IDENTIDAD - PERTENENCIA - TRADICIÓN - INSTRUMENTO DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DEL PARTIDO DE QUILMES Y SU ZONA DE INFLUENCIA, DESDE MÁS ALLÁ DE SUS ORÍGENES EN 1666 CON LA COMPULSIVA LLEGADA DEL PUEBLO QUE NOS DIO GENTILICIO Y TOPONIMIA, LAS TRES FUNDACIONES, FRAGMENTACION POLITICA, ORIGEN Y DESARROLLO DE SUS INSTITUCIONES, BIOGRAFÍAS, COMENTARIO DE LIBROS DE AUTORES LOCALES Y TODA LA BIBLIOGRAFÍA REFERENCIAL QUE SURJA Y SE DESCUBRA... "NO SE AMA LO QUE NO SE CONOCE". CHALO AGNELLI
IDENTIDAD - PERTENENCIA - TRADICIÓN - INSTRUMENTO DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DEL PARTIDO DE QUILMES Y SU ZONA DE INFLUENCIA, DESDE MÁS ALLÁ DE SUS ORÍGENES EN 1666 CON LA COMPULSIVA LLEGADA DEL PUEBLO QUE NOS DIO GENTILICIO Y TOPONIMIA, LAS TRES FUNDACIONES, FRAGMENTACION POLITICA, ORIGEN Y DESARROLLO DE SUS INSTITUCIONES, BIOGRAFÍAS, COMENTARIO DE LIBROS DE AUTORES LOCALES Y TODA LA BIBLIOGRAFÍA REFERENCIAL QUE SURJA Y SE DESCUBRA... "NO SE AMA LO QUE NO SE CONOCE". CHALO AGNELLI
Tomado
de la revista “Fuego y Agua” de diciembre de 1976,
en
el 65ª aniversario de la Sdad. Bomberos Voluntarios de Quilmes.En
una Sociedad como la nuestra abundan las anécdotas. Algunas risueñas, otras
tristes; pero, anécdotas al fin, daremos a conocer varias a nuestros lectores,
porque ellas constituyen parte de su historia.
UN
COCHERO GENEROSO
Corría
el mes de agosto de 1912, cuando se produjo un desmoronamiento de tierra en la
construcción de las Obras Sanitarias en Wilde. De Quilmes, concurrieron a
prestarle ayuda a los Bomberos Voluntarios de Avellaneda, Pablo Garavelli,
Nicolás Parodi, César Cossoli, Sebastián Semeopale, Mariano Giaimo y Guillermo
Ithursarry.
Allí,
por poco pierde la vida Don Sebastián Semeopale, pues mientras se intentaba
extraer a los peones enterrados por el primer desmoronamiento, comenzó a
producirse un segundo que, afortunadamente, no trajo desgracias, pues
Semeopale y varias personas más, alertadas por Garavelli y Giaimo, pudieron
huir poniendo a salvo sus vidas.
Don
Guillermo Ithursarry concurrió a este siniestro juntamente con Sebastián
Semeopale, llevados por un viejo cochero de plaza de Quilmes, quien no quiso
cobrarles el viaje.
RIVALIDAD
MUSICAL
La
Sociedad Bomberos Voluntarios de Quilmes nació como consecuencia de la pobreza
que consumía cada vez más a la "Società Filarmónica Volontari de
Garibaldi", que, a su vez, era un desprendimiento de la "Sociedad
Musical Unión Artesanos".
Lo
cierto es que a raíz del alejamiento, quedó flotando entre los componentes de
ambas entidades no un resentimiento propiamente dicho, sino más bien una
rivalidad que hizo eclosión durante la celebración de una efeméride Patria.
Se
convino, al programarse los actos, que cada una de las bandas alternarían la
fiesta; pero, con el agregado de que cualquiera de ellas que interpretara una
marcha debía hacerlo de principio al fin; es decir, ni una nota menos ni una
nota más.
Todo
anduvo muy bien al comienzo. El recorrido desde la Municipalidad hasta la Sociedad
Italiana de Socorros Mutuos Cristóforo Colombo, fue cubierto con los aires
marciales de ambos conjuntos, que se alternaban de acuerdo a lo previamente
establecido.
