Por Chalo Agnelli
El 2 de junio de 1926 se establece la ordenanza Nº
274 para crear la plaza Aristóbulo del
Valle circundada por las calles Vicente López, Carlos Pellegrini, Aristóbulo del Valle
e Islas Malvinas. Años después la diseña y parquisa el artista y deportista
Francisco Fernández Melo.
El domingo, 1 de febrero de
2015, se
publico en EL QUILMEROS la nota “La Plaza Aristóbulo Del Valle o placita de La Colonia” que desarrolla los
siguientes temas: “La Leyenda”; “La Historia
Oficial”; “Y Después...”; “Los Placeros”; “Vándalos”; “La Sangre
Derramada…”; “Últimos Cambios”
y comentarios aportados por Sonia Érica del Valle (descendiente del
Aristóbulo del Valle) La nota que sigue está tomada de una colección de periódicos
“El
Ariete”, donde se desarrollan entretelones que se entrecruzaron
arbitraria y desordenadamente en torno a la fundación de esta plaza desde el
punto de vista de una tendencia política (Partido Socialista) opuesta al
intendente de turno y al “lopizmo”[1]
(orientación del Partido Radical) autoridades
de la época. Conflictos que, en parte, se anuncian en la nota antes mencionada.
del periódico socialista “El
Ariete”(textual)
UN “MEETING”[2]. VARIOS ORADORES CON DENUESTOS CONTRA LOS CONCEJALES Y UN
PETITORIO FIRMADO EN SU MAYOR PARTE POR CRIATURAS
La plaza de La Colonia es un
pretexto de explotación política, la Asociación de Fomento de Quilmes Oeste [3]no
es otra cosa que un comité político, donde se abusa de la buena fe y la confianza
de mucha gente.
Cada día nos vamos aproximando más al
descalabro definitivo de esta pobre Comuna, la que, a pesar del esfuerzo
perseverante de los radicales [4]
de llevarla a la ruina (ironía), se mantiene por su gran vitalidad. Pero de
seguir así las cosas no podrán resistir mucho tiempo, si la torpeza ciudadana
no desaparece.
LO DE LA PLAZA
Entre los hechos últimos que han
despertado la atención de la gente, figura el de esta plaza. Bueno y muy
conveniente es recordar de donde ha salido este entusiasmo por la adquisición
de la famosa manzana. [5]
Todos los vecinos saben, toda La Colonia
ha concurrido a aquel famoso remate realizado por los rematadores Bravo
Barros, [6]
de esas tierras que en una enorme lonja está separada por la vía del F. C.
Sud. Tierras bajas, siempre llenas de agua, verdadera laguna.
Este remate se realizó por orden del
señor Pereyra Iraola [7]
nuestro “progresista y generoso vecino”
(ironía), adquirente por la obra de un pleito largo, lleno de incidencias, en
el cual se han usado toda clase de argucias y las poderosas influencias que
otorga al hombre rico, su propia riqueza, su “situación social y política” (sugerente), mucho más efectiva cuando
se litiga contra gente pobre, sin recursos y sin influencias.
Todo Quilmes sabe, y especialmente los
de La Colonia, que esas tierras han sido enajenadas sin que existiera un
título perfecto y todos conocen a la familia que debiera ser la verdadera
dueña. [8]
Los que han comprado el día del remate lo han hecho impulsados por malos
informes y por las culpas connivencias de la Municipalidad que apoyó la venta y
se prestó a la triste misión del “gurupí”
(sic),[9]
como vamos a demostrarlo.
Así se explica que esas tierras malas,
bajas, llenas de barro, alcanzaran un precio de cerca de TREINTA PESOS MONEDA
NACIONAL la vara cuadrada. [10]
Recordamos que ese día del remante, para
cuyo éxito se había contado con tantos aliados y con una propaganda escrita en
la cual no hacía mención siquiera sobre la calidad de los títulos para no
despertar sospechas. Recordamos, decíamos, que fue rica en incidentes pues
algunos miembros de la familia que discute su derecho sobre la tierra a grandes
voces para que todo el mundo oiga, que esas tierras no pertenecían a quien
ordenó su venta.
Muchos de La Colonia que saben lo
dudosos de los títulos han salvado sus ahorros que no ser así pudieran haber adquirido
una vara de tierra con títulos no muy claros y discutibles.
COMPLICIDAD
DE LA MUNICIPALIDAD
La complicidad del intendente municipal
en la elevación especulativa de los precios de la tierra es evidente. Permitió
que ese día del remate, se fijara en la famosa manzana que ha dado en llamarse
“Plaza de La Colonia”, contigua a la loteada para el remate, un enorme letrero
que decía: “RESERVADA POR LA
MUNICIPALIDAD PARA PLAZA".
Esta circunstancia hizo creer a los
compradores que adquirían tierras con frente a una plaza o muy próximas a ella,
lo que proclamaba como argumento fundamental, principalísimo, el rematador para
salvar así la voluntaria omisión de
hablar sobre el mérito de los títulos, a pesar del requerimiento
de algunas personas del público.
Así la Municipalidad hacía el triste
papel de “grupí”, prestándose a las
especulaciones de los presuntos dueños y la casa vendedora y facilitaba al
amigo político la forma de aumentar su ya enorme patrimonio.
Pero como se verá, habiéndose pagado un
precio exorbitante por la primera manzana repercutirá forzosamente sobre el
precio de la que ostentaba el cartel significativo.
