Prof. Chalo Agnelli
Retrato al óleo de don Andrés Baranda. Gentileza de su tataranieto el Dr. Daniel E. Vilela. |
El más aproximado bosquejo
biográfico de este “patriarca del viejo
Quilmes” lo trazó en 1965, el historiador Prof. Juan Carlos Lombán [1] en el libro que lleva el título con que aquí lo calificamos. Documento que
nunca se reeditó y es muy poca la gente que recuerda aquella charla que su
autor brindó al respecto en la Biblioteca Pública Domingo Faustino Sarmiento y
menos aún los que conservan un ejemplar del texto que publicó la Municipalidad
de Quilmes a través de la biblioteca mencionada bajo la dirección, en ese
entonces, del imperecedero Prof. Carlos Guillermo Maier.
Desde un análisis demográfico
y geográfico de su territorio, Quilmes tuvo tres fundaciones. La primera con la
llegada al Pago de la Magdalena de los pueblos quilmes y acalianos traídos para
formar la Reducción de la Santa Cruz, en un territorio prácticamente despoblado
que se extendía desde el Riachuelo hasta mucho más allá de la actual localidad
de Magadalena, donde tan solo había algunos pocos terratenientes y hacendados. [2]
La segunda fue la extinción
de dicha reducción por el Primer Triunvirato el 14 de agosto de 1812,
permitiendo que accedan a estas tierras otros pobladores no solo los
descendientes de los pueblos originarios que lo poblaron durante 146 años, la
traza del égido urbano y su campaña por el agrimensor Mesura y la distribución
de chacras y solares; además, el territorio ya se había reducido con la creación
de los curatos de San Vicente y el de la Isla (hoy ciudad de Magdalena)
La tercera fundación se
produce con la formación del Partido el 7 de abril de 1852, separado de Barracas al Sur
(Avellaneda), impulsada por el arribo de una inmigración calificada que le dio organización
y progreso e hizo a su cabecera Ciudad en 1916. Entre los protagonistas de esta
tercera fundación se eleva don Andrés Baranda.
CANTABRIA
Andrés Baranda nació el 29 de
noviembre de 1800 (según otros investigadores entre 1807 y 1808) en Buenos Aires. Fueron sus padres Andrés y Francisca Vriante
(Briante) [3] Los Baranda, seguramente, tomaron apellido del lugar de origen de esta familia,
Baranda, villa de Escalante en Cantabria.
Su genealogía no era vasca, aunque podría corresponder por su determinación y
empecinamiento en concretar ideas y sueños de “progreso” – según lo que
ideológicamente representaba en esa época el término –. Vascos y cantabros se
igualan en estos atributos, así lo demostraron en este país a lo largo de la
historia inmigratoria que nos definió.
Efectivamente, los Baranda
eran cantabros. Cantabria es una comunidad autónoma, una provincia. Limita al
este con el País Vasco (provincia de Vizcaya), al sur con Castilla y León
(provincias de León, Palencia y Burgos), al oeste con el Principado de Asturias
y al norte con el mar Cantábrico. La ciudad de Santander es su capital. La raíz
cant es de origen celta o ligur,
significa roca o piedra, y el sufijo abr
es frecuente en las regiones celtas, denota espacio, extensión. De todo esto se
deduce que cántabro vendría a significar pueblo que habita entre peñas o
montañés, en precisas referencia al territorio abrupto y montañoso de
Cantabria. Baranda, localidad del
municipio de Escalante está ubicado a 2 kilómetros de la capital municipal,
también designada Escalante. [4] También fueron considerados de raíz euskera.
La colaboradora española
Goretti G.M.R. Baranda, creadora de la
página www.baranda1, a esta
suposición refiere que este apellido procede de Baranda de Montija,
pueblo situado en el norte de la provincia de Burgos (España) perteneciente a
la Merindad de Montija, partido judicial de Villarcayo, en España; “En Cantabria sí, existe un barrio llamado
Baranda que pertenece a la localidad de Escalante, pero el apellido no procede
de ahí.” Con respecto al apellido Briante o Vriante la señora Goretti Baranda
agrega: “Según el Instituto Nacional de
Estadística de España solo existen 23 personas con ese apellido en España y
residen en Barcelona.”
EL TERCIO DE CANTABROS
Andrés, Juan Ángel y Ciraco
Baranda llegaron a Buenos Aires a fines del siglo XVIII. Los tres hermanos,
atraídos como tantos otros por las posibilidades de progreso que brindaban a
los españoles las colonias de ultramar, se embarcaron hacia Buenos Aires y con
un pequeño capital instalaron una tahona en Buenos Aires en la esquina de las
calles Estados Unidos y Bernardo de Irigoyen, según su actual nomenclatura.
No les fue difícil arraigarse
a este suelo, si bien distaba sobremanera en relieve, clima y costumbres de su
tierra, allá en el norte de España. Si bien la pérdida irreparable de separarse
de su tierra y su gente no se puede superar, la buena disposición y la
constancia con que fundaron familias y empresas, los hacen dignos del
reconocimiento y la consideración de la historia.
El apego a este suelo lo demostraron tras la derrota de los británicos en la primera invasión inglesa, cuando Santiago de Liniers, comandante de armas, previendo una nueva invasión, lanzó el 6 de setiembre de 1806, una proclama convocando a los pobladores de Buenos Aires a agruparse en cuerpos de milicias según las regiones españolas de origen, así se formó el 18 de setiembre, el Cuerpo de Cántabros Montañeses o los “invencibles cántabros” al que ingresaron Juan Ángel Baranda como sargento segundo de la primera compañía y su hermano Andrés como soldado.