Pero,
escasos metros antes de llegar a destino, la banda actuante en ese momento prolongó
unos compases más la marcha que estaba interpretando y allí ardió Troya, porque
la otra, como impulsada por un resorte, comenzó a su vez otra interpretación,
de manera que las dos irrumpieron en el salón "a toda marcha",
situación que se prolongó por espacio de casi dos horas ante la perplejidad,
primero, de la concurrencia, y la jarana general después.
Así,
podríamos decir, empatada, terminó la rivalidad musical de
"garibaldinos" y "artesanos ".
HUMOR
DE UN COMERCIANTE
En
una zapatería céntrica, muy conocida, se declaró un incendio. En medio de la
confusión reinante, bomberos, dueños y empleados, salvaron la mayor cantidad
posible de zapatos que, en sus respectivas cajas eran depositados a lo largo de
la vereda atestada de curiosos.
A
los pocos días de producido el siniestro, un cartel muy visible pegado en una
de las vidrieras del comercio, decía así: "Se ruega a las personas que se
han llevado equivocadamente un zapato o un botín de un número 1 otro de
distinta medida, tengan la amabilidad de pasar a cambiarlos. Le daremos el
numeren correspondiente".
No
ha llegado hasta nuestros oídos la noticía de la comparecencia de ninguno de
los aprovechadores. Pero lo rescatable de todo esto es el excelente humor del
dueño de la zapatería ante los dos infortunios sufridos: el incendio y el robo.
¡A
LA COMISARIA!
En
el que se recuerda como el siniestro donde hicieron sus primeras armas los
flamantes bomberos quilmeños, ocurrieron dos hechos que conforman esta
anécdota. Se originó fuego en una fideería establecida en la calle 3 de
Febrero (hoy Leandro N. Alem), entre las de Alvear y Brown.
Fue
en octubre de 1912 y, como podrá suponerse, en una sociedad recién creada,
faltaba de todo; fundamentalmente, conocimiento y consideración popular y
elementos para trabajar.
Así
es que sin baldes —los que usaron durante el siniestro los facilitó el señor
Ramón Dapena— pero con un gran sentido de honor y de responsabilidad, nuestros
hombres consiguieron dominar el incendio, no sin antes pasar un susto tremendo
cuando Vicente Baldi, viendo que se derrumbaba el techo donde estaba parado,
se arrojó al vacío, siendo recibido en sus brazos por Mariano Giaimo, que evitó
de esta manera que aquel fuera a estrellarse contra las paredes de un tanque de
agua vecino.
Era
ya medianoche; y no bien sofocado el incendio, fueron invitados a concurrir a
la Comisaría, donde tuvieron que prestar declaración sobre lo ocurrido,
operación que los demoró hasta las 4 del día siguiente. Apenas el tiempo
suficiente para reposar un momento, tomar el desayuno y partir hacia el trabajo
diario. Lo que demuestra con harta elocuencia que ayer, como hoy, un bombero
voluntario no se improvisa. Nace, y juntamente con él se desarrolla una
profunda vocación de servir, que no es frecuente en los hombres.
Cabe
agregar que recién a fines de 1912, el Comisario de Policía instruyó al
personal a sus órdenes a fin de que toda persona que exhibiese la medalla
distintiva del Cuerpo de Bomberos Voluntarios tuviese libre acceso a cualquier
siniestro que ocurriese en la localidad.
¡85
HORAS TRABAJANDO!
Un
incendio originado en la Papelera de Bernal, demandó por sí sólo 85 horas de
intensa labor. Durante todo ese tiempo estuvieron en pie nuestros hombres.
Algunos dejaban su puesto para acudir a su trabajo, y terminada la jornada
regresaban nuevamente al lugar del incendio, en el cual la motobomba destinada
para extinguirlo trabajó ininterrumpidamente durante 80 horas.
El
Cabo Luís Malaspina, que resultó dañado en la vista en esa circunstancia,
recibió al segundo día la noticia de que a un hijito suyo un caballo lo había
coceado.
¡A
BALAZO LIMPIO!
