Al inicio del período que nos ocupa de los 310.307 Km. de superficie de esta provincia, de cada 1.000 Km., 684 estaban destinados al pastoreo. Mayor densidad de ganado acusaba la parte norte de la
Troperos de Carlos Morel |
El mayor porcentaje de este ganado era ovino con 57.838.073 cabezas de acuerdo a datos suministrados por el Censo de 1881. El gran incremento de ganado ovino se había iniciado a comienzos de la década del 50, al compás de las exportaciones de lanas - demandas para la industria textil y grasas -. Estos productos habían desplazado rápidamente a los productos tradicionales - tasajo y cuero - en el valor total de las exportaciones.
La tenencia ganadera dentro de los límites de la provincia llegaba a cifras tan elevadas “que ofrecía verdaderos síntomas de sofocación” (2). Unido esto a la difícil salida que lograban los crecimientos anuales, determinaron un notable encarecimiento de la tierra.
Este fuerte incremento del número de cabezas de ganado, produjo el sobre pastoreo de las tierras, fenómeno muy curioso en un país que contaba con tierras abundantes pero que recién estuvieron disponibles después de la campaña al desierto.
GANADO
|
CENSOS
|
|||
1881
|
1888
|
1895
|
1808
|
|
Vacunos
Lanar
Caballar
Porcinos
|
4.754.180
57.838.073
2.397.787
155.134
|
8.343.266 51.238.782 1.172.727 205.316
|
7.745.896
52.630.451
1.675.385
248.270
|
10.351235
34.604.972
2319.953
711.241 (3)
|
Dentro de este panorama van a producirse una serie de hechos que modifican estructural mente la economía de la provincia.
En primer lugar la disminución del consumo de tasajo por los mercados de Cuba y de Brasil como consecuencia de la desaparición gradual de la esclavitud.
Las siguientes cifras, referentes a los animales faenados por los saladeros de la provincia de Buenos Aires muestran elocuentemente este proceso.
En un primer momento el frigorífico se orientó hacia la carne ovina y los criadores buscaron animales de mejores aptitudes para este efecto que el merino. El ‘Lincoln’ pasó entonces al primer plano y el proceso de “desmerinización” se hizo aún más rápido en la provincia de Buenos Aires por el poco éxito del mismo en los campos bajos y húmedos y por la mayor adaptabilidad del ‘Lincoln’ a los pastos duros.
La existencia del ganado ovino llega a su punto culminante hacia fines del siglo; con un consiguiente aumento de la producción y mejora notable de la calidad del ganado que de 38.972.294 cabezas mestizas en 1888, (6) pasa a 43.694.282 cabezas en 1895, (7) y a 33.119.442 en 1908 lo que significa un 95,70 % sobre el total de ganado ovino. (8)
El frigorífico se instala en 1883, pero el ganado vacuno demorará aún muchos años antes de cumplir el proceso de mestización indispensable para atender el comercio exterior.
El ganado vacuno se exportaba, además, en pié para el consumo de los saladeros del Uruguay y para Chile y Brasil. A partir de 1895, comenzó a exportarse también en pie a Inglaterra. Se trataba por supuesto de animales mestizados pues el ganado criollo huesudo y muy nervioso no resultaba apto para la exportación, ésta exigía animales de esqueleto fino, amplias masas musculares y gran mansedumbre. La provincia de Buenos Aires marchaba a la cabeza del refinamiento del ganado vacuno habiendo aumentado de 80.650 cabezas en 1881, (9) a 3.045.670 en 1888, (10) y 3.592.323 en 1895. (11) Estas cifras hacen que Buenos Aires poseyese el 88% del ganado mejorado del país.
Lo primero se produce por la crisis lanera en Francia, unido a un invierno inusitadamente lluvioso que produjo una gran mortandad de ovinos.
En cuanto a lo segundo, el Reino Unido cierra en ese año la importación de ganado en pie, alegando un brote de fiebre aftos.
Comienza entonces el gran progreso vacuno. Las 21.700.000 cabezas existentes en el país en 1895, llegan en 1908, a 29.117.000 cabezas. Buenos Aires principal zona de influencia frigorífica se destaca sobre todo el país, tanto por su número 10.351.000 animales, con un aumento del 33% como por la alta mestización, ya que sólo el 8,7% del ganado era criollo, 894.488 cabezas. (13)
A principios de 1880, nuestro partido contaba con una extensión de 46.200 hectáreas, distribuidas de la siguiente manera: macizo central del pueblo: 90 hectáreas: quintas, chacras, calles y plazas: 19.182 hectáreas para pastoreo: 26.928 hectáreas. (14)
Según el censo Agrícolo-Pecuario de la Provincia de Buenos Aires de 1888, se configuran 48.441 hectáreas, distribuidas en 536 propiedades, con un valor aproximado de 360 $ m/n por hectárea.
