cronológico, aproximadamente, 45 años, no vivieron, no se los informó o se los informó parcialmente o no se procuraron ahondar en esta parte cruenta de la Historia Agentina del siglo XX. Quienes fuimos testigos, quienes lo vivimos y lo sufrimos y cargaremos con las consecuencias el resto de nuestras vidas debemos ser albaceas y divulgadores activos de aquellos sucesos trágicos, que alcanzó una dimensión de horror como nunca antes en la Historia Nacional.
“Hijos del sur – Testimonios De hijos de detenidos-desaparecidos de Quilmes” es un trabajo justiciero de Noemí Ciollaro editado por la Universidad Nacional de Quilmes en 2014.
SINOPSIS
“Hijos del sur reúne las voces de trece jóvenes a quienes la última dictadura cívico-militar les arrancó a su padre, a su madre, o a ambos a través del siniestro método del secuestro y la desaparición. Se trata de testimonios de quienes, en su infancia presenciaron los procedimientos brutales en los que sus padres fueron detenidos y luego desparecidos o directamente asesinados. Criados mayoritariamente en ambientes de pobreza, amenazas y miedos, crecieron entre silencios y evasivas de quienes los rodeaban; no hubo palabras acerca de historia y el destino de sus padres. Hoy, tras décadas de búsqueda personal y de sus familias, junto al trabajo de los organismos de derechos humanos y el fortalecimiento de las herramientas democráticas en la Argentina, esos hijos que ya rondan los 40 años saben que sus padres fueron militantes comprometidos con la lucha social, gremial o política, y eso los enorgullece.”
LA AUTORA
Noemí Ciollaro es periodista. Escribe en la revista Las/12 de Página/12. Fue redactora en los diarios El Día, Diario Popular, La Voz, Tiempo Argentino (1982-1986), El Cronista, y en Editorial Perfil, entre otros medios; y cronista en las radios Argentina, Provincia y Ciudad. Es autora del libro Pájaros sin luz. Testimonios de mujeres de desaparecidos (2000)
TESTIMONIOS
- Nilda Espinoza, hija de Pedro Espinoza, detenido-desaparecido el 26 de enero de 1977.
- María Laura Rolón, hija de Enrique Rolón, detenido-desaparecido el 18 de febrero de 1977.
- Claudio Rolón, hijo de Enrique Rolón, detenido-desaparecido el 18 de febrero de 1977.
- Marcela Vega, hija de Rosario Victoria Ramírez, asesinada por la policía bonaerense el 27 de octubre de 1976, y de José Vicente Vega, detenido-desaparecido el 15 de agosto de 1977.
- Carlos Nahuel Baglietto, hijo de Carlos Alberto Baglietto y Estela Maris Edén de Baglietto, asesinados en octubre de 1975.
- Ernesto Ceferino Mataboni, hijo de Rubén Ramón Mataboni, detenido-desaparecido el 3 de diciembre de 1976.
- Víctor Benjamín Taboada, hijo de Víctor Manuel Taboada, asesinado el 13 de noviembre de 1974 y de Nelfa Rufina Suárez, secuestrada en la misma fecha y sobreviviente del Pozo de Banfield.
- María Ramírez, hija de Julio Ramírez, paraguayo, preso político entre 1974 y 1981, y de Vicenta Orrego Meza, paraguaya, fusilada en Rafael Calzada, Almirante Brown, el 14 de marzo 1977.
- Pilar María Campiglia Lewinger, hija de Alcira Campiglia, detenida-desaparecida el 8 de jnio de 1977.
- Soledad Rappaport, hija de Horacio Luis Rappaport, asesinado el 28 de Nero de 1977 en la Unidad 9 de La Plata.
- Adriana Abarzúa, hija de Oscar Rubén Abarzúa, detenido-desaparecido el 14 de diciembre de 1976.
- Gustavo Nicolás Rubio, él y su madre vivían con Ricardo Miguel Ángel Morello “Lucho”, asesinado el 17 de marzo de 1977.
- Fidel Ernesto Woitschach, hijo de Daniel Woitschach y Pablina Miglio, detenidos-desaparecidos el 17 de septiembre de 1977. ¿¡Qué no fueron 30.000!? ¿Que fueron 28.000... 18.000... 10.000? ¿¡Qué importa!? ¿Qué número establece el espanto por la desaparición y el asesinato de la vida humana? En México en 2015, asesinaron a 43 estudiantes del magisterio de forma cruenta... ¿El número invalida el horror? Hay que ser muy "perfido" para establecer estos cálculos. Pero eso sólo lo puede hacer alguien que pone en esas dimensiones sus propias miserias sin saber que tarde o temprano las miserias se expanden y, en un primer momento, lo hacen en su propio entorno, el más cercano. Porque el crimen no sólo fue sobre los caídos directos, sino también sobre sus sus hijos, sus familias, parientes, amigos... como vemos en esta libro revelador y honesto. Estas mujeres y hombres, estos 'hijos del sur', no tuvieron un padre o una madre que los levantara a la mañana para ir a la escuela, quienes le dieran una identidad, lo alimentaran en cuerpo y espíritu, que les festejaran sus cumpleaños y les mostraran que hay un mundo posible.
- Prof. Chalo Agnelli
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