Al amigo y coleccionista don Carlos Benavides,
en memoria
“Es el viernes 7 de mayo de 1858.
Un pequeño grupo de personas sale del viejo templo parroquial de Quilmes,
remozado el año anterior ante el peligro de su ruina total. Los acompaña el Padre
Carlos Vadone, uno de los escasos sacerdotes italianos que han estado al frente
de la feligresía quilmeña. Una criatura de poco más de un mes es el héroe de
la jornada: acaba de ingresar en la grey cristiana al recibir el bautismo. Son
sus padres don Patricio Fernández, porteño, de treinta y ocho años,
comerciante en la calle de Santa Rosa (la actual Bolívar) de la ciudad de Buenos
Aires, y doña Luisa Villanueva, también porteño y de treinta años a la sazón…"
Así
comienza el historiador José Abel Goldar la biografía del primer artista
plástico nacido en Quilmes en un opúsculo publicado por la Municipalidad de
Quilmes, bajo la dirección del imperecedero bibliógrafo que fue el Prof. Carlos Guillermo Maier, tomada de la conferencia organizada el 11 de octubre de 1965, por la Biblioteca Pública Municipal Domingo F. Sarmiento, con el auspicio de la Comisión de Cultura de la Municipalidad de Quilmes y la Filial Quilmes del Instituto Sarmiento de Sociología e Historia.
FERNÁNDEZ VILLANUEVA UN QUILMEÑO DE ANTAÑO
Julio Fernández Villanueva nació en Quilmes el 21 de marzo
de 1858. Era el
menor de seis hermanos. Hacía dos años que se había establecido la primera municipalidad y
seis de la creación del Partido separado de Barracas al Sur (Avellaneda)
Hizo
sus estudios en el Colegio Nacional Buenos Aires y en 1878, ingresó a la
Facultad de Medicina. En 1884, se desempeña como practicante interno de la Casa
de Expósitos y a fines de 1885, se aprobó su tesis sobre Lactancia y Destete,
que dedica a sus padres.
En
1886, instaló su consultorio en la calle Mitre entre Videla y 9 de Julio
(vereda oeste), donde en noviembre de 1991, la Asociación Cultural
Sanmartiniana y el Instituto Sarmiento de Sociología e Historia emplazaron una
placa referente. [1]
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Julio Fernández Villanueva con bastón y sombrero en la mano, a su lado de oscuro con abanico en sus manos Federica Dorman de Quijarro, inspectora de escuelas y fundadora del primer hospital público del pueblo junto con Juana Gauna. |
EL ARTE
Desde chico tuvo facilidad para el dibujo y la
pintura; además se destacó en la ejecución del violoncello, lo que demostró
integrando un cuarteto con Julio Ithuralde, Rodolfo Labourt y su profesor don
Antonio Barrera. El primero grupo musical de Quilmes.
También fue inventor, en 1886 patentó un transfusor
de sangre, luego un sistema para enganche automático de ferrocarriles y otro
para construir bloques de mampostería, para producir viviendas económicas.
Primer cuarteto de cuerdas quilmeño: Julio Ithuralde, Rodolfo Labourt, Antonio Barrera y Julio Fernández Villanueva interpretando el violoncello (Colección Alcibíades Rodríguez)
En
1887, integra el Cuerpo Médico de Sanidad Internacional, organización que hacía
prevención del cólera, para ello viaja a Europa, estableciéndose en París,
donde queda extasiado por el cuadro de la "Batalla
de Rezonville" (1883) [2]
pintado por Jean Baptiste Edouard Detaille[3]
y Alphonse de Neuville. Fue una
revelación para el joven Julio, que lo
hizo exclamar: “Esto sí he de poder
pintar; jamás podré llegar a estampar la dulzura mística de una madona, pero el
brío, la confusión de estos soldados, creo que sí”. [4]
Óleo sobre tela de Julio Fernández Villanueva “Combate de San Lorenzo" (1889 -1890) Museo Histórico Nacional. Pintado por encargo de las
autoridades del Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires
LA OBRA
En
mayo de 1889, exhibe su primera obra: “La Batalla de Maipú”, pintada con el
asesoramiento de Bartolomé Mitre y del general Espejo, soldado y cronista de la
epopeya sanmartiniana. Se expuso en el bazar de Ruggero Bossi y fue adquirida para formar parte de la colección del Museo Histórico.