LA
ACCIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE FOMENTO QUILMES OESTE
Alguien, nos ha informado que “destacados” elementos de esta famosa “asociación de fomento” son los que han
gestionado para que la intendencia municipal se interese por la manzana con
destino a plaza y así se puso el cartel; viniendo ello a pedir por boca de los
rematadores y del señor Pereyra Iraola, porque realizaban con la intervención
de la asociación de “fomento” y de
la intendencia, un pingüe negocio. Francamente llama la atención esta forma de
actuar de la bullanguera “asociación de
fomento” que quiere
proteger a los vecinos de La Colonia.
Por sus estatutos esta institución tiene
marcado su funcionamiento. En la práctica es una mera asociación regentada por
personas que buscan exclusivamente posiciones políticas y les ha parecido bien escalarlas
tomando como base la buena fe de muchos vecinos. El último acto realizado
patentizó en forma indubitable lo que acabamos de decir; pero sabemos también
que algunos asociados se van dando cuenta de qué son instrumentos de inspiraciones
que no responden a las finalidades de la asociación y hasta de que, como se
dice, de que el asunto de la plaza, no es otra cosa que el hecho de que cierto
personaje es propietario de fincas a las que desea mejorar de valor.
EL MEETING
Realizóse (sic) el famoso acto
público. Hablaron concejales de la fracción lopizta, otros ciudadanos de la
misma filiación y otros independientes.
Pero no dijeron nada sobre el origen de la adquisición, se guardaron muy
bien de hacerlo y no faltó orador que pretendiera hacer creer al público que se
trataba de un acto sin relación política, pero todos terminaban con la afirmación
de que los lopiztas saldrían ganadores en las próximas elecciones; “Ya verán en noviembre”, decían.
Posteriormente, hicieron firmar
un petitorio, por algunos vecinos y por todas las criaturas que al ruido concurrieron,
lo que es muy fácil constatar así lo afirman todos los presentes. Veremos en
qué termina este “affaire” de la
plaza. Seguiremos en el próximo número.
Prof. Chalo Agnelli
FUENTE
“El Ariete”, Quilmes, septiembre 4 de
1926 – Año XVII N° 62 (Textual) Colección que se halla en el Museo
Bibliográfico Documental Bibliotecario Carlos Córdoba de la Biblioteca Popular
Pedro Goyena.
Agnelli, Ch. (2010) "La Colonia de Valerga - Historia social del segundo barrio de Quilmes". Ed. Tiempo Sur. Quilmes.
NOTAS
[1] Se refiere a partidarios del Dr. Rodolfo Adalberto
López.
[2] Meeting es una palabra inglesa de uso muy
generalizado en Argentina, Chile, Paraguay; tanto que la Real Academia española
la incorporó a su diccionario como “mitín” m.: “Reunión donde el público
escucha los discursos de algún personaje de relevancia política y social.” En
periodismo de esas primeras décadas del siglo XX hallamos muchas palabras
inglesas o francesas de uso común.
[3] Ver en EL QUILMERO
del domingo, 29 de abril de 2018 “Sociedad de
Fomento de La Colonia o de Quilmes Oeste”
[4] Ejercía la
intendencia ese año desde el 23 de julio de 1925, don Ángel L. Levanti hasta el
22 de septiembre de 1926, termina el período don Clemente Baggiani y en 1927
asume la intendencia el radical Dr. José Eduardo López, hijo de José Andrés
López, ex intendente en 1904 y 1905, y hermano de Rodolfo A López, quien era el
líder del “lopizmo”. Ver en EL
QUILMERO del viernes, 12 de diciembre de 2014,
“Rodolfo Alberto López - Una dinastía de
políticos quilmeños”
[5] Entre las calles Carlos Pellegrini, Aristóbulo del
Valle, Islas Malvinas y Vicente López.
[6] Bravo Barrios & Cía. tenía oficinas en
la calle San Martín 361 con sucursal en Cabildo 1978 de la CABA.
[7] Se refiere a Leonardo Pereyra Iraola (1867-1943) fue uno de los fundadores de
la Unión Cívica y miembro del comité nacional de la Unión Cívica Radical. Era
abogado egresado de la Universidad de Buenos Aires. Su descendencia contrajo
matrimonios con miembros de las familias Anchorena y Álzaga, integraban el
llamado clan Santamarina. Su padre fue el propietario de la estancia San Juan
(hoy Berazategui) Las propiedades que tenían en Quilmes, en realidad eran de
sus hermanas María Luisa casada con Marcelino Herrera Vega y María Antonia
casada con Rafael Herrera Vega, estos hermanos venezolanos eran los
administradores de esos bienes inmobiliarios y con ellos trata la Municipalidad
para la compra de la manzana que hoy es plaza y la próxima circundada por las
calles Malvinas V. López, Tucumán y A. del Valle, como se menciona en la nota
publicada el 1 de febrero de 2015 en este blog.
[8] Según el desglose de mercedes hecho en
1818 por Francisco Mesura, que publica don Luis Otamendi en su libro “Historia
de la Reducción” esa propiedad era parte de una chacra compuesta por 16
manzanas otorgada a doña Catalina Aguirre, supuestamente de origen quilme. La
Chacra estaba circundada por las actuales avenidas Hipólito Yrigoyen, Carlos
Pellegrini, Vicente López y Rodolfo López.
[9] Grupi: falso postor en un remate, en connivencia
con el rematador.
[10] Una vara cuadrada equivale a 0,7 m2. Si
bien ya no se empleaba esa medida de longitud en la Argentina, como Quilmes,
cuando fue trazado en 1818, por el agrimensor Francisco Mesura lo fue en varas,
para algunas demarcaciones urbanas, durante las dos o tres primeras décadas del
siglo XX, se siguió usando la
medida en vara.