EL MÁXIMO HISTORIADOR QUILMEÑO [1]
Chalo Agnelli
Pasan los años y las personalidades que dejaron huellas definitorias e
imprescindibles en Quilmes se transforman en nombres de calles que rara vez alguien sabe
por qué se llaman así. A los que vivimos los últimos años del período de las
grandes gestores quilmeños, nos toca recuperar a esas figuras, nos creemos en
deuda con esas personalidades y estamos convencidos que nuestros nietos deben
saber que, desde los quilmes y acalianos, nuestros pueblos fundadores, existieron hombres y mujeres en este rincón ribereño, que crearon instituciones,
trazaron caminos sociales, culturales y espirituales que nos permiten tener una identidad
muy preciada y afianzar en sus obras nuestro sentido de pertenencia. Una de esas personalidades el máximo historiador quilmeño.
Ningún emprendimiento de carácter historiográfico puede avanzar sin su mención
liminar.
Nuestro historiador máximo, el Dr. José A. Craviotto, nació en La Boca el
8 de Julio
de 1900. Pasó su primera infancia a la
orilla del Riachuelo - cuando ese caudal de aguas no era un negro arroyo de
miasmas que desde hace años intentan recuperar - entre la musicalidad de la lengua genovesa y el ruido de los
astilleros que aún ocupaban a cientos de laboriosos inmigrantes ligures. Fueron
sus padres Juan José Craviotto y Magdalena Denegri, ambos argentinos de origen
genovés. Fue su hermano el Dr. Guillermo Craviotto.
Desde hacía algunas décadas los Craviotto eran propietarios de un
aserradero que originalmente fabricaba piezas para los barcos que se construían
en esas orillas y luego ruedas para todo tipo de carros.
Sus antepasados tenían un astillero en Varazze, pueblo de la Liguria italiana. Su abuelo José nacido el 6 de enero de 1827 llegó a la Argentina en 1843 con patente de constructor naval adquirido en los astilleros paternos. Comenzó a trabajar en un astillero de un tío suyo y en 1847 instaló uno propio junto al Riachuelo. Construyó barcos e hizo reparaciones hasta el año 1880 en que había montado 47 buques que hacían la navegación del río Paraná y el Uruguay y entre Buenos Aires y Montevideo. Falleció el 25 de noviembre de 1895.
Era una familia de largo arraigo en ese barrio porteño, uno de ellos, don Tomás Craviotto formó parte del consejo de administración de la primera sucursal boquense del banco Nación que se inauguró en 1892; lo acompañaban otros vecinos de origen genovés: Federico Baglietto, José Castagnola, Santiago Garrone, José Ragozza, Enrique Boglino y los hermanos Domingo y Sebastián Cichero, estos últimos con intereses agropecuarios muy importantes en Quilmes. [2]
A raíz de la fiebre amarilla que asoló Buenos Aires en 1871, y sobre todo atacó a los habitantes de San Telmo, Barracas y La Boca, los abuelos del Dr. Craviotto se establecieron circunstancialmente en Quilmes en una propiedad de la calle Belgrano entre Garibaldi y Humberto Primo, [3] donde siguieron viniendo a pasar los tórridos veranos porteño. De modo que el vínculo con este pueblo del sur era de larga data.
Tenía el pequeño José tres años, cuando la familia se estableció definitivamente en Quilmes, donde cursó y finalizó la enseñanza primaria en la escuela Nº19, aún ubicada en en "La Victoria", vieja casona del Dr. José Antonio Wilde; en cuyo ambiente quizá, todavía animado por ese ilustre hombre público de Quilmes, se acrecentó el amor a este suelo.
Sus antepasados tenían un astillero en Varazze, pueblo de la Liguria italiana. Su abuelo José nacido el 6 de enero de 1827 llegó a la Argentina en 1843 con patente de constructor naval adquirido en los astilleros paternos. Comenzó a trabajar en un astillero de un tío suyo y en 1847 instaló uno propio junto al Riachuelo. Construyó barcos e hizo reparaciones hasta el año 1880 en que había montado 47 buques que hacían la navegación del río Paraná y el Uruguay y entre Buenos Aires y Montevideo. Falleció el 25 de noviembre de 1895.
Era una familia de largo arraigo en ese barrio porteño, uno de ellos, don Tomás Craviotto formó parte del consejo de administración de la primera sucursal boquense del banco Nación que se inauguró en 1892; lo acompañaban otros vecinos de origen genovés: Federico Baglietto, José Castagnola, Santiago Garrone, José Ragozza, Enrique Boglino y los hermanos Domingo y Sebastián Cichero, estos últimos con intereses agropecuarios muy importantes en Quilmes. [2]
A raíz de la fiebre amarilla que asoló Buenos Aires en 1871, y sobre todo atacó a los habitantes de San Telmo, Barracas y La Boca, los abuelos del Dr. Craviotto se establecieron circunstancialmente en Quilmes en una propiedad de la calle Belgrano entre Garibaldi y Humberto Primo, [3] donde siguieron viniendo a pasar los tórridos veranos porteño. De modo que el vínculo con este pueblo del sur era de larga data.
