martes, 15 de septiembre de 2009

ALEJANDRO BUSTILLO


Colegio María Ward
Trabajo: Orígenes o Historia de Plátanos
Entrevista al arquitecto Alejandro Bustillo
Colaboración del Prof. Enrique Premoli
No es necesario interrogar demasiado a Don Alejandro, quien ya preparado para nuestra visita,  se dispone cordialmente y con verdadero gusto a hablarnos de Plátanos, donde deducimos debe haber pasado algunos de los mejores años de su vida - larga y fe­cundo, pues ya ha cumplido sus primeros 92 años - dado el placer con que lo hace.
El relato comienza refiriéndose al arroyo Conchitas, que corre tan cerca del Colegio, y nace en las cercanías de la casa natal de Guillermo Hudson, En realidad es un zanjón de desagües que a principios de siglo tenía aguas claras y limpias y era  hermosísimo por la  arboleda y cañaverales que lo rodeaban, y por supuesto gran cantidad de pájaros.
Alfonso  Ayerza, suegro de Don Alejandro, fue el primer po­blador de la zona cuando compró 120 Hs. hacia 1885. Le aconsejaron que hiciera un tajamar o presa sobre el arroyo, lo que hizo y dio lugar a la creación de dos lagos.
Don Alejandro conoció el lugar en 1914 al comenzar su no­viazgo con Blanca Ayerza, hija de Alfonso,  y cuando contrajeron matrimonio en 1917 fueron a vivir  a “Los Claveles”, construida para ellos, casona cuyas ruinas pueden verse en las cercanías de la estación del Ferrocarril y donde permanecieron hasta el nacimiento del cuarto o quinto hijo (tuvieron ocho) Al resultar chica lo casa para tan numerosa familia  se trasladaron a la parte antigua y “Los Claveles” fue alquilada a unos amigos jugadores de golf de Ranelagh.
Tiempo después fue vendida a una señora alemana que viajó a  Europa y nunca regresó; posiblemente murió allá y nadie hizo reclamo alguno sobre la propiedad, por lo que lentamente comenzó el saqueo de la misma hasta dejarla en el estado en que puede vérsela actualmente.
En cuanto al casco central de lo estancia “Las Hormigas” – así se llamaba - fue mejorada por Alfonso Ayerza quien plan­tó árboles e hizo proyectar el parque por un francés, además de la construcción del tajamar sobro el arroyo.  
La Venus quo podía observarse sobre el arroyo al lado de las vías del Ferrocarril, era una copia encargado por Ayerza en Europa. Las estatuas que adornan el parque del actual Colegio probablemente tengan el mismo origen.
Las casas más antiguas tienen paredes de barro y adobes grandes, y ya a principios de siglo A. Ayerza les calculaba más de 100 años. Una de ellas es el actual comedor y sala de estar de las Hermanas del Colegio, que era una posta en el trayecto de Buenos Aires a Ensenada
Al morir A. Ayerza,  sus hijos no tuvieron la suficiente vi­sión como para conservar la  estancia y comenzó el loteo. Una parte la compró lo empresa Sniafa, que tenía la obligación de hacer un canal con salida al río, cosa que nunca se hizo, y así comenzó el deterioro de las aguas del arroyo.
Ellos retuvieron el casco central y 30 Hs. que ahora ocupa el barrio que se en­cuentroa atrás del Colegio. Para esas tierras proyectó Don Alejandro un barrio-jardín con casas ubicadas en calles curvas, que no pudo concretar por demorarse en exceso el correspondiente permi­so que solicitara al gobierno provincial.
Don Alejandro y su familia vivieron aquí entre 1931 y 1938, en que el Banco de la Nación Argentina para quien Don Alejandro prestaba servicios, le exigió trasladar su estudio a Buenos Aires, por lo cual pasaron a residir allí.
De los hijos de Don Alejandro merece destacarse a César, exquisito artista – pintor, escultor, poeta – fallecido muy joven utilizó como taller el rancho de los terneros. Esta parte de las instalaciones y las entonces caballerizas, confor­man lo actual residencia de la familia Serventi exactamente frente al Colegio.
En la década de 1950 llegan a nuestro país las primeras hermanas húngaras. Se encuentran en la pobreza más absoluta y solicitan permiso para vivir en el casco, única parte de la estancia que todavía no había sido vendida temiendo fuera a desaparecer.
