La Biblioteca Popular Pedro Goyena y la Asociación Historiadores Los Quilmeros, dos instituciones hermanadas con el propósito de hacer, transitar y difundir la cultura y la historia de Quilmes, integradas por personas que desde hace varios años se han unido para alcanzar esos fines, presentaron el pasado agosto 2020, ante el Honorable Concejo Deliberante de Quilmes, a través de la concejala Susana Cano, un petitorio para distinguir a dos de nuestras miembros Zunilda Quatrín y Mónica A. Cereda cuyas trayectorias señalo brevemente a continuación como pequeña muestra de lo bien merecido que tienen haber sido designadas CIUDADANAS ILUSTRES por el pueblo de Quilmes; ORDENANZA N° 13.410 (Chalo Agnelli)
La arqueología tiene una larga tradición en Quilmes. El 30 de abril de 1935, los integrantes de la Comisión Arqueológica Quilmeña, formada por alumnos, docentes, profesionales e historiadores locales enviaron a los rectores del Colegio Nacional y de la Escuela Normal Mixta de Quilmes, un informe de dicha Comisión que se acababa de ocupar la extracción de huesos donde la compañía de Obras Sanitarias había excavado a la altura de las calles Pringles y Matienzo (“Quinta de Faramiñan”) Se trataba de dos hornos de ladrillos en los que se solía usar como combustible huesos de animales. Este fue el primer trabajo arqueológico y antropológico que se realizó en Quilmes, si bien sin los elementos ni los conocimientos específicos. Ese sitio era conocido por “El Horno de la Virgen” pues allí se fabricaron los ladrillos con los que se construyó la iglesia parroquial, hoy Catedral del obispado de Quilmes.
El profesor don Manuel Ales en los primeros años de la década de los ‘60 junto con el ceramista y escultor Luciano Panier comenzaron a hace excavaciones en la ribera quilmeña, hacia el arroyo Giménez, donde hallaron un horno primario, probablemente del pueblos originarios que poblaron estas costas desde 1580, quienes aprovechaban la arcilla gris que hay debajo de la arena para hacer vasijas y cuencos. Ales con sus hijos Armando y Panier recorrieron la zona y después de varias excavaciones encontraron un “parador” con restos de cacharros con algunos trazos y dibujos antropomórficos.
Una de las grandes personalidades quilmeña que se destacó en este campo, fue el Dr. Eduardo Mario Cigliano (1926 – 1977) Especializado en antropología y arqueología, publicó más de 60 informes de sus investigaciones, entre técnicos y de divulgación. Entre estos cabe destacar: “Investigaciones antropológicas de Juella”, provincia de Jujuy y “El Ampajangüense”. Las experiencias de Cigliano sobre el ampajangüense, permitieron al profesor Juan Carlos Lombán elaborar la hipótesis donde postula que el origen remoto de los pueblos que evolucionaron entre Catamarca y Tucumán a las orillas del río Yocavil y en la sierra del Cajón, entre ellos quilmes y acalianos, se remonta a 9000 años a.d.C. a fines del pleitoceno, geológicamente en las postrimerías del glacial tardío.
Hay otras personalidades que son absolutamente ignoradas o desconocidas, por carencia de rigor informativo, hombres y mujeres de nuestra localidad, “nacidos o por opción” que dieron - no sólo a Quilmes y su zona de influencia, sino que trascendieron a lo nacional e internacionalmente - imprescindibles aportes al desarrollo científico, artístico y cultural, en su amplio espectro. Dos de esas personas son las antropólogas Zunilda Quatrín y la Mónica Cereda.
En el año 1995, un equipo de trabajo dirigido por la Lic. Zunilda Quatrín y la codirección de la Lic. Mónica Cereda retomaron los antecedentes mencionados y se comenzó a realizar investigaciones arqueológicas en Quilmes. Se excavaron numerosos sitios en la Manzana Histórica y su entorno, lográndose recuperar una considerable cantidad de material arqueológico relacionado con la vida humana en la zona entre los siglos XVII y XIX. Además de los trabajos de campo y de análisis de materiales realizados, el Proyecto Arqueológico Quilmes trabajó en actividades de extensión a la comunidad. Lamentablemente tuvieron ingratas dificultades oficiales y con instituciones que no entendieron el valor histórico-social de su arduo trabajo. El Proyecto se disolvió en el año 2002.
En 1989, la UNESCO incorporó el concepto de Tesoros Humanos como patrimonio cultural, en su recomendación para la Salvaguarda de Culturas Tradicionales y el Folklore. Dicho concepto considera que los "Tesoros Humanos son personas que encarnan en un grado elevado las habilidades y técnicas necesarias para la producción de los aspectos más importantes de la vida cultural de un pueblo y para la existencia continuada de su patrimonio cultural y material.”
