Por Chalo Agnelli
“... pesadumbre de barrios que han cambiado...”
“Las ruedas embarradas del
último organito
vendrán desde la tarde buscando el arrabal...”
“El último organito” de Homero Manzi
La Colonia fue un
barrio de tango que nada tuvo que envidiar a los muy porteños cien del otro
lado del Riachuelo.
El agringamiento,
la mixtura del lenguaje, la vida laburanta,
los apremios de los viejos, cierta libertad y bonanza en los jóvenes, hizo que
germinaran músicos, cantantes y orquestas típicas.
Después de todo, era un arrabal. Más consustanciada con el
Río de la Plata
que ninguna otra ciudad bonaerense, pues allá por 1666 se apoyó en el río para
sostener a ese pueblo desarraigado de
los valles Calchaquíes. Frente al río, y no a su espalda. Río abierto, puerta de inmigrantes, que dio dimensión a
nuestra Argentina. Arrabal y pampa al mismo tiempo. Hoy dos condiciones
extraviadas de la geografía urbana. Y desde el 2 de agoto de 1916, Ciudad…
ciudad de tango, porque durante la mayor parte del apogeo de ese lenguaje
urbano Quilmes estaba en ventaja pues contaba con tangueros como el dúo
Sarry-Aspitia, el popular cuarteto Ibáñez-Vázquez- Molinari -Viola, Francisco
Gorrindo y Sandalio Gómez, Teófilo Ibáñez, Julio César Sanders y… tantos otros.
Sin bien todo Quilmes vibró en tango, el barrio fue el campo
donde germinó una secuela de cultores que marcaron época en el 2 x 4. Y los
clubes fueron bancos de sangre tanguera
que hizo su apogeo en la década del 40, cuando La Colonia era esquina de
tango: Francisco Abbatantuono; [1] Juan Tesei, integrante de la orquesta
típica Cafiero-Tesei que tenían como vocalistas a Derrico, Juan Tito Tesei; con
la musicalización de Cafiero Clementi.
Cafiero Clementi y su esposa Vicenta Imbrognio
El punto de encuentro era la casa de Sáenz Peña 977 (a.n.)
Algunos de sus temas están dedicados a clubes quilmeños como el tango “Alma los
blancos”, himno del Quilmes Atlético Club que Juan Tesei compuso el 18 de enero
de 1951; también compuso la marcha del Argentino de Quilmes; un paso doble
llamado Centro Gallego;
los tangos Eva Perón, Llegan los inmigrantes, Nueva
Orleáns; las milongas: De punta y hacha; Patria Libre, Milonga noble.
Otros tangueros del barrio fueron: el letrista, Primitivo
Antonio Collavitta, autor de El matrero y el vals Yo soy el amor (letra y
música), José Arrestía; Agustín Bardi; Máximo Coco Barbieri, autor de De vuelta
y medio, entre una infinidad de otros tangos, milongas y valses; Teófilo
Ibáñez: Viejo Portón, Gólgota, Campo afuera;
Oscar del Cerro, Vicente Dentaro de la orquesta Blanco-Dentaro; Alfredo “Fito”
Mora, Roumieu, Sanders, Rubén Sívori, Héctor Tiscornia, Alfredo Torrisi; al
violín José Glorioso, Juan Lorente, Salas, Ravanovec, en piano Juan Pedro “Tito” Mergasi, Francisco Schenone (tío
del escritor Rodolfo Enrique Fogwill; 1941-2010), Baumgart, en guitarra: Máximo
Coco Barbieri, Luis Rey, Vicente y Luis Calona y los bandoneones de Campana,
Héctor Blanco, Eliseo
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La orquesta típica de Francisco Abbatantuono "Francisquín" |
Pressón, que inspiró a Arrestía estos versos. “Por
más que hiciste gambeta / te fuiste Eliseo Presson, / dejando aquí el bandoneón
/ donde lucías tu carpeta... / en el París de Ezpeleta, / La Esperanza, la Armonía / allá tu fuelle
se oía / al frente de tus muchachos, / y el alma de Maglio Pacho / ejecutando
ponías.” [2]
Eliseo Presson, de vieja familia cervecera y colonialeña, tuvo su quinteto que tuvo
como cantor a Aurelio Ávalos que subió a la fama con el seudónimo Oscar del
Cerro, una voz irrepetible del tango y de este barrio de tango. En esa
orquesta, entre otros, sonaba el violín de Juan Caschu y José Glorioso, la
guitarra de Sauco.
El bandoneonista de la izquierda es Eliseo Pressón y
el de bigotes en el centro el notable humorista y animador e fiestas Negro Andragñez, hermano del locutor y periodista Omar Clavelito Andragnenz. Cumpleaños
número 80 de doña Vicenta Pilipi de Clementi (sentada en el centro) Los otros
dos bandoneones son Cafiero y Tesei el famoso dúo. La nena detrás es Liliana
Clementi (Gratitud a Norma A. Clementi)
Presson también incursionó en el folklore y fue figura
protagónica en el club tadicionalista “El Rodeo” de la calle Liniers en
Bernal y en el club Correntino que había en la calle Olavarría (o Humberto
Primo) casi Mitre. En esos ritmos autóctonos acompañó en numerosas giras a
Margarita Palacios, a Marta de los Ríos, etc. Y fue maestro de bandoneonístas
aunque no era su actividad preferida muchos de los que tuvieron relevancia en
el tango que resurgió después de los 80.
