Durante esta etapa se fundó la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Cristoforo Colombo” en 1878, con 88 asociados en su mayoría noritálicos; esto lo clarifican estadísticamente los historiadores María del Carmen Aizpurúa, Mercedes Martínez de Vázquez y Jorge H. Levoratti, en el segundo Boletín publicado por la Junta de Estudios Históricos en 1987. [2]
CONTEXTUALIZACIÓN
Pero veamos que pasaba en ese entonces en la “Bella Italia”. El 9 de enero de 1878 (el mismo año en que se fundó en Quilmes la Sociedad Italiana), tras la muerte de su padre el rey Víctor Manuel
II, Humberto de Saboya se convirtió en rey con el título de Humberto Iº de Italia y no como Humberto IVº de Saboya, que le correspondía por tradición, con el fin de reforzar su imagen como soberano efectivo en todo el Reino de Italia y no sólo de Piamonte-Cerdeña.
Había nacido el 14 de marzo de 1844, en Turín y bautizado como Umberto Rainerio Carlo Emanuele Giovanni María Ferdinando Eugenio de Savoya Habsburgo Lorena, príncipe del Piamonte. Fue el primer rey de la Italia unificada.
Durante su reinado la Península se unió a Alemania y al imperio Austro-Húngaro, formando parte de la ‘Triple Alianza’. A razón del dominio que este último Imperio (que ya se había quedado con
Trento, el Véneto y Friuli) ejerció en el norte de Italia, la decisión del monarca italiano no fue respaldada por la opinión pública, sobre todo por la burguesía mercantil surgente, y comenzó a restarle popularidad (su madre María Adelaida de Habsburgo Lorena era austríaca y en esas épocas los asuntos de una única familia repercutían en toda una nación) También en Quilmes, entre algunos piamonteses, esto no se veía con ‘buenos ojos’.
La política exterior italiana bajo su reinado fue expansionista, intentando participar del imperialismo colonialista con que otras potencias europeas caían sobre África (colonialismo que hasta hoy en día sumió en la miseria a la mayor parte de las naciones de ese continente)
Humberto y Margarita |
Este desgraciado suceso pasó a la historia como “La Masacre de Bava-Beccaris”, apellido del general que tuvo a sus órdenes la
Estos acontecimientos deterioraron aún más el respaldo popular hacia Humberto; quien envalentonado no cejó en su cometido de generalizar la coacción violenta contra los obreros y así pasó a ser el blanco de la propaganda socialista y anarquista.
En julio de 1900, el detestado Humberto acudió a la ciudad de Monza, en Lombardía, a un evento deportivo y el día 29 de ese mes, tras una cena de gala en la Villa Real, el anarquista Gaetano
Bresci [3] irrumpió en la residencia y mató al monarca con cinco disparos de revólver.
Las desgracias de esta familia no terminaron con el asesinato de este Rey. Con el nombre de su segunda hija Mafalda de Savoya fue bautizado una importante buque de pasajeros, el “Principessa Mafalda” que se hundió frente a las costas del Brasil el 25 de octubre de 1927, muriendo 481 personas, entre ellos varios argentinos. Fatalmente, esta mujer morirá el 27 de agosto de 1944, en un campo de concentración nazi, por su manifiesta oposición a la penetración alemana en Italia.
DESAVENENCIAS PÓLITICAS
Así escribió en “Un nombre para la Historia de Quilmes”, el Dr. Carlos Eusebi: [4] “Basándonos en los documentos que hemos reseñado podemos establecer los siguientes puntos: a) Desde 1892 a 1897, hubo serias luchas intestinas dentro de la institución; b) Estas desavenencias provocaron casi seguramente la disolución de la Banda de Música y la incorporación de algunos de sus integrantes a la Banda de la ‘Sociedad Unión Artesanos de La Colonia’ (liderada por don Santiago Valerga) y en 1897, a la banda de la ‘Società Filarmónica Volontari di Garibaldi’, que se transformó en 1907, en los Bomberos Voluntarios de Quilmes; [5] c) Estas mismas luchas casi seguramente provocaron la efímera creación de la “Società Elena de Montenegro” y en 1900, dentro de la misma zona de influencia, de la “Società Italiana Di Mutuo Soccorso Patria E Unita”.
TENDENCIAS
La Cristoforo Colombo era oficialista, aceptaba el gobierno
constituido en Italia, eran el grupo de inmigrantes más afincados. Los Artesanos de La Colonia tenían una tendencia hacia el liberalismo republicano. Los Volontari de Garibaldi, liberales monárquicos ‘antihumbertistas’. [6] Los ‘montenegrinos’ se oponían a la casa de Savoya y veían en la princesa Helena Petrovic-Njegos, luego reina Elena de Montenegro, a una líder ultraconservadora y anexionista (protofacista), pero entre estos últimos reinaba (monarquicamente hablando) una gran confusión. Y Patria e Unitá eran pro-socialistas.
