Crónica Chalo Agnelli
El martes 10 de setiembre, en vísperas del Día del Maestro y la Maestra, en el Instituto Santa María,
del barrio La Florida, se realizó un homenaje a una docente que cumplió 62 años
en la incalculable misión de educar. Cesira Menichelli de Perelló dio largos
años de su vida a ese barrio quilmeños, durante 13 años como directora de la vecina
escuela Nº 45 y desde su retiro y durante 24 años en esa institución que fundó
junto a su esposo Oscar Eduardo Perelló.
Precisamente en el
gimnasio que lleva el nombre de su compañero, que también fue un trabajador de
la educación, se congregó toda la comunidad educativa para celebrar la Educación
en la persona de esta maestra, coincidiendo con la conmemoración del 125º
aniversario del fallecimiento de don Domingo Faustino Sarmiento, a quien se
refirió Susana Espósito, maestra de la institución.
Se hallaban presentes las inspectoras del nivel primario y
secundario de la DIPREGEP (Dirección Provincial de Educación Gral Escuelas
Privadas); colegas que egresaron con ella del magiesterio: María Teresa Sittig,
Elena Beatriz Porfiri, Amelia Garbini, Nelly Pérez y Elena Buzón; además quienes
fueron sus maestros durante los años que estuvo al frente de la escuela Nº 45;
ex alumnos de todas las épocas; vecinos que integraron la cooperadora; familiares
y amigos.
La señora de Perelló manifestó. “Es buena ocasión para reconocer y agradecer a esas personas que han
estado conmigo en el aprendizaje y no solo de los libros sino de la vida. Quiero
agradecer a todos los maestros que han dejado huella en mí. Esos que día a día me
acompañaron en el proceso de educar. No hice más que lo que me correspondía cuando
elegí esta profesión e intenté hacerlo lo mejor posible …”
Instituto Santa María, ubicado en la Calle 880 de Villa La
Florida - un barrio que cuenta con 87 años de existencia – nació hace 30 años
con un jardín de infantes, cinco años después se creó el nivel primario y el
nivel secundario ya tiene 18 años.
TRAYECTO DE UNA VIDA
Nació el 11 de junio de 1932, en Berazategui - cuando aun
ese partido integraba Quilmes -. Sus padres eran de origen italiano. Hizo la Primaria en la Escuela N° 1, viviendo
en la esquina de las calles Rivadavia y Alvear Fueron sus maestras
señeras, entre otras, Victoria Rosa
Cairo, Nelia Arroyo, María Ester Llull.
En 1950, se recibió de maestra en el Colegio San José -
conserva un entrañable recuerdo de la renombrada señorita Baca - Fue la promoción que pasó por aquella breve
experiencia de cursar seis años para obtener el título de Maestra, por lo cual,
luego les dieron el de Maestra Normal Nacional, que incluía el de Bachiller.
Ejerció tres años en ese mismo colegio donde se formó. En
1956 comienza a trabajar en la administración estatal: la N°10, la N° 29, hasta que en 1957 la
titularizan en la N°
14 de Ezpeleta.
En 1972, la convocan para crear la Escuela N° 69 construida
por el Banco Hipotecario para la comunidad que había comprado lotes y estaba
levantando sus casas con préstamos de esa Institución, en el barrio que
llamaron Villa Nueva Argentina.
Junto con la inspectora Sra. Hebe Arrieta comienza la
ímproba tarea de convocar, inscribir e iniciar otra oportunidad educativa. Sólo
fue un año, pero fue providencial para que en el futuro reiterara la historia
desde otros parámetros.
En 1976 ingresa como directora por concurso en la Escuela N° 45 del barrio
La Florida,
donde permanecerá trece años. Conduciendo y sosteniendo una de la Instituciones que en
un momento llegó a tener cuarenta y dos secciones; junto con la N° 2, la N° 4, y la N° 80, fueron las de mayor matrícula y secciones del Distrito
de Quilmes. Al punto que llegó a tener dos vicedirectores, momento en que el
autor de estas páginas pasara de maestro de grado a acompañar a la señora de
Perelló en la conducción junto con la Sra. Ana María Ambrosi.
