por Chalo Agnelli
QUILMES DE FIN DE SIGLO
RECUERDOS
EL PUEBLO DE LOS MOLINOS
LA TORRE DE BELGRANO
CIRCOS
LOS PALENQUES
EL MATADERO
LA PESCA
LAS QUINTAS
EL MONTE DE EUCALIPTUS
EL CANTÓN DE
OURRACARRIET
TRAGEDIA
LATHAM Y BENAVENTE
LA CANCHA DE PELOTA
LA RADIOTELEGRAFÍA
LA CASONA DE WILDE
El Prof.
Manuel Ales [1] amó
este suelo como a su vida. Él era todo Quilmes. Su arraigo fue rayano con el
fanatismo y le dedicó a la historia de nuestro Partido una obra invaluable, no
sólo en lo estrictamente historiográfico, como sí hicieron el Dr. Craviotto y
don César Barrera Nicholson, sus contemporáneos, sino que matizó adecuadamente
con la miscelánea, que tanto atrae al lector de
historias (que no es lo mismo
que lector de la Historia), hoy en día. En este 14 de agosto, nuevo aniversario
de la primera fundación (1666) tomamos algunos párrafos de su libro “Quilmes
de fin de siglo” (XIX); una edición propia, de pocos ejemplares, con la que
festejó los 300 años (1966) desde que quilmes y acalianos fueron establecidos por el
conquistador en nuestras costas del Plata.
Festejar (1666) el hecho histórico no es grato, por las connotaciones compulsivas
de aquel acontecimiento que terminó en el exterminio de una cultura, pero recuperarlos
en la memoria, reconocerlos como los que nos dieron toponimia y gentilicio,
algo que nos envanece por sobre otros pueblos y ciudades de nuestra Patria, y
nos hace sentirnos amalgamados con este suelo, aunque nuestros apellidos sean
italianos, españoles, polacos, rusos, alemanes, sirios, armenios… esto es para
festejarnos a nosotros mismos, quilmeños y Quilmeros.
RECUERDOS
Por Prof. Manuel Ales
Allá por
1890, cuando los viajeros de Ferrocarril del Sud, atravesaban el pueblo rumbo a
la flamante Capital de la Provincia, se admiraban que Quilmes tuviera tantos
molinos de viento. Era un bosque de
molinos todo el radio urbano fundacional. Cada casa o grupos de vecinos tenían
el suyo. Y el agua era excelente, nada que ver con la que los porteños tomaban
del Río de La Plata. La ventaja de la zona era (y es pues aún persiste) que a
escasos metros de la superficie el subsuelo quilmeño está atravesado por el
acuífero Puelche que fue uno de los factores que entusiasmó don Otto Bemberg
para instalar su empresa cervecera en este. Esta particularidad hizo que los
viajeros y turistas de nuestra Ribera, crearan el apodo ‘El Pueblo de los
Molinos’. Pero atendamos los recuerdos de don Manuel Ales que son más precisos.
EL PUEBLO DE LOS
MOLINOS
Entre
los primeros molinos que hubo, para bombear agua, recordamos los de don
Francisco Younger [2] y de
Badaracco, por su rara construcción.
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El de Badaracco estaba en la manzana de
su quinta, próximo a la esquina NO de Hipólito Yrigoyen y Humberto Primo.
Consistía en una torre de material, de unos seis metros de alto, sobre la que
giraba, en el plano horizontal, una gran rueda en cuya periferia llevaba una
serie de grandes embudos de metal, semejando un ‘anemómetro’.[3]
El
de Francisco Younger estaba cerca de Alem (N), en dirección a la calle Allison Bell. Lo
formaban cuatro pilares de unos cuatro metros de alto, sobre los cuales giraba
una rueda con eje vertical, formada por gran cantidad de tablas, también
verticales, en la periferia, constituyendo así una especie de rueda de
turbina. Estaba todo cubierto por una especie de ‘sombrero chino’.
Los
molinos que se instalaron posteriormente, ya fueron más parecidos a los de hoy
(1966), con la principal diferencia que tanto la torre como la rueda y paletas
eran de madera.