Informan
en el Cuartel que en Alsina (Carlos Pellegrini) y Andrés Baranda, en La
Colonia, necesitan a los Bomberos. Se acude, naturalmente, pero por defectos de
la información, se regresa inmediatamente porque en el lugar indicado no
ocurre nada anormal.
La
Policía, que también ha sido reclamada, destaca a varios de sus hombres en el
lugar preciso: un horno de ladrillos. Pero, con gran sorpresa de sus efectivos,
es recibida a tiros.
¿Qué
ha ocurrido? Sencillamente, se trata de obreros huelguistas que defienden a
balazos sus derechos.
Los
bomberos escapan así, milagrosamente a la agresión, debido al defecto de
información que apuntamos al comienzo de este recuerdo.
Nota
del compilador.
La
revista “Fuego y Agua” estaba editada por la subcomisión de prensa de la
sodiad de Bomberos Voluntarios de Quilmes. Era de distribución gratuita. Era
redactor el periodista y locutor Omar R. Andragnez, cronista David M. Tolzes y
colaboradores Eleodoro M. Lemos, José Goldar (padre), Fernando Lara, Miguel
Fernández Más, reporteros gráficos: Alcibíades Rodríguez, Carlos Scott y Vito
J. J. Nebbia y Víctor Alberto Giordano, como secretario de prensa de la
institución.
Fotos gentileza Claudio Schbib, Carlos Scott, Fernando San Martín
Para la revista “Fuego y Agua” de diciembre de 1976,
en el 65º aniversario de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Quilmes
Al finalizar el siglo y a comienzos del presente, Quilmes experimenta algunas novedades en cuanto al quehacer cultural, societario y edilicio.
En 1898, siendo Intendente el señor Olegario Ponce de León, por Ordenanza del 18 de marzo se sustituye el viejo alumbrado a kerosene por el de luz eléctrica.
El edificio de la actual Biblioteca Pública Municipal, creada en 1872, se construyó en 1904; y la Sociedad Italiana Cristóforo Colombo, inaugura su salón de teatro, hoy desaparecido, en la calle Hipólito Yrigoyen, con una función de gala, el 12 de setiembre de 1909.
El año del Centenario, 1910, se hizo cargo de la parroquia el Presbítero Manuel Bruzzone, y con él llegó el educador Doroteo Yoldi, siendo ambos los fundadores del Colegio San Luís, que estuvo en la calle Alem esquina Alvear; y el 31 de julio se inauguró la sucursal del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
El pueblo adelantaba, era tranquilo y veraniego, pocos ruidos y poco tránsito. Pero de pronto, después de retumbar tres granadas, se ven algunos hombres que corren por las calles del pueblo, de día o de noche; unos los conocen, otros no. ¿Adonde van? Son los Voluntarios, que acuden a cumplir con su deber. Estas escenas se suceden desde el año 1911, en que fue fundada la actual Sociedad de Bomberos Voluntarios.
De las chatas tiradas por rápidos caballos, que sacaban chispas de los empedrados, y los primitivos materiales, hoy el Cuerpo de Bomberos local cuenta con implementos modernos, con los cuales la lucha se hace más eficaz. Son orgullo de la ciudad ver las poderosas autobombas y transportes, que al llamado de auxilio salen raudas del cuartel, manejadas por diestros conductores. Esta benemérita Institución cumplió ya 65 años de vida, gracias al espíritu de sacrificio de sus dirigentes, de ayer y de hoy, y los hombres del Cuerpo Activo, que a través de los años formaron en sus filas.
Son importantes los servicios que los cuerpos de voluntarios prestan en la Provincia de Buenos Aires, salvando vidas y bienes, y sometiéndose sus componentes a la disciplina que toda institución militarizada necesita, para mantener su eficacia, subordinación y valor, en todo momento que las circunstancias lo requieran.
Por otra parte, tengamos en cuenta la economía que para las finanzas de la Provincia significan estas organizaciones, que si bien deben ser subvencionadas para que puedan afrontar su mantenimiento, muchos millones quedan en las arcas fiscales, al no pagar a cientos de servidores, que voluntariamente prestan tan importantes y meritorios favores a la comunidad, robando horas al descanso, y poniendo en muchas oportunidades en peligro sus vidas, por vocación de servicio y amor al prójimo.