Después de un tiempo, las hermanas gestionan la compara de lo propiedad, lo que se concreta al precio de $ 3.000 mensuales a pagar en el lapso de 10 años. Al efectuarse la operación el pintor Roberto Remonge, quo vivió allí un tiempo, se trasladó a una parte del arroyo llamada Punta Piquiyona, donde convivía con una criolla
La antigua capilla de la estancia tuvo varias modificaciones. La torre fue  realizada por encargo del Sr. Ayerza y Don Alejandro  le hizo diversos arreglos entre 1938 y 1940.
Como el arribo a la estancia se hacía, lógicamente, por Ferrocarril, la estación era como la entrada a la misma Allí había una puerta, con llave Yale que debía ser franqueada para ingresar, y donde esperaban los carruajes que trasladaban a los pasajeros al interior de la estancia.
Las tierras ubicadas al otro lado de las vías – hacia el Este – eran bajas e inundables, y a veces, el río llegaba casi hasta ellas. En  1917 hubo una gran inundación que cubrió con un metro de agua la zona donde ahora esta emplazada el Colegio.
Los recuerdos de Don Alejandro nos acercan también a personajes pintorescos y vecinos.  Por ejemplo: un príncipe húngaro de destacadísima elegancia que llegó en la misma época que las Hermanos; este aristócrata, habiendo perdido todos sus bienes, comenzó a trabajar como chofer de camiones,  llamando la atención porque su distinguido porte no condecía con el oficio realizado; posteriormente pro­gresó hasta hacerse propietario de varios camiones.
Don Gregorio Serventi es uno de los recordados con más afecto por Don Alejandro. (el Don Gregorio del libro de Ana María de Mena) Nació allí, fue el último encargado de la estancia, y sigue siendo poblador de la localidad. Es - según nos dice -la persona mejor informada y que mejor conoce la zona. Se encarga del cuidado y amansamiento de animales. El Sr. Ayerza tenía caballos árabes, numerosas veces premiados en la Exposición Rural que esta­ban al cuidado de Don Gregorio. Este les enseñaba a arrodillarse y saludar con la cabeza al llegar , después del paseo, ante el palco de las autoridades, con la lógico admiración de los concurrentes.
Otros vecinos de la zona eran Don Claudio Ruiz, hacia Ranelagh; el Sr. Parejas, hacia la actual Villa España; la familia Goñi (dueños de una pulpería), hacia Hudson; el Sr. Vaccaro (traba­jaba en el diario "La Prensa"), hacia la Maltería, el Sr. Octavio Amadeo; el Sr. Iscardi, jefe de le estación del Ferrocarril, por lo menos hasta 1950; el Contralmirante Yalur, marino que en 1903 envió a rescatar desde el vapor Uruguay al explorador sueco Otón G. Nordenskjöld, que había naufragado durante su expedición al Polo sur junto con el argentino Sobral y otros. Yalur y su gente concretaron el rescate, aunque al regreso afrontaron una gran tormenta que les provocó serios daños.
La estancia "Las Hormigas» recibió también la visita de personalidades destacados, generalmente de la mano de Victoria Ocam­po;  entre ellas cabe recordar a Jorge Luís Borges, el violinista Fritz Kreisler, el compositor ruso Igor Strawinsky, etc. Todos quedaban asombrados de la belleza y placidez del lugar. Incluso este último quedó encantado con los colores con que estaban pin­tados los distintos edificios - en la gama de los ocres, celestes y azul – e hizo  preparar o Don Alejandro un muestrario para  reproducirlos en una propiedad suya en Europa.
La conversación transcurre luego sin desmayos por otros ca­rriles - la historia nacional, la actualidad del país, la actividad como arquitecto de Don Alejandro - y dejamos finalmente con pena a nuestro vital interlocutor, obteniendo antes la promesa del préstamo de un álbum con fotografías de la antigua Plátanos, que al parecer, no quiso separarse de su dueño y permaneció escondido en algún rincón de la superpoblada biblioteca de Don Alejandro Bustillo. 


 Casa del director de la escuela de Puerto Manzano, en Villa La Angostura, construida por Alejandro Bustillo







Enrique Premoli.*
Entrevista realizada el 11 de agosto de 1980. Bustillo falleció en noviembre de 1982.
 * Concertista de piano, co-fundador de la Fundación Filarmónica Quilmes. Docente en el colegio María Ward de Plátanos en el año en que realizó esta entrevista. .



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