QUILMES MONÁRQUICO
Durante esta etapa se fundó la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Cristoforo Colombo” en 1878, con 88 asociados en su mayoría noritálicos; esto lo clarifican estadísticamente los historiadores María del Carmen Aizpurúa, Mercedes Martínez de Vázquez y Jorge H. Levoratti, en el segundo Boletín publicado por la Junta de Estudios Históricos en 1987. [2]
CONTEXTUALIZACIÓN
Pero veamos que pasaba en ese entonces en la “Bella Italia”. El 9 de enero de 1878 (el mismo año en que se fundó en Quilmes la Sociedad Italiana), tras la muerte de su padre el rey Víctor Manuel
II, Humberto de Saboya se convirtió en rey con el título de Humberto Iº de Italia y no como Humberto IVº de Saboya, que le correspondía por tradición, con el fin de reforzar su imagen como soberano efectivo en todo el Reino de Italia y no sólo de Piamonte-Cerdeña.
Había nacido el 14 de marzo de 1844, en Turín y bautizado como Umberto Rainerio Carlo Emanuele Giovanni María Ferdinando Eugenio de Savoya Habsburgo Lorena, príncipe del Piamonte. Fue el primer rey de la Italia unificada.
Durante su reinado la Península se unió a Alemania y al imperio Austro-Húngaro, formando parte de la ‘Triple Alianza’. A razón del dominio que este último Imperio (que ya se había quedado con
Trento, el Véneto y Friuli) ejerció en el norte de Italia, la decisión del monarca italiano no fue respaldada por la opinión pública, sobre todo por la burguesía mercantil surgente, y comenzó a restarle popularidad (su madre María Adelaida de Habsburgo Lorena era austríaca y en esas épocas los asuntos de una única familia repercutían en toda una nación) También en Quilmes, entre algunos piamonteses, esto no se veía con ‘buenos ojos’.
La política exterior italiana bajo su reinado fue expansionista, intentando participar del imperialismo colonialista con que otras potencias europeas caían sobre África (colonialismo que hasta hoy en día sumió en la miseria a la mayor parte de las naciones de ese continente)
En lo interno,
Humberto ejerció una política fuertemente conservadora, hostil a los sindicatos
obreros que surgían en las ciudades industriales del norte de Italia. La cima
de esta crisis se produjo en mayo de 1898. En Milán hubo masivas protestas
populares por el alza en el precio del trigo e impuestos nuevos que gravaban principalmente
al proletariado urbano (tasas destinadas, en mayor porcentaje, a las fuerzas
armadas al servicio del colonialismo)
Estos acontecimientos deterioraron aún más el respaldo popular hacia Humberto; quien envalentonado no cejó en su cometido de generalizar la coacción violenta contra los obreros y así pasó a ser el blanco de la propaganda socialista y anarquista.
En julio de 1900, el detestado Humberto acudió a la ciudad de Monza, en Lombardía, a un evento deportivo y el día 29 de ese mes, tras una cena de gala en la Villa Real, el anarquista Gaetano
Bresci [3] irrumpió en la residencia y mató al monarca con cinco disparos de revólver.
Las desgracias de esta familia no terminaron con el asesinato de este Rey. Con el nombre de su segunda hija Mafalda de Savoya fue bautizado una importante buque de pasajeros, el “Principessa Mafalda” que se hundió frente a las costas del Brasil el 25 de octubre de 1927, muriendo 481 personas, entre ellos varios argentinos. Fatalmente, esta mujer morirá el 27 de agosto de 1944, en un campo de concentración nazi, por su manifiesta oposición a la penetración alemana en Italia.
DESAVENENCIAS PÓLITICAS
Así escribió en “Un nombre para la Historia de Quilmes”, el Dr. Carlos Eusebi: [4] “Basándonos en los documentos que hemos reseñado podemos establecer los siguientes puntos: a) Desde 1892 a 1897, hubo serias luchas intestinas dentro de la institución; b) Estas desavenencias provocaron casi seguramente la disolución de la Banda de Música y la incorporación de algunos de sus integrantes a la Banda de la ‘Sociedad Unión Artesanos de La Colonia’ (liderada por don Santiago Valerga) y en 1897, a la banda de la ‘Società Filarmónica Volontari di Garibaldi’, que se transformó en 1907, en los Bomberos Voluntarios de Quilmes; [5] c) Estas mismas luchas casi seguramente provocaron la efímera creación de la “Società Elena de Montenegro” y en 1900, dentro de la misma zona de influencia, de la “Società Italiana Di Mutuo Soccorso Patria E Unita”.
