miércoles, 6 de octubre de 2010

LA FONDA DE FESTA - CASAS CON HISTORIA 3

La Fonda de Festa [1]
Colaboración de don Domingo Araujo
De “Eliaq Magazine” setiembre/95
No se sabe exactamente, pero se supone que en la segunda o tercera década siglo XIX, ya existía parte de lo que más tarde sería la vieja casona donde funcionó la "Fonda de Festa", tradicional lugar de encuentro de los quilmeños amantes del buen "mangiare".
El historiador José A. Craviotto afirmaba que en parte de esta casa, sobre la calle Brandsen vivió por varios días el General Justo José de Urquiza.
En 1885 don Pedro Festa y su señora doña Carolina Bonini de Festa, matrimonio piamontés, que al llegar al país se radicó en Los Hornos cerca de La Plata con su primer hijo Juan, en 1887 decidieron trasladarse a Quilmes, año en el cual nació su segundo hijo Carlos Angel “el petiso”.
Don Pedro era fabricante de ladrillos, y un año después, es decir en 1888, abrió su casa de comidas, compartiendo ambas actividades, y fue él quien proveyó los primeros ladrillos utilizados para construir la Cervecería Argentina.
En ese mismo año adquirió la casa vecina, hoy esquina de Mitre y Brandsen. Era un lugar marginal del pequeño pueblo y los vecinos la ubicaban mencionando "donde termina la calle Mitre", cortada entonces por la Laguna de la Virgen.
Allí nació la Fonda de Festa, que con los años pasó a poder de don Carlos Ángel Festa, hijo del fundador del establecimiento, casado con doña María Teresa Cazaux.
De este matrimonio nacieron 5 hijos, Pedro Carlos, Ana María, Ernesto Oscar, Carlos Eduardo y Dora Carolina Festa. Todos ellos de una u otra forma, colaboraron con sus padres en la atención del negocio.
La Fonda De Festa fue sin lugar a dudas el más clásico lugar de comidas de nuestro pueblo, y sólo los muy jóvenes desconocen el prestigio de lo que fue. Sin embargo aún estos incorporan a veces un dicho, que la tradición oral ha hecho popular "como decía Festa, que te voy a cobrar si sos un amigo..."
Don Carlos Ángel falleció el 29 de Diciembre de 1973 y al año siguiente su esposa.
La Fonda cerró sus puertas en 1965. Del antiguo edificio sólo queda un sector sobre calle Mitre [esta nota es de 1995] que mantiene aún sus viejas paredes y donde Alejandro Rodríguez Lindquist prestigioso comerciante, amante y conocedor de las tradiciones, atiende su negocio de antigüedades.
Quizá por las noches, retumben entre los viejos muros el canto de los piamonteses que alegremente entre el correr del queso y los salamines regados con buen vino entonaban la "Violeta" o "I masolin di fiori".
 La propiedad,en sus últimso años de existencia perteneció a Don Carlos Eduardo Festa y doña Carolina Festa herederos de la tradicional familia.
El Duende
Compilación, Chalo Agnelli
6/10/2017

[1] Hoy en el lugar hay una estación de servicio y una casa de comidas.

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