Juan Ángel era soltero, Andrés ya estaba casado con doña Francisca Vriante y el pequeño Andrés pronto cumpliría 6 años (De haber nacido en 1807 el pequeño Andrés lo hubiera hecho postmorten de su padre y de haber nacido en 1808, no hubiera sido en noviembre o no hubiera sido hijo de Andrés) El 26 de enero de 1807, el 'Tercio de Cántabros' integró la expedición a Montevideo a raíz de la disputas en la Junta de Guerra. El domingo 28 de junio Whitelocke con 9000 soldados desembarcó en Ensenada y comenzó el avance sobre Buenos Aires.[5]
El apego a este suelo lo demostraron tras la derrota de los británicos en la primera invasión inglesa, cuando Santiago de Liniers, comandante de armas, previendo una nueva invasión, lanzó el 6 de setiembre de 1806, una proclama convocando a los pobladores de Buenos Aires a agruparse en cuerpos de milicias según las regiones españolas de origen, así se formó el 18 de setiembre, el Cuerpo de Cántabros Montañeses o los “invencibles cántabros” al que ingresaron Juan Ángel Baranda como sargento segundo de la primera compañía y su hermano Andrés como soldado.
Juan Ángel era soltero, Andrés ya estaba casado con doña Francisca Vriante y el pequeño Andrés pronto cumpliría 6 años (De haber nacido en 1807 el pequeño Andrés lo hubiera hecho postmorten de su padre y de haber nacido en 1808, no hubiera sido en noviembre o no hubiera sido hijo de Andrés) El 26 de enero de 1807, el 'Tercio de Cántabros' integró la expedición a Montevideo a raíz de la disputas en la Junta de Guerra. El domingo 28 de junio Whitelocke con 9000 soldados desembarcó en Ensenada y comenzó el avance sobre Buenos Aires.[5]
La
mañana del día 5, los ingleses avanzaron hacia el centro de la ciudad por el
camino de las Tunas (hoy avenidas Callao y Entre Ríos) Una columna se desvió
hacia el convento de Santo Domingo donde se atrincheraron y fueron enfrentados
por el Cuerpo de Cántabros y de Patricios; en la lucha cayeron 45 porteños
entre los que estaban Juan Ángel y Andrés. [6]
LOS AÑOS DE CRIANZA PORTEÑA
Muerto su padre, el pequeño
Andrés continuó su crianza con su tío Ciríaco que además de estar abocado al
comercio naviero sobre la costa del Río de la Plata y la Banda Oriental, tomó
la rienda de los negocios de la familia y se hizo cargo de su sobrino y su
cuñada. En su niñez fue testigo de los grandes sucesos que cambiaron la faz de
esta tierra americana. Durante los acontecimientos de la Revolución de Mayo le
debió germinar el amor a la patria que le sembraron su padre y su tío en aquel
1807.
Era adolescente cuando
llegaron los días de la emancipación. Conoció y trató a los grandes hombres que
protagonizaron esas coyunturas históricas. Junto a su tío aprendió todas las
tareas comerciales marítimas, “formándose
una sólida cultura y posición” [7] superior a la media de entonces.
Desarrolló estas actividades hasta 1830 en que fue atraído por el fuerte
impulso ganadero que tomaba el país.
MIRADA AL SUR
Después de la disolución de
la Reducción en 1812 y la apertura de Quilmes a todas las potencialidades
de la época, gestándose la segunda fundación de este pueblo, el único que
asomaba en la extensa planicie sudbonaerense, el gobernador Oliden [8] encomendó al piloto agrimensor Francisco
Mesura programar el trazo del villorrio de Quilmes y sus propiedades fueron
distribuidas entre los pocos descendientes de quilmes y acalianos que
subsistían, los veteranos que pelearon en las invasiones inglesas, a los
militares de la gesta emancipadora y los deudos caídos en esas conflagraciones.
Lo que quedó asentado en el plano de Mesura de 1818. [9] No
figura en esa nómina ningún Baranda, pero puede ser que hayan tenido testaferro
en el Pbro. Andrés de Los Ríos, quien casó a don Andrés y a doña Francisca y
fue amigo de la familia; el sacerdote de Los Ríos recibió el solar 444 del
pueblo.
Así llega Andrés Baranda a
interesarse por ese sur del que llegaban a la Ciudad abundantes arreos vacunos
y comenzaba la crianza de ovinos, para desagrado de los tradicionales ganaderos
de raíz criolla que veían a esa nueva producción con desconfianza.
Se casó el 26 de noviembre de
1836 [10]
con
Melchora Giles y Montes de Oca (1816–28/6/1874), quilmeña, hija de Sebastián Giles y
Manuela Montes de Oca. La familia Giles era de largo arraigo en el Pago de la
Magdalena. Doña Melchora estaba emparentada con los fundadores de San Andrés de
Giles. [11] Esta familia alcanzó preeminencia en Buenos Aires
desde mediados del siglo XVII poco después de la radicación de don Pedro de
Giles, quien fundó la familia en América. [12]
Acta del matrimonio de don Andrés Baranda y Melchora Giles y Montes de Oca. |
Quizá movilizado por su familia política, en 1838, arrendó un campo en las afueras de Quilmes, a orillas del arroyo Las Piedras y en 1849, adquirió legua y media de campo, atravesado por el río Tapalquén, en el partido de Carmen de Las Flores, a Bernardo Romero, vecino de Guardia del Monte, en la suma de sesenta mil pesos. Esta propiedad se escrituró en 1870; fue apoderado para este trámite su hijo político don Pedro Risso. [13] Fueron sus testigos Mariano Vega, Juan (de Guerra) López y Tomás Giráldez, los tres vecinos de Quilmes. |
Ubicación del campo de Baranda en el partido de Las Flores |
EL NUEVO PARTIDO DE QUILMES
Tras la caída de Rosas se designo juez de paz del partido de Quilmes a
don Martín de La Serna que asumió el 8 de febrero de 1852. Por nota del 19 de
marzo, de La Serna pidió al Ministro Secretario de Estado del
Departamento de Gobierno Dr. Don Valentín Alsina “... que este juzgado sea
dividido en dos, creo que V. S. habrá tenido tiempo para
examinarlas,
tomándome la libertad de decir a V. S. que son de la aprobación de este vecindario.