Por encargo del
club Gimnasia y Esgrima, pintó las batallas de
“San Lorenzo”, “Chacabuco” y la “Capitulación
de los Ingleses en 1807”,
y muchas obras más, desde temas
militares como la
“Carga de Granaderos”, “Hospital de
Sangre en la Guerra Franco Prusiana” y “Oficiales del Ejército de Francia”, hasta temas históricos, como “Invasión
de Indios”
ó “Descubrimiento del Fuego por el
Hombre”, y paisajes tales
como “Vista de Barracas y La Boca”,
“Bajada al Río de la Calle Cerrito”, y “Claustro
del Convento de San Lorenzo”,
entre otros.
La precisión de su paleta, el manejo del color que
adquiere la dinámica de la lucha, en la confusión de la batalla no se pierden
las individualidades de los protagonistas, la imponencia de todas sus obras
movilizan a cualquier espectador. Uno imagina a Julio horas y horas trabajando
sobre esas telas inmensas, sobre andamios, escaleras, esquivando horas de sueño
y haciendo sus comidas sin dejar la paleta ni el pincel. Las obras de Fernández
Villanueva son impostergables documentos de la historia y del arte argentino.
Barricada durante la Revolución del '90. A.G.N.
INFORTUNIO
El
26 de julio de 1890, se produce en Buenos Aires la "Revolución del Parque",
en la que el Dr. Guillermo Udaondo, cirujano mayor, organiza con los doctores
Alejandro Castro y Fernández Villanueva un hospital de sangre. Este último, cae
muerto en
la esquina de Libertad y Viamonte por una descarga policial, mientras procuraba
retirar heridos del campo de batalla. Tenía 32 años. Sus restos yacen en el cementerio de La Recoleta.
Mausoleo que recuerda a los caídos durante la Revolución del '90 donde yacen los restos de Julio Fernández Villanueva.
Sin
lugar a duda se lo considera el primer pintor nacido en Quilmes.
En noviembre de 1991 la Asociación Cultural Sanmartiniana y el Inst. Sarmiento de Sociología e Historia colocó esta placa en el muro donde estuvo el consultorio del Dr. Julio Fernández Villanueva, sobre al calle Mitre, en Quilmes.
El
coleccionista de arte quilmeños don Carlos Benavides bautizó a su extraordinaria pinacoteca “Julio Fernández
Villanueva”.
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Conferencia organizada por la Biblioteca Pública Municipal D. F. Sarmiento y pronunciada por su autor el Prof. José Abel Goldar el 11 de octubre de 1965 en la sede de la Biblioteca, con el auspicio de la Comisión de Cultura de la Municipalidad de Quilmes y la Filial Quilmes del Inst. Sarmiento de Sociología e Historia. Publicada para la serie medallones biográficos N° 3 dirigida por el Maestro Prof. Carlos Guillermo Maier.
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Compilación
e investigación Chalo Agnelli
FUENTE
Goldar,
José A."Julio Fernández Villanueva, un quilmeño de antaño" Ed. Muncipalidad de Quilmes, 1965.
Matienzo,
Agustín. “Julio Fernández Villanueva – Pintor de Historia Militar”. Editorial
EMECE, 1966
NOTAS
[1] Ver en EL QUILMERO del martes, 24 de junio de 2014, “JULIO
FERNÁNDEZ VILLANUEVA (1858-1890) EMPLAZAMIENTO DE UNA PLACA EN SU MEMORIA
(VIDEO DE ALEJANDRO RE - NOVIEMBRE 1991)”
[2] La obra
medía originalmente 6,50 metros de alto
por 120 metros de largo (el fragmento que se preserva en
el Palacio Paz mide 2,50 metros de alto por 3 metros de largo) y se
trataba de un panorama de la Batalla de Rezonville, uno de los episodios más sangrientos
de la Guerra Franco-Prusiana de 1870, y considerada la última en la historia
de las batallas en la que la caballería cumplió un rol
destacado.
[3] Detaille ayudó a Marcel Jambon en la confección de las pinturas para
la bóveda del Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires.
[4] http://www.familiadelaserna.com.ar
1 comentario:
Yo visite su tumba en la Recoleta cuando tenia 10 años de edad.Me encanta conocer su historia porque no la sabìa
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