Con desconcierto y pena nos enteramos que
la profesora Norma Cistaro fue despedida de sus funciones de Directora del
Museo de Artes Visuales “Víctor Roverano”.
En los últimos 6 años la señora Cistaro,
con la entrañable compañía - para ella y para los quilmeños todos - de uno de
los más destacados artistas de esta región sudbonaerense y del País, su esposo don
Ludovico Pérez, realizó en el Roverano actividades en cantidad y calidad como hacían varios años que no se concretaban: exposiciones, muestras individuales y colectivas, retrospectivas de varios
de nuestros grandes como Manuel Oliveira, Héctor Viola; el
concurso “Pinta tu Aldea”, “La Noche de las Artes en Quilmes”, el “Salón
Bienal Nacional de Dibujo, Pintura y Grabado Quilmes”, con la participación de artistas locales, de partidos
vecinos y de todo el país. Trajo
a esas salas a creadores argentinos de nivel internacional como Carlos Alonso.
Y dio oportunidades a todos por igual.
No sólo eso, sino que continuó con el
acondicionamiento del Museo que había comenzado Ludovico Pérez, quien lo
encontró bastante deteriorado, muchas
veces con sus propios medios económicos; restaurando obras, piezas escultóricas
como algunas del artista Vigo Giai, marcos de cuadros como el emblemático de
ese Museo realizado por Víctor Roverano y el imperecedero pesebre, que realizó este artista y su esposa donó al Museo y desde hacía décadas no se ponía a la vista del público, etc. En los últimos años ofreció exhibiciones parciales y totales de las
más de 300
obras del Patrimonio del Museo que abarcan todas las escuelas y tendencia, formado
por trabajos de muchos de nuestros más reconocidos creadores. Esas exhibiciones
no eran una presencia estática, la señora Cistaro realizaba una rotación
constante para halago de los propios y asombro, por su calidad y variedad, de
visitantes extranjeros que algunos quilmeños llevamos en recorrido turístico... ya
Quilmes no tiene ningún rincón que estimule el turismo como lució en otras
épocas.
El acompañamiento didáctico que la señora
Cistaro realizaba cuando grupos escolares visitaban el Museo era inmejorable;
brindándoles a niños y adolescentes una inolvidable experiencia de acercamiento
a las artes plásticas. Varias veces fuimos testigos presenciales de estas clases donde captaba la atención con su tono
afable, pero sobre todo por el respeto que inspira escuchar al que sabe, a
quien tiene conocimientos sólidos del tema que trata.
De diciembre de 2007 a octubre de 2008 la
Dirección de Artes Visuales dependiente de la Secretaría de Cultura y Educación
estuvo a cargo del maestro Ludovico Pérez,
quien inició una generalizada y minuciosa restauración del patrimonio junto a Norma
Cistaro, quien en noviembre de ese mismo año asumió como
directora del “Víctor Roverano”, por renuncia de Pérez, quien, sin embargo, no dejó de
trabajar en la Institución; generosamente y se lo ha visto desde colgar cuadros, a
acomodar sillas y servir copas tras las inauguraciones de muestras, con su
espíritu afable y cordial.
Lamentamos que no haya primado la
racionalidad, en lugar de la miopía y la falta de criterio. Que no se entienda
que los museos son de todos los quilmeños y no de una administración, que quizá
mañana no prosiga en sus funciones y habrá que juntar los vidrios rotos como ya ocurrió.
Lamentamos que haya funcionarios que piensen que a los museos
ya no va nadie, que están perimidos y que el Museo Almirante Brown de Bernal es
un museo de la Armada Nacional (¿?)
Quizá la relevancia que alcanzó Norma Cistaro por su trabajo constante y sin tregua haya producido resquemores en algunos que se ven en la imposibilidad de igualar tanto esfuerzo.
No es intención de EL QUILMERO y su
director confrontar con funcionarios en ejercicio, sino transmitir la
indignación de la gran mayoría de quienes trabajan para la Cultura y participan
de su desarrollo desde hace décadas en Quilmes. Sobre todo cuando se toman decisiones que afectan a todos los quilmeños sin dar explicaciones ni presentar alternativas.
Algunos podrán estar en desacuerdo en determinados aspectos con la señora Cistaro, pero creemos que son personas que ven tan solo una
parte de toda una gestión, haciendo de las diferencias cuestiones personales.