Con la división de este juzgado mejoran los dos puntos indicados: Puente de
Barracas y Quilmes, separados naturalmente por la Cañada de Gaete comprendiendo
el primero los Cuarteles 1, 2 y 3 y el segundo los Cuarteles 4, 5 y 6. Cada
Juez de Paz fomentará su Pueblo haciendo útiles mejoras. La administración de
Justicia desde que las distancias sean más cortas, obrará con más actividad y
los criminales serán perseguidos con más rapidez...”
El 7 de abril de
1852, por decreto del gobernador, Dr. Vicente López y Planes quedó dividido
el antiguo partido en dos: Barracas al Sud (que desde 1904 se bautizó
Avellaneda) y Quilmes. Martín de La Serna continuó sus funciones en el primero
y fue designando juez de paz, presidente de la municipalidad, comandante de milicias
y jefe de policía de la antigua reducción de los quilmes al “fuerte hacendado y hombre de estudio y
progreso en el ambiente de entonces”, [14]
don Andrés Baranda.
Por ese entonces Quilmes
estaba fuera del camino principal o “real”;
tenía una iglesia ruinosa, de ladrillos y a su lado el cementerio sin cerco
alguno; frente al cementerio (actual Mitre y Rivadavia, esquina SO) había
una casa de altos y frente a la plaza que era un baldío lleno de matorrales y
cina-cina, en la equina NE, una importante casa con una parte de altos que
había construido en 1849 el Pbro. Andrés Ramos Otero, la que luego compró
Baranda [15]. En el austero entorno quilmeño a mediados
del siglo XIX esta casona era una suntuosa residencia. Tenía hacia la calle Paz
una parte de altos, seguida de una huerta y vivero en la esquina NO de Paz y
Rivadavia, donde luego levantaron su casa la familia Torre-Otamendi. Junto a la
entrada, sobre la calle Sarmiento, había un amplio parque arbolado. La huerta y
el parque estaban mantenidos por el jardinero de Baranda, Antonio Ghiorsi, un genovés
rubicundo y morrudo apodado "Piquetín".
|
Casa que fue del párroco Andrés Ramos y Otero (1845-1854) y luego compró Andrés Baranda. |
La casa que fue del Pbro.
Ramos y Otero, cura párroco en 1845 hasta1854, y luego la adquirió don Andrés Baranda, ubicada en los solares 187 y 189 ubicados en la media manzana de Sarmiento, Rivadavia y Paz. Lugo fue de su hija Cruz Baranda y el marido de esta Pedro Risso quienes la legaron a
su hija del corazón Águeda Nicholson de Barrera y esta a sus descendientes.
También adquirió los solares, 269, 270, 271 y 272, manzana comprendida entre las calles Garibaldi, Sarmiento, Alem y Mitre. Los solares 269 y 271, luego los adquirió don Francisco Labourt, hoy ocupa el colegio de La Merced, y en el solar 272, estuvieron los locales del periódico "El Quilmero" de Pedro Giménez, la peluqueria de Vernieri y la librería "El Catalán"; este solar fue propiedad más tarde de Ramón Castaño y Luis Finino entre otros. |
No había escuela ni
edificio municipal; no estaban señalizadas las calles, no había zanjas ni
veredas; las lagunas y aguadas dominaban el paisaje; en los alrededores, muy
alejados unos de otros, ranchos de paja y barro, algunos en estado precario.
Había 346 quintas de más de una manzana, 171 de más de 5 manzanas y 47 chacras
de más de 10. Humeaban el aire 6 hornos de ladrillos, una industria de notoria
importancia para el desarrollo urbanístico de la zona sur cuando arribó el
ferrocarril. Poblaban el Partido 7140 personas, de las cuales 5126 habitaban en
la campaña y 2014 en el pueblo que distaba 2 leguas de Barracas, 8 de San
Vicente, 10 de Ensenada y tenía 10 leguas de largo por 2 y media de ancho.
Estos datos refieren al desafío que significó para Baranda poner en marcha el
motor de un nuevo municipio.
Plano del pueblo de Quilmes y sus chacras trazado por el agrimensor Francisco Mesura. |
LA TERCERA FUNDACIÓN
Su primera acción de gobierno fue instrumentar los comicios del que salieron dos diputados para la Asamblea Constituyente que se realizó en Santa Fe. Luego designó los vecinos que integraron la Comisión de Solares para la revisión de títulos y demandas por los mismos. Fueron ellos Tomás Flores, Manuel Doroteo Soto y el preceptor Félix Meals. El 23 de noviembre, el gobernador respondió satisfactoriamente a su solicitud de instalar escuela, construir mobiliario, material didáctico y contratar un educador costeado todo con el impuesto de abasto. Concretando al fin las chasqueadas empresas escolares que se dieron desde 1815.
Pero las circunstancias que
se abatieron sobre Buenos Aires en 1852, no fueron las propicias para que
Baranda conduzca positivamente la tarea ejecutiva. A raíz de la revolución del
11 de setiembre, que separó a Buenos Aires de la Confederación Argentina fue
destituido y reemplazado por un rosista, el mayor Pascual Miralles, pero en
noviembre Baranda fue restituido en su cargo.
Inmediatamente retomó el
pedido al gobierno superior, elevado anteriormente por de La Serna, para sacar
del pueblo el cementerio viejo, que se hallaba en el atrio de la actual
Catedral.
El domingo 27 de enero de
1856, lo sucedió don Tomás Flores, que sería el ejecutivo electivo de la
primera municipalidad creada según la ley del 24 de diciembre de 1821 y ratificada
el 11 de octubre de 1854. El 2 de febrero de 1856 se dispusieron sus funciones
en el reglamento “Las Municipalidades de
Campaña”.