Tenía el pequeño José tres años, cuando la familia se estableció definitivamente en Quilmes, donde cursó y finalizó la enseñanza primaria en la escuela Nº19, aún ubicada en en "La Victoria", vieja casona del Dr. José Antonio Wilde; en cuyo ambiente quizá, todavía animado por ese ilustre hombre público de Quilmes, se acrecentó el amor a este suelo.
Colegio para varones San Luis Gonzaga, del maestro Doroteo Yoldi, Alem entre Alvear y Mitre, óleo del artista Domingo Bloise |
D. Yoldi |
En marzo de 1918 ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos
Aires. Egresó en 1922 con el título de
Doctor en Bioquímica y Farmacia con Diploma de Honor por su brillante
desempeño.
Instala su primer laboratorio en La Boca y luego en la actual peatonal Rivadavia, donde - según cuentan su hija María Cesira y el Prof. Maier en su libro “Bio-bibliografía del Dr. José A. Craviotto”: “... ejerce su profesión con singular éxito, en el cual se reunían con frecuencia sus amigos, pero no para hablar de química, sino para hablar de lo que más hondo llevaba adentro éste hombre que tanto hizo por su patria chica; hablaban de historia, de papeles, de investigaciones históricas de Quilmes…”
Fue ayudante de laboratorio de la cátedra de Clínica Epidemiológica en el Hospital Muñiz, hasta 1925 en que ingresa como Jefe de Laboratorio del Hospital de Quilmes, cargo que desempeñará “ad honores”, durante 10 años.
Instala su primer laboratorio en La Boca y luego en la actual peatonal Rivadavia, donde - según cuentan su hija María Cesira y el Prof. Maier en su libro “Bio-bibliografía del Dr. José A. Craviotto”: “... ejerce su profesión con singular éxito, en el cual se reunían con frecuencia sus amigos, pero no para hablar de química, sino para hablar de lo que más hondo llevaba adentro éste hombre que tanto hizo por su patria chica; hablaban de historia, de papeles, de investigaciones históricas de Quilmes…”
Fue ayudante de laboratorio de la cátedra de Clínica Epidemiológica en el Hospital Muñiz, hasta 1925 en que ingresa como Jefe de Laboratorio del Hospital de Quilmes, cargo que desempeñará “ad honores”, durante 10 años.
En marzo de 1927, comienza la carrera docente como profesor de Física y
Química en el Colegio Nacional fundado en 1922. Compartía las aulas con colegas
señeros en la tradición educativa de esa Institución como: Ana María y Catalina
Borzi, Rosa Bucich de von Schultz, Sarah Cichero, Oscar Echelini, Guido Girotto,
Dr. José Orengo, Lilia N. Bruno de Raris, Luis Ricagno, Enrique H. Rocca
Rivarola, Gustavo Rennes y el noble Doroteo Yoldi, entre otros tan o más
renombrados.
A.M.Borzi |
Las clases del profesor Craviotto eran rigurosas y él mismo elaboraba los
apuntes sobre los cuales estudiaban sus alumnos, clases seductoras, sobre todo,
cuando las matizaba con breves digresiones sobre la historia de Quilmes. [5]
Ejerció la docencia durante 35 años, retirándose en junio de 1962.
En 1930 lo habían nombrado Jefe de la Oficina
Química de
la Municipalidad,
fue Director de Química e Industria y luego Secretario de Salud Pública. Fue
precursor del Centro de Laboratoristas de Quilmes. Dicha oficina durante casi
una década funcionó en la misma casa del Dr. Craviotto.
Rosa Bucich |
Este mismo año se había casado con Dina Orengo una joven de vieja familia
bernalense; tienen dos hijas, María Dina y María Cesira. Se jubiló de su actividad municipal tras 32 años de servicio.
Don César Barrera Nicholson, historiador, riguroso investigador, amigo y colaborador permanente del Dr. Craviotto |
La historia había sido desde la infancia una pasión que acompañaba sus
distracciones y responsabilidades. La lectura de los historiadores más renombrados llenaba su tiempo libre y a veces se desvelaba comparando datos
y discerniendo opiniones diversas y adversas.
