“Demografía histórica – historia
demográfica han dejado de ser una moda para convertirse en una rama inevitable del
conocimiento histórico”
César A.
García Belsunce
Prof. Chalo Agnelli
Escribió el Dr. Craviotto en el
capítulo VIII de su “Quilmes a través de los años”, refiriéndose a la lenta
evolución que tuvo Quilmes entre la declaración de pueblo libre en 1812 y la
creación de la primera municipalidad en 1856, refiriéndose a lo que fue la
principal industria de exportación que se desarrollo en la extensa campaña de
lo que fue el Pago de la Magdalena: “El
Semanario de Agricultura, Industria y Comercio anunció en algunos de sus
números la exportación desde Buenos Aires de charque y carne salada, en cifras
máximas que llegaron a 40.219 quintales y 360 barriles.”
El 13 de octubre de 1810, el Correo de Comercio comentaba "Nos es grato anunciar al público, que
en la Ensenada de Barragán, por los auxilios que ha facilitado D. Pedro Dubal (sic), ha pedido D. Roberto Posomby Staples [1]
formalizar una fábrica de carne salada, la cual está en ejercicio; como tal
benéfico establecimiento sin duda prosperará aprovechando útilmente la
abundancia de carnes que nuestros hacendados perdían antes por falta de objetos
de industria como el presente, les damos este aviso para que puedan dirigirse
a aquel factor, los que deseen el fruto de sus ganados". [2]
Hemos mencionado anteriormente la
vinculación entre Duval y Staples,
relativa a salazón de carnes; agregamos que en 1804, Pedro Duval tenía
vinculación comercial con Juan I. Clark,
[3]
al parecer fallecido poco después. Se ha mencionado la visita hecha allí por
miembros del Primer Gobierno Patrio; ahora bien, en noviembre de 1811 debió
intervenir el gobierno en dicho saladero, "ante el desorden en la matanza de vacas", así como en algún
otro; la razón Staples & Duval
fue multada y, al efecto, pasó por Quilmes hacia la Ensenada un piquete de
Dragones de la Patria, al mando de un oficial, para hacer efectivo lo ordenado
sobre el ganado, las multas y arreglo de la matanza. En el progresista
establecimiento de Staples & Mac Neil trabajaban ocho toneleros, dos
carpinteros, cuatro peones extranjeros contratados al efecto y un numeroso
personal que variaba entre 40 y 60 peones criollos.” [4]
PEDRO
DUVAL
Duval
fue un comerciante y hacendado, vinculado a la sociedad colonial de Buenos
Aires, donde había nacido. Hijo de padre francés y madre criolla. Fue miembro
activo del Consulado de Buenos Aires.
Era amigo de Manuel Belgrano desde
la adolescencia, con quien compartía ideas liberales.
Fue
propietario de numerosas fragatas, con las que realizó comercio con España
exportando frutos de la tierra e importando mercaderías de toda clase, entre
ellas esclavos africanos, actividad que lo distanció de sus amigos criollos
opuestos a este tráfico. Era propietario de
la fragata "Ceres", los
bergantines "Viernes" y "Matagente" y la sumaca
"Martes". Con sus fragatas
"Rosa" y "Roble", de matrícula
norteamericana, transportó a la Ensenada
mercadería calificada con el eufemismo de “bienes semovientes”, que precisamente no andaban en cuatro patas.
En
el memorial que elevó al rey juntamente con Tomás Romero, en 1797, en defensa
del comercio con las colonias extranjeras, consignó que quiso distinguirse en
el comercio de negros, habiendo mandado hasta cinco expediciones con buques
propios.
La lista de casas comerciales
del extranjero que tenían relaciones con Duval es
numerosísima. Las había en América del Sur, España, Francia, Estados Unidos y Portugal,
pero ninguna inglesa. Por real orden del
22 de mayo
de 1801, se le autorizó a exportar cien mil cueros a puertos extranjeros como
retorno de la importación de 527 negros.
Ese mismo año compró la autorización para importar en dos buques y directamente
de Hamburgo, géneros par valor de 30.000 pesos fuertes lo cual se le concedió
por real orden del 21 setiembre.