Baranda fue municipal
(concejal) durante 1857, reasumiendo como juez electo al año siguiente, desde
el 25 de enero hasta el 14 de marzo en que debió renunciar por cuestiones
propias de sus empresas agroganaderas y sustituido por Paulino González. Volvió
a la función ejecutiva el 6 de enero de 1859, pero nuevamente tuvo que tomar
una breve licencia hasta el 2 de febrero, para volver el 20 de marzo; cargo que
mantuvo hasta el 19 de enero de 1861.
Fue municipal durante 1862, y
nuevamente juez en 1863, 1864 y 1865. Desde 1866, en que fue sustituido por don Augusto Otamendi, a 1872 continuó como municipal
(concejal) y fue reelecto en 1873 su último año de labor en la función pública.
Algunos de esos períodos como presidente sustituto, específicamente en 1858 y
1870.
Los jueces de paz y los
municipales permanecían un año en funciones, podían ser reelectos y eran ‘carga pública’, es decir, no recibían
remuneración alguna.
Perteneció activamente al liberal
partido Nacionalista, “progresistas”,
que contaba con figuras como Valentín Alsina, Domingo F. Sarmiento, Bartolomé
Mitre y Dalmacio Vélez Sarsfield. Enfrentado al boticario José Agustín Matienzo,
autonomista de don Adolfo. A pesar de esta diferencia concretaron juntos
fundamentales emprendimientos para el progreso del pueblo y su campaña.
Escribe
José Andrés López [17]
en su libro “Quilmes de Antaño”: “El
círculo de Baranda y el de ‘la botica’ eran antagónicos respecto de política
local menudo, aunque en la general coincidieron casi siempre. La acción y el
pensamiento del primero residía en la persona de don Andrés Baranda, su jefe
por natural gravitación. El alma del segundo, era don José Agustín Matienzo.
Este no imponía jamás su opiniones, pero tenía el raro don de hacer que las de
los otros coincidiera siempre con las suyas.”
Después de 1874, Baranda apoyó
a Avellaneda que aliado con Adolfo Alsina, juntos crean el Partido Autonomista
Nacional (P.A.N.) culminando con las luchas ente nacionalista y autonomista.
EL EDIFICIO MUNICIPAL
En 1858, integró la Comisión
de Escuelas Comunes e Inspectores de Manzanas con el Dr. Wilde y Pedro Costa,
entidad que tuvo a su cargo adquirir telas de bayeta y enviar a hacer para el
acto patrio del 25 de Mayo delantales como los promovidos por Sarmiento en San
Juan para el 9 de julio de 1839. Igualando dentro de la escuela la condición
social de los alumnos y favoreciendo a aquellos que asistían a clase con su
ropa de trabajo, pues muchos eran hijos de chacareros que trabajaban a la par
de sus padres. [18] Así
Quilmes fue pionero en la provincia de Buenos Aires en el uso de los delantales
blancos para alumnos y maestros.
La casa donde funcionaba el
juzgado de paz era un rancho de adobe con techo a dos aguas primero de paja
luego de chapa (calle Sarmiento entre Rivadavia y Alem) La erosión inapelable
del tiempo lo puso inaccesible. Entre 1857 y 1859 el ámbito para juzgado y
municipalidad fue itinerante, pasó por la casa de Manuel Soto (equina NE de
Alsina y Sarmiento), luego pasó a la casa de Indalecio Sánchez y por último
permaneció brevemente en la de Robustiano Pérez (calle Mitre a mitad de cuadra
entre Alsina y Rivadavia, frente a la plaza). La preocupación de Andrés Baranda
era levantar un edificio exclusivo y digno a sus fines. Esta propuesta quedó
escrita en el acta de la sesión del 14 de agosto de 1859. Era juez de paz don
Pedro Costa. [19]
La
corporación en pleno aprobó la moción. La
obra se haría sobre terreno fiscal, en la calle Nº 12 (actual Rivadavia),
frente a la plaza 25 de Mayo (hoy San Martín) El proyecto se concretó en 1860,
edificio que con algunos arreglos perduró hasta 1911, cuando se levantó el que
hoy alberga la Casa de la Cultura. Una piedra de mármol recordando la fecha se
colocó en el frente del edificio concluido; hoy se halla en el descanso de la
escalera de esa Casa. En dicho mármol ovoide se halla lo que pudo ser el primer escudo que tuvo el partido de Quilmes hasta que resolvió en el que hoy representa al Municipio. En ese escudo - que lo fue 'causalmente' o por gusto del artista que lo labró - en el centro figura el Escudo Nacional, a la izquierda una rama de laurel y a la izquierda, curiosamente, una rama de roble, que puede suponerse sugerida por el mismo Baranda que si bien se considera su origen cantabro, el pudo atribuirse una ascendencia euskera, vasca, cuyo símbolo nacional es el roble, que simboliza las libertades o fueros tradicionales de Vizcaya y los vizcaínos, y por extensión las de los vascos. Pero esto entra en el campo de las suposiciones ya que los tres primeros libros de actas de la corporación municipal desaparecieron del archivo de la Biblioteca Pública Municipal Domingo Faustino Sarmiento, ya hace varios años.
Todas estas innovaciones, este apasionado "progreso" requirió de dinero, que las arcas municipales no tenían, de modo que apoyado en su sólida fortuna Don Andrés Baranda, más de una vez otorgó préstamos sin cobrar intereses, para activar las tareas
del municipio que tenía sus arcas exhaustas.
LA EDUCACIÓN
Imbuido de la prédica
sarmientina, la educación fue otra de sus obsesiones. Con la fiel disposición
de su secretario, el maestro Robustiano Pérez, dictó en 1860 la ordenanza que
establecía la educación obligatoria, haciendo pasibles de sanción a los padres
que se resistieran a enviar a sus hijos a la escuela. De esta manera se adelantó 16 años a Ley De Educación Común de Buenos Aires de 1875, y 24
años a la Ley 1420, piedra basal del sistema educativo nacional.
