LAS CHACRAS
“LA MATERNA” Y “LA BELLA VISTA” DE ROBERTO
NALDER CLARK En
el actual Quilmes Oeste, donde hoy está el supermercado Jumbo, específicamente,
había una finca frutícola “La Excelcior”, de 30 ha, desde Calchaquí, hasta
Avda. La Plata
y desde la calle Gutiérrez hasta Craviotto, propiedad de Roberto Clark, un
anglo-quilmeño descendiente de Robert Nalder Taylor que asociado con Juan Isidoro (o Isidro) Clark, instaló
uno de primeros empresario de saladeros que hubo en la zona sur; “Pertenecían al grupo de paisanos que (Agustín)
Wright convocó a partir de 1789, para instalarse con fábricas de carne salada
en la Ensenada
de Barragán. Lo siguieron los Staples y los Mac Neal. Luego, el francés Pedro
Duval se asoció con Juan Isidoro Clark con dicho fin.” [1]
Roberto
era hijo de Juan Clark Watson, quien en 1855 fue electo municipal por sufragio,
en las primeras elecciones que se realizaron para crear primera corporación
municipal después de la supresión de los Cabildos en 1821.
Juan
Clark vendió a la municipalidad las tierras donde hoy se halla el cementerio en
Ezpeleta y creó el cementerio disidente en tierras por él donadas, como señala
un monolito que se halla a la entrada de dicha necrópolis.
|
Roberto N. Clark |
En
sus establecimientos saladeriles, al surgir la conservación en frío,
[2] se dedicaron a la industria agro-ganadera. En
La Materna y la Bella Vista tuvo
extraordinaria pujanza la producción frutícola
.
Roberto N. Clark heredó esos campos. La Bella
Vista estaba a la altura de la Avda. Calchaquí y Gutiérrez
hacía el NE, que algunos confunden con la fonda “La
Bella Vista” de Luis Arribas, que se hallaba en la avenida
Calchaquí y Triunvirato, esquina NO, uno de los edificio más viejos de Quilmes,
de dos plantas asentado en paredes de barro de 60 cm de espesor con almacén
al frente, despacho de bebidas, cocina, dependencias y 8 habitaciones en el
piso superior. El vivero Excelsior y La
Materna, fueron las 41 hectáreas
originales de Roberto Clark, de las cuales, como se verá, 29 ha compra luego el Sr.
Lamoglia.
El
periódico La República de
(circa) 1923, se explaya ampliamente sobre Roberto, último dueño de La
Materna: […] “El
señor Roberto N, Clark [3] fue un técnico en el verdadero sentido del
vocablo. Técnico formado en el yunque de labor y que, dotado de un alto
espíritu de iniciativa, continuó mejorando y seleccionando constantemente los
trabajos iniciados por sus antecesores, los emprendedores hermanos Juan y Eduardo Clark, arribados a nuestras playas hace
aproximadamente un siglo.
|
Casona que fue de la familia Clark, luego de la familia Ctibor y finalmente Escuela Normal Nacional de Quilmes (ISPN°104) |
El señor Roberto Clark era argentino,
nacido en Quilmes el año 1848 y en ese mismo punto donde poseía un
establecimiento modelo dedicado a la arboricultura inició sus trabajos para el
mejoramiento de frutas en general, especialmente de duraznos y ciruelos,
Empezando sus ensayos en la quinta La Materna de su propiedad […]
De un
artículo que tenemos a la vista, escrito por el extinto señor Clark
entresacamos las siguientes líneas: ‘
Como
no fuera posible conseguir las variedades requeridas en el país, entablé
correspondencia con los productores famosos en países extranjeros consiguiendo
reunir en los primeros años un número considerable de las variedades reputadas
excelentes en California, Australia, Nueva Zelanda y Colonia del Cabo, las que
se cultivaron con esmero hasta producir sus frutos; luego descartando las
inferiores, retuve, solamente las adecuadas a nuestra tierra, clima y
necesidades de plaza. He continuado este método con perseverancia hasta el
presente, consiguiendo así los mejores frutales a mediada que los expertos como
el afamado Burbank, [4]
llamado `El brujo de la naturaleza’ y
otros dan a conocer los maravillosos resultados de sus estudios y
descubrimientos…’ […]
En la propiedad
que fue del señor Clark en Quilmes, existe una colección de más de 150
variedades y clases de frutas. Los montes permanentes para la producción de
frutas alcanzan a 20.000 árboles en una extensión de 35 hectáreas y su
producto en el pasado año (1919) a 135.000 kilos que es el resultado en años
normales. En el concurso y exposición de frutos organizado en 1919, le fue
otorgado medalla de oro por la presentación suficiente estimulo para hombres
que, como el extinto señor Clark han seleccionado, estudiado y combatido con
éxito por espacio de medio siglo las diversas plagas que como cortejo lógico
del excesivo refinamiento, atacan a las plantas frutales […]
Los herederos del señor Clark tienen en el
partido de General Villegas un establecimiento de campo importantísimo por su
extensión, por la cantidad y calidad de las haciendas que los pueblan. Se
compone ‘La Providencia’ [5] que así se denomina el
establecimiento, de 2.200
hectáreas, más o menos, prolijamente alfalfadas,
divididas en 24 potreros y en ellos una cantidad de hacienda que alcanza a
2.000 vacunos Durham, 500 lanares Rambouillet y 120 yeguarizos de raza
Clydesdale. El establecimiento fundado por el finado señor Roberto N. Clark en
1880, tiene como linderos a los señores Chavarri, E. Clark, Drabble y otros y
está dotado de casa habitación escritorio, casa para peones, galpones para
toros, etc. La producción de leche se expende para lecherías. Fue
el señor Roberto N. Clark, Juez de Paz y Concejal de Quilmes; perteneció
además a la Sociedad Rural
Argentina, Confederación Argentina del Comercio, la Industria y la Producción y Asociación
Protestante de Quilmes.