TENDENCIAS
La Cristoforo Colombo era oficialista, aceptaba el gobierno
constituido en Italia, eran el grupo de inmigrantes más afincados. Los Artesanos de La Colonia tenían una tendencia hacia el liberalismo republicano. Los Volontari de Garibaldi, liberales monárquicos ‘antihumbertistas’. [6] Los ‘montenegrinos’ se oponían a la casa de Savoya y veían en la princesa Helena Petrovic-Njegos, luego reina Elena de Montenegro, a una líder ultraconservadora y anexionista (protofacista), pero entre estos últimos reinaba (monarquicamente hablando) una gran confusión. Y Patria e Unitá eran pro-socialistas.
DEL ‘PROGRESO’ A ‘HUMBERTO PRIMO’
En Quilmes, era por segundo año consecutivo intendente don Joaquín R. Amoedo, que lo había sido en 1897, sobrino de don
Felipe Amoedo que, a su vez, había ejercido esa función ejecutiva desde julio de 1886, hasta fin de ese año; fue el primero que asumió con el título de ‘intendente’, designado por el Poder Ejecutivo, en julio de 1886 y había fallecido en enero del mismo año que nos ocupa. [7]
Oficialmente las autoridades nacionales y provinciales se condolieron por la fausta noticia que cruzó el Atlántico; se enviaron condolencias al gobierno italiano y a la familia real; se hicieron obituarios en todos los medios de prensa (ver revista “Caras y Caretas”), salvo, por supuesto, en los anarco-socialistas que presentaban la noticia como una respuesta a la violencia oficial que habían desatado sobre las clases populares.
Así se había obrado oficialmente en 1888, tras el fallecimiento de
Giuseppe Garibaldi y en Quilmes se le dio el nombre del ‘héroe de Caprera’ a la calle Nº16, paralela e inmediata a la calle Progreso.
De modo que, ante las divergencias entre las distintas instituciones italianas, Amoedo acordó con el concejal Sanders y este con los concejales Cipriano E. Benavente, Ramón Dapena Victoriano Huisi, Belisario C. Otamendi y Alberto M. Sanders, seguir la línea adoptada por el gobierno Nacional, pero un tanto tibia para que no ardiera el pueblo todo; mientras que los concejales Eduardo Clark y Zoilo Rosso se declararon prescindentes y Juan Bracco, Juan P. Pérez y Olegario Ponce de León, el día de la votación, se ausentaron con licencia por diferentes motivos.
Colocar la placa también requirió de sesudas argumentaciones. Correspondía colocarla donde la calle nacía, que era frente a las vías del ferrocarril - aunque del otro lado de las vías las calles aún llevaban los mismos nombres que al Este -, pero salvo un galpón en la esquina SO de Gaboto y la ex Progreso, no había construcciones.
Se pensó en colocarla en una de las esquinas de la actual Hipólito Yrigoyen (ex 11 de Setiembre, ex Centenario, ex Uriburu), en la SO había un baldío; en la NO estaba el molino de la quinta de los Badaracco, en la SE la casa del arenero Domingo Bacigalupo y en la NE la fábrica de empanadas de Cástor Meals que fue la premiada con la placa bautismal ya que era una construcción que se preciaba apropiada para un rey, aunque Meals, hijo del maestro Félix Meals, de itálico no tenía nada.
Algunos de los vecinos de la arteria que estuvieron en tal ceremonia
fueron: los mencionados Meals y Bacigalupo (ofendido pues él sí era italiano) don Gerónimo Lavaggi, Higinio Palacios (quien se decía testigo del asesinato del juez de paz Paulino Barreiro en 1840), don Ramón Castaño, Marcelo Loredo (quien apacentaba sus equinos en la plaza Gral. Pinto y decía que era suya) el ‘tachero’ (de tachos) Nicolás Torre, el panadero Alfonso Alonso, don Antonio Benedetti, que tenía una zapatería en la nueva Humberto Primo y Brown, el carrero Ciriani, don José González, el panadero Tassano, don Celestino Risso, Domingo Fressone, el Dr. Civelli, Nemesio Cabral, los Ponce de León, los Ducca, Juan Zini, el bolichero Mortola, el carnicero Ciríaco Sánchez, el albañil Breti, los Craviotto, doña Flora Rosas de Sosa, el cochero Lisandro Godoy, el pintor Pedro Zanoti, Pastor Del Valle (pariente de Aristóbulo), los Coquibus, los Vivas, los Paterson, el Dr. Fermín Rodríguez, Mariano Vázquez, Fortunato Sosa, los Bossi, Pedro Crubellati, Pedro Conio, y otros pocos, pues la población era escasa aún.