En 1935 excavando en la zona al SE de las calles Brandsen y Paz, en la antigua quinta de Faramiñan (Brandsen, Guido, Libertad y Derqui), los trabajadores encontraron restos de lo que parecían construcciones antiguas. Los periódicos La Razón (25/4/35) y El Sol (21/4/35) enterados del hallazgo publicaron una serie de suposiciones absolutamente erróneas que generaron polémica en la población. Craviotto determinó que allí, en 1787, había habido un horno de ladrillos y con tierra de esa zona se hicieron los adobes cocidos con los que se construyó la primera iglesia quilmeña que se derribo en 1928 para construir una más adecuada para el pueblo creciente, templo que persiste en los cimientos y lagunas paredes de la actual Catedral. Se llamó a esa zona el "Horno de la Virgen" por el destino que tuvo la tierra de allí extraída[6]
En 1935 excavando en la zona al SE de las calles Brandsen y Paz, en la antigua quinta de Faramiñan (Brandsen, Guido, Libertad y Derqui), los trabajadores encontraron restos de lo que parecían construcciones antiguas. Los periódicos La Razón (25/4/35) y El Sol (21/4/35) enterados del hallazgo publicaron una serie de suposiciones absolutamente erróneas que generaron polémica en la población. Craviotto determinó que allí, en 1787, había habido un horno de ladrillos y con tierra de esa zona se hicieron los adobes cocidos con los que se construyó la primera iglesia quilmeña que se derribo en 1928 para construir una más adecuada para el pueblo creciente, templo que persiste en los cimientos y lagunas paredes de la actual Catedral. Se llamó a esa zona el "Horno de la Virgen" por el destino que tuvo la tierra de allí extraída[6]
El intendente Pedro P. Oliveri, para esclarecer el tema, solicitó al Dr.
Craviotto que indagara el origen de estas “ruinas”,
motivando así, lo que fue su primer trabajo de investigación histórica, “Informe sobre los restos de una construcción antigua en Quilmes”, que culmina y publica en parte con documentación y planimetría en el
periódico local La Verdad del 24 de
mayo de 1935 (Ver bibliografía del Dr. Craviotto)
La documentación obtenida con esa investigación le advirtieron de la necesidad de ficharla debidamente y crear un archivo historiográfico local. Luego investigaciones realizadas entre 1936 y 1940, en el archivo del Juzgado de Paz de San Vicente, en el de la Dirección de Geodesia del Ministerio de Obras Públicas de la provincia, en el de la parroquia de Quilmes y en la de San Vicente, sumaron un importante patrimonio documental en el que colaboró el profesor Antonio Iglesias, sobre todo, en la parte relativa al deslinde sur y sudeste de Quilmes y a su antigua jurisdicción costera hasta el Río Salado.
A partir de esa nota la producción historiográfica del Dr. Craviotto fue vertiginosa y de una amplitud impensada: 161 trabajos de investigación, folletos y libros, 599 colaboraciones en el diccionario Histórico Argentino y en diversos órganos de publicidad.
La documentación obtenida con esa investigación le advirtieron de la necesidad de ficharla debidamente y crear un archivo historiográfico local. Luego investigaciones realizadas entre 1936 y 1940, en el archivo del Juzgado de Paz de San Vicente, en el de la Dirección de Geodesia del Ministerio de Obras Públicas de la provincia, en el de la parroquia de Quilmes y en la de San Vicente, sumaron un importante patrimonio documental en el que colaboró el profesor Antonio Iglesias, sobre todo, en la parte relativa al deslinde sur y sudeste de Quilmes y a su antigua jurisdicción costera hasta el Río Salado.
A partir de esa nota la producción historiográfica del Dr. Craviotto fue vertiginosa y de una amplitud impensada: 161 trabajos de investigación, folletos y libros, 599 colaboraciones en el diccionario Histórico Argentino y en diversos órganos de publicidad.
Nada se había escrito aún sobre la historia de Quilmes, salvo las
imperecederas misceláneas de José Andrés López, reunidas en “Quilmes de antaño”, testigo de una
época; “Quilmes colonial” (1937) de
Guillermina Sors y la historia de Berazategui de Atanasio Lanz; cuando
Craviotto irrumpió con una riqueza inusitada, acompañado por Luis Otamendi,
Manuel Ales, César Barrera Nicholson, que fue un franco y fecundo compañero de investigaciones, luego seguidos por el Prof. Juan Carlos Lombán. Todos abrieron las fuentes a la investigación local en las cuales abrevamos tantos que luego fuimos incitados a emularlos, pero nunca superarlos.
Estos hombres y estas mujeres que vivieron en el Quilmes de las primeras
décadas del siglo XX, no sólo vieron las grandes transformaciones que se fueron
gestando, sino que fueron testigos activos y comprometidos en dar un perfil a
la heterogénea comunidad quilmeña.(En las fotos arriba y a la izquierda el libro "Quilmes Colonial" y su autora Guillermina Sors)
Pero volviendo a 1940, como ya se venía proponiendo en encuentros y reuniones de los principales
Pero volviendo a 1940, como ya se venía proponiendo en encuentros y reuniones de los principales
Dr. Pozzo |
Días después, por resolución del Archivo Histórico de la Provincia, decreto Nº410 de la intervención federal del Dr. Octavio Amadeo, se ratifico la creación de la Junta, el 21 de julio de 1940.