Zunilda Olga Quatrin es quilmeña, maestra egresada de la Escuela Normal de Quilmes y antropóloga especializada en arqueología, egresada de la Universidad Nacional de La Plata. Desde 1995 a 2003, anduvo haciendo pozos, sin picos y sin palas, a puro cucharín y pincel, por media ciudad. Buscando y tratando de encontrar algo que se pareciera a la verdad de nuestro origen, de nuestra historia indígena. Y así se definía Zunilda: “Nosotrxs, lxs arqueólogxs, no andamos en las aventuras que muestran las películas de Indiana Jones, ni encontramos tesoros fabulosos como el de Tutankamon!!! La arqueología es una ciencia que, en la mayoría de las personas, genera expectativas fantasiosas. Esto lleva a una visión equivocada de la realidad del arqueólogx que, en vez de ser un aventurero y multimillonario, es un trabajador expuesto al calor, al frío, al viento y a la lluvia, lleno de polvo y generalmente con un dolor de rodillas y de cintura que ni les cuento… Si les interesa abriremos, hoja por hoja, el libro de lo que la tierra nos ha ido diciendo. Y también desentrañaremos documentos antiguos que hacen que nos enteremos de cada cosa… Los pueblos originarios estuvieron y siguen estando, aunque hayan querido invisibilizarlos…” Y agrega destapando del suelo “…historias que me contó la tierra quilmeña, a la que hay que tratar con mucho cuidado y con mucho respeto, porque a veces nos habla y a veces, sólo nos susurra… Porque ella, aparte de ser la madre de todo lo que existe, es un gran archivo que podemos consultar.”
Mónica Angélica Cereda, nació en Quilmes; es licenciada en Antropología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la U. N. de la Plata. Alfabetizadora recibida en el Centro de DD. HH. Emilio Mignone de la Universidad Nacional de Quilmes. Cursó con Adolfo Pérez Esquivel la cátedra “Cultura para la Paz y Derechos Humanos” en la UNQui. Obtuvo la diplomatura en Derechos Humanos y Estrategias de Intervención en el Territorio de la Universidad Nacional de General Sarmiento y una diplomatura de Extensión Universitaria en Abordaje y Prevención de la Violencia contra la Mujer, Universidad Nacional de Quilmes. Mediadora Comunitaria de la Dirección Nacional de Mediación del Ministerio de Justicia y DD.HH. Presidencia de La Nación. Miembro Investigador del Archivo Regional de Cuzco Es miembro de la Asociación de Historiadores Los Quilmeros, delegada-secretaria de actas de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes. Entre sus numerosos proyectos llevados a cabo se cuentan: Proyecto Arqueológico Quilmes “La Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de Los Quilmes”; “Pacto de Hermandad entre la Ciudad de Quilmes y la Comunidad India Quilmes de Tucumán”, el primer Pacto de Hermandad que existe en Sudamérica. Sus trabajos de investigación histórica: “Apuntes para la historia de nuestro origen” (2014) y “Arbitrariedades de la Justicia en el Pago de la Magdalena – siglo XIX” (2019) fueron publicados en “Quilmes, 350 años, un Bicentenario y un Centenario, 14 autores para 3 homenajes” y en “Quilmes, 14 miradas que hacen historia” respectivamente, ambos libros de la Asociación Historiadores Los Quilmeros, publicados por Ed. Buenos Aires Books.
Atento a los antecedentes señalados, la Asociación Historiadores Los Quilmeros y la Biblioteca Popular Pedro Goyena con su Centro Cultural Hilda Perata y el Museo Bibliográfico Documental “Bibl. Carlos Córdoba”
PROPONEN: Al Honorable Concejo Deliberante, distinguir a estas dos mujeres quilmeñas, Zunilda Quatrín y Mónica Cereda, profesionales de la ciencia antropológica - en estos tiempo en que la esperanza de la humanidad está puesta en los científicos - como CIUDADANAS ILUSTRES. Considerando que más que un premio, un reconocimiento, es una retribución por los trabajos realizados en la puesta en valor del espacio donde se asentaron nuestros pueblos fundadores, quilmes y acalianos, en lo que hoy es la ciudad y partido de Quilmes, con auténtica probidad, altruismo y pasión hurgando en el pasado de la tierra y del hombre para conocer el futuro.
Firman el petitorio: Ana Aispurú, presidenta de la Biblioteca Popular Pedro Goyena; Claudio Schbib, vicepresidente de la A. Historiadores Los Quilmeros y Chalo Agnelli, presidente de la A. Historiadores Los Quilmeros y director del Blog EL QUILMERO y del Museo Bibliográfico Documental "Bibliotecario Carlos Córdoba". Quilmes, agosto 2020