Esa extensión se verá significativamente modificada, cuando se produce la separación del partido de Florencio Vareta, tendremos entonces en 1895, 313.00 hectáreas como consecuencia de ese hecho. (15)
Esto significó una disminución de 17.141 hectáreas, manteniendo ese total en 1908, tal lo determina el Censo Nacional Agropecuario de ese año.
Censos
Ouilmes
|
1881
|
1888
|
1895
|
1908
|
hectáreas
|
46.200
|
48.441
|
31.300
|
31.300
|
Censos
|
1869
|
1881
|
1890
|
1895
|
1908
|
Habitantes
|
6.809
|
8.431
|
12.847
|
12.048
|
26.150
|
LA GANADERÍA DEL PARTIDO DE QUILMES (1880-1910)
El desarrollo económico de Quilmes, en el transcurso del siglo pasado, se operó, sobre la base de la explotación ganadera. En el
Resero criollo arreando ganado (argentinafolkloreyprovincia.es) |
Con este antecedente, y con una población rural que configuraba el 67 o/o del total de sus habitantes para 1895, no resulta difícil inferir que la ganadería constituyó en los últimos años del siglo pasado y los primeros del presente, una de las actividades vitales de la economía quilmeña a pesar de que en 1880, se inicia el proceso decreciente de esta actividad.
Para poder realizar un análisis cuantitativo del proceso ganadero es necesario no desvincular de este objetivo el desarrollo que sufre en su conjunto toda la provincia de Buenos Aires, la que incorpora, a partir de 1880, la actividad agrícola como complemento de la actividad pecuario y el proceso de desmerinización como consecuencia de la aparición del frigorífico.
Veamos pues como repercuten estas pautas en nuestro partido a la luz de los guarismos que nos brindan los Censos Provinciales de 1881 y 1888, el Segundo Censo Nacional de 1895, el Censo Agropecuario Nacional de 1908, y estadísticas complementarias del Anuario Estadístico de la Provincia de Buenos Aires. (20)
El dato más significativo lo constituye la disminución del ganado ovino operada entre 1881, y 1888, variable que continúa hasta 1908. Hasta el año 1895, la evolución del ganado ovino y del bovino, responden así a las condiciones generales que se dan en la provincia de Buenos Aires.
A través de los Censos Provinciales podemos determinar muy claramente como la ganadería de Quilmes va disminuyendo gradualmente su importancia en el conjunto de la provincia de Buenos Aires.
Así en cuanto a la existencia de ganado bovino para el Censo de 1881, la producción de Quilmes constituirá el 0,30 o/o; en 1895, el 0,48 o/o y en 1908, el 0,23%. En cuanto al ganado ovino, en 1881, los lanares quilmeños eran el 0,12% de la provincia; en 1888 el 0,04%, en 1895 el 0,03% y en 1908 el 0,013%.
En el siguiente cuadro, se puede notar el proceso antes mencionado, a través de una mayor discriminación de razas, donde el mestizo en todas sus variables constituye el tipo más generalizado. El bovino criollo alcanzó un notable aumento en 1895; en el grupo de ovinos se nota también la superioridad numérica de los mestizos, aunque para 1888, presenta un leve aumento del grupo puro, siguiendo una tendencia decreciente para los años siguientes.
Dijimos al comenzar este estudio que la explotación agropecuaria, era el sostén sobre el que se gestaba la grandeza económica de Quilmes los siguientes datos nos permiten ver, a través de los valores económicos principales la importancia relevante de este rubro en comparación con la actividad industrial y comercial, para 1881.
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LA ACTIVIDAD PECUARIA EN QUILMES
Con respecto a las actividades derivadas de la ganadería en Quilmes, hay que resaltar los siguientes aspectos: el derecho de Abasto, los mataderos de yeguas y aceite de potro y otras actividades derivadas de la ganadería.
Es así que manejando los contratos firmados entre don Ramón Madrid en 1882, y don Alejandro Lasalle en 1885, con la Municipalidad se puede establecer las siguientes bases:
1. El contratista se encargaba de la percepción del derecho de Abasto por un año.
2. Abonaría a la Municipalidad el pago de derecho del mes al vencimiento de cada mensualidad.
3. El contratista tendría derecho a cobrar por cada animal destinado al Abasto un porcentaje, y cobrar a los abastecedores del cuartel primero por cada animal que matasen, como derecho de corrales, todo en conformidad a la Ley de Impuestos Municipales.