La Junta en su artículo 2º determinaba la organización del archivo histórico municipal con los documentos obtenidos por Craviotto e Iglesias (expediente 34/J /1940) que fue completado inmediatamente con el archivo municipal existente hasta 1900, que entregó el Dr. Pozzo, más el que procedió del juzgado de paz. Y el reunido por Craviotto en copias de otros archivos del país y el extranjero.
Esta documentación rigurosamente catalogada, fichada y resguardada con
todos los medios existentes para la preservación del papel se puso a
disposición de los investigadores en la sala Bartolomé Mitre de la Junta y estuvo a cargo del
Prof. Iglesias y del Dr. Craviotto hasta que ambos se retiraron en 1946. Ese
archivo pasó luego a la Biblioteca Pública
Municipal Domingo Faustino Sarmiento.
Del 10 al 15 de octubre de 1945, organizó con el Sr. Barrera Nicholson y
los demás miembros de la Junta,
una exposición de toda esa documentación, más fotocopias remitidas por el
archivo de Indias y de Sevilla, como parte de los actos de arribo de Cristóbal
Colón a América.
En el Congreso de historia realizado por el Archivo de la Provincia en 1950, Craviotto, dio un informe sobre los archivos quilmeños municipal, parroquial y del juzgado de paz, informe publicado en el Tomo I de dicho congreso (página 303 y siguientes), presentado en La Plata en 1951.
La fundación de la Junta y la designación de Craviotto como presidente iniciaron un ciclo vertiginoso de actividades y la que institución adquirió los ribetes de fundadora de la historiografía quilmeña por su rigurosidad y amplitud de temas.
En 1933, con Luis Otamendi había intentado infructuosamente fundar un museo local que sirvió como antecedente para el que creó la Junta. Originalmente estuvo en una propiedad de Alvear y Alem y luego devino en el Alte. Guillermo Brown que hoy se halla en Bernal. Todas las piezas fueron entregadas in tempore por las familias de mayor arraigo en la localidad, para sucesivas exhibiciones, pero luego debían ser devueltas. Más los cambios de autoridades, la mudanza a Bernal y otros pormenores distrajeron esta cláusula y los objetos en cuestión quedaron favorablemente en esa institución.
La Junta con Craviotto a la cabeza estimuló un flujo de estudios y de interés hacia los temas históricos locales resaltando su trascendencia y gestando notables discípulos y continuadores. Simultáneamente Craviotto se desempeñó como presidente de la Comisión Municipal de Cultura desde agosto de 1943 a julio de 1944, y luego, diez años después, desde octubre de 1955 a julio de 1956.
En el Congreso de historia realizado por el Archivo de la Provincia en 1950, Craviotto, dio un informe sobre los archivos quilmeños municipal, parroquial y del juzgado de paz, informe publicado en el Tomo I de dicho congreso (página 303 y siguientes), presentado en La Plata en 1951.
La fundación de la Junta y la designación de Craviotto como presidente iniciaron un ciclo vertiginoso de actividades y la que institución adquirió los ribetes de fundadora de la historiografía quilmeña por su rigurosidad y amplitud de temas.
En 1933, con Luis Otamendi había intentado infructuosamente fundar un museo local que sirvió como antecedente para el que creó la Junta. Originalmente estuvo en una propiedad de Alvear y Alem y luego devino en el Alte. Guillermo Brown que hoy se halla en Bernal. Todas las piezas fueron entregadas in tempore por las familias de mayor arraigo en la localidad, para sucesivas exhibiciones, pero luego debían ser devueltas. Más los cambios de autoridades, la mudanza a Bernal y otros pormenores distrajeron esta cláusula y los objetos en cuestión quedaron favorablemente en esa institución.
La Junta con Craviotto a la cabeza estimuló un flujo de estudios y de interés hacia los temas históricos locales resaltando su trascendencia y gestando notables discípulos y continuadores. Simultáneamente Craviotto se desempeñó como presidente de la Comisión Municipal de Cultura desde agosto de 1943 a julio de 1944, y luego, diez años después, desde octubre de 1955 a julio de 1956.
El Dr. Craviotto no tenía título de historiador y, sin embargo,
desarrolló sus investigaciones - al decir del Prof. Lombán en la conferencia
dictada en la Biblioteca Sarmiento el 18 de junio de 1966 – “… con seriedad metodológica, con fervor y con inflexible e inalterable
adhesión a la verdad”. Ninguno
de sus contemporáneos, profusamente titulados, realizó la quinta parte de su
obra historiográfica. Tan sólo contó con la colaboración de su dilecto amigo César Barrera Nicholson que amaba la historia local tanto como Craviotto, pero no tuvo un equipo
de trabajo e investigación como muchos historiadores en la actualidad.