CALLE DE QUILMES
Esta es la historia de una calle de 116 años, dentro de los 350 que este 2016 cumple Quilmes; una historia cargada de hechos cruciales para Italia, para Europa toda y por espejo para Argentina. Una historia donde lo social, lo político y la geopolítica, lo económico, la guerra y la paz, el humor de las mujeres y de los hombres, sus miserabilidades y virtudes se entremezclan a lo largo de, aproximadamente, 30 cuadras.
[6] Por el
sometimiento que el rey zanjó con la casa de Austria, lo que no fue motivo para
que tras la invitación de la Cristóforo Colombo a los actos de homenaje a
Humberto Primo el 12 de agosto de 1900 en la Capital Federal, la banda
concurriera el 26 en uniforme de gala y el luto imprescindible. Así de mutable
fueron siempre las personas... por lo general... “Un nombre para la
historia...” Pág. 49
“Las instituciones las hacen los
hombres;
los hombres pasan y las
instituciones quedan…
siempre y cuando no se la lleven los
hombres”
En el censo de 1859, la población de Quilmes, en su planta urbana, 144 manzanas, era de 1.586 habitantes. Todo
el partido, que entonces incluía a Berazategui y Florencio Varela, tenía 6.809,
de los cuales el 15,9 % eran italianos y de otras nacionalidades el 15,7%. Con
el arribo de ferrocarril Buenos Aires–Ensenada que instaló el Ing. Wheelwright
en 1872, la población aumento
extraordinariamente; la gran mayoría eran inmigrantes,
sobre todo italianos del norte, que se sumaron a los genoveses existentes desde
1850, año más año menos, además de vascos, españoles de las Canarias y de otras
regiones ibéricas, franceses y de algunas nacionalidades más. Pero la
colectividad que pronto se instaló como clase dirigente fueron los vascos del
Iparralde y los italianos: genoveses, piamonteses, lombardos de Mantua, [1]
toscanos.Durante esta etapa se fundó la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Cristoforo Colombo” en 1878, con 88 asociados en su mayoría noritálicos; esto lo clarifican estadísticamente los historiadores María del Carmen Aizpurúa, Mercedes Martínez de Vázquez y Jorge H. Levoratti, en el segundo Boletín publicado por la Junta de Estudios Históricos en 1987. [2]
CONTEXTUALIZACIÓN
Pero veamos que pasaba en ese entonces en la “Bella Italia”. El 9 de enero de 1878 (el mismo año en que se fundó en Quilmes la Sociedad Italiana), tras la muerte de su padre el rey Víctor Manuel
II, Humberto de Saboya se convirtió en rey con el título de Humberto Iº de Italia y no como Humberto IVº de Saboya, que le correspondía por tradición, con el fin de reforzar su imagen como soberano efectivo en todo el Reino de Italia y no sólo de Piamonte-Cerdeña.
Había nacido el 14 de marzo de 1844, en Turín y bautizado como Umberto Rainerio Carlo Emanuele Giovanni María Ferdinando Eugenio de Savoya Habsburgo Lorena, príncipe del Piamonte. Fue el primer rey de la Italia unificada.
Durante su reinado la Península se unió a Alemania y al imperio Austro-Húngaro, formando parte de la ‘Triple Alianza’. A razón del dominio que este último Imperio (que ya se había quedado con
Trento, el Véneto y Friuli) ejerció en el norte de Italia, la decisión del monarca italiano no fue respaldada por la opinión pública, sobre todo por la burguesía mercantil surgente, y comenzó a restarle popularidad (su madre María Adelaida de Habsburgo Lorena era austríaca y en esas épocas los asuntos de una única familia repercutían en toda una nación) También en Quilmes, entre algunos piamonteses, esto no se veía con ‘buenos ojos’.