Ese mismo año el educador italiano José Angelini Caraffa que había organizado una escuela primaria graduada en Catamarca elaboró una proyecto de ley de Educación Común que establecía los principios de obligatoriedad y gratuidad. Fue sancionado por la legislatura provincial, pero la guerra civil entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación Argentina impidió que entrara en vigencia.
En la sesión del 21 de junio
de ese año informa que envió al Director General de Escuelas Domingo F.
Sarmiento un informe donde daba cuenta de la existencia de un terreno destinado
a edificio público para levantar la escuela. Después de sortear diversas
dificultades, primero con el cura párroco Carlos Vadone que reclamaba ese
terreno como propiedad de la curia y trastornos económicos, en la madrugada del
25 de mayo de 1863, entre repiques de campanas, luminarias en las ventanas de
los edificios públicos, cohetes y cañitas voladoras comenzó el acto inaugural
de la escuela Nº 1 de Quilmes. En la plaza se reunió el maestro Robustiano
Pérez con sus 45 alumnos - hasta ese momento la escuela funcionaba en su
domicilio - y a la salida del sol entonaron el Himno Nacional. Siguió el acto
con banda de música, misa y Tedeum. Baranda esquivo a los discursos dejó esa
tarea al Dr. Wilde, a su secretario y hombre de confianza el maestro Robustiano
Pérez y al fundador de la nueva municipalidad Tomás Flores. Así Quilmes tuvo su escuela
cuyo edificio luego fue tomado como modelo para construir otros en la
provincia.
Fue precursor de la enseñanza
de la lengua francesa en las escuelas, como consta en el acta de la sesión de
la municipalidad del 22 de noviembre de 1863 donde propuso aumentar el sueldo
al preceptor de la escuela de varones a cambio de que diera clase de francés "con la obligación de enseñar gratis a cuatro niños pobres..."
Su
planteo fue aprobado por unanimidad. El francés era un idioma que amaba y que
sus hijas hablaron con fluidez; así como luego se apasionaría con la lengua
inglesa que escuchaba de los inmigrantes escoceses que trabajaban en sus
tierras próximas a Quilmes.
Antes que el Departamento de
Escuelas lo estableciera, creó la Comisión Municipal Inspectora.
Estuvo estrechamente
vinculado al Inspector General de Escuelas Marcos Sastre, a través del cual, en
1864, obtuvo el nombramiento de otro maestro, Emiliano Reyna.
EL TEMPLO PARROQUIAL
En 1863, patrocinó una suscripción para construir un nuevo templo parroquial. El 8 de diciembre de 1865, se ofició la primera misa en la nueva iglesia y un año más tarde se inauguró solemnemente. En 1859, el Dr. Wilde propone abrir un camino a la Ribera. Baranda comenzó a planear la obra que, luego de permanecer encajonada unos años, concretó en 1865, Augusto Otamendi, su acérrimo competidor, según cuenta José Andrés López: "aunque ambos se igualaban en fortuna y en reconocimiento social, pero no así en humildad, ya que don Augusto era notorio por su autosuficiencia y competitividad, por el contrario don Andrés se limitaba a callar y a obrar sin percatarse, ni importarle, a veces, de quien estaba arriba o debajo de él".
Durante su última gestión en
1873, bregó por el sostenimiento y la excelencia de la Biblioteca Popular (hoy
Domingo Faustino Sarmiento), que se había fundado un año antes.
Fue austero con los dineros
públicos y dispendioso con el propio, al punto que durante la presidencia
municipal de Mariano Vega, su opositor político en ese momento, prestó al
municipio $30.000 de los que se negó a recibir intereses cuando en 1871 se le
devolvió el dinero.
En el ejercicio 1873, acompaña
la resolución de construir la casa parroquial que aún se puede ver junto a la
Catedral.
LOS INMIGRANTES – LA ARENERA – EL TRANVÍA – EL
PROGRESO
Integró con el Dr. Wilde, don
Augusto Otamendi y otros vecinos la Comisión de Inmigrantes. Ayudó a su costa a
muchos inmigrantes genoveses que se establecieron en Quilmes, específicamente
en el barrio La Colonia pocos años después, liderados por el benemérito don
Santiago Valerga.
Como integrante de la
comisión creada para la instalación del tranvía desde la estación a la
Ribera en 1871, dejó establecidas las bases que luego concretara un grupo de
vecinos británicos. Apoyó la instalación de variados emprendimientos en el
partido como la arenera de Melville Sewell Bagley. [20] En su último período se decidió la nomenclatura de
las calles, el alumbrado público y el primer reglamento de tránsito que
tuvo Quilmes.
Cuando el Dr. Wilde, en 1873,
creó el periódico “El Progreso de Quilmes”,
que fundó el periodismo en el Partido y fue uno de los primeros de la
Provincia, Baranda, aunque era opositor del médico, hizo que la Municipalidad
se suscribiera con 50 ejemplares. Luego por diferencias con Wilde le quitó
dicha suscripción, [21] según consta en el acta de la sesión del 15 de
diciembre de ese mismo año. En 1875, siendo presidente municipal Manuel Doroteo
Soto, que era barandista, la Corporación se suscribe con 30 ejemplares.
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Según se señaló era admirador
y sincero seguidor de Sarmiento y su obra. De él adoptó el afán por la forestación. Esta particularidad motivó que los quilmeños de la época lo
apodaran: “el árbol de la buena sombra.” [22]
Durante su administración
según la propuesta del Dr. Wilde presentada en la sesión de los municipales del
12 de junio de 1859, para que “… se
pusieran paraísos formando calles en los cuatro frentes de esta plaza principal
(San Martín) aprovechando la buena
estación”. El 25 de setiembre de ese año la comisión encargada de esta
tarea informó que habían finalizado los trabajos de arbolado. También la plaza
Tres de Febrero (hoy Dr. José Antonio Wilde) fue arbolada y comenzó a
proyectarse el camino al río que luego se concretó durante la presidencia
municipal del Augusto Otamendi en 1867.