Diario El Sol del sábado 17 de setiembre de 1955. ¡Situaciones fortuitas de la historia! Este acto se realizó el día anterior, el vienes 16, el mismo día que estalló en Córdoba, encabezado por el general Lonardi, el golpe de estado contra el gobierno constitucional del General Juan D. Perón y la instalación de la dictadura cívico-militar- eclesiástica autodenominada "revolución libertadora".
La figura local que ocupó gran parte de su trabajo fue Guillermo Enrique
Hudson, pasión que compartió con el Dr. Fernando Pozzo y que luego recogió el
Prof. Juan Carlos Lombán. Trabajó 25 años en la biografía del escritor de "Los veinticinco ombúes" y siguieron: la obra de Domingo Faustino Sarmiento, Andrés Baranda y el Dr. José
Antonio Wilde.
Pronunció más de 50 conferencias sobre sus propias investigaciones
en distintos ámbitos privados y oficiales. Participó con ponencias y
comunicaciones en varios congresos históricos a nivel nacional y provincial.
Desde 1941 fue miembro de la Asociación Amigos de Hudson y fue secretario de la
sección Quilmes del Instituto Nacional Sanmartiniano. En 1947 fue designado
miembro correspondiente de la Asociación Argentina de Estudios Históricos y
desde 1955 del Instituto Sarmiento de Sociología e Historia filial Quilmes, que
presidió hasta su muerte. También ocupó cargos honoríficos oficiales en
Quilmes. La Academia Nacional de la Historia lo incorporó como miembro correspondiente en 1963. Poco antes de su
muerte el Dr. Ricardo Piccirilli lo visitó en su lecho de enfermo y le informó
que la Academia
lo estaba por designar “miembro de número”,
un premio gratificante en sus últimas horas. No llegó a recibir la distinción.
Alejado de todo mercantilismo ni remotamente consideró recorrer
editoriales para obtener una devolución monetaria a los sacrificios insumidos
en la construcción de su obra.
Sus tiempos eran para su trabajo científico, la docencia y la investigación histórica. De sus obras se publicaron, entre otras: “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta 1941”, editado por el actual Archivo Levene; “Historia y geografía histórica de Quilmes” que se publicó por la ordenanza Nº2873; "La atención religiosa del Pago de la Magdalena hasta 1780” se presentó en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia Tomo 36 2º sección; “Quilmes a través de los años”, publicado por el Municipalidad de Quilmes después de su muerte; un compendio para docentes extraído de un trabajo mucho más amplio, titulado, “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta 1941, con estadística hasta 1961”; con el que participó en un concurso de monografía organizado por el actual Archivo Histórico, con el que obtuvo el segundo premio en setiembre de 1961. Los originales son 370 páginas mecanografiadas y agregados de fotocopias de documentos y varios planos; nunca se publicó.
En 1963, el departamento de estudios Históricos de la Secretaria de Estado de Marina publicó “Sarmiento y la Marina de Guerra”, [8] trabajos y conferencias de Héctor R. Ratto, Humberto F. Burzio y el Dr. Craviotto que presentó los títulos: “El mar y los ríos en la vida de Sarmiento 1833-1852”, un trabajo ameno de lectura ágil y fielmente documentado que había concluido el 20 de febrero de 1961 y fue presentado en la revista “Humanidades”, tomo 37 – Vol. 2 pp. 181-233 de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la Plata; prosigue, en el mismo libro, “Sarmiento y el poder naval”, de igual calidad con un apéndice documental que en todas sus obras Craviotto incluía como garantía de la veracidad de lo tratado; son 110 páginas de rigurosa historiografía, imprescindible para los estudiosos de Sarmiento como de la fuerza naval argentina. Este último título y “Sarmiento, los genoveses y la navegación de los ríos” (1970), fueron publicados por la Municipalidad. “Historia de la minería y el petróleo en la Argentina”, fue publicado por la Academia Nacional de la Historia.
Pero la obra que le insumió mayor entrega y dedicación fue su investigación sobre la agricultura; una trabajo concienzudo y escrupuloso que se publicó en el volumen III de “Historia Argentina Contemporánea – 1862/1930” en la separata “Historia económica” junto con los historiadores Horacio Juan Cuccorese, Roberto O. Frabaschi, Orlando Williams Álzaga y Walter B. L. Bose; enciclopedia editada por la librería El Ateneo el 11 de agosto de 1966.
Sus trabajos llegaron con generosidad al público a través de diarios y periódicos de Quilmes: El Sol, El Plata, Crónica, La Verdad, La Lealtad, Urraca, etc.; de la Capital, La Nación; El Día de La Plata y otros de Chascomús y Santiago del Estero. Sus primeros artículos los publica con el seudónimo de Lantión de Peñol.