Fue casado con la distinguida señora
Enriqueta Hilliard [6]
argentina y de este matrimonio existen ocho hijos de uno y otro sexo. Culto e
instruido, viajó por diversos puntos del viejo continente.
Séanos permitido, para terminar,
recordar que el señor Clark fue el primero en enviar fruta argentina a
Inglaterra remitiendo a ese país dos o tres remesas de duraznos de su
producción, los que fueron vendidos en el mercado de Covent Garden de Londres,
al excelente precio de dos pesos oro por docena…”
Roberto Clark murió el 12 de noviembre de 1909 a los 86 años. Fue su
medianero Vicente Chinelli, seguido
por sus hijos, hasta que los descendientes de Clark vendieron la propiedad en
1920.
Don Roberto Chinelli, descendiente de los Chinelli medianeros de don Roberto Clark, en su rosedal de la Av. Calchaquí y la calle Luisa Bertana.
EL HORNO “LA
QUILMEÑA” Y OTROS La actividad industrial iniciada por la Cía. Otero en tierras
de Risso, la siguió Hugo Redlich &
Hnos. con la razón social “La Quilmeña”. Se
ingresaba por la calle 12 de Octubre, más o menos a la altura de Bernardo de
Irigoyen.
Cuenta don Manuel Ales, que los Redlich, en 1888, sacaron
por encargo municipal los eucaliptos de la plaza principal (hoy San Martín)
para utilizar la leña para su horno a un costo de $ 0,50 cada planta. Fue a
partir de ese año que la Cervecería Argentina Quilmes
comenzó a plantar los cimientos de su fábrica.
La demanda, con la instalación y constante ampliación
de la CAQ, había
aumentado mucho y no había leña suficiente para la fabricación de los
ladrillos.
Fueron muchas las empresas de hornos de ladrillos que
se instalaron por esas fechas en La
Colonia y el oeste de Bernal. En la calle República del Líbano (antes Santiago del
Estero), próxima a la avenida La
Plata - según contaba el Dr. Migone – estaba el horno de Domingo
Díaz. Este empresario para transportar los ladrillos hasta la calle Baranda
había extendido vías Decauville junto a la vereda sur de República del Líbano,
que se conectaban con la línea de tranvías 22
a la altura del Cambio Intermedio,
frente al actual Sanatorio Modelo.
En el extremo sur de esa parada a unos 15 m de Rep. del Líbano y del almacén
de Lerda, había una casilla, refugio de madera y chapa, para proteger a los
pasajeros que aguardaban, en caso de lluvia o de solazos extremos.
El 11 de enero de 1908, Domingo Díaz fue autorizado
por la municipalidad para utilizar una pequeña locomotora a vapor, para la tracción
de las “zorras” entre el horno y el
Cambio Intermedio. La locomotora era la atracción de la muchachada de la zona
que se hacía la “rabona” (inasistían a
la escuela) para hacer viajes de colados
en las vagonetas.
LAS LAGUNAS,
CAVAS Y AGUADAS Continúa su
relato recogido de la historia oral el Prof. Manuel Ales, refiriéndose a las
lagunas o aguadas. Eran excavaciones para obtener tierra para la fabricación de
ladrillos, que con las reiteradas lluvias propias de la zona, no tardaron en
transformarse en verdaderas lagunas. La más renombrada era “La Laguna de
Risso”, en las tierras de Celestino Risso, ubicada, aproximadamente, desde
Bernardo de Irigoyen a Vicente López y de la calle Perón a Corrientes. Allí comenzaba
la quinta de Fornaroli que tenía un gran depósito de agua en la esquina de Corrientes y Sáenz Peña
utilizada para regar sus cultivos a través de acequias.
Otra
laguna, también en los terrenos de Risso, estaba junto a la calle 12 de Octubre
entre Bernardo de Irigoyen y M. Quintana, 20 metros hacia el norte.
Como llegaba hasta la casa de la familia Celasco, se la conocía como “La Laguna de Celasco”.
La tercera era “La Laguna de Rivas y Montaldo” ubicada,
aproximadamente, desde Baranda hasta Larrea y desde Primero de Mayo a B. Pérez
Galdós.
En la manzana comprendida entre las calles
Rodolfo López, Andrés Baranda, Bombero Sánchez y T. de Alvear se formaba una
laguna con las aguas que, después de las lluvias, venían de la zona que hoy es
Villa Armonía. Esta propiedad acuática era de la familia Giaimo, por esto la
llamaban “La Laguna
de Giaimo”.
Investigación Prof. Chalo Agnelli
Docente, escritor, historiador y bibliógrafo
Autor del libro arriba mencionado de donde se tomó
este texto.
FUENTES
Agnelli, Héctor. "La Colonia de Valerga - Historia
Social del Segundo Barrio de Quilmes - 1874/1974 – Historia social del segundo
barrio de Quilmes" Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2010
VER
1ª nota LA COLONIA. ORIGEN CATASTRAL. LOS PRIMEROS
CHACAREROS
2ª nota LA COLONIA - EVOLUCIÓN CATASTRAL E
INSTITUCIONALIZACIÓN
3ª nota LA COLONIA - LA CHACRA DE RISSO Y EL HORNO DE LADRILLOS DE
ONETTO - LOS RISSO
4ª nota LA COLONIA - LA CONTAMINACIÓN EN UNA LAGUNA PRÓXIMA A LA ESTACIÓN - 1881
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