Por supuesto que no faltará quien diga
que Norma Cistaro no era Directora, que era una empleada más con
determinadas responsabilidades, pero los que no nos atamos a títulos ni a
cargos creemos que el que dirige es director, el que pone en marcha el vehículo conduce, pues hay y hubo muchos directores
que jamás tuvieron un gesto de dirección, o mejor dicho, dirigieron hacia un
pozo en sombras el área municipal de Cultura.
En nombre de todos quienes trabajan para
la Cultura y participan de la cultura desde hace décadas, gratitud y solidaridad
con la profesora Norma Cistaro.
Chalo Agnelli
Docente, escritor, cronista
de la historia local y militante de la cultura
6 comentarios:
Silvia Marmori Absolutamente de acuerdo con vos, Chalo. Admiro el trabajo de estos dos artistas inmensos y generoso..No sólo por lo que crean sino también por lo que generaron. Norma abrió las puertas de ese hermoso museo a muchos (me incluyo) y nos dio la oportunidad de mostrar lo que hacemos y, como bien decís, a todos por igual!
Además generó actos culturales importantísimos y que mucha gente acompañó, afuera del museo. La noche de las artes, el día de la mujer en cuatro museos simultáneos, con todo el movimiento y trabajo extra que eso conlleva.
Es cierto, el que dirige es director..y ademas de dirigir, Norma trabajó incansablemente. Frase mal usada , a veces pero nunca mejor utilizada que en este caso.
Gracias Chalo por este post y mi apoyo a Norma y Ludovico. Ojalá muchos de los que pudieron compartir su arte gracias a la gestión de Norma, apoyen tu escrito.
Sólo una breve experiencia personal. Cuando expuse mis fotos del carnaval norteño, la visita guiada que Norma les hizo con mucho amor y pasión a 40 chicos de un jardín de infantes de Solano los motivó y entusiasmó tanto que las maestras me pidieron que fuera más tarde, al jardín para mostrar más material a los alrededor de 400 alumnos, entre 3 y 5 años.
Eso es generar cultura, no un museo vacío como actualmente se encuentra el Roverano.
Dice Gustavo Castignola: Adhiero plenamente a todo lo que decis... PERDIDA TOTAL PARA LA CULTURA... "estas desorientao y no sabes que trole hay que tomar para seguir..."
Matilde Salustio Es cierto. Norma y Ludovico le pusieron el cuerpo. Trabajaron duro sin apoyo económico para levantar el Museo
Abrieron el museo a las escuelas y las instituciones como hay que hacer. Un museo abierto dinámico y vivo.
Ojalá quien asuma sea una persona idónea y capacitada que continúe y amplíe lo realizado. Abrazo a Norma y mi querido maestro Ludovico
Yo vi laburar a mi madre desde dentro y puedo asegurarles que es todo esto... y más. Una pena que hagan estos manejos incomprensibles los que se suponen tienen que tomar desiciones importantes. Estoy feliz porque mi madre ahora tendrá más tiempo para sus cosas que las habia dejado de lado, todo por el Museo. y además tendrá mas tiempo para descansar porque llevaba un ritmo frenetico. saludos a todos y gracias por el post, Chalo.
atte, pablo.
con profunda desazón tomé conocimiento a través de El Quilmero de la separación de Norma Cistaro de sus funciones al frente del Museo Víctor Roverano. ¡Qué pena que quienes detentan el poder no tengan la capacidad no ya de apreciar una obra de arte, sino de estimar la calidad humana de aquellos que disfrutan compartiendo conocimientos para enriquecer los espíritus ávidos de belleza! Mis respetos y todo mi afecto a la señora Norma Cistaro, generosa artista y mejor persona. Desde Florencio Varela, Graciela Linari
Marga Mangione dice: En verdad es indignante y llena de impotencia saber como los políticos se manejan: con rencores, odio y envidias! Realmente creo que es una gran injusticia, porque aprecio a Norma y sé cómo trabaja, se preocupa y pone todo de sí en la labor que emprende. Como bien dices, los funcionarios están de paso, y la mayoría de las veces, para mal de todos, dejan solo despojos de los lugares que debieron cuidar y enriquecer, tal como ella hizo... Abrazos. Marga Mangione
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