Sus tiempos eran para su trabajo científico, la docencia y la investigación histórica. De sus obras se publicaron, entre otras: “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta 1941”, editado por el actual Archivo Levene; “Historia y geografía histórica de Quilmes” que se publicó por la ordenanza Nº2873; "La atención religiosa del Pago de la Magdalena hasta 1780” se presentó en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia Tomo 36 2º sección; “Quilmes a través de los años”, publicado por el Municipalidad de Quilmes después de su muerte; un compendio para docentes extraído de un trabajo mucho más amplio, titulado, “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta 1941, con estadística hasta 1961”; con el que participó en un concurso de monografía organizado por el actual Archivo Histórico, con el que obtuvo el segundo premio en setiembre de 1961. Los originales son 370 páginas mecanografiadas y agregados de fotocopias de documentos y varios planos; nunca se publicó.
En 1963, el departamento de estudios Históricos de la Secretaria de Estado de Marina publicó “Sarmiento y la Marina de Guerra”, [8] trabajos y conferencias de Héctor R. Ratto, Humberto F. Burzio y el Dr. Craviotto que presentó los títulos: “El mar y los ríos en la vida de Sarmiento 1833-1852”, un trabajo ameno de lectura ágil y fielmente documentado que había concluido el 20 de febrero de 1961 y fue presentado en la revista “Humanidades”, tomo 37 – Vol. 2 pp. 181-233 de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la Plata; prosigue, en el mismo libro, “Sarmiento y el poder naval”, de igual calidad con un apéndice documental que en todas sus obras Craviotto incluía como garantía de la veracidad de lo tratado; son 110 páginas de rigurosa historiografía, imprescindible para los estudiosos de Sarmiento como de la fuerza naval argentina. Este último título y “Sarmiento, los genoveses y la navegación de los ríos” (1970), fueron publicados por la Municipalidad. “Historia de la minería y el petróleo en la Argentina”, fue publicado por la Academia Nacional de la Historia.
Pero la obra que le insumió mayor entrega y dedicación fue su investigación sobre la agricultura; una trabajo concienzudo y escrupuloso que se publicó en el volumen III de “Historia Argentina Contemporánea – 1862/1930” en la separata “Historia económica” junto con los historiadores Horacio Juan Cuccorese, Roberto O. Frabaschi, Orlando Williams Álzaga y Walter B. L. Bose; enciclopedia editada por la librería El Ateneo el 11 de agosto de 1966.
Sus trabajos llegaron con generosidad al público a través de diarios y periódicos de Quilmes: El Sol, El Plata, Crónica, La Verdad, La Lealtad, Urraca, etc.; de la Capital, La Nación; El Día de La Plata y otros de Chascomús y Santiago del Estero. Sus primeros artículos los publica con el seudónimo de Lantión de Peñol.
Daba tregua a su trabajo como jefe de la oficina química del Municipalidad, a la docencia y a sus incesantes investigaciones históricas con la pintura. Nada le faltaba otra de sus aficiones fue el arte y dejó varias obras que muy pocos han visto, pues no se conoce que haya realizado muestras ni participado en exposiciones grupales.
Obra del Dr. Craviotto perteneciente a la familia Arbert-Canessa. Es la primera vez que se pone a la vista del público una pintura de nuestro eximio historiador. (foto gentileza del abogado Guillermo Arbert, julio 2021)
Antes de morir estaba trabajando en nueva documentación sobre Guillermo
Hudson y otro relativo a la
Reducción de los Quilmes con papeles procedentes del Archivo
de Indias.Además de encontrarse en los medios de prensa, su historiografía se puede hallar en la Academia Nacional de la Historia; el Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades; el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad del Litoral, la Liga Naval Argentina, en las revistas Humanidades de la biblioteca de la Universidad de La Plata y en el Archivo Histórico Provincial.
Como la mayoría de sus contemporáneos, su interpretación historicista mantuvo una auténtica y consecuente orientación liberal oficial, según el pensamiento guía de sus años de estudiante. No hay en su obra contradicciones al respecto, ni se permitió exabruptos historiográficos ni disquisiciones extemporáneas.
Se agrega en el libro “Bio-bibliografía…” antes mencionado: “Es el maestro por excelencia de la Historia de Quilmes, que lo homenajea con este titulo, elaborado por su recia personalidad mediante el tesonero y paciente trabajo del erudito de gabinete, pero no del clásico reservado a la estadística, sino el de la consulta popular donde todos llegaban a la búsqueda de datos de Quilmes, que él propagara generosamente y sin avaricia. ¡Cuántos maestros, cuántos profesores, pudieron contar con su valioso asesoramiento, que naturalmente tuvo también su expresión oficial y el reconocimiento de las más altas autoridades históricas de nuestro país!”.
