“En el pasado se encuentran aspectos irreversiblemente superados, es posible localizar otros que de alguna manera siguen gravitando significativamente, lo que por otra parte contribuye a comprender la época actual y cuidadosamente analizada, proporcionan criterios indispensables para que los modelos de cambio que se proyectan hacia el porvenir resulten realistas y fecundos”[1] Este pensamiento del Profesor Juan Carlos Lombán es recurrente en mi mente al pasar por distintos puntos del distrito de Quilmes.
EL CAPITAL SIMBÓLICO
Las potencialidades de una comunidad se encuentran en la combinación de todos los recursos que la componen: humanos, de infraestructura, comunicacionales, económicos, organizativos, de patrimonio cultural, etcétera. El distrito de Quilmes se encuentra cómodamente situado entre los 30 distritos más antiguos de nuestro país y seguramente entre los 5 distritos con mayor cantidad de investigaciones sobre su historia.[2]
Muchas de esas investigaciones son reveladoras conjunciones de datos que nos enseñan un pasado remoto, pero de ninguna manera ajeno.
La historia formal de Quilmes tiene el 1666 como año de inicio, al producirse el asentamiento forzado de los Quilmes, hace ya 346 años. Dentro de esa frondosa historia, para muchos vecinos, el aporte más antiguo del actual oeste quilmeño se remonta solamente hasta la época de Juan Manuel de Rosas y de su propiedad conocida como “Las Higueritas”, 1815 aproximadamente. Sin embargo, y como resultado del trabajo de investigación, descubrimiento y rescate llevado adelante por el Profesor Víctor Gabriel Gullotta[3], sabemos de la existencia de un hecho anterior y que más allá, de su carácter entre privados da cuenta de un elemento convencional trascendente para nuestra historia.
El acto de dividir el espacio en propiedades realizado por Juan de Garay (24 de octubre de 1580) significa, el comienzo de la administración territorial y el efectivo poder sobre los mismos, aunque en un principio y en muchas ocasiones no se realizara una posesión presencial de las mismas.
A mediados del siglo XVIII, la interminable llanura con leves ondulaciones y algunos arroyos, complicaba la delimitación de las propiedades que se encontraban en el actual Gran Buenos Aires. Sumado a esta dificultad geográfica, debemos decir que era más que significativo el interés para que las propiedades posean acceso a las aguadas, a fin de que las mismas hidraten a la reciente actividad ganadera.
Esta situación obligaba a establecer puntos convencionales para delimitar las propiedades. El Profesor Gullotta rescató del olvido, la existencia del hito, conocido como “Mojón de los Quilmes”, que al menos data de mediados del siglo XVIII y que se ubicaba sobre la Avenida Donato Álvarez, aproximadamente entre las calles 820 y 814, y que fuera el punto de referencia para demarcar las propiedades que aquí se encontraban durante varios siglos. La dificultad en definir el punto exacto donde se encontraba el Mojón de los Quilmes, radica en los argumentos expuestos en el párrafo anterior. Este interrogante, hoy bien puede resolverse con un minucioso estudio de los documentos existentes y precisos instrumentos de medición operados por especialistas en estos campos, sumando un nuevo atractivo histórico al Partido de Quilmes.
UN HITO HISTÓRICO
Los Quilmes y Acalianos, procedentes del Noroeste de la Provincia de Tucumán, vinieron forzados a nuestras tierras y fueron sometidos bajo un régimen feudal en un área que comenzaba sobre la barranca 3,5 Km. paralelo al río y 7 Km. tierra adentro, por lo que la hoy Avenida Donato Álvarez era el límite Oeste. En el vértice sudoeste de esa extensión se levantaba el mojón, el cual tomaba el nombre de la comunidad humana más cercana. Cabe recordar, que al Oeste de la avenida Donato Álvarez comenzaban las propiedades denominadas trascabezadas, propiedades que se repartieron luego de realizado el Garay. Con el tiempo y en plena era del cuero conformo junto a la Avenida Charcas del vecino Partido de Almirante Brown el recorrido conocido como “Camino de las Tropas” por el cual se arreaba el ganado procedente de la zona de San Vicente hasta los mataderos.
El Mojón de los Quilmes es el punto geo referencial más antiguo ubicable en el Oeste del actual Partido de Quilmes. Los documentos que verifican la existencia y efectiva utilización del mojón son al menos tres escrituras[4]:
· La compra, de fecha 17 de febrero de 1773, en la cual Don Félix de la Cruz otorga al Convento de San Francisco, ante la presencia del escribano Don Francisco Javier Conget, un pedazo de tierra en el Pago de la Magdalena, en el paraje que llaman La Cañada de Gaete.
· El 17 de enero de 1817, Pedro Rubio compra la propiedad del Convento de San Francisco, ante la presencia del escribano Francisco Javier Conget.
· El 11 de agosto de 1817, Manuel Alejandro Obligado compra la misma propiedad a Pedro Rubio, ante el escribano Mariano García Echaburu.