La política exterior italiana bajo su reinado fue expansionista, intentando participar del imperialismo colonialista con que otras potencias europeas caían sobre África (colonialismo que hasta hoy en día sumió en la miseria a la mayor parte de las naciones de ese continente)
Humberto y Margarita |
Las protestas,
por órdenes del Rey, fueron reprimidas de manera sangrienta en las calles milanesas
por el ejército, empleando la artillería contra manifestantes desarmados, dejando
un saldo de centenares de asesinados. Por supuesto que entre estos había
parientes y amigos de muchos inmigrados al Río de La Plata; otro baldón sobre
Humberto.
Este desgraciado suceso pasó a la historia como “La Masacre de Bava-Beccaris”, apellido del general que tuvo a sus órdenes la
represión, quien luego fue convocado por el Rey en Roma y condecorado públicamente
con honores por su "valentía en
defender la Casa Real", acusando a los obreros de "enemigos de la Corona" (suceso algo semejante al del
malhadado represor coronel Ramón Falcón, de cuyo nombre limpiamos los quilmeños
una plaza) Este desgraciado suceso pasó a la historia como “La Masacre de Bava-Beccaris”, apellido del general que tuvo a sus órdenes la
Estos acontecimientos deterioraron aún más el respaldo popular hacia Humberto; quien envalentonado no cejó en su cometido de generalizar la coacción violenta contra los obreros y así pasó a ser el blanco de la propaganda socialista y anarquista.
En julio de 1900, el detestado Humberto acudió a la ciudad de Monza, en Lombardía, a un evento deportivo y el día 29 de ese mes, tras una cena de gala en la Villa Real, el anarquista Gaetano
Bresci [3] irrumpió en la residencia y mató al monarca con cinco disparos de revólver.
Las desgracias de esta familia no terminaron con el asesinato de este Rey. Con el nombre de su segunda hija Mafalda de Savoya fue bautizado una importante buque de pasajeros, el “Principessa Mafalda” que se hundió frente a las costas del Brasil el 25 de octubre de 1927, muriendo 481 personas, entre ellos varios argentinos. Fatalmente, esta mujer morirá el 27 de agosto de 1944, en un campo de concentración nazi, por su manifiesta oposición a la penetración alemana en Italia.
DESAVENENCIAS PÓLITICAS
La italianidad
quilmeña no fue ajena a los hechos arriba mencionados y, como
en toda institución formada por humanos: asociación, agrupación, centro, club,
comisión o como quieran
llamarse, se produjeron conflictos (esto pasó ayer y
pasa hoy y pasará siempre desafortunadamente) porque los aconteceres políticos
y sociales de sus países de origen no les pasaban desapercibidos y se
involucraban en ellos como si aún residieran en sus terruños natales y los
manifestaron con esa pasión vocinglera que ponen los italianos en todas las
cosas. El asesinato de Humberto produjo desinteligencias
en la “Cristóforo Colombo”: humbertistas, anarco-socialistas, liberales
republicanos comenzaron una disgregación activa (una grieta).Así escribió en “Un nombre para la Historia de Quilmes”, el Dr. Carlos Eusebi: [4] “Basándonos en los documentos que hemos reseñado podemos establecer los siguientes puntos: a) Desde 1892 a 1897, hubo serias luchas intestinas dentro de la institución; b) Estas desavenencias provocaron casi seguramente la disolución de la Banda de Música y la incorporación de algunos de sus integrantes a la Banda de la ‘Sociedad Unión Artesanos de La Colonia’ (liderada por don Santiago Valerga) y en 1897, a la banda de la ‘Società Filarmónica Volontari di Garibaldi’, que se transformó en 1907, en los Bomberos Voluntarios de Quilmes; [5] c) Estas mismas luchas casi seguramente provocaron la efímera creación de la “Società Elena de Montenegro” y en 1900, dentro de la misma zona de influencia, de la “Società Italiana Di Mutuo Soccorso Patria E Unita”.
