En cada vecino los pueblos tienen acervos de su
microhistoria y EL QUILMERO es un provocador que despierta recuerdos - a veces
desde la nostalgia - y aviva la memoria de lo pasado y de lo recientemente
pasado.
Las consecuentes notas que esta página ha dedicado a la
figura de uno de nuestros máximos prohombres que refundaron un pueblo a partir
de mediados del siglo XIX, con el paradigma que establecían nuevos tiempos, ocupó
la evocación de algunos quilmeños y obtuvimos del señor Juan Carlos
Passalent esta información.
EL PASADO RECIENTE
Texto y fotos gentileza de. Sr. Juan Carlos Passalent
Las fotos adjuntas pertenecen a una fracción de la propiedad
que antaño perteneció al Dr. Wilde. Dicha fracción se encuentra en la calle 25
de Mayo entre Paz y Pringles, vereda impar.
Actualmente, se encuentra dividida en cuatro parcelas de las cuales, en
solamente una, se conservan restos de la construcción “original”. En el resto
de las parcelas, se han demolido en distintos tiempos del siglo XX dichas
construcciones para dar lugar a nuevas viviendas (en la década del 40, del 80 y
del 90 respectivamente)
Las fotos pertenecieron a la casa que mi padre compró en el
año 1943 y en la cual habitó hasta el año 1987.
Estos datos que aporto, fueron dados a conocer por el Sr.
Manuel Ales en el año 1967 cuando se colocó una placa que rememoraba el hecho
que el Dr. Wilde hubiera vivido allí hasta el momento de su muerte. De más está
decir que dicha placa fue hurtada hace mas de 20 años...
La construcción original que luego dio lugar a la Escuela N°
19, tenía el formato de “U” dejando al frente un espacio que ocupaba un patio,
el cual contaba con un aljibe y un árbol plantado por los alumnos de la escuela
en la década del 1910 a 1920. Este testimonio fue legado por una de las alumnas
que estaba presente en el momento en que dicho árbol fue plantado, la señorita Julia Cendoya, vecina del
barrio.
Las fotos adjuntas pertenecen al árbol (década del 90), de
las baldosas del patio, y de los mármoles que revestían el aljibe. El árbol, el
patio y el aljibe se encontraban dentro del lote adquirido por mi padre en 1943.
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Vista de frente. A la izquierda, construcción de la década del `40. A la derecha, construcción de la década del `80 (foto gentileza Juan Carlos Passalent) | | |
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Vista interior de un pasillo de la casa en donde se pueden observar las puertas originales y las paredes de época. El piso en damero, no pertenece a la época de la escuela (foto gentileza Juan Carlos Passalent) |
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Vista del patio de baldosas original, que rodeaba al árbol (foto gentileza Juan Carlos Passalent)
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Mural confeccionado con las piezas de mármol que revestían el aljibe. Existe en la actualidad y se encuentra en la nueva propiedad construida en la década del `90, conservado como memoria histórica. Como se observa se ha coronado el mural con baldosas rescatas del patio que circundaba el árbol (foto gentileza Juan Carlos Passalent) |
MÁS MEMORIAS DEL PASADO
En el capítulo 18 de la biografía del Dr. Wilde, autoría de quien suscribe, bajo el título "LA CASONA", se da una somera descripción obtenidas de don Francisco Marchese y de doña Josefina H.
Yori B. de Tiscornia (ex Vda. de Agnelli), de 90 y 94 años de edad respectivamente, en el 2008, únicos
ex alumnos sobrevivientes que cursaron la escuela primaria en esa casona entre
los años 1918 y 1924. Esta última vecina recibió datos de su abuela materna misia Juana
María Cabrera, maestra que asistía a la casona del Dr. Wilde en las jornadas de
divulgación, actualización y perfeccionamiento que ofrecía él mismo con su Silabario Argentino.
LA CASONA LA VICTORIA
Vivió en una hermosa propiedad de cuatro
solares (457; 458; 459 y 460), una manzana, comprendida entre las calles 25 de
Mayo (antes Colón y Nº 22), Pringles, Brandsen y Paz y bautizada "La Victoria"; ese era el nombre de su esposa y sobrina, Victoria Wilde de Wilde.
“Frente a la calle 25 de Mayo se hallaba
la casona bautizada "La Victoria", en forma de U, de estilo italiano, con portones de hierro en los
extremos y pared con rejas entre ellos. Enteramente revocada y encalada. Los
dos extremos de las alas laterales con ventanas balcón comenzaban en la línea
de la vereda, totalmente enladrillada, de un metro de ancho. A un lado a la izquierda, (mirando hacia
la casa) había otro gran portón de hierro forjado para carruajes que conducía a la cochera y
caballeriza.
Los tres frentes estaban guarecidos por una
galería de unos dos metros de ancho enladrillada que recorría el contorno de la
casa de nueve habitaciones.
En el patio, punto central de los tres
cuerpos, había un aljibe de mármol travertino italiano. Las alas laterales tenían un largo de 15 metros con tres habitaciones
cada una, con sus puertas dobles hacia la galería, adornada con macetones y
tinajas. Las columnas de la galería estaba enlazadas por glicinas y jazmines de
país. El cuerpo central, de 10
metros, tenía un amplio salón de recibo al que se llegaba por la puerta
principal de la casa, a la izquierda de este un gran comedor y a la derecha una sala
que luego fue la redacción de ‘El Progreso’. Estos tres ambientes estaban
divididos por altas puertas de cuatro hojas vidriadas. En la tercera estaba el
preciado piano de Victoria que, cuando allí se instaló la redacción e imprenta (el 10 de agosto de 1873) pasó al salón principal.