En 1860, su quintero, el
italiano Antonio "Piquetín" Ghiorsi,
trasladó a la estancia de Baranda, en la jurisdicción de Ensenada, que había
sido propiedad de su cuñado Bernabé Giles, a los campos de Las Flores y a la chacra
de la Cañada, los almácigos de eucaliptos obtenidos en la plantación de su
quinta de Quilmes (la media manzana ubicada de Rivadavia, Sarmiento y Paz donde
se levantó la residencia Torre-Otamendi, hoy centro comercial)
Según cuenta Craviotto en la
mencionada chacra: “… fueron plantados
eucaliptus en numero suficiente para formar una avenida con dos dobles filas de
árboles, de ancho 25 metros y de largo 500, que conducían desde la antigua
entrada hasta el monte de acacias junto a la casa”. Piquetín, entre 1868 y
1870, plantó un cerco de cina cina que circundaba ese campo de Baranda en
Quilmes.
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Firma de don Andrés Baranda |
Recibió esas semillas de
Domingo F. Sarmiento, en 1858, que también le entregó a Charles Verseeks
encargado de las plantaciones de la estancia San Juan de Leonardo Pereyra,
según atestigua un acta del 17 de octubre de 1875 rubricada por Verseeks,
Pereyra y otros testigos. Siendo estos los primeros ejemplares que se
obtuvieron en nuestro país de esa especie originaria de Tasmania.
Ese año había adquirido a
Pedro Costa una chacra en la Cañada de Gaete, de
aproximadamente 433 m por 923 m; cruzada por el arroyo Las Piedras; entre las
de Augusto Otamendi, la de la testamentaria de Pastor Obligado y al Este la
chacra de propiedad del preceptor alemán Juan Finck que concluía en La Ribera. En esta propiedad
mandó plantar eucaliptos, de los cuales prevalecen unos pocos.
LA DESCENDENCIA Probablemente en una primera época vivió en la casa de la familia de su esposa, donde funcionó poco tiempo la escuela de varones, en la esquina SE de Sarmiento y Alsina - frente a la casa de los Soto - y luego compró, junto a esta propiedad, dos solares con una casa de estilo neoclásico italiano, suntuosa para la época y para esa aldea, en la esquina NE de Rivadavia y Sarmiento, que el cura párroco Andrés Ramos Otero, se había hecho construir en 1849, y habitó poco tiempo. En la huerta de esta propiedad fue que plantó las semillas de eucaliptos. [23] Fueron sus hijas Tomasa, María Ciríaca del Corazón de Jesús (18/6/1844 - 1906) y Cruz, las dos últimas casadas con Domingo Vilela (1836 - 1900) y Pedro Risso respectivamente. Tomasa [24] fallece de 12 años el 6 de abril de 1861, probablemente víctima del cólera. Sus hijas, sobre todo Cruz, motivadas por su madre, fueron mujeres muy devotas que colaboraron generosamente en la remodelación y adorno de la iglesia parroquial. Melchora Giles de Baranda falleció "de muerte repentina", el 28 de junio 1874, a los 58 años. En el certificado de defunción de Melchora está escrito que su esposo tiene 66 años. Era cura vicario del Partido don Ángel Pueyo. |
Ciríaca Baranda Giles de Vilela
De su hija Ciríaca de Vilela
tuvo cinco nietos: Julio (1864-1931), Andrés (1866 - 1931), Victoria Ciríaca
(1869 - 1936) luego de Zamudio, Horacio (1873 - 1933) y Domingo Saúl (1877-
1929) Julio y Horacio dejaron numerosa descendencia. Baranda conoció a todos
sus nietos.
Cruz de Risso no dejó
descendencia, sin embargo tuvo a su cuidado, crianza y formación a niñas de la
vecindad como Águeda Nicholson, heredera de la casona de Rivadavia y Sarmiento,
casó con Antonio Barrera Picart, reconocido músico catalán, hombre de destacada
actuación pública en los años de formación del pueblo.
Otra de las niñas
criadas en esa casa fue Felisa Elena Risso, sobrina de Pedro Risso. Esta mujer
llegó a ser una educadora de renombrada trayectoria en el partido de Quilmes,
fundadora de escuelas y trabajadora social, casó con Juan Llull y tuvo 8 hijos. Muerta Águeda prematuramente doña Cruz terminó la crianza de dos de sus hijas y vivió en la casa paterna
hasta avanzada edad, rodeada de sus numerosos nietos del corazón que la
llamaban “mamita Cruz”. Fue sumamente religiosa. Hizo traer de Europa una importante
imagen del “Nazareno”, tallado en caoba, que hoy se halla en la Catedral de Quilmes, entrando a
la derecha.
Nazareno tallado en caoba, traido de Europa para Cruz Baranda de Risso quien lo donó a al templo parroquial, actual Catedral (entrando a la izquierda) |
Julio
Vilela Baranda se casó con Marina de Durañona y Vedia. Tuvieron cuatro
hijos: Marina (1896 - 1966), Julio Esteban (1899 - 1946), Marta María
(1902 - 1977) y Guillermo Vilela de Durañona y Vedia (1909 - 1975) Al
enviudar Julio se casó con María Cristina Villafañe (1885 - 1961) con
quien tuvo dos hijos más: Gastón y María Cristina Vilela Villafañe. Julio
Esteban Vilela de Durañona y Vedia se casó con Susana Esther Risso Goñi
(1911-1997) y tuvieron dos hijos: Julio y Daniel Esteban.