4. La Municipalidad por su parte se obliga a hacer efectivo el pago de las deudas al rematador toda vez que los abastecedores se negasen a ello.
También a través de inventarios y planillas de matanza de los corrales de Abasto de los años 1888-1889 y 1890, (25) se puede establecer la relación entre las cabezas de ganado que entraron, cuántas se faenaron y cuál fue el derecho de Abasto percibido por la Municipalidad.
(libreriacapitulo.blogspot.com.ar) |
En el año 1890, entraron 5.982 animales, se faenaron 5.553 cabezas con un remanente de 429 animales (falta en este año el mes de diciembre); desconociéndose el derecho de Abasto cobrado durante dicho año por la Municipalidad (28)
(1) |
(2) |
La situación y descripción dantesca de Guillermo Enrique Hudson en “Allá lejos y hace tiempo” de los mataderos de yeguarizos en la década de 1870, no había cambiado. (Ve en este blog del martes, 10 de junio de 2014, “Saladeros y mataderos en la provincia De Buenos Aires”)
Hudson nos describe así un matadero: "... solían sacrificarse centenares de cabezas al aire libre… Cada animal era enlazado,
(3) |
La yerra, litografía coloreada de 1833. |
Dicha descripción, deplorable por cierto, parece haber sido hecha en 1895, debido a que encaja perfectamente con los conceptos vertidos oportunamente por los señores Idelfonso Salas v Eduardo Otamendi miembros de la Comisión Higiénica de Quilmes, con respecto al mataderos de yeguas y criadero de cerdo de los señores Cavanna y Cía. El informe de estado higiénico considera: "Se hicieron las siguientes indicaciones:
1. Que procediesen a hacer desaparecer los montones de carne y hueso que allí existían en estado de descomposición y provenientes del cocimiento de la carne de yeguas y que usan como combustible y alimentación de cerdos.
2. Procediesen a sacar los huesos que se encontraban desparramados . . . como así mismo quemar animales muertos y restos de la carne en mal estado.
3. Desagotar los charcos.
4. Limpiar las zanjas.” (31)
Al no comprobarse que se habían cumplido con las indicaciones correspondientes, la Comisión Higiénica, recomienda la clausura del matadero, hasta que no se cumplan las mismas y otras que se hacen indispensables como ser “pavimentación y techo de chiqueros, piletas de baño, sumideros, hornos de cremación para los restos orgánicos, etc.’’ (32)
Por resolución del 19 de febrero de 1895, la Comisión de Higiene propuso las siguientes mejoras en el establecimiento de los señores Grosso y Borsini:
“1. El trabajo de la matanza de yeguas se avisará por una señal de género u otra materia, levantada en el edificio a bastante altura para ser visible a regular distancia, balándose sólo cuando haya concluido la faena.
2. La matanza, desuelle y desposte sólo durará hasta las 3 de la tarde con el objeto de que se haga en las horas siguientes del mismo día una prolija limpieza y desinfección.
3. Los residuos de las reses que no se aprovechan en la alimentación mediata de |los cerdos serán sacados diariamente de la fábrica y llevados a una distancia no menos de 200 metros para ser depositados en pozos o si no desparramados con rastrillos sobre el terreno.
4. Se establece dos cañerías para llevar agua para la limpieza y lavado.
5. Se procederá a la construcción de un piso impermeable para facilitar el lavado” (33)
Si bien la empresa a través de Luis Cavanna acepta las modificaciones, piden sin embargo la posibilidad de realizar el piso
con ladrillos de canto, estableciéndose que se obtendrá el mismo resultado a un costo muy inferior, accediendo la Municipalidad a dicho requerimiento.
Sin embargo, las mejoras no se realizan, las condiciones insalubres continúan. Un año después un nuevo informe de la Comisión Higiénica, tras como resultado se multe a dicha empresa. Como respuesta ésta pide “se exonere a pagar dicha multa, ya que el matadero casi no funciona por escasez de animales, y además se les ha cancelado un crédito que habían pedido para la realización de tales obras (sic)”.
La Municipalidad con fecha marzo 6 de 1896, libra a la empresa del pago de la multa y le otorga un nuevo plazo de dos meses para la
finalización de las obras. Esta resolución desconoce cada uno de los puntos detallados en el informe de la Comisión de Higiene, como así también la de bregar por el bienestar y salud de sus ciudadanos.