Estas tres habitaciones tenían puertas hacia una galería posterior más angosta,
un metro y medio, donde la familia transcurría las tardes de verano. En el
extremo izquierdo de esta galería se hallaban: el cuarto de aseo (baño)
con una caldera de hierro, la cocina con puerta hacia el NE, frente a la que
estaban: la despensa, la leñera y otras dependencias de servicio.
Junto a estos cuartos, a pocos metros
separada de la casa, la cochera y caballeriza con techo de chapa acanalada a
dos aguas y las letrinas. Los portones de la cochera de madera rústica estaban siempre
abiertos y daban hacia la calle 25 de Mayo.
El consultorio de Wilde se hallaba en la primera
habitación del ala derecha con ventana a la calle. De lunes a sábado, abría la
consulta desde las tres de la tarde hasta la hora de la comida.
Allí se encontraba su copiosa biblioteca con
muchos volúmenes, entre ellos, completa, la Enciclopedia Británica,
edición de 1869, que adquirió el Dr. Wilde en 1873 y debió ser la primera
encomienda de libros que viajó en el actual Ferrocarril Roca (ex Buenos Aires-Ensenada, ex Sud) desde la capital hasta Quilmes llegó en dos cajones de
madera rústica, sunchados, llenos de etiquetas y sellos; otros textos tenían
dedicatorias y firmas de Domingo F. Sarmiento, Juana Manso, Florencio y Luis
Varela, Juana Manuela Gorriti, José
Hernández, Gabriel Cantilo, una colección del periódico Argos y de El Progreso, numerosas
cajas con la correspondencia que mantuvo a lo largo de sus años con los hombres
y mujeres de la cultura, de la ciencia y la clase política argentinos y
europeos; además, con sus parientes de Chile, Bolivia, Tucumán, Francia e
Inglaterra. Varios de estos libros fueron donados por el Dr. Wilde, en vida, a la Biblioteca Popular de Quilmes (hoy Pública Municipal Domingo F. Sarmiento) y a otras de distritos aledaños, algunos ejemplares fueron vendidos por su hijo José Antonio, años después, y el resto se distribuyó entre sus descendientes.
[Desafortunadamente no se
conservó ningún ejemplar del 'Silabario Argentino']
"La Victoria" era reconocida por el cultivo de
almácigos de todo tipo de árboles: eucaliptos, yingos-bilobas - que Wilde había
recibido de manos del mismo Domingo Faustino Sarmiento - junto con paraísos,
plátanos, naranjos, membrillos y otros árboles frutales. Sobre todo, las
preciadas varas de boj. La manzana frente a la casa estaba
baldía [corresponde a los solares numerados 460; 461; 484 y 485 en el plano
del agrimensor Mesura] Solo había una construcción humilde sobre la calle Olavarría [en el solar Nº 460] habitada por el pescador Segundo Cabral. El Dr. Wilde
había plantado, con la ayuda del jardinero de las plazas del pueblo don Juan
Galli y con otro vecino de apellido Zanini, algunos paraísos, plantas de flores
y cuidaba que no crecieran yuyos altos...”
Lo mismo que hacía en la
desdibujada plaza "del Regocijo" o "de la Cruz", luego "Tres de Febrero" y que hoy lleva su nombre.
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Aljibe que se hallaba en La Victoria, reconstruido por administradores de la Biblioteca Popular Pedro Goyena en el frente del Centro Cultural Hilda Perata, calle Larrea e/Corrientes y Entre Ríos de La Colonia. Es hexagonal de mármol travertino auténtico, italiano, y se le supone que data de 1868 (circa) |
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Escuela Nº 19, hoy en Ortiz de Ocampo 335 E/Mitre y Alvear |
La casa donde vivió y
murió, como un designio del destino, fue vendida en 1888, y allí comenzó en 1907,
la historia una escuela primaria estatal, la Nº 19, o escuela de Amigo, por ser la
maestra Justa Amigo, la
primera directora. Que mejor destino para la casa
de un hombre que consideró que sólo a través de la educación, hombres y
mujeres, pueden ser libres y forjar su dignidad.
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Alumnos de la Escuela Nº 19 en una de las galerías de la casona que había sido del Dr. Wilde, en una clase de actividades prácticas (Foto de don Francisco Marchese) |
Se puede reconocer el
ideario wildeano en palabras de su sobrino Eduardo: “El mejor, el más seguro y el
menos costoso medio de fomentar la riqueza de una nación es aumentar la suma de
su poder intelectual y moral; y el mejor medio de aumentar las fuerzas morales,
intelectuales y materiales de un país es fomentar el poder educador de la
comunidad.”. Palabras
que incluyen al fundador de la familia en la Argentina, Santiago Wilde (James Wild) y a su hijo menor el Dr. José Antonio Wilde.
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Segunda desde la derecha Josefina H.
Yori B. (luego de Tiscornia y ex Vda. de Agnelli) (Foto de don Francisco Marchese) |
CONCLUSIÓN
Si hoy olvidamos los cimientos y si se olvida a quienes
hicieron los cimientos, el futuro nos lo reclamará. Muchos se habrán equivocado
nuestros maestros, pero a ellos debemos que nos enseñaran a reconocer a nuestros
fundadores. Un pueblo sin identidad, sin sentido de pertenencia es un pueblo
sin conciencia ciudadana.
Gentileza Juan Carlos Passalent
Investigación, compilación y compaginación Chalo Agnelli
1/3/2014 - 2018
FUENTE
Agnelli, Chalo. "Dr. José Antonio Wilde - médico, periodista y educador quilmeño" (1814-1885) Ed. Jarmat. Quilmes, 2008. Pp. 106 a 108.
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