Y culmina el Prof. Lombán su conferencia pronunciada el 18 de junio de 1966 en ocasión del Tricentenario del establecimiento de los quilmes y acalianos en este suelo: “El Dr. Craviotto nos ha dejado un legado y un mandato, instituciones dedicadas a la búsqueda de la verdad histórica y su divulgación en el pueblo, a exaltar los valores más auténticos de la argentinidad y a incitar a la población de la emulación de esos valores y a su realización en democracia y libertad.”
El sentimiento que lo unía al Dr. Craviotto con Quilmes, él mismo lo definió en estas frases de “Quilmes a través de los años” publicado en 1966, a los 300 años de la fundación de Quilmes; párrafos que se utilizaron como epígrafe en el libro “Maestro y Escuelas de Quilmes” del autor de esta biografía, y dice nuestro máximo historiador: “A los 380 años de la llegada de los españoles a lo que hoy es Quilmes, luego de casi cuatro siglos de historia, podría preguntarse si existe aquí ese ‘estado sublime de comunión del hombre con la tierra en un espacio geográfico singular, en virtud del cual adquiere conciencia colectiva de individualidad’. Es esa conciencia que se la puede describir como una identidad existente entre los habitantes en cuanto a sentimientos básicos, tendencias y manera de encarar las cosas comunes creadoras de un estado de conciencia general que une a todos en los mismo anhelos y propósitos fundamentales, tal como podía advertirse hasta 30 años atrás (escribe en 1964)
Esa conciencia fue llamada ‘homonoia’ por los antiguos, y estaba forjada por la acendrada convivencia en el mismo suelo, al decir de Ortega y Gasset. Probablemente no exista hoy con la intensidad de otros tiempos. Entre los trescientos mil habitantes del partido de Quilmes (hoy superan el medio millón), no será posible hallar un número muy grande cuyos ascendientes y antepasados cuenten con más de 50 años de radicación en Quilmes, y es el tiempo quien hace mucho en esto.”
Y efectivamente como se hace referencia en el ensayo “Migraciones”, Quilmes cobró impulso demográfico, social, cultural y económico a partir de la administración de don Andrés Baranda el 7 de abril de 1852, en lo que se puede considerar su “tercera fundación”[9]
El Dr. José Alcides Craviotto falleció en Quilmes el 15 de junio de 1965, no llegó a la fecha del tricentenario de la llegada a estas costas del plata que empezó Quilmes; tenía 64 años, en el momento de mayor apogeo de su carrera como historiador, cuando la Academia Nacional de la Historia lo estaba por convocar para integrar su claustro de notable.
En el acto en su homenaje que se realizó el 15 de junio de 1966, a un año de su
fallecimiento, habló el Dr. Ricardo Piccirilli, secretario de la Academia Nacional
de la Historia,
señalando que “…por la autenticidad de
sus méritos intelectuales y las excelencias de su labor historiográfica solo le
faltaba alcanzar el sillón de “académico de número”, que muchos de sus
compañeros le tenían ya discernido como ecuánime distinción a su talento.
Craviotto, fue envidiablemente una reflexiva y permanente conjunción de
inteligencia nobleza y voluntad que dosificadas armoniosamente le hicieron
dueño de virtudes fundamentales. Craviotto fue indiscutiblemente el arquetipo
del estudioso apasionado de los grandes temas de la patria. Todas las
disciplinas del saber promovían su curiosidad y afinaban su espíritu.
Invariablemente durante los 25 años que acusaba nuestra amistad lo encontré
entre libros, en tanto leía o escribía; lo apasionaba la historia y como en un
colorido retablo su voz componía
vibraciones de entusiasmo exponiendo sobre sus temas favoritos de la patria
chica…" [10]
Sus hijas María Dina y María Cesira se casaron con los señores José María Mazza y Julio Llaneza, respectivamente, ambos de familias de antiguo arraigo y significación en Quilmes, dándole cada una dos nietos.
En 1967, el comodoro Dante Ferrero, comisionado intendente del gobierno de facto, bautizó Dr. José A. Craviotto a la calle 341 entre Avda. La Plata y Camino Gral. Belgrano que se prolonga entrando en La Florida en la calle 844 llamada José Andrés López, el primer precursor de la historia oral quilmeña.
Sus hijas María Dina y María Cesira se casaron con los señores José María Mazza y Julio Llaneza, respectivamente, ambos de familias de antiguo arraigo y significación en Quilmes, dándole cada una dos nietos.
En 1967, el comodoro Dante Ferrero, comisionado intendente del gobierno de facto, bautizó Dr. José A. Craviotto a la calle 341 entre Avda. La Plata y Camino Gral. Belgrano que se prolonga entrando en La Florida en la calle 844 llamada José Andrés López, el primer precursor de la historia oral quilmeña.