TENDENCIAS
La Cristoforo Colombo era oficialista, aceptaba el gobierno
constituido en Italia, eran el grupo de inmigrantes más afincados. Los Artesanos de La Colonia tenían una tendencia hacia el liberalismo republicano. Los Volontari de Garibaldi, liberales monárquicos ‘antihumbertistas’. [6] Los ‘montenegrinos’ se oponían a la casa de Savoya y veían en la princesa Helena Petrovic-Njegos, luego reina Elena de Montenegro, a una líder ultraconservadora y anexionista (protofacista), pero entre estos últimos reinaba (monarquicamente hablando) una gran confusión. Y Patria e Unitá eran pro-socialistas.
DEL ‘PROGRESO’ A ‘HUMBERTO PRIMO’
En Quilmes, era por segundo año consecutivo intendente don Joaquín R. Amoedo, que lo había sido en 1897, sobrino de don
Felipe Amoedo que, a su vez, había ejercido esa función ejecutiva desde julio de 1886, hasta fin de ese año; fue el primero que asumió con el título de ‘intendente’, designado por el Poder Ejecutivo, en julio de 1886 y había fallecido en enero del mismo año que nos ocupa. [7]
Oficialmente las autoridades nacionales y provinciales se condolieron por la fausta noticia que cruzó el Atlántico; se enviaron condolencias al gobierno italiano y a la familia real; se hicieron obituarios en todos los medios de prensa (ver revista “Caras y Caretas”), salvo, por supuesto, en los anarco-socialistas que presentaban la noticia como una respuesta a la violencia oficial que habían desatado sobre las clases populares.
Así se había obrado oficialmente en 1888, tras el fallecimiento de
Giuseppe Garibaldi y en Quilmes se le dio el nombre del ‘héroe de Caprera’ a la calle Nº16, paralela e inmediata a la calle Progreso.
De modo que, ante las divergencias entre las distintas instituciones italianas, Amoedo acordó con el concejal Sanders y este con los concejales Cipriano E. Benavente, Ramón Dapena Victoriano Huisi, Belisario C. Otamendi y Alberto M. Sanders, seguir la línea adoptada por el gobierno Nacional, pero un tanto tibia para que no ardiera el pueblo todo; mientras que los concejales Eduardo Clark y Zoilo Rosso se declararon prescindentes y Juan Bracco, Juan P. Pérez y Olegario Ponce de León, el día de la votación, se ausentaron con licencia por diferentes motivos.
ACTAS DE LA SESIÓN DEL 26 DE AGOSTO DE 1900 Presidente del HCD Victoriano Huisi; concejales Ramón
Dapena, Cipriano E. Benavente, Alberto M. Sanders, Belisario C. Otamendi.
Ausentes Juan Bracco, Juan P. Pérez, Olegario Ponce de León.
Cambio de nombre de la calle Progreso por Humberto
Primo por moción del concejal Sanders en memoria del malogrado rey de Italia
Humberto Iº. Fue aprobada la moción coincidiendo que ese mismo día la
colectividad italiana realizaría una manifestación de condolencias en memoria
de dicho monarca asesinado en Monza, por lo cual el HCD se asociaría a ella
designando con el nombre del soberano a la calle Progreso. [8]
La manifestación
organizada para emplazar con su nuevo nombre a la calle Progreso, ex Nº18, y
descubrir una austera placa referida al hecho, transcurrió sin turbulencias,
salvo algunos huevos que
salieron disparados de ciertas casas y silbidos que se
oyeron mientras el señor Amoedo dirigía compungidas palabras a los asistentes,
elogiando la persona del malogrado monarca. Colocar la placa también requirió de sesudas argumentaciones. Correspondía colocarla donde la calle nacía, que era frente a las vías del ferrocarril - aunque del otro lado de las vías las calles aún llevaban los mismos nombres que al Este -, pero salvo un galpón en la esquina SO de Gaboto y la ex Progreso, no había construcciones.
Se pensó en colocarla en una de las esquinas de la actual Hipólito Yrigoyen (ex 11 de Setiembre, ex Centenario, ex Uriburu), en la SO había un baldío; en la NO estaba el molino de la quinta de los Badaracco, en la SE la casa del arenero Domingo Bacigalupo y en la NE la fábrica de empanadas de Cástor Meals que fue la premiada con la placa bautismal ya que era una construcción que se preciaba apropiada para un rey, aunque Meals, hijo del maestro Félix Meals, de itálico no tenía nada.