Fue
socio de Juan Baudrix
con negocios en Cádiz. Inició la
exportación de frutos del país, proveyendo de carne a los
buques que lo solicitaban, y llegó a despachar 50.000 cueros para Burdeos.
Desde 1794 a 1801,
promovió la creación del puerto nuevo de la Ensenada de Barragán. Donde pobló una estancia y
levantó galpones cerca del arroyo
Piloto, donde construyó hornos para ladrillos.
La Ensenada de Barragán fue advertida como puerto estratégico ya
desde que recorrió las costas
rioplatenses la nave del holandés Silveren
Weather. Es una caleta en el sector sudoeste de la costa,
desde hasta Punta Santiago. Fue el mejor puerto de la margen occidental del Río
de la Plata, a 60 km de la ciudad de Buenos Aires. La Ensenada se presenta en
una especie de seno o recodo que limita al noroeste con la Punta Lara (ex Punta
Ballena), y la Punta Santiago, al sudeste. En dicha ensenada desembocababa el
río Santiago, pero ya desde fines del siglo XIX, deposiciones aluvionales
cerraron su estuario, cambiando radicalmente la forma de la misma.
PARTIDO
DE MAGDALENA
Esta área se asienta sobre el
primitivo ‘’Pago de la Magdalena’’, y su colonización comienza con el reparto
de suertes de estancias realizado por J. de Garay, al refundar la ciudad de
Buenos Aires, en 1580.
En 1821, al desmembrarse el
Partido de Magdalena (que iba desde Quilmes, al Noroeste, hasta el río
Samborombón, al Sudeste) nace el de Ensenada, que ocupó la actual superficie
del municipio, más lo que posteriormente serían Berisso y La Plata (ésta última
en las llamadas ‘’Lomas de la Ensenada’’) Cabe aclarar que el Partido limita al NO con el
municipio de Berazategui, al SE con el de Berisso, al E con el de La Plata, y
al O, se encuentra el río de la Plata.[5]
Décadas después el ingeniero
ferroviario William Wheelwright vislumbró la importancia de ese puerto, una de
las causas fundamentales para crear la línea del Ferrocarril Buenos Aires –
Ensenada (hoy Roca) en 1872, que dio una moderna vía de comunicación del
partido de Quilmes con la Capital. El 14 de marzo de 1870 realizó una excusión
desde el puerto de Buenos Aires a Ensenada: “…
para demostrar la importancia que tendría para el intercambio comercial del
país el puerto de la Ensenada. Asistieron como invitados el presidente Domingo
F. Sarmiento, el ministro Vélez Sarsfield, el gobernador de la Provincia
Emilio Castro y muchas personas características de la ciudad de Buenos Aires y
de Quilmes como el juez de paz de ese año don Tomás Giráldez.” [6]
Wheelwright dejó referencia del hecho en el periódico inglés “The Standard”.[7]
Su ocupación se remonta al siglo XVII
con el gobernador Hernando Arias de Saavedra y Sanabria que da en
"merced" las tierras cercanas a la caleta, a Bartolomé López. Éste,
las vende en 1629 a Antonio Gutiérrez Barragán,[8]
cuyo apellido materno se fue fijando e hizo pie en la toponimia de la zona.
Barragán, quien como Duval inició su fortuna con el contrabando de esclavos africanos, haciendo de la Ensenada un puerto
clandestino de la trata.
EL
PUEBLO DE LA ENSENADA
El 2 de enero de 1801, el virrey
marqués de Avilés autoriza al arribo de buques de comercio a dicho puerto, en
un decreto en el que también dispone fundar el pueblo de la Ensenada,
ordenándole al coronel Pedro Cerviño su traza. Además hace construir la muralla
del fuerte.
La batería queda lista, a meses de
haberse fundado el pueblo; era de buena mampostería, con ocho cañones, dos
mangrullos, dos galpones, cuadra para la tropa, cuarto para el oficial y
cocina.
LAS
INVASIONES EN LA ENSENADA
El 28 de junio de 1807, se produce la
segunda invasión británica, las tropas al mando de John Witelocke desembarcan
en la Ensenada, aprovechando encontrando que estaba sin guarnición el fuerte.