Sabemos, los que transitamos por muchas escuelas, que las
instituciones de esa envergadura humana exigen para un armónico y productivo
desarrollo personalidades de la energía, el empeño y la pasión que manifestó a
lo largo de su carrera esta docente. Y esto, lamentablemente, no siempre es
apreciado por todos, pues cuesta mucho comprenderse en las exigencias de la
gestión, cuando se esta demasiado constreñido por los propios límites. Y los
directivos deben completar su función asumiendo como propios los imponderables
que traza cada historia institucional, sus contenidos humano y material, las
expectativas que la comunidad tiene
depositadas; y todo sin dejar que se escape de las manos lo específico que es Educar. Y esto fue un logro de Cesira
Menichelli como directora de la 45.
Estuvo al frente de esta escuela hasta su jubilación el 31 de agosto de 1989. Después de 33
años de servicio. Que de todos modos no significó un corte a su vocación ya que
en 1983, creó con su hija María Rosana
Perelló, un Jardín de Infantes - que llenó un vacío en la comunidad de La Florida, “La casa de los
enanitos”. Pocos años después la iniciativa crece con el Instituto “Santa
María”, del que fue directora del nivel primario hasta que cedió la gestión a
su hija, permaneciendo como administradora.
Publicó trabajos específicos en la Revista de Educación, en
épocas que la conducía el profesor
Salvatierra y un documento sobre “La
deserción escolar en la
República Argentina”.
La señora de Perelló acompañó su energía educadora en otros
trabajos en la cultura para Quilmes y, especialmente, para el barrio La Florida, donde es una
personalidad relevante. Integró el Centro de Intelectuales de la Provincia - que
dirigiera durante muchos años la señora Sara Sastre -, fue miembro de la Comisión de Educación en la Asociación Banco
Credicoop y de la Unión
de Docentes Argentinos Jubilados (U.D.A.J.) Todos los años, tiene a su cargo la
organización del Certamen de Teatro Escolar para las Olimpíadas Federales de la Cámara de Enseñanza Privada
de la República
Argentina. Institución que en el año 2002 le dio el Premio
Excelencia Educativa, distinción que se sumó a otras como la otorgada por la
comunidad de La Florida,
nombrándola “Mujer destacada de La
Florida”. También fue nominada para el Candil
Quilmes por su trayectoria docente.
A los 81 años, dice la Sra. Cesira “No parece una vida interesante la mía”.
La vida de los educadores no resulta interesante por la magnitud y la
contundencia de los sucesos que la transcurren, sino por lo que transfieren y
lo que dejan en otros y en la historia de una comunidad -
en este caso Villa La Florida
- de un país todo, de la Cultura, que no
es un espectáculo, la Cultura es una actitud.
¡Son tantos los “cada
día” con sus eventualidades; los “año
a año” con sus imponderables; esas situaciones que van haciendo una
Carrera, un Avatar, en ese montón de vidas ajenas sobre las que se deja, en unos,
una pequeña, en otros, un gran rasguño indeleble, pero transformador!
Crónica Chalo Agnelli
Biografía tomada del
libro “Maestros y Escuelas de Quilmes”
Ed. Jarmat, 2004.
1 comentario:
Hola Marìa Cesira.Después de tantos años, permanece en mí tu recuerdo Me sucede con las personas excepcionales por su calidad humana.y tú perteneces a ese corral, tan escaso. Contarte mi vida e menos importante que la tuya. Mi audacia me llevó a habitar mi tierra catalana, durante demasiados años, desarrollando no obstante, una carrera literaria pródiga en esfuerzos. Mis libros abarcan varios temas. Muchos de ellos son biografías sobre los temas que conozco a fondo. La argentina de Perón es uno de los principales, otros temas son novelados y sujetos a controversia, aunque siempre abordando el flanco humano de mis personajes.Ahora vivo con mi tercera esposa en Brasil. Mi primer metrimonio fue fallido. Durante el siguiente enviudé enviudé. Y este tercer turno resultó el más feliz. Mi mujer, María Aparecida Da Silva, fue durante años profesora universitaria (es doctora especializada en Literatura, y creadora de la cátedra correspondiente en literatura hispanoamericana
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