Al parecer algunas condiciones se fueron modificando. En junio de 1899, los señores Adolfo y Augusto Sackmannn peticionan ante el intendente Joaquín Amoedo el correspondiente permiso para poner en funcionamiento en su fábrica de aceite de pescado, en el campo de Sebastián Casares, en el cuartel 4, una planta para elaborar aceite de potro durante los meses de junio y agosto. La respuesta no se hace esperar; pero atendiendo a los siguientes requisitos.
“1. Los propietarios deberán respetar las disposiciones que tome la intendencia u ordenanzas que en adelante se sanciones.
2. El pago de los Impuestos Municipales se efectuará a Tesorería, en el acto de presentar las guías de campaña, no pudiendo efectuar la matanza sin antes llenar los requisitos.
3. La hora de matanza será de 7 am a 2 pm incurriendo en una multa de cien pesos c/legal si se llegase a comprobar que se faenase fuera de esa hora.
Este permiso caducará en el momento que se dejare de dar cumplimiento a cualquiera de las disposiciones en él establecidas”. (34)
Al parecer con el nuevo siglo, llegan algunas mejoras ya que las condiciones establecidas apuntan a mejorar las condiciones de salubridad e higiene.
En cuanto a otras actividades económicas derivadas de la ganadería podemos indicar que parte del ganado vacuno, además de ser destinado para el abasto de la población quilmeña, en otra parte era enviado a la Capital Federal, seguramente para cubrir también igual necesidad.
Tenemos datos de que en el año 1881, se exportaron 1.634 animales para la Capital; en el año 1883,968 y en el año 1884,392 animales. (35)
En cuanto a las actividades relacionadas con la industria del cuero podemos indicar las siguientes cifras:
1881
|
1883
|
1884
|
|
Cueros vacunos
|
1.282
|
1.781
|
2.276
|
Cueros de becerro y nonato
|
130
|
30
|
|
Cueros lanares
|
107,301
|
16.144
|
9.865
|
Cueros de potro
|
64
|
30
|
SALADERO DE LA TEJA |
2º Premio con un animal Hereford puro de sexo masculino de 1.780 Kg. de peso a los 2 años y 5 meses, de nombre TOLTECA.
3º Premio con una hembra, de la misma raza de 1.155 Kg. de dos años y 6 meses, CHOLULA. (37)
En el año 1897, animales de la Cabaña del Rincón de Tomas Bell y nuevamente de la Cabaña de San Juan del antes mencionado L. Pereyra obtuvieron el 1º Premio Medalla de Plata y el 3º Premio Diploma Honorífico. (38)
Muchos ganaderos de este partido integraron también la Sociedad Rural, demostrando así su inserción en la actividad ganadera. En el año 1890, pertenecían a ella Cosme Argerich, Carlos Clark y Guillermo Davidson (39); a ellos se unió Diego Thomas en 1893, (40) y Federico Newton en 1897. (41)
CONCLUSIONES
El análisis de los datos obtenidos y la consulta a las fuentes citadas nos permiten elaborar ciertas reflexiones que consideramos de significación.
En el aspecto demográfico detectamos que entre los años 1890 y 1895, se produce una disminución de 800 personas en el caudal de habitantes, esto es consecuencia directa de la separación del partido de Florencio Varela; fenómeno que se refleja en el aumento de la densidad de la población pasando de 26,62 habitantes por Km2.
Otro elemento significativo lo constituye la disminución del porcentaje de la población rural a partir de 1869; esto se detecta comparando los datos que brindan los distintos censos consultados.
En relación al número de cabezas de ganado que hemos registrado (bovino - equino - ovino y porcino), se nota una considerable disminución a partir del Censo de 1881, a pesar del leve repunte señalado en el Censo de 1895. Podemos afirmar que, entre 1881 y 1908, el ganado ovino casi desaparece en la zona ya que de 70.722 cabezas se registran en la primera de las fechas marcadas se disminuye 4.548 ejemplares al final del período estudiado. Este fenómeno se acompaña por un crecimiento del ganado bovino pero no tan significativamente.
Consecuencia directa del proceso señalado, se produce en la zona una merma considerable en el número de propiedades rurales.
Evidentemente que estos elementos: propiedades rurales, número de ganado y valor de la tierra, están en disminución porque las transformaciones estructurales a nivel económico ya comienzan en este período a sentar sus bases de proyección, nos referimos al inicio
del proceso industrial que se opera con mayor celeridad, después del período que hemos analizado.
