CARLOS VEREECKE
Técnico
jardinero de origen belga. Fue un jardinero científico, educado en la
práctica bajo la dirección de los horticultores Van Hauten de Gante y
Van Geert, de Amberes, ciudad al norte de Bélgica. Fue enviado por uno
de ellos a Guatemala en busca de orquídeas, para los afamados
establecimientos hortícolas belgas. De algún modo en los vericuetos de
ese viaje llegó al país en 1855, y dos años más tarde fue contratado por
José Gregorio Lezama para diseñar el parque de su quinta en el barrio
de San Telmo, recién adquirida. Quinta y parque que tuvieron gran fama
por su belleza y el afán hortícola de su propietario, quién se
encontraba entre los más entusiasta introductores de especies exóticas.
Luego
pasó a la estancia "San Juan" de Leonardo Pereyra (1834 - 1899) a fin
de delinear el parque donde germinaron las primeras semillas de
"eucaliptus globulus" que introdujo Sarmiento 1858, y donde hoy
prolifera la más variada gama de las especies arbóreas.
Carlos
Vereecke fue el iniciador del hoy conocido como Parque Lezama, y a
través de su vivero, como lo sería más tarde con el vivero de Pereyra,
también fue proveedor de especies exóticas para uno cuantos parque más.
Algunos
historiadores, como Eduardo Olivera, afirman que fue estando allí que,
en 1858, Vereecke recibió de manos de Domingo F. Sarmiento las semillas
de eucaliptos procedentes de Australia. Y que luego se hizo el acta del
17 de octubre de 1875 en la estancia San Juan Un día después que el
sanjuanino visitó el parque de Lezama y se maravilló del la prodigiosa
maestría de Vereecks.
Efectivamente,
en 1961, fue contratado por Leonardo Pereyra para el proyecto forestal y
paisajístico que había comenzado y deseaba expandir, Con su ingreso al
establecimiento “San Juan” se da inicio a los bosques de eucaliptos de
los actuales Parque Provincial Pereyra Iraola y el Paseo del Bosque en
la ciudad de La Plata. El vivero “San Juan” con Vereecke a cargo pasó a
ser el mayor impulsor de eucaliptos y otras especies exóticas
introducidas en su tiempo y extendías por todo el país.
Eduardo
Olivera se refirió a él cómo “el inteligente jardinero” y en su
necrología lo menciona como “Jardinero de profesión, científico”. Luego
de su fallecimiento en 1877, Leonardo Pereyra dejó que su viuda,
Petronila Singermand, viviera en su casa de “San Juan” por el resto de
su vida; la casa llevaba a su nombre grabado en la fachada, sobre su
puerta de entrada y aún hoy se reconoce a ésa casa y sector del Parque
Provincial por su nombre: “Vereecke”.
Chalo Agnelli
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