Algunos de los vecinos de la arteria que estuvieron en tal ceremonia
fueron: los mencionados Meals y Bacigalupo (ofendido pues él sí era italiano) don Gerónimo Lavaggi, Higinio Palacios (quien se decía testigo del asesinato del juez de paz Paulino Barreiro en 1840), don Ramón Castaño, Marcelo Loredo (quien apacentaba sus equinos en la plaza Gral. Pinto y decía que era suya) el ‘tachero’ (de tachos) Nicolás Torre, el panadero Alfonso Alonso, don Antonio Benedetti, que tenía una zapatería en la nueva Humberto Primo y Brown, el carrero Ciriani, don José González, el panadero Tassano, don Celestino Risso, Domingo Fressone, el Dr. Civelli, Nemesio Cabral, los Ponce de León, los Ducca, Juan Zini, el bolichero Mortola, el carnicero Ciríaco Sánchez, el albañil Breti, los Craviotto, doña Flora Rosas de Sosa, el cochero Lisandro Godoy, el pintor Pedro Zanoti, Pastor Del Valle (pariente de Aristóbulo), los Coquibus, los Vivas, los Paterson, el Dr. Fermín Rodríguez, Mariano Vázquez, Fortunato Sosa, los Bossi, Pedro Crubellati, Pedro Conio, y otros pocos, pues la población era escasa aún.
CALLE DE QUILMES
Esta es la historia de una calle de 116 años, dentro de los 350 que este 2016 cumple Quilmes; una historia cargada de hechos cruciales para Italia, para Europa toda y por espejo para Argentina. Una historia donde lo social, lo político y la geopolítica, lo económico, la guerra y la paz, el humor de las mujeres y de los hombres, sus miserabilidades y virtudes se entremezclan a lo largo de, aproximadamente, 30 cuadras.
Investigación Prof. Chalo Agnelli
ex Secretario de la Comisión de Cultura de la Sociedad Italiana
FUENTES
Eusebi, Carlos A. M. “Un nombre para la historia de Quilmes” Ed. Tiempo Sur. Quilmes 2003.
Eusebi, Carlos A. M. “Un nombre para la historia de Quilmes” Ed. Tiempo Sur. Quilmes 2003.
Schbib, Claudio.
“Fuego y Agua”. Ed. Tiempo Sur,
Quilmes, 2000.
Archivo de la Biblioteca Pública Municipal D. F. Sarmiento
Fotos: A.G.N.
NOTAS
[1] Mantua fue nombrada "Capital de la cultura italiana 2016".
[2] “Presencia de la
inmigración italiana en Quilmes (1869 – 1914)” Boletín Nº 2, Quilmes, 1987. Pp. 162 a 177
[3] Bresci
nació en la Toscana y emigró a los EEUU, residiendo en Paterson, Nueva Jersey
donde existía una gran comunidad italiana. Fue co-fundador de “La Questione Sociale”, periódico
anarquista publicado en idioma italiano editado en Paterson. Según la feminista
y anarquista italiana Emma Goldman: “Era
un hábil tejedor, considerado por sus empleadores como un serio y aplicado
trabajador, aunque le pagaban tan solo 15 dólares por semana. Tenía un hijo y
una esposa que mantener; se las arreglaba para hacer sus contribuciones
económicas semanales al periódico. Había ahorrado 150 dólares que se los había
prestado al grupo en un momento crítico de La Questione Sociale. Sus noches y domingos libres acostumbraba
a colaborar con el trabajo en la redacción del periódico y con la propaganda.
Era muy querido y respetado por su dedicación a todos los miembros del grupo.”
[4] Pp. 58 y 59
[4] Pp. 58 y 59
[5] Ver en EL QUILMERO del viernes,
16 de mayo de 2014, BOMBEROS VOLUNTARIOS DE
QUILMES – CALLE GARIBALDI - VIDEO DE ALEJANDRO RE
Ver en EL QUILMERO del viernes lunes, 10 de octubre de 2011
102 AÑOS DE LOS BOMBEROS VOLUNTARIOS DE QUILMES - "FUEGO Y AGUA" DE CLAUDIO SCHBIB
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/10/102-anos-de-los-bomberos-voluntarios-de.html
[7] Ver en EL QUILMERO del domingo,
24 de julio de 2011, FELIPE AMOEDO - EL NOMBRE
DE TU CALLE
[8] Libro de
Actas del H.C.D. 1900 - Biblioteca Pública Municipal D. F. Sarmiento.