Una
originalidad que presentaban estos molinos era que en su paleta decía: “El viento es barato”.
LA TORRE DE
BELGRANO
Junto
a la vereda oeste de Belgrano, como a mitad de cuadra entre Rivadavia y Alem, ex
quinta de Smars (o Smart), hubo hasta años después de 1900, una torre redonda,
de mampostería de unos dos metros de diámetro por ocho o diez metros de
altura, con puerta hacia Rivadavia, escalera interior y baranda de hierro en su
coronamiento. Según mis informes, se construyó cuando se estaba haciendo la
llamada ‘cloaca máxima’ entre Buenos
Aires y Berazategui, siendo utilizada por los ingenieros para sus cálculos de
dirección.
Una
vez terminada la obra, quedó abandonada, convirtiéndose en un criadero de
lechuzas y murciélagos. No hallé la fecha de su demolición.
INCENDIOS
El
primer gran incendio que se recuerda, se produjo en el almacén de Ismael Suárez
(a) Clemente, ubicado en la esquina NO de Rivadavia y Pringles. El siniestro se
produjo por la imprudencia de su dependiente, Eudosio González, quien bajó al
subsuelo y encendió un fósforo para despachar alcohol a un cliente. Felizmente
Eudosio tan solo se chamuscó un poco.
Otro
incendio importante fue el de la canastería de Castelanelli, situada en
Rivadavia (S) entre Alvear y Brown.
En el libro “Agua y Fuego”
del historiador Quilmero, Claudio Schbib, se señala como primer incendio, el
producido en octubre de 1912 en la fideera de Marenzi, ubicada en la calle Alem
(antes Tres de Febrero) entre Alvear y Brown. Extinguido con baldes que
facilitó don Ramón Dapena y donde el bombero Vicente Baldi fue atajado al caer
por su compañero don Mariano Giaimo.
CIRCOS
Los
circos se instalaban en los baldíos que habla en Mitre casi Rivadavia (fondo
de González) En el solar SE de Rivadavia y Alvear; en el NO de Mitre y Alsina;
en el NE de Garibaldi y Brown y en el SE de Alem y Alvear, que fue de los
últimos utilizados en el centro del pueblo.
LOS PALENQUES
Frente
a casi todos los negocios, en especial los almacenes, habla lo
que se llamaba
"palenque", para atar los caballos, Consistía en un barrote horizontal,
sostenido entre postes. Hasta después de 1910, hubo uno de ellos al borde de la
comisarla, por Alem y otro en la orilla de la plaza principal, por la calle
Sarmiento casi Rivadavia. En algunas partes, en vez del palenque se aseguraban
argollas de hierro junto al cordón de la vereda (En la foto de la izquierda se ve la esquina de la comisaría, Sarmiento y Alem, con el caballo atado al palenque. Foto Pedro F. Rotelo)
EL MATADERO
Donde
ahora está el Corralón Municipal, funcionaba el Matadero, y los que allí
trabajaban, "gente de a caballo", se reunían los domingos en la calle
Alberdi entre Brown y Lavalle para realizar las ‘cinchadas’ para las cuales se
hablan desafiado en la semana. Fue famoso para ellas el ‘picaso’ [4] de Francisco Tejeda, matarife que vivía
en la chacra de Fornaguera, en
Alberdi (N), donde hoy está la escuela N° 7.
LA PESCA
Como
ya dije en otra parte, el bañado era buen campo de caza y de ella vivían:
Manuel Leiva, Pedro Iriarte (tío del médico) y Martín
Maestre y Pedro (a) “el vasco”. A
lo largo de la costa tenían sus redes de pesca Rudecinda Vallejos (a) la tucumana,
quien primero estaba por Bernal y luego se trasladó al Arroyo de las cañas,
donde se ahogó junto con el ‘negro Pluma’
en una gran creciente del rio.
Segundo
Cabral y Lucero, pescaban por Bernal. En las proximidades del Arroyo Colorado,
estaba Viviano Suárez; entre los Arroyos Colorado y de Las Cañas se encontraba
Clodomiro Acuña, y por ‘los barros’ (fin
sur del monte), lo hacía Villegas.
