viernes, 2 de septiembre de 2011

NAVEGANDO POR LA VIDA DE TITO INGENIERI

"TITO EL NAVEGANTE"
Chalo Agnelli
La sincera contundencia de las verdades humanas decrece cuando el que las confía se vuelca desde la superación. “Tito el Navegante” es un trayecto por la vida de un vecino de nuestra Ribera quilmeña; vida y arte que para Tito Ingenieri son las misma fuerza. Son funciones interdependientes de un hombre ajeno al común.
No creo que la definición de locura sea un atributo del genio. Para una sociedad mercantilista y consumista todo aquel que esté fuera de sus parámetros bordea la locura.
Sin embargo, el genio se forma desde la pasión. Es un trabajo sin tregua y sin consecuencias. La Pasión es una forma de vida que tan sólo pueden afrontar algunos individuos, muy raramente configurados por distintas fuerzas de choque. Tito es ejemplo claro de esto; la temprana búsqueda dentro de sí de un ser desemejante; la incomprensión social trajinada hasta la tortura, la incursión en sueños artificiales; la asimilación intuitiva de las mayores manifestaciones del arte, la percepción de los vericuetos de la realidad, esos discursos que la realidad contiene y que se nos escapan a los demás.
Sin afán de contradecir algunas interpretaciones, no creo que lo suyo sea un “hippismo tardío” - si bien guarda algunas de sus cláusulas como pudieron contener Van Gogh o Gauguin en Tahiti - pues el movimiento hippie postulaba una sociedad alternativa, en cambio Ingenieri, involuntariamente, se mente dentro de la sociedad burguesa e intenta cambiarla con su pasión, con el ejemplo de su casa, con sus fierros e imágenes del aquelarre y de la dicha.
Todo esto vio un numeroso público afectuoso y sincero el jueves 2 de setiembre en la Biblioteca y Complejo Cultural Mariano Moreno. El documental es una creación de Alcides Chiesa y Carlos Eduardo Martínez; el  guión, la fotografía y la dirección son suyas; con la música de Oscar "Mono" López; con edición de Luciano Chiesa.
Chiesa, nuestro vecino a quien más conocemos, es un hombre que vivió ciertas contundencias existencias como las del protagonista de su film, quizá por eso lo halló y quiso divulgarlo.
Los 64 minutos del documental reflejan sin acertijos la vida, el arte y “una casa”, que como se podría creer no es un anhelo conciente de excentricidad, de snobismo burgués, es nada más y nada menos que la necesidad de un techo. Tito supo responder a esa necesidad, con un elemento que los demás arrojamos, un objeto que una vez le trajo el río y el supo recoger con manos diestra y siniestra, botellas.
La casa de botellas de Tito Ingenieri, es por cierto un mojón curioso en un entorno barrial único, pero su usufructo es claramente práctico y bello al mismo tiempo; dos pretensiones que raramente conjugan. 
Muchas notas gráficas se le han hecho a Tito Ingenieri, muchos reportajes, pero confieso que recién con esta película entendí la magnitud de su creación.
Las transparencias de esa casa, el albañil de vidrio, los testimonios, el río seductor y cruel al mismo tiempo, la obra de fierro y fuego, el amor como triunfo, la constante y sugerente referencia a un Eternauta acuático… Chiesa y Martínez compusieron con todos esos elementos un disfrute cinematográfico sobrio y de mucha  sensibilidad, pero sin golpes bajos.

TITO INGENIERI

ALCIDES CHIESA
Crónica de Chalo Agnelli
Sala: INCAA KM 0 - GAUMONT

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