Es "una mirada histórica, literaria y fotográfica sobre el cementerio de Quilmes". Un propuesta que coordinó el profesor Pedro Costa y promovió la directora del establecimiento, hasta hace muy poco, profesora Laura Barrera, que "sin su cuota de riesgo y de confianza, por no decir de locura, esto no se hubiera hecho...", al decir del mismo Pedro Costa.
escuela Normal de Quilmes ha sido permeable a los diferentes pensamientos vigentes en las distintas etapas políticas, ideológicas del país y no creo que esta constante se modifique en el presente.[...] La sociedad ha cambiado, han cambiado sus miembros y las formas de pensar, pero hay un camino que recorrer sin perder de vista las pisadas de nuestros predecesores, adecuándonos rápidamente para no perder la carrera y ser faro y guía de lo que vendrá..
Continúa Pedro Costa en un segundo prólogo: "¿Un prólogo más? No, un apunte, un garabato sobre páginas de un cuaderno recién comenzado. Porque nada más motivador que empezar un cuaderno. Aunque éste, comenzó una mañana de marzo o abril de 2006. [...] La idea quiso ser un libro, quiso ser un testimonio escrito que dejaba un grupo de alumnos que, durante casi todo un año, palpitó el crecimiento de un sueño. [...] Debieron pasar cuatro años para que, a instancias de la Sra. Laura Barrera, renaciera la posibilidad de volcar todo eso en el papel. [...] la idea primera no se concretó en un libro, se hizo cuaderno y eso demuestra que está más viva. Un libro es una foto, un cuaderno es un ser en crecimiento constante, y ese cuaderno lleva un número, el 1, porque apunta hacia adelante, porque preanuncia 2 y 3 y todos los etcéteras posible...."
Poemas, textos de diferentes autores se recuperan en la obra de estos chicos que indudablemente crecieron con ella, como público EL QUILMERO vio ese compromiso de vida en los jóvenes autores presentes.
Cierra los prólogos la profesora Barrera: "... Haber encontrado alumnos (que ya no están, que ahora transitan el camino de los adultos, que hayan pensado en dejar sus huellas aquí, en el Normal. Sí, en el Normal. En varias paredes de la Escuela hay murales pintados por ellos. Siempre intactos, prolijos. Dejando sus nombres, año y división [...] tienen pertenencia. Pero había que dejar otras huellas y como ejemplo de ello [...] allá, por el año 2006, en la asignatura Culturas y Estéticas Contemporáneas, los alumnos que cursaban 3º 4º debían realizar una tarea y el tema era 'La Historia del Cementerio de Quilmes'. Fueron inducidos y orientados para que esta investigación pudiera ser plasmada (y en este caso) en un cuaderno. Sé que trabajaron arduamente en la escuela y fuera de ella, que no había horarios para buscar la información. Sacaron fotos, se documentaron. Fue una suerte, ver los resultados y que se concretaran..."
Trabajaron en este proyecto. María B. Berlari, Valeria T. Bevegni, Celeste Cottet, Sandra J. Farías, Jesica M. Giordano, María B. Invernizzi, Analía S. Juárez, Tatiana C. Lescano, Magalí R. Marín, Carla M. Mignuelo, Nadia Ortega, Daiana Y. Pereyra, María L. Scalise, Yanina Spadavecchia, Natalia S. Zanetti, Marianela S. Zoino, Alicia Wanda, Leonel D. Custillo, Ignacio A. Durañona Frías, Matías G. Fossatti, Daniel Lepera, Alejandro Prom Damiani y Cristian C. Zárate.
El pasado 20 de diciembre en la Escuela Normal se presentó este "Cuaderno-libro" con la presencia de sus autores y toda la Comunidad Educativa involucrada.
Este logro final de un próyecto áulico nos trae el rumor pasado de experiencias similares, construidas en el aula; proyectos sencillos pero significativos y motivadores, que a lo largo de los años recuperamos en la vida adulta de aquellos que fueron nuestros alumnos.
En el mes de noviembre fuimos a la presentación de otra proyecto de aula al Instituto Eduardo L. Homberg pergeniado por una notable docente, la profesora Nilda Ramos, trabajo que dio como resultado el libro "Nuevos aportes a la historia de Quilmes - La comunidad alemana". Entonces reflexionamos: éste último, un trabajo de alumnos de escuela privada, el otro, "De cuando habla el silencio", de alumnos de escuela pública. Salvo la edición en nada difieren pues los objetivos y los logros son los mismos.
La escuela pública, tan vapuleada años atrás por el neoliberalismo con su prensa tilinga, demuestra que reúne la mismas condiciones que las privadas con la categoría de docentes con pasión por su tarea, que despiertan en los alumnos el interés y el gusto para concretar estos proyectos; siempre con el acompañamiento responsable de las familias que les delegan con confianza la formación integral de sus hijos.




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