmentaron y el alcoholismo
se adueño de ellos. Perdieron el apoyo de sus familias y también la pieza que
alquilaban. Así fue que comenzaron a rodar como linyeras por los alrededores
del
pueblo, durmiendo a la intemperie y comiendo lo que encontraban o lo
que la generosidad de la gente les daba.
Don Santiago Valerga, apiadado, un invierno, les dio abrigo en un
depósito que tenía sobre la calle 12 de Octubre, para que vivieran y lo
cuidaran, pero habían llegado a un estado en que no podían asumir ningún tipo
de responsabilidad, además de su aspecto desaseado, se pusieron huraños y
esquivos. Al poco tiempo abandonaron el galpón y se fueron a refugiar entre las
ramas de ese gigantesco ombú que se hallaba en lo que hoy es la plaza
Aristóbulo del Valle.
Allí los hallaron muertos un mal día de agosto, juntos, no se sabe si por el frío o por
ingerir alimentos en mal estado.
II.- AMORES CONTRARIADOS
La
plaza tuvo también sus hechos trágicos. El 16 de marzo de 1932,
tres jovencitas
volvían a sus casas por la tarde después de una jornada de trabajo en la Fabriel Financiera de Bernal. Cruzaban la
plaza cuando un joven se interpone en su camino y sin mediar palabras dispara
varios tiros sobre Gregoria Varela, de 17 años, quien vivía en Islas Malvinas
220. Sus amigas escapan despavoridas y el joven se descerraja un tiro en la
cabeza. Era José Manuel Buceta de 24 años, que residía en la Capital. Ambos
mueren. El motivo, un amor contrariado. Hacía cinco años que se había inaugurado la plaza, por cierto fue un bautismo de sangre. (de "La Colonia de Valerga" Cap. "Del arcón de la abuela", de Chalo Agnelli. Ed. Tiempo Sur
[1] Nuestra Revista. Año IV N° 45-46-47 –
2° época. 1°/1/1970. Pág. 1
1 comentario:
Gracias por seguir publicando este trabajo estas historias,verdaderos documentos.
Carlos de Quilmes
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