DEL ‘PROGRESO’ A ‘HUMBERTO PRIMO’
En Quilmes, era por segundo año consecutivo intendente don Joaquín R. Amoedo, que lo había sido en 1897, sobrino de don
Felipe Amoedo que, a su vez, había ejercido esa función ejecutiva desde julio de 1886, hasta fin de ese año; fue el primero que asumió con el título de ‘intendente’, designado por el Poder Ejecutivo, en julio de 1886 y había fallecido en enero del mismo año que nos ocupa. [7]
Oficialmente las autoridades nacionales y provinciales se condolieron por la fausta noticia que cruzó el Atlántico; se enviaron condolencias al gobierno italiano y a la familia real; se hicieron obituarios en todos los medios de prensa (ver revista “Caras y Caretas”), salvo, por supuesto, en los anarco-socialistas que presentaban la noticia como una respuesta a la violencia oficial que habían desatado sobre las clases populares.
Así se había obrado oficialmente en 1888, tras el fallecimiento de
Giuseppe Garibaldi y en Quilmes se le dio el nombre del ‘héroe de Caprera’ a la calle Nº16, paralela e inmediata a la calle Progreso.
De modo que, ante las divergencias entre las distintas instituciones italianas, Amoedo acordó con el concejal Sanders y este con los concejales Cipriano E. Benavente, Ramón Dapena Victoriano Huisi, Belisario C. Otamendi y Alberto M. Sanders, seguir la línea adoptada por el gobierno Nacional, pero un tanto tibia para que no ardiera el pueblo todo; mientras que los concejales Eduardo Clark y Zoilo Rosso se declararon prescindentes y Juan Bracco, Juan P. Pérez y Olegario Ponce de León, el día de la votación, se ausentaron con licencia por diferentes motivos.
Colocar la placa también requirió de sesudas argumentaciones. Correspondía colocarla donde la calle nacía, que era frente a las vías del ferrocarril - aunque del otro lado de las vías las calles aún llevaban los mismos nombres que al Este -, pero salvo un galpón en la esquina SO de Gaboto y la ex Progreso, no había construcciones.
Se pensó en colocarla en una de las esquinas de la actual Hipólito Yrigoyen (ex 11 de Setiembre, ex Centenario, ex Uriburu), en la SO había un baldío; en la NO estaba el molino de la quinta de los Badaracco, en la SE la casa del arenero Domingo Bacigalupo y en la NE la fábrica de empanadas de Cástor Meals que fue la premiada con la placa bautismal ya que era una construcción que se preciaba apropiada para un rey, aunque Meals, hijo del maestro Félix Meals, de itálico no tenía nada.
Algunos de los vecinos de la arteria que estuvieron en tal ceremonia
fueron: los mencionados Meals y Bacigalupo (ofendido pues él sí era italiano) don Gerónimo Lavaggi, Higinio Palacios (quien se decía testigo del asesinato del juez de paz Paulino Barreiro en 1840), don Ramón Castaño, Marcelo Loredo (quien apacentaba sus equinos en la plaza Gral. Pinto y decía que era suya) el ‘tachero’ (de tachos) Nicolás Torre, el panadero Alfonso Alonso, don Antonio Benedetti, que tenía una zapatería en la nueva Humberto Primo y Brown, el carrero Ciriani, don José González, el panadero Tassano, don Celestino Risso, Domingo Fressone, el Dr. Civelli, Nemesio Cabral, los Ponce de León, los Ducca, Juan Zini, el bolichero Mortola, el carnicero Ciríaco Sánchez, el albañil Breti, los Craviotto, doña Flora Rosas de Sosa, el cochero Lisandro Godoy, el pintor Pedro Zanoti, Pastor Del Valle (pariente de Aristóbulo), los Coquibus, los Vivas, los Paterson, el Dr. Fermín Rodríguez, Mariano Vázquez, Fortunato Sosa, los Bossi, Pedro Crubellati, Pedro Conio, y otros pocos, pues la población era escasa aún.
CALLE DE QUILMES
Esta es la historia de una calle de 116 años, dentro de los 350 que este 2016 cumple Quilmes; una historia cargada de hechos cruciales para Italia, para Europa toda y por espejo para Argentina. Una historia donde lo social, lo político y la geopolítica, lo económico, la guerra y la paz, el humor de las mujeres y de los hombres, sus miserabilidades y virtudes se entremezclan a lo largo de, aproximadamente, 30 cuadras.
Eusebi, Carlos A. M. “Un nombre para la historia de Quilmes” Ed. Tiempo Sur. Quilmes 2003.
[4] Pp. 58 y 59