Efectivamente estos
bandoneones hicieron gala luego en la figura de Rubén Sívori junto con otros
dos músicos, Vázquez y Ortega, integraban un trío que hacía milongas, música
nativa y tangos. Y ya cerca de la época actual cuando el tango después de un
duro repliegue resurge espléndido, surgen las figuras de Daniel Binelli, el
director de la orquesta municipal de tango de la Municipalidad de
Quilmes el maestro Carlos Alberto Corrales y su hijo homónimo - dinastía de
bandoneones - Oscar Pometti con las letras de Carlos Ceretti.
Nelly Omar, que vivía en una casona ubicada en la calle
Rodolfo López entre Larrea y Urquiza, fue la cantante popular de toda esa
generación que prevaleció en la actuación hasta avanzada edad.
Los recitales de
tango y los bailables contaban, para el descanso de los músicos, con animadores
o números vivos entre los más destacados estaban Héctor Wilde Bolazo, Carlos
Yori “Virola”, el Negro Andragnez y
por supuesto el dúo cómico Buono-Striano.
Julio César Sanders
vivía en Bernal, pero era habitué del café Nacional donde se reunía con los
tangueros más representativos de Quilmes. Quizá fue allí entre ginebra y café
que compuso “Luna de arrabal”, “Adios muchachos” (1927) “Mi castigo”, “Yo tan sólo veinte años tenía” (1930) y con Cadícamo, “Gorrión de mi barrio" y… tantos
otros.
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Festejo en el Boxing Club (Vicente López y Córdoba, actual calle P. Perón) con bandoneonistas locales, en el centro de pelo cano el fundador y presidente de la institución don Carlos Valerga. |
Las orquestas e intérpretes porteños tenían en los clubes
quilmeño hitos imprescindible de convocatoria. El 10 de octubre de 1932 Carlos Gardel actúa en el teatro Regina de Bernal y el 9 de julio de 1933, en el teatro Cristoforo Colombo de la Sociedad Italiana.
También llegaron a Quilmes por esos años a animar los bailes de la
municipalidad, de los clubes y salas de espectáculos las orquestas típicas de:
Francisco Canaro con sus vocalistas Ernesto Fama; Nicolás D´Alesandro, el “chanssonier” Abel San Martín y la
cancionista Dorita Requena y sus veinte profesores; la típica Lucho y su
vocalista Mario Torres; la cancionista Chola Luna; Oscar Alonso y sus conjuntos
de guitarras; Los zorros grises; Los Rítmicos; la orquesta
de Feliciano
Brunelli que tenía como vocalista a Valeta y Radamé; el conjunto Justo Pastor
Trivelli; también el reconocido fotógrafo Carlos Scott fue en su juventud
vocalista, acompañado en guitarra por los hermanos Calona.
Entre los años `78 y `90, en la casa de los Tiscornia-Yori Bazterrica
en al calle Int. Oliveri, don Héctor y su mujer Haydee, recreaban aquellos años
donde el tango era liturgia. De esa casa, una vez al mes, salían desde el
domingo al mediodía hasta avanzada la medianoche, los sones del bandoneón de
Francisquín, de Roberto Rumi, las guitarras de Rey, de los hermanos Calona, de
Coco Barbieri y Pedro Storni, el violín de Walter Chaptmann; surgía el recitado
de Arrestía, de Vicente Zoccolo, de Puciarelli y Colavita; la armónica de
Enrique Bas Monet; por supuesto con la voz de Tiscornia, de Torrado, de doña
Haydee; hasta Carlos Scott, a veces, dejaba la cámara de fotos y entonaba
algunas estrofas; y no faltaban los pasos rasgados de Cristina Santobuono y su
marido Jorge Polizzotto. Muchos de estos músicos formaron el conjunto Los
Quilmes, integrado por antiguos músicos del grupo Francisquín; que fue la
orquesta oficial del centro de jubilados “Algo por qué vivir”. Fue la última
peña de tango y folklore - porque Tiscornia y su hijo
Alberto eran tradicionalistas - que se escuchó en La Colonia.
Fueron numerosas la orquestas de jazz que acompañaron a las
típicas: Sebastopol; Sans Souci, Williams jazz; American Jazz; Alabama Jazz,
dirigida por Eddie Kay, la
Félix Melody Jazz….
Juan Arrestía
“Yo soy quilmeño del treinta, / de cuando Pancho Gorrindo / se
deschavó de lo lindo / en su tango ‘Las Cuarenta’. / Años floridos, polentas, /
de la vieja serenata, / donde sus almas desatan / Sandalio y Teófilo Ibáñez /
inspirados, no se extrañen, / vaya a saber en qué ñata.” [3]
por Chalo Agnelli
1992 - Abril, 2002
FUENTE
Agnelli, Chalo. “La
Colonia de Valerga – Historia social del segudno barrio de Quilmes" / (1874 –
1974) Ed. Tiempo Sur. Quilmes 2012. Cap. 13 “Del Arcón de la Abuela”, Pp 254 a
255
Ver
en EL QUILMERO del miércoles, 10 de agosto de 2011,
HÉCTOR ALEJANDRO TISCORNIA (1920 - 2008) - BARRIO DE TANGO
Ver
en EL QUILMERO del lunes, 25 de octubre de 2010,
BARRIO DE TANGO
NOTAS
[1] Ver "Por aquí
pasaron"
[2] Ver Bibl. Arrestía, J. pág. 79
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