Como aspectos peculiares detectamos que en la década del ‘90 es significativa la producción de cueros dentro del partido como también la “exportación” de carne desde Quilmes hacía la Capital Federal para ser faenada y derivadas hacia el consumo interno. Uno de los caracteres más llamativos que se pudieron registrar, es el proceso de mestizaje que se produjo en algunos establecimientos especialmente en las propiedades de los señores Bell y Pereyra. Esto permitió que se obtuvieran importantes premios en los Concursos de la Sociedad Rural y que representantes de Quilmes integraran dicha institución.
A la luz de los documentos del Archivo inédito Municipal, se destaca la mala calidad de las carnes utilizadas para el consumo de la población como así también las malas condiciones de higiene y salubridad de los lugares de matanza.
Aizpurua, María del Carmen. "Algunos aspectos de la ganadería en Quilmes 1810 - 1910", Boletín Nº 2 de la Junta de Estudios Históricos, Quilmes, Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Quilmes. 1987. Pp. 11 a 23.
Fotos 1; 2 y 3 gentileza Claudio Schbib
NOTAS
1 Censo General De La Provincia De Buenos Aires Demográfico, Agrícola, Industrial Y Comercial. Verificado el 9 de Octubre de 1881, bajo la Administración del Dr. Dardo Rocha. Buenos Aires, Imprenta El Diario, 1883.
2 Ricardo M. Ortiz, Historia Económica de la Argentina. Buenos Aires, Pampa y Cielo, 1964, Tomo I, Pág. 161.
3 Cuadro Confeccionado con datos tomados de los siguientes censos: Censo General de la Provincia, 1881 Op. Cit; Censo Agrícolo-Pecuario de la provincia de Buenos Aires levantado en el mes de octubre de 1888. Para contribuir a la representación de la República Argentina en la Exposición Universal de París. Buenos Aires, Establecimiento Tipográfico El Censor, 1889; Segundo censo de la Republica Argentina 1895. Mayo 10 de 1895. Decretado en la administración del Dr. Sáenz Peña, verificado en la del Dr. Uriburu. Tres Tomos. Buenos Aires, taller de la Penitenciarte Nacional, 1898; Censo Agropecuario Nacional. La Ganadería, la Agricultura en 1908. Buenos Aires de las oficinas Metereológicas Argentinas, 1909.
4 Censo General De La Provincia 1881 Op. Cit.
5 Alfredo J. Montoya, Historia De Los Saladeros Argentinos, Buenos Aires Raigal, 1956, Pág. 96
6 Censo Agricolopecuario 1888 Op. Cit.
7 Segundo Censo De La República Argentina 1895, Op. Cit.
8 Censo Agropecuario Nacional 1881 Op. Cit.
9 Censo General De La Provincia 1881 Op. Cit
10 Censo Agrícolo-Pecuario 1888 Op. Cit.
11 Segundo Censo de la República Argentina 1895 Op. Cit
12 El pionero del refrigerador fue Charles Tellier quien en 1867, inventó un dispositivo destinado a fabricar hielo. Entre 1868 y 1869, se centró en el análisis del frío industrial y sus aplicaciones. Pronto se dedicó a la fabricación de aparatos frigoríficos para la conservación de los alimentos.
13 Censo Agropecuario Nacional. 1908 Op. Cit
14 Censo General de la Provincia 1881 Op. Cit
16 Segundo Censo de la República Argentina 1895 Op. Cit. Pág 130.
17 Segundo Censo de la República Argentina 1895 Op. Cit Pig.51.
18 y 19 J. A. Craviotto, Quilmes A Través de los Años. Municipalidad de Quilmes. Quilmes, 1969, Pág. 169-170.
20 ;21 y 22 Censo General de la Provincia. 1881 Op. Cit. Pág. 435.
23 Censo Agrícolo-Pecuario. 1888 Op. Cit., Pág 47.
25; 26; 27 y 28 Archivo Municipal Quilmes. Legajo 51 Expediente J. En La Biblioteca Municipal Domingo Faustino Sarmiento.
29 El Quilmero. Periódico De Intereses Rurales. Año XIII Nº 1264. Quilmes, domingo 15 de enero de 1888, P. 1 C. 1.
30 Guillermo Enrique Hudson, “Allá Lejos y Hace Tiempo”, Buenos Aires, Peuser 1965, Pág 322-323.
34 Archivo Municipal Quilmes. Legajo 16. Expediente 1 S. En Biblioteca Municipal Domingo F. Sarmiento.
35 y 36 Anuario Estadístico de la provincia De Buenos Aires.
37 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XX, Año 1886.
38 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXXI Año 1897.
39 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXIV Año 1890.
40 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXVII. Año 1893.
41 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXXI. Año 1897.
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