Chalo
Agnelli/compilador
Nos decía
en Prof. Manuel Ales, eminente historiador quilmeño desde el diario “Enfoques”
del 18 de septiembre de 1968[1] Cuando han transcurrido
muchos años de algún suceso o asunto, resulta difícil, por no decir imposible,
el fundamentar una opinión. Y tal dificultad resulta aún mayor cuando se trata
de algo que en su momento parecía carente de valor, razón por la cual no se
dejó debidamente documentado. Esta reflexión se me ocurre a causa de haber
leído en el diario ''Clarín" varias opiniones dispares respecto de la
ubicación de la "Pulpería del caballito" que en 1821 instaló Nicolás Vila, conocida por su típica veleta en forma de caballito, y que fue la que originó la
denominación de un barrio de la Capital Federal. Cada uno de los opinantes la
sitúan en diferente lugar, basados en la información que cada uno posee y que
consideran es la correcta. Para salvar confusiones, se me ocurrió explicar la causa
del nombre del "Barrio del Tala", dado a un lugar de nuestra
ciudad, y que si bien es cierto ya casi nadie lo nombra así y muchos ni sabrán
que existe, no creo esté de más ubicarlo par que en el futuro no haya discusiones
como en la de “Caballito”.
El
nombre en cuestión se le dio a lo que fue el rincón SE de la primitiva plante
urbana del pueblo, limitada allí por las actuales calles Brandsen y Allison Bell.
En la esquina NE de Belgrano y Matienzo, hubo un "Almacén del Tala"
en el mismo lugar en que luego hubo un autoservicio que continuó con la
denominación de “El Tala”.
Pero
el tala que dio la denominación al barrio se hallaba a varias cuadras de ese
sitio, en un baldío de media manzana, que se extendía por Olavarría entre Mitre
y Sarmiento, baldío que era gran proveeduría de cicuta para las "fogatas
de San Juan". En la esquina NO de Sarmiento y Olavarría estuvo el ‘tala’
en cuestión, siendo su gran tamaño lo que lo hizo notable, hasta el punto de llevarlo
a caracterizar al barrio. En esa misma esquina hubo luego y por muchos años, un
ciprés que alcanzó también gran corpulencia, siendo derribado por un fuerte
ventarrón sobre la casa allí edificada, causando sólo daños materiales. Para
complementar esta nota quizá sea de interés saber que en la parte de dicho
terreno que daba frente a Mitre, hubo un gran aserradero a vapor, propiedad del
señor Sol, que también era dueño del llamado "Almacén del Sol",
situado en la esquina NE de Mitre y Humberto Primo, donde luego hubo un café. La
máquina a vapor del tal aserradero era motivo de atracción para los escolares
que pasábamos por allí, mirando largo rato su funcionamiento. Quilmes,
septiembre de 1968.
Prof.
Manuel Ales
OTRA REALIDAD OTRO TALA
Pasaron tan solo 13 años y el Tala, el nombre, se mudó al oeste de Quilmes, donde hoy se halla entre los barrios: Santa Teresita, La Matera, el Asentamiento San Martín, el barrio Dreymar, el La Paz y el 8 de Noviembre. Con una migración nueva que buscaba un arraigo de vida, de dignidad y paz.
EL
NUEVO TALA
En 1981, durante la
etapa más sangrienta de la dictadura cívico-militar-eclesiástica, un grupo de
vecinos tomó las tierras donde hoy está ubicado el barrio El Tala de San
Francisco Solano-Quilmes. A 35 años de aquel suceso, la Multisectorial
Solano emitió el 6 diciembre de 2016 el siguiente comunicado
DECLARACION
Al cumplirse 35 años de las tomas de tierras del barrio El Tala, sigue vigente en la Argentina y en Quilmes la lucha por tierra para vivir y trabajar. Decir que vivimos en un país injusto puede parecer un lugar común que de repetido pierde el espesor que establece la cruda realidad que vivimos.