Investigación, compilación y entrevistas Chalo Agnelli
BIBLIOGRAFÍA
Craviotto, María Cesira – Maier Carlos Guillermo. “Bio-bibliografía del Dr. José A. Craviotto” Serie Bio-bibliográfica.
Biblioteca Pública Municipal Domingo F. Sarmiento.
Lombán, Juan Carlos. “Dr. José A.
Craviotto El historiador de Quilmes” Serie Medallones biográficos Nº5.
Biblioteca Pública Municipal Domingo F. Sarmiento.
Archivo de la Flia. Mazza
Craviotto.
Archivo Histórico Provincial “Dr. Levene” de La Plata.
Archivo General de la
Nación
Academia Nacional de la
Historia.
NOTAS
[1] Para reafirmar y ampliar esta biografía se
contó con la invalorable colaboración de la señora María Dina Craviotto y de su
esposo el Sr. José María Mazza que tuvieron al generosidad de facilitar datos
desconocidos.
[2] “El barrio de la Boca” de Antonio J. Bucich, en www.apellidositalianos.com.ar.
[3] Según Manuel Ales.
[4] Fundado el 19 de marzo de 1858, por el Pbro. Diego Barbé, el seminarista, Juan Magendie y el hermano, Joannés Arostegui, religiosos del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, joven congregación francesa fundada por San Miguel Garicoïts (Francia, 1797-1863) Se los llamaba padres Bayoneses porque habían partido hacia Argentina desde el puerto francés de Bayona. En 1880 el Colegio San José del barrio porteño de Balvanera fue el primer instituto privado incorporado a la enseñanza oficial. Estudiaron en esta institución: Hipólito Yrigoyen, Ricardo Balbín; Juan Nepomuceno Terrero, el perito Francisco P. Moreno, los historiadores Ernesto Quesada, José María Rosa y Félix Luna, el novelista Ricardo Payró.
[5] El autor de esta biografía, nada afecto a la física ni a la química en el poco tiempo que tuvo al Dr. Craviotto como profesor, esperaba anhelante esa pequeña distracción que se permitía en el desarrollo de su clase. Siempre los últimos 6 ó 7 minutos finales. Y que los más inclinados a ese tema localista, proseguíamos en los pasillos durante el recreo.
[6] Craviotto, J. “Quilmes a través de los años” Cap. V.- Pp.106 y 107
[7] Acta referente copia de la original en posesión del autor de esta biografía., obsequiada por el Dr. Eduardo Barrera Almeida.
[8] Facilitado por la familia Mazza-Craviotto.
[9] “Migraciones” Ed. Jarmat, Quilmes, 2006 de quien suscribe. Esta hipótesis fue presentada en el 12º Congreso Historia de los Pueblos organizado por la provincia de Buenos Aires en Olavaria en abril de 2009
[10] “Enfoques” del 16/6/66. “La Lealtad” viernes 12/8/66
[2] “El barrio de la Boca” de Antonio J. Bucich, en www.apellidositalianos.com.ar.
[3] Según Manuel Ales.
[4] Fundado el 19 de marzo de 1858, por el Pbro. Diego Barbé, el seminarista, Juan Magendie y el hermano, Joannés Arostegui, religiosos del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, joven congregación francesa fundada por San Miguel Garicoïts (Francia, 1797-1863) Se los llamaba padres Bayoneses porque habían partido hacia Argentina desde el puerto francés de Bayona. En 1880 el Colegio San José del barrio porteño de Balvanera fue el primer instituto privado incorporado a la enseñanza oficial. Estudiaron en esta institución: Hipólito Yrigoyen, Ricardo Balbín; Juan Nepomuceno Terrero, el perito Francisco P. Moreno, los historiadores Ernesto Quesada, José María Rosa y Félix Luna, el novelista Ricardo Payró.
[5] El autor de esta biografía, nada afecto a la física ni a la química en el poco tiempo que tuvo al Dr. Craviotto como profesor, esperaba anhelante esa pequeña distracción que se permitía en el desarrollo de su clase. Siempre los últimos 6 ó 7 minutos finales. Y que los más inclinados a ese tema localista, proseguíamos en los pasillos durante el recreo.
[6] Craviotto, J. “Quilmes a través de los años” Cap. V.- Pp.106 y 107
[7] Acta referente copia de la original en posesión del autor de esta biografía., obsequiada por el Dr. Eduardo Barrera Almeida.
[8] Facilitado por la familia Mazza-Craviotto.
[9] “Migraciones” Ed. Jarmat, Quilmes, 2006 de quien suscribe. Esta hipótesis fue presentada en el 12º Congreso Historia de los Pueblos organizado por la provincia de Buenos Aires en Olavaria en abril de 2009
[10] “Enfoques” del 16/6/66. “La Lealtad” viernes 12/8/66