Callari, hacía tiempo, venía recomponiendo la lejana historia aeronáutica de Manuel González González, un inmigrante español que formó parte del "grupo aéreo" que estuvo en el aeródromo escuela de Marichal. Estas líneas intentan reflejar el accionar de aquel desconocido pionero que supimos conseguir, a la par de algunas curiosidades de interés para nuestra historia aeronáutica local.
MECÁNICO Y PILOTO [2]
A los trece años de edad, Manuel González González (1888-1927) emigra a la Argentina para estudiar mecánica. Venía del lejano pueblo de Entrimo, en la provincia de Orense, Galicia. En aquellos años, Argentina despertaba sueños e ilusiones y gozaba de prestigio en lugares tan distantes como ese pueblito español. Con el tiempo y con esfuerzo, González aprendió el oficio y fue reconocido como un excelente mecánico. Así, ante la falta de especialistas y su buena reputación, el español fue convocado para armar aviones importados de Francia. Como montador de aviones y mecánico, González se va insertando en el naciente mercado aeronáutico y su fama crece.
El joven español pronto aprende a pilotar las máquinas que arma; obtuvo la licencia número 72 de la Federación Aeronáutica Internacional y se convierte en uno de los primeros pilotos de prueba de la época.
En 1914, junto Francisco Sánchez (pionero aeronáutico tratado en la nota anterior) efectuó el vuelo Villa Lugano - General Rodríguez - Mercedes - Luján - Villa Lugano, en un biplano con un motor de 50 HP de potencia. Ese mismo año, las crónicas de la época informan que el aprendiz González "ha efectuado vuelos sobre el aeródromo de Villa Lugano empleando un biplano Farman-Marichal y llevando en muchas salidas algunas pasajeras"
Pero el audaz caballero del aire español protagonizará otras historias.
DE VUELOS Y CAÍDAS
En aquellos tiempos de aventuras los accidentes aéreos eran frecuentes. Callan pudo saber que su abuelo realizó varios aterrizajes de emergencia para reparar la aeronave y continuar vuelo como si nada. A mediados de 1915, González y el alumno González Furston iniciaron en Casilda un vuelo a bordo de un biplano Farman-Marichal. Tras realizar una escala en Pergamino, el avión tuvo que aterrizar en pleno campo por falta de combustible, sufriendo daños que demoraron días para su reparación. Las demoras continuaron, pero por malas condiciones meteorológicas. Varios días después los González pudieron reanudar el vuelo y llegaron a San Fernando.
Un mes después, en otro vuelo, González partió de Quilmes y tuvo que aterrizar en Villa Lugano, sorprendido por la oscuridad. No sólo los desperfectos en las máquinas ocasionaban aterrizajes imprevistos y demoras, sino también la llegada de la noche en medio de alguna travesía o las condiciones meteorológicas desfavorables, en general vientos fuertes, que hacían peligrar los vuelos. Un trayecto que hoy se cubre sin contratiempos en pocas horas en automóvil, y rápidamente en avión, como Casilda - San Fernando, a nuestro héroe le demandó día
González tuvo él privilegió de ser el primer piloto que logró soltar a un paracaidista sobre Buenos Aires; y por si fuera poco, lo hizo en Quilmes la hazaña porque de ello se trató ocurrió el 19 de marzo de 1915, durante un festival aéreo organizado en el aeródromo de Marechal, en el bañado y costa de Quilmes.
No obstante, González estudió el asunto y al conocer el comportamiento del aparato se las ingenió para colocar al paracaidista en el fuselaje del Farman-Marichal, de manera que se permitiera una segura recuperación del avión luego del salto. Sin paracaidista, el aguerrido, piloto español hizo algunos ensayas previos para asegurar la maniobra.
Finalmente, en la “Gran fiesta sportiva” - así se llamó el espectáculo - el nutrido público presente esperaba expectante el salto, nunca antes hecho en la Argentina. Carlos T. Greco. Paracaidista español y González subieron al avión y ascendieron mil metros hasta que a las 17:00 hs. se produjo el salto. El éxito de ambas acciones, saltó y recupero del avión, fue total.
VOLVIENDO A CASA
González, además de ocuparse de los menesteres aeronáuticos y mecánicos; se desempeñaba como chofer de una familia
acomodada de Buenos Aires y ese trabajó le permitió conocerá Celia María Lavarello, con quien se casó en 1916.
Con la gloria aeronáutica a cuesta, tiempo después Manuel y su esposa deben viajar a España, la salud de los padres del aviador había desmejorado. En Entrimo, el pueblo natal de González, todos lo conocen como “el piloto” y a su esposa como “la argentina”. El matrimonio sé afincó allí, tuvieron cuatro hijos y González; siempre emprendedor, fundó la primera compañía de transporte del pueblo. En 1927, una pulmonía se lleva la vida de don Manuel. Sobre la lápida del héroe, se distingue la silueta de un avión.
Integrante de la Sala Histórica del Área de Material Quilmes (ex - IMPA);
cronista de aviación local
De Perspectiva Sur
Lunes, 23 febrero 2015
http://www.perspectivasur.com
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2010/04/la-aviacion-en-quilmes-1-parte.html/
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2010/04/aviacion-en-quilmes-2-parte.html/
del jueves, 30 de octubre de 2014, EL ÁREA MATERIAL QUILMES – IMPA
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2015/02/centenario-de-la-aviacion-en-quilmes.html/
1 comentario:
Discúlpeme señor "ANONIMO", pero esas fotos son perfectamente legales, tengo los originales, gustosamente se los mostraría si me da su nombre.
Publicar un comentario