Andrés Baranda falleció en Quilmes el 5 de noviembre de 1880. Escribió Pedro Giménez en su periódico "El Quilmero" del 7 de noviembre siguiente: "A las ocho y media de la noche del viernes dejó de existir este apreciable y respetable vecino de Quilmes [...] Ayer a las cinco de la tarde fue depositado su cadaver en la bóveda que hace poco tiempo hizo construir para sus restos mortales [...] Ha bajado a la tumba al terminar su peregrinación en este mundo, rodeado de sus deudos y amigos y de la estimación a que sus hechos le habían hecho acreedor. Poseedor de una fortuna labrada a costa de trabajo y fatiga, prodigó gran parte de ella a proteger a muchos industriales que animaba con su fomento y consejo, siendo entre los vecinos antiguos de esta Municipalidad el primero para dar impulso y realización a las obras de progreso que conservarán patente su memoria. La casa municipal, la iglesia y otras obras públicas son testigos de su acción beneficiosa para el Municipio donde estableció su residencia y descansó de sus afanes del trabajo. Esposo cariñoso, padre amante de su familia y amigo franco y leal era estimado por todos los que, no por la gratitud de su protección o buenos consejos, por las bellas prendas que poseía y prodigaba a todos en su amistad. El vecindario de Quilmes, que tanto le debe, pierde en él a un amigo que no será fácilmente reemplazado y la localidad al venerable anciano que guiándola con sus buenas ideas era acatado en el respeto afable que imponía..."
La avenida boulevard que hasta la década del `50 fue límite sudoeste de la planta urbana de Quilmes en el barrio La Colonia, por donde entraba el tranvía 22 que venía de la Capital Federal, lleva el nombre de don Andrés Baranda, patriarca del viejo Quilmes.Daguerrotipo de Don Andrés Baranda |
Investigación, entrevistas y compilación Prof. Ch.Agnelli
BIBLIOGRAFÍA
Agnelli, Ch. “Cuaderno de Identidad I”. Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2010
Agnelli, Ch. “Dr. José Antonio Wilde, médico, periodista
y educador quilmeño” Ed Jarmat. Quilmes, 2008BIBLIOGRAFÍA
Agnelli, Ch. “Cuaderno de Identidad I”. Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2010
Agnelli, Ch. “Maestros y Escuelas de Quilmes” Ed. Jarmat. Quilmes, 2004.
Agnelli, Ch. “Migraciones” Ed. Jarmat. 2006, Quilmes.
Ales, Manuel “Síntesis Histórica de Quilmes” Serie Archivos y Fuente de Información. Municipalidad de Quilmes 1968.
Craviotto, José A. “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta 1941”. Ed Archivo Histórico de la Pcia Dr. R. Levene. La Plata 1967.
Cutolo, V. Nuevo Diccionario Biográfico Argentino. Ed. ELCHE. Buenos Aires. 1978.
García Belsunce, César. “EL Pago de la Magdalena – Su población (1600-1765)”. Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 2003.
Lombán, Juan Carlos. “Don Andrés Baranda, un patriarca del viejo Quilmes”. Serie Medallones Biográficos. Ed. Municipalidad de Quilmes. 1965.
López, Vicente Fidel. “Historia Argentina” Ed. Sopena. 4ª edición, Buenos Aires, 1954.
Otamendi, L. “Historia de la Reducción” Secretaria de
Cultura de la Municipalidad de Quilmes, serie Archivos y Fuentes de
Información. 1968. Pág.93 a 101.
Reconocimientos: a Susana Parody Llull, Dr. Eduardo Barrera Almeida, Dr. Daniel E.
Vilela, quien facilitó documentación e imágenes, Museo Fotográfico de Quilmes y
Sra. Goretti G.M.R. Baranda, creadora de www.baranda1
Archivo personal del Prof. Juan Carlos Lombán en posesión del Prof. Chalo Agnelli.
Archivo personal del Prof. Juan Carlos Lombán en posesión del Prof. Chalo Agnelli.
NOTAS
[1] Serie Medallones Biográficos N°4; dirigida por don
Carlos G. Maier; Director de la Biblioteca Municipal D. F. Sarmiento.
Conferencia organizada por dicha institución y pronunciada el 26 de noviembre
de 1965 en la sede de la biblioteca con el auspicio de la Comisión de Cultura
de la Municipalidad de Quilmes. De allí se toma la mayor parte de esta
semblanza.
[2] V.: El Pago de la Magdalnea de César García Belsunce.
[3] Según el acta matrimonial de Andrés Baranda expedido el 26 de noviembre de 1827. No es claro el apellido en los docuementos existentes
[4] Consultar Wilkipedia.
[5] Ver: Bandera H. “Quilmes y las invasiones inglesas”. Ed. El Monje 2008.
[6] Historia Argentina de Vicente F. López.
[2] V.: El Pago de la Magdalnea de César García Belsunce.
[3] Según el acta matrimonial de Andrés Baranda expedido el 26 de noviembre de 1827. No es claro el apellido en los docuementos existentes
[4] Consultar Wilkipedia.
[5] Ver: Bandera H. “Quilmes y las invasiones inglesas”. Ed. El Monje 2008.
[6] Historia Argentina de Vicente F. López.
[7]
V.: Cutolo, V. Nuevo Diccionario Biográfico Argentino. Vol I Pág. 319.
[8] Manuel Luis de Oliden Reniel, nació en Buenos Aires el 19 de julio de 1784 y murió en sus tierras de Chascomús, 15 de noviembre de 1869. Fue un militar y político de importancia durante el proceso de Independencia. En 1815 fue Regidor del Cabildo y Gobernador intendente de Buenos Aires. Abandonó el cargo el 9 de junio de 1818
[9] V.: Otamendi, L. “Historia de la Reducción”.