La tierra y la
vivienda es solo un sueño para millones de argentinos al mismo tiempo que las
cámaras de la construcción y las inmobiliarias desarrollan sus negocios muchas
veces rozando la ilegalidad e imponiendo leyes como la de bosques o humedales a
la medida de sus mezquinos intereses.
El caso de Costa del Plata y los proyectos de Techint en las costas de Avellaneda, Bernal, Quilmes y Hudson son claros ejemplos de apropiación e ilegalidad sobre nuestros bienes comunes. O los gobiernos de turno, algunos con intereses familiares vinculados a la construcción, impulsan planes de vivienda que tiene como objetivo el clientelismo electoral y/o llenar bolsones de dinero que se pesan o arrojan por los muros.
Si de espesor y realidad se trata digamos que en la Argentina hay 6.500 villas y asentamientos habitados por 13 millones de ciudadanos. Son 650.700 familias. La antigüedad de los asentamientos tiene 28 años de promedio. Uno de cada 10 argentinos vivimos en villas y asentamientos. 30% en ranchos y el 50 % somos pobres. El 72,6% estamos sin conexión formal a la energía eléctrica. El 98% carecemos de cloacas. El 95% sin agua corriente.
El problema de la vivienda y la tierra alcanza a todos el país con un déficit de 5.000.000 unidades. En la Provincia de Buenos Aires somos 400.000 familias con un total de 1.600.000 personas.
En Quilmes hay 95 villas y asentamientos que alcanzan a 40.000 familias y comprenden 160.000
quilmeños sin acceso a la energía eléctrica, agua y cloaca.
7 de cada 10 vecinos que habitan las villas y asentamientos se organizan para mejorar sus barrios. Este ejemplo es un aliciente y muestra de la voluntad, la dirección que toman sus sueños y el sacrificio de colectivos de argentinos en búsqueda de la dignidad. Esta situación se agravará, sin dudas, con la política del gobierno de Macri que, por minuto, condena a un compatriota a la pobreza.
A su vez, su
política continúa favoreciendo a los empresarios inmobiliarios que se llenaron
los bolsillos de plata todos estos años. Pero en la Argentina se demostró una
vez más que con la lucha se puede conseguir, como fue la aprobación de la
emergencia social, lo que unido a las enseñanzas de las tomas de hace más de
treinta años, reivindican la lucha por resolver verdaderamente para nuestro pueblo
tierra, techo y trabajo.
El
viernes 2 de junio de 2017, se realizó en la Universidad Nacional Arturo
Jauretche un video debate sobre la vida de Agustín Ramírez y se exhibió su caso
que próximamente será presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH). Por Alan Mansilla para
ANRed
A 29 años de
su asesinato, y con el nombre de «Agustín vive en los que luchan”,
la materia Problemas de la Historia Argentina, junto a el proyecto de
Voluntariado Universitario llamado «VOLUNTA-RADIO», amigos y familiares volvieron
a poner en agenda su asesinato, por parte de las fuerzas policiales.
La jornada fue la antesala de la presentación del caso ante la
CIDH el 5 de junio de 2017, cuando se cumplieron 29 años de lo ocurrido, con el
objetivo de demostrar que el hecho fue un delito de lesa humanidad, ya las
investigaciones realizadas comprobaron que fue la policía quién lo asesinó, y a
partir de esto llegar al juzgamiento de los responsables.
Agustín Ramírez fue un joven militante social de la zona sur del
conurbano bonaerense asesinado junto a Javier Sotelo el 5 de junio de 1988,
en la ciudad de San Francisco Solano, por sicarios policiales. Participó
activamente en varios reclamos de tierras durante los años ‘80; y fue parte de
las Comunidades Eclesiales de Base, ideó y dirigió el periódico “Latinoamérica
Gaucha”, un medio de expresión y de reclamo de los pobladores del barrio.
Compilación
Chalo Agnelli/2017
FUENTES
CTA AUTÓNOMA https://ctabuenosaires.org.ar/
Diario Enfoques,
18/9/1968
NOTAS
[1] Hemeroteca de la
Biblioteca Popular Pedro Goyena.