LAS QUINTAS
En
plena planta urbana y hasta después de 1910, existían quintas residenciales
que, en la misma calle Rivadavia, ocupaban desde un
cuarto hasta toda una
manzana: Casares (una manzana); Otamendi (tres cuartos); Smith (una); Istueta
(media); Risso (media); Davidson (una); Campero (tres cuartos); Smars (media)
Fuera
de la calle Rivadavia, estaban las quintas de Badaracco, Cichero, [5]
Pesenti, Uriburu, Kier, [6]
Girald, Clark, Páez, Zorrilla, Videla, Wilde, Dobraniche, Álvarez de Toledo,
etc., La mayoría de las cuales ocupaban toda la manzana y algunas, aún más.
EL MONTE DE
EUCALIPTUS
Limitado
por las calles Liniers, La Rioja, vías del F. C. del Sud y Vicente López, había
un tupido monte de grandes árboles, especialmente eucaliptos, que fue causa
indirecta de muchas desgracias, pues ya desde aquel entonces, en ese mismo lugar la vía tiene una curva,
razón por la cual no se ve avanzar el tren ni se oye, lo que hace que sorprenda
de repente a los que cruzan desprevenidos. (Esa extensión del límite entre Quilmes y Bernal circundada por las actuales calles La Rioja-San Lorenzo, H. Yrigoyena-Lebensohn, Liniers-Reconquista y V. López-San Martín, perteneció al mazorquero Ciríaco Cuitiño)
Contigua
a dicho monte, hasta Lamadrid, había otra fracción de terreno, pero ésta libre
de plantas, siendo utilizado por ‘los
ingleses’ para jugar al polo (Esta propiedad era de Juana Dorotea María Magdalnea d'Hertault de Beaufort de Bagneux, se comenzó a lotear en 1927 - Libro de Actas del H.C.D.)
CANTÓN DE
OURRACARRIET
Entre
las calles Alberdi, Las Heras, Mitre y Cevallos, estaba el llamado ‘cantón
de Ourracarriet’. Según datos que me proporcionó el Dr. Craviotto, tal
nombre le venía del hecho que allí hubo una batería que se instaló después de
la primera invasión inglesa, al mando de Ramón Acuensa (o Acuenza)
En
la época de Rosas y aún algunos años después, fue cuartel de milicias, o sea,
un ‘acantonamiento’ y de allí lo de ‘cantón’.
Santiago
Segura iba todos los días con su carro al rio, llevando a su mujer Leopoldina y
a sus hijos: Eulogia, Santiago, Floro, Luisa, Gerónimo y Cleto. Dejaba a su
familia y, mientras su mujer e hija mayor lavaban la ropa, él se iba a los boliches de Cuitiño (hijo del
mazorquero) o de Risso.
TRAGEDIA
El
lunes 25 de enero de 1886, al mediodía, Santiago y Floro fueron a bañarse
mientras los demás quedaban junto a la madre y la hermana lavando. El rio
estaba crecido y ocultaba un lugar profundo y arremolinado que habla en el
lugar (más o menos por el actual canal del Club Náutico)
Los
dos muchachos cayeron al pozo, desapareciendo Floro y
logrando salir Santiago.
La madre, al ver lo que ocurría, se arrojó en procura del hijo, corriendo su
misma suerte. Fue entonces Eulogia quien trató de ir en ayuda de ambos, siendo
también tragada por el pozo traicionero.
Entre
esa tarde y la siguiente mañana, fueron rescatados los tres cadáveres y, como
en el rancho de Segura (solar NE de Sarmiento y Videla) no había lugar para el
velatorio, se hizo en la casa de Petrona Maestre, esquina NE de Paz y Videla.
LATHAN Y
BENAVENTE
En
el libro del Dr. Wilde "Buenos Aires de setenta años atrás",
dice que Wilfredo Lathan fue un
criador de ovejas, que en su
cabaña "Los
álamos", ubicada en el Partido de Quilmes, fundó su
establecimiento con un plantel de "negretes" provenientes de la
famosa cabaña de Manuel Benavente (o Venavente),
también de Quilmes.