[10] Acta halla da en la “Parroquia de la Inmaculada Concepción”, calle Independencia 910 (1099) CABA. Gentileza del Dr. Julio E. Vilela tataranieto de don Andrés Baranda.
[11] V.: Más datos en la biografía de doña Jerónima Irma Giles y Gaete de Mayol, en el “Quién es Quién... en Quilmes”. Ediciones Mensajes, Quilmes 1966.- Pág. 110.
[12] Según algunos tratadistas, este apellido procede de Lincolnshire (Inglaterra). Según los genealogistas Arturo y Alberto García Carraffa, en su "Enciclopedia Hispanoamericana de Heráldica, Genealogía y Onomástica", una familia de este apellido se radicó en la ciudad de Ronda (Málaga) en el siglo XV. Escudo de armas: En campo de sinople, dos torres de oro puestas en faja y terrasadas de lo mismo. Ver: www.fernandogiles.com/index2.html
[13] Datos, escritura y planos gentileza del Dr. Daniel Vilela.
[14] Ver Craviotto, J. “Historia de Quilmes” Pág. 125
[15] En esta casa vivió la familia Barrera Nicholson, descendientes indirectos de Baranda, hasta 1972 en que se tiró abajo y se levantó un edificio de varios pisos.
[16] V.: Agnelli, Ch. “Dr. José Antonio Wilde, médico, periodista y educador quilmeño”, biografía.
[17] López fue contemporáneo de estos acontecimientos. El primer dramaturgo del pueblo, periodista e intendente en 1904 y 1905.
[18] V.: Agnelli Ch. “Maestros y Escuelas de Quilmes” Cap. Pág. 30.
[19] V.: Blog www.elquilmero.blogspot.com “Julio, Pedro y Carlos Costa en la historia local de la tercera fundación” 28/9/2010 Etiqueta: “Personalidades y personajes”.
[20] V.: “Cuaderno de Identidad I”, Pág. 38 y 39.
[21] V.: “Dr. José Antonio Wilde” de Agnelli, H. Ed. Jarmat. 2008, Pp. 82 a 92.
[22] V.: Craviotto, J. A. “Los eucaliptos de la vieja chacra de D. Andrés Baranda” periódico El Plata. Oct. 1955.
[23] Casa que luego perteneció a su hija Cruz Baranda Giles y a su yerno Pedro Risso y cuyos últimos propietarios fueron los descendientes del Dr. Antonio Barrera Nicholson quien la recibiera de su madre doña Águeda Nicholson hija “del corazón” de los Risso – Baranda. De Las distintas etapas de la edificación y la arquitectura en Quilmes por Marcelo Traversi.
[24] Libro 15 Foja N° 31 del registro de matrimonios, nacimientos y defunciones del archivo de la Catedral.
[8] Manuel Luis de Oliden Reniel, nació en Buenos Aires el 19 de julio de 1784 y murió en sus tierras de Chascomús, 15 de noviembre de 1869. Fue un militar y político de importancia durante el proceso de Independencia. En 1815 fue Regidor del Cabildo y Gobernador intendente de Buenos Aires. Abandonó el cargo el 9 de junio de 1818
[9] V.: Otamendi, L. “Historia de la Reducción”.
[10] Acta halla da en la “Parroquia de la Inmaculada Concepción”, calle Independencia 910 (1099) CABA. Gentileza del Dr. Julio E. Vilela tataranieto de don Andrés Baranda.
[11] V.: Más datos en la biografía de doña Jerónima Irma Giles y Gaete de Mayol, en el “Quién es Quién... en Quilmes”. Ediciones Mensajes, Quilmes 1966.- Pág. 110.
[12] Según algunos tratadistas, este apellido procede de Lincolnshire (Inglaterra). Según los genealogistas Arturo y Alberto García Carraffa, en su "Enciclopedia Hispanoamericana de Heráldica, Genealogía y Onomástica", una familia de este apellido se radicó en la ciudad de Ronda (Málaga) en el siglo XV. Escudo de armas: En campo de sinople, dos torres de oro puestas en faja y terrasadas de lo mismo. Ver: www.fernandogiles.com/index2.html
[13] Datos, escritura y planos gentileza del Dr. Daniel Vilela.
[14] Ver Craviotto, J. “Historia de Quilmes” Pág. 125
[15] En esta casa vivió la familia Barrera Nicholson, descendientes indirectos de Baranda, hasta 1972 en que se tiró abajo y se levantó un edificio de varios pisos.
[16] V.: Agnelli, Ch. “Dr. José Antonio Wilde, médico, periodista y educador quilmeño”, biografía.
[17] López fue contemporáneo de estos acontecimientos. El primer dramaturgo del pueblo, periodista e intendente en 1904 y 1905.
[18] V.: Agnelli Ch. “Maestros y Escuelas de Quilmes” Cap. Pág. 30.
[19] V.: Blog www.elquilmero.blogspot.com “Julio, Pedro y Carlos Costa en la historia local de la tercera fundación” 28/9/2010 Etiqueta: “Personalidades y personajes”.
[20] V.: “Cuaderno de Identidad I”, Pág. 38 y 39.
[21] V.: “Dr. José Antonio Wilde” de Agnelli, H. Ed. Jarmat. 2008, Pp. 82 a 92.
[22] V.: Craviotto, J. A. “Los eucaliptos de la vieja chacra de D. Andrés Baranda” periódico El Plata. Oct. 1955.
[23] Casa que luego perteneció a su hija Cruz Baranda Giles y a su yerno Pedro Risso y cuyos últimos propietarios fueron los descendientes del Dr. Antonio Barrera Nicholson quien la recibiera de su madre doña Águeda Nicholson hija “del corazón” de los Risso – Baranda. De Las distintas etapas de la edificación y la arquitectura en Quilmes por Marcelo Traversi.
[24] Libro 15 Foja N° 31 del registro de matrimonios, nacimientos y defunciones del archivo de la Catedral.