Por lo expuesto debemos considerar al Mojón de los Quilmes como trascendente elemento en la vida del Quilmes colonial, siendo un elemento representativo de la forma en que se dividía el suelo que hoy habitamos. Este hallazgo se realza al tener en cuenta que la zona sobre la cual se halla, el barrio apenas supera los 60 años.
EL MAGNETISMO DE LA HISTORIA QUILMEÑA
Puede que el estudio de historia local parezca un exclusivo y extemporáneo pasatiempo para algunos sectores de nuestra comunidad. En lo personal me ocurre que el lugar donde vivo me seduce y soy conciente de la disponibilidad de elementos que pueden asistirme a saber ¿Cuál es el atractivo? ¿De donde proviene? Esos elementos disponibles son:
· Poseemos un variado y extenso fondo bibliográfico, al que se puede acceder revisando de cualquier biblioteca, los anaqueles de historia (Craviotto, Levoratti, Otamendi, Salustio, Sors, entre otros); como así también los de Artes Plásticas (Carlos Morel y Julio Fernández Villanueva) y los de Narrativa (Guillermo Enrique Hudson, José Antonio Wilde, José Andrés López). Actualmente, Luis Gerardo Barbieri se encuentra trabajando en su tercer libro sobre la ciudad de San Francisco Solano.
· Durante el año pasado la Ejecución de dos proyectos educativos que tienen un evidente anclaje en la comunidad (la escuela saliendo en forma concreta de las aulas), abordando temáticas de la realidad. Como es el caso del Colegio Alemán Eduardo Holmberg en el que los estudiantes realizaron un trabajo de investigación sobre la inmigración germana en nuestro distrito, que se corporizó en la edición del libro Nuevos Aportes a la Historia de Quilmes, La Comunidad Alemana[5]. Cabe destacar que el libro es el producto de la continuidad de la investigación de una división que comenzó otra anterior que había egresado. El otro proyecto se ejecuta en San Francisco Solano, la comunión se produjo entre la Escuela Técnica Nº 3 República de Italia y la Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi. Donde vienen llevando adelante el proyecto denominado Historia Visual y Relatos de Solano, que incluye entrevistas a pobladores, la digitalización de fotos y de la hemeroteca de la Biblioteca Popular. Para entender la magnitud de este trabajo debemos tener en cuenta que la biblioteca popular Alberdi es la única poseedora de la colección de los primeros diarios solanenses que se publicaron desde comienzos de la década del ´50.
Evidentemente el ambiente local se encuentra predispuesto hacia el desarrollo de la historia como identidad municipal. Tenemos muchas chances de posicionarnos en el imaginario colectivo como el distrito histórico por excelencia de la Provincia de Buenos Aires.
Retomando las palabras del principio donde se señala a Quilmes como una de las ciudades que posee su historia mejor documentada podemos decir, que esto se debe a la gravitación que Domingo Faustino Sarmiento tuvo sobre la ciudad, influencia que encuentra un hecho concreto en la fundación de la biblioteca pública que lleva el nombre del prócer. Que sumado al trabajo de la biblioteca populares conforman una fuente de información invalorable. En esta misma línea se encuentran hemerotecas privadas valiosísimas, como la del diario “El Sol”. La actividad de los investigadores que acuden a estos lugares trabajando en distintas facetas. Editoriales locales que publican estos trabajos, el año pasado la editorial Tiempo Sur editó tres nuevas publicaciones, ellas fueron: Ezpeleta, Aportes para su Historia[6] escrito por Claudio Schbib; dentro de la Colección Cuadernos de Identidad La Colonia de Valerga. Historia Social del Segundo Barrio de Quilmes 1874 -1974[7] de Héctor Chalo Agnelli; y el ya mencionado Nuevos Aportes a la Historia de Quilmes, La Comunidad Alemana del Instituto Holmberg. Respecto a los dos primeros libros, se debe mencionar que se trata de las primeras investigaciones dedicadas exclusivamente a esas barriadas, que no es menor.
Estos ejemplos me llevan a pensar que el describir de anticuada la historia es sólo una apreciación personal de quienes aún no se han contagiado el mal del sauce.
Colaboración del historiador solanense Juan Corvalán.
NOTAS
[1] Lombán, J. (2003), Nueva Historia de Quilmes. 3º Edición. Quilmes: El Monje Editor.
[2] Consultar bibliografía en elquilmero.blogspot.com
[3] Gullota, V. (1994), San Francisco Solano: una historia para contar. Quilmes: El Monje Editor.
[4] Estos documentos se encuentran el Archivo General de la Nación.
[5] Holmberg E. Instituto (2011), Nuevos Aportes a la Historia de Quilmes. La Comunidad Alemana. Quilmes: Editorial Tiempo Sur.
[6] Schbib, C. (2011), Ezpeleta, Aportes para su Historia. Quilmes. Editorial Tiempo Sur.
[7] Agnelli, H. (2011) La Colonia de Valerga. Historia Social del Segundo Barrio de Quilmes. Colección Cuadernos de Identidad II. Quilmes: Editorial Tiempo Sur
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