Si embargo algunos pobladores presenciaron el desembarco, entre ellos Pedro
Duval, quien llevó presuroso la noticia del
desembarco a Buenos Aires. Y si bien, fue un verdadero pionero del comercio, su nombre pasó a la historia, por este hecho.
EL COMERCIO
EXTERIOR
“El Semanario de Agricultura" dice
que el 16 de junio de 1803 se hallaba
en la Ensenada
lista para salir hacia Hamburgo, una fragata portuguesa con un cargamento de
39.618 cueros y chapas despachados por Duval a su cuenta.
Hasta
1810, encabezó el Movimiento del Puerto, extendiendo las operaciones a plazas más lejanas. Estimuló
la navegación del Plata y proporcionó refugio
seguro a los barcos.
Ayudó
a Roberto Staples a instalar una fábrica de carnes saladas en Ensenada. La Junta de Mayo, hacia noviembre de 1810, dispuso
que Duval fuese delegado de la misma para informar de las propuestas que se
presenten para construir hornos y obrajes en la Ensenada, por lo cual le
pagarían 2.000 pesos como habilitación. Los esfuerzos que realizó para el
puerto nuevo le atrajeron erogaciones, males y enemigos, sufriendo la pérdida
de buques en alta mar, y el incendio en
Bahía de la fragata "Manchega".
LA CRISIS
Su
casa, conocida como la "Casa Grande",
ubicada donde después estuvo la quinta de Richardson, fue una novedad
arquitectónica y sus planos y construcción se debieron a Cerviño, con el que
también entabló una profunda amistad. En esa casa recibió en 1808, al Obispo
Lué y Riega. Estaba ubicada en las cercanías de lo
que hoy es las calles Estados Unidos e Hipólito Yrigoyen. “Era rectangular, poco más de 9000 metros cuadrados, un ala era de dos
plantas y con torre mirador, poseía 14 habitaciones sin contar los galpones y
barracas donde “almacenaba” a los esclavos. Estaba rodeada de un foso de poca
profundidad pero cubierto de cardales que lo hacían infranqueable.”
Mientras
le brilló la fortuna no hizo ostentación de ello, prefería mantenerse ajeno a
la vida social porteña, era fuerte y de carácter enérgico. Se casó con Manuela
Pérez, mulata liberta, famosa por su incomparable belleza, con quien tuvo
numerosos hijos que según da a suponer alguna documentación era hija de Staples,
quien la dotó con una importante fortuna.[9]
Sin
embargo, malas inversiones, pérdida de buques y luego las invasiones británicas
y la Revolución de Mayo afectaron notoriamente sus negocios. Baudrix quebró en
Cádiz y lo arrastró al desastre. Falleció en 1818, y sus escasos bienes pasaron
a sus acreedores, incluso los de la
Ensenada, por los que tanto bregó. Dichos bienes se remataron
en marzo de 1819. “Su descendencia fue
numerosa, sus hijas mujeres, previendo la crisis, habían sido ‘bien casadas y dotadas’;
sus hijos varones, fuera de los que permanecieron en el país, algunos se
establecieron en España, otros en Francia y otros en 1819 viajaron con Staples
a Inglaterra donde se establecieron.” [10]
Compilación
e investigación Chalo Agnelli
19
de julio de 2010
BIBLIOGRAFÍA
Agnelli, Chalo (2006)
“Migraciones – cuatro colectividades quilmeñas – cinco familias para una
historia social”. Ed. Jarmat. Bernal.
Craviotto, José Alcides. (1966) “Quilmes
a través de los años”. Secretaría de Cultura y Educación de la
Municipalidad de Quilmes. Quilmes.
Cutolo,
Vicente O. “Nuevo diccionario biográfico
argentino” Vol. II Pág. 622
García
Belsunce, César A. (2003) “El Pago de la Magdalena – Su población (1600/1765)".
Academia Nacional de la Historia. Buenos Aires.
García Blesunce, César A. (1998) "La contribución de la cartografía a la historia de la población Magdalena - Siglos XVII y XVIII". Historia de la Población I. Academia Nacional de la Historia Cuaderno de los Grupos de Trabajo. Buenos Aires.
Hanon,
Maxine. (2005) “Diccionario de británicos en Buenos Aires” (Primera parte). Ed
de autor. Buenos Aires.