Naciste escuela, a dos años del Centenario de la patria, el mismo año de la sanción de la Ley Electoral, tan deseada, el año en que nacieron mis padres, cómo olvidarlo. Naciste gracias a la iniciativa de un maestro, Don Atanasio Lanz, que quería para su Quilmes natal, una escuela formadora de maestros, que brindara Educación, el emblemático espacio donde desaparece la oscuridad de la ignorancia y nace la luz de la razón, el brillo de las ideas, el triunfo de la libertad por sobre la opresión.
RECUERDOS DEL ALMA
Tengo el alma plagada de recuerdos, porque aquí aprendí a ser lo que más quiero en la vida: maestra, aquí amé a la naturaleza en tu inolvidable parque, en aquellos recreos e interminables paseos de las horas libres en medio de tus árboles maravillosos, algunos pocos de los cuales aún quedan. Aquí también conocí a quien hoy es mi marido, alumno del Colegio Nacional, con quien compartíamos la misma aula, nosotros los del Normal a la mañana y los chicos del Nacional por la tarde. Recuerdo aquellas pasaditas que los galanes siempre hacían en las últimas horas por las ventanas abiertas que daban a la sombreada vereda de la calle Colón. Me acuerdo del kiosco legendario de los Curtís, entonces un simple carrito, que a la hora de los recreos se llenaba de enormes tortas negras, de la 'bañadera' de Abbatantuono que llegaba puntualmente para llevarnos al anexo, a dar nuestras primeras prácticas, las manos cargadas de láminas, carteles, tizas de colores, títeres, globos y hasta algún gatito o perrito, para cumplir al pie de la letra con el uso del material concreto, perentoria recomendación de nuestra profesora de práctica y a la vez de didáctica, la inefable Mme. Chanel, desbordante de "charme y coquetería".
NOMBRES GRANDES
¡Cuántos nombres ligados a tu historia! Los famosos directores, José Sosa del Valle, Juan Manuel Cotta y la rectísima Srta. Luther, Edelmiro Rossi, un profesor de verbo tan encendido, que contribuyó a consolidar la vocación de tantos maestros quilmeños. Horacio Fasce, Ángel Castellán, Servando Dozo, verdaderos "pozos de sabiduría", el profesor Jorge Carlos Panelo, cuyas publicaciones aparecen aun hoy en "La Nación"; Raúl Palacios, el exigente profesor de geografía, la profesora de Matemática Nélida Sanchini de Montórfano, después rectora, con quien aprendimos a la perfección todos los teoremas y fórmulas matemáticas, la vice-directora Srta. Irene Rodríguez Garay, que había compuesto, me acuerdo, una canción que entonábamos todos los 23 de octubre y que comenzaba así: "Nuestra Escuela Normal, la mamá espiritual, su onomástico cumpla con gran felicidad". Las clases de Educación Física de Isabel Bombelli, Juanita Calvo y Leticia Corsiforti, hoy Rectora de la Escuela. Los recordados profesores Bertana y Cortizas. El Rector Dunet y la Sra. Ana Inés Manzo de Torrico, y muchos otros nombres que sería imposible enumerar. La Escuela siempre tuvo excelentes profesores y era famosa por la calidad de su enseñanza.
UN PRESENTE
Y llegamos al presente, a la transferencia a la Provincia y la Escuela dividida en cuatro instituciones diferentes, el Jardín N° 959, la E.G.B. N° 84, la Escuela Media N° 20 y el I.S.F.D. N° 104, a pesar de lo cual nos sentimos una sola escuela y bregamos por la Unidad Académica de las Escuelas Normales, en especial de ésta, nuestra Escuela Normal de Quilmes, pues sin esta unidad nuestra historia perdería su sentido fundacional. Pero es necesario decir que la Unidad Académica sólo tiene sentido si no olvidamos que esta escuela fue fundada para formar maestros, así la concibió Sarmiento, que creó un nivel, en aquel entonces el secundario, para la formación científica y pedagógica de los futuros maestros y los otros niveles, para que éstos pudieran efectuar sus prácticas en ellos, por eso llamamos por muchos años, a nuestra escuela primaria "curso de aplicación", nombre que aún hoy a veces empleamos a pesar del tiempo. Lo cierto es, escuela, que aún sigues en marcha, variando métodos y cambiando jurisdicciones. Podrán haber variado la calidad de tus saberes, según los tiempos y las circunstancias, pero lo que sí es seguro es que no hay ex-alumno que no se sienta orgulloso de haber pasado por tus aulas. Y eso quiere decir algo: que hay un espíritu, algo inmarcesible que nos une.
FORMADORA DE HOMBRES LIBRES
Yo te deseo, escuela, un futuro sin claudicaciones. Escuela no bajes los brazos, y cuando digo escuela me refiero a todos los maestros y alumnos que te formamos, no cedas ante autoritarismos ni demagogias. Sigue siempre fiel a lo que has sido: formadora de hombres libres.
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