Respecto
de este último, se lee en "Un poblador de las pampas"
de Seymour: "The Standard" del
21 de septiembre de 1869, ofrece un marcado tono pesimista con respecto a este
importante renglón (la lana) de nuestra economía, ya que no concurrió comprador
alguno al remate de la cabaña del finado Benavente, que cuenta con los mejores
ovinos del país.
LA CANCHA DE
PELOTA
En
el solar SE de Mitre y 25 de mayo, estuvo la "Cancha vieja", con su frontón para jugar a la pelota vasca. En
esta cancha, durante el desarrollo de una partida, falleció muy joven el Dr.
Edmundo Fierro. [7]
LA RADIOTELEGRAFÍA
Entre
las vías del F.C. y las calles Las Heras y Directorio, frente a la ex usina
del gas, Marconi instaló más o menos por 1902, dos torres de planchuelas de
hierro, de unos treinta metros de alto, las que sostenían una antena, con la
cual se logró la primera comunicación radiotelegráfica con Europa. La casa para
el personal y los aparatos, se hallaba entre ambas torres, que hace unos
veinte años fueron desarmadas.
El
Dr. Wilde fue dueño de la manzana comprendida entre las calles
25 de Mayo,
Paz, Brandsen y Pringles. En ella construyó, a mitad de cuadra de la calle 25
de Mayo, una gran casa en forma de ‘U’,
con portones de hierro en los extremos y pared con reja entre ellos que bautizó "La Victoria" en homenaje a su esposa Victoria Wilde.
Allá
por el 900, comenzó a funcionar en ella, la escuela N°19, que era conocida
por ‘la escuela de Amigo’, por ser
ese el apellido de su directora fundadora la señorita Justa Amigo. [9]
Compaginación, argumentación y compilación
Prof. Chalo
Agnelli. Dibujos de Hugo Yori, fotos Museo Foográfico y archivo del autor. 2007/2017
NOTAS
[1] Ver en EL
QUILMERO del martes, 7 de septiembre de 2010,
“Don Manuel Ales, Historiador e Investigador”.
[2] Nacido en Inglaterra en 1827. Fue quien junto con en
sociedad instalaron el tranvía a caballo en Quilmes en 1873, que iba desde la
estación, atravesaba la calle Rivadavia y llegaba a la Ribera, ida y vuelta.
[3] Instrumento para medir la velocidad de circulación de
un fluido gaseoso, en especial del viento.
[4] Blanco y negro mezclados en forma irregular y manchas
grandes.
[5] Había dos de familias de apellido Cichero, parientes
entre sí. La de la manzana Brandsen, Hipólito Yirigoyen, 25 de Mayo y las vías
del Ferrocarril y la quinta la Regina que luego fue el Hogar Sanford.
[6] La casa del
jurisconsulto Sabiniano Kier, a pesar de las reformas y ampliaciones, era una
casona compacta de dos niveles con las habitaciones distribuidas en torno al hall
central de doble altura. Estaba ubicada en la calle Libertad, Alem,
Garibaldi hasta Cevallos, después fue propiedad de Mr. Morgan. Era quintero de
la propiedad don Benito Mezadra.
[7] Ver en EL
QUILMERO del jueves, 18 de febrero de 2010, “Edmundo Florentino Fierro, Médico Aventajado,
Filántropo Convencido".
[8] Ver en EL QUILMERO del sábado, 1 de marzo de
2014 “La Casona Del Dr. Wilde y su Destino” (COLABORACIÓN)
[9] Ver de Agnelli, Chalo: “Maestros y Escuela de
Quilmes” Ed. Jarmat. Bernal, 2004 y “Dr.
José Antonio Wilde – médico, periodista y educador quilmeño” Ed. Jarmat.
Bernal 2008, PP 106 a 108. Justa Amigo era tía del reconocido actor Roberto Amigo que formó el duo actoral Amigo-Canessa.