martes, 6 de abril de 2010

GEBHARD KNOBLAUCH - UN MEDICO PRUSIANO PASÓ POR QUILMES

Era prusiano, médico. Era alto, delgado y desgarbado, ojos celestes, de abundante cabellera y barba rojizas. Había hecho estudios de galeno por imposición paterna, pero una vez concluidos, impulsado por un espíritu aventurero, se alejó de su país natal, viajó a Francia, España, Portugal; allí se embarcó a Río de Janeiro y luego a Buenos Aires.
Llegó al país poco antes de Caseros y manifestó simpatía hacia el régimen de Juan Manuel de Rosas. De modo que después de 1851, como otros que se mostaron tibios durante ese gobierno, resolvió alejarse de la Ciudad por posibles represalias. 
Después de recorrer distintas provincias, volvió a la de Buenos Aires y se estableció en Quilmes. Todo este trashumar le impidió revalidar su título, quizá tampoco era su proyecto de vida.
Inmediatamente, en el pueblo fue reconocido por ser un hombre letrado y con mundo a cuestas, que no era poco en la época, aunque el manejo de la lengua le era muy dificultoso.  Esta disntinción le valió que fuera electo municipal en la primera elección del 11 de marzo de 1855.
Entre diciembre de 1855 y enero de 1856, sin otra compañía que su caballo se dirigió hasta San Vicente a realizar tareas de vacunación bajo la supervisión del Dr Wilde. Se supone que entre los dos pueblos desapareció misteriosamente. Infructuosamente se lo buscó durante varios meses.  
Algunas historias afirman que se extravió, fue capturado por indios querandíes y desarrolló entre ellos una abnegada tarea médica; otras voces relatan que él por su propio gusto se adentró en la pampa buscando en las tolderías la vida que deseaba para sí y no faltan quienes señalan que él y su caballo fueron atacados por un puma, muertos y devorados por animales y aves rapaces.
En su lugar fue designado municipal Juan de Guerra López que rechazó el ofrecimiento, pero no fue aceptada su excusación. (José A. Craviotto. Artículo del 12/12/1961)

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