Esta
transcripción tiene su origen en un texto, copia de tres hojas borrador
mecanografiadas en bastante mal estado, que estuvo en posesión del Ing. Eduardo
Cichero de quien lo recibí en 2010. Es una reseña realizada por el profesor
Fortunato Cichero, padre del ingeniero, para el periódico “La Zona”, como testigo y parte de la fundación de la nonagenaria
institución. Se advierte además del proceso histórico de esos años, las ideas
que sustentaban los hacedores del Colegio Nacional de Quilmes, algunos de sus
promotores y continuadores. El profesor Fortunato Cichero fue uno de los
fundadores junto con dos de sus hermanas, Sarah, prestigiosa artista plástica
de esos años, y Cornelia.
Encontramos
aquí la visita a Quilmes del general golpista Uriburu y la consideración con
que lo recibió cierto sector de la comunidad.
Además
el Prof. Cichero, aunque ya no formaba parte del plantel docente, aprovecha el
pedido de informes para pintar el aspecto negativo que tenía el edificio donde
funcionaban las dos escuelas, el Colegio Nacional y la Escuela Normal que lo
albergaba a instancias de José Domingo Sosa del Valle.
Chalo Agnelli
Quilmes,
julio 19 de 1943.
[1]
Sr. Juan Noell [2]
De mi mayor
consideración:
Me pide Ud. algunos
datos sobre el ex-Colegio Secundario de varones hoy Colegio Nacional Mixto
"José Manuel Estrada" de esta ciudad. Voy a buscar de mi archivo
mental todo lo que pueda, tratando de no equivocarme.
Una tarde del mes de
febrero de 1922 fui invitado por el amigo Dr.
Rafael Garfios, entonces maestro en una escuela de la Capital Federal y en
una nocturna de este Distrito, para presenciar los debates privados sobre, la
Redacción de los Estatutos de un futuro Colegio, que debería ser la base de
otro que surgiría con el tiempo, como surgió, de carácter secundario, del que
ya se empezaba a sentir la necesidad en el Distrito.
Al mismo tiempo me invitaban
a formar parte de su futuro personal docente. Dado mi espíritu altruista y sin
preguntar "cuanto iba a ganar" contesté inmediatamente que sí.
Juntos nos encaminamos
hacia el Colegio y domicilio particular del Sr. Doroteo Yoldi, en donde se estaban discutiendo estas cosas. En
la casa del Sr. Yoldi, antiquísimo maestro de la madre patria y maestro de
medio Quilmes de hoy, se iniciaron las primeras clases.
Aquella tarde estaban
allí reunidos entre muchos otros, el inolvidable propulsor de muchas obras
culturales don José Sosa del Valle, el
profesor Olivio Acosta, vice de la Normal, las señoritas Ana María Y Catalina
Borzi, el Sr. Fortunato Cichero, la Sta. Bruno (hoy Sra. de Raris), uno de los
hermanos Colombo (Antonio), el Dr. Barrios, el Sr. J. Ferrero, el suscrito
y dos señoritas más que no recuerdo exactamente su fisonomía pero creo eran las
señoritas Sol. [3]
Prof. Doroteo Yoldi |
Los Sres. profesores Barrios y Ferrero se ocuparon de todo
lo referente a la obtención del Decreto de Incorporación del Instituto a la
Inspección de Enseñanza Secundaria, lo que fue otorgado siendo entonces Inspector General el Dr. Guaglianone;
al efecto se concedió la incorporación del Primer año al Colegio Nacional Juan
Martín de Pueyrredón de la Capital Federal.
El Colegio se denominaba
"Colegio Secundario Quilmes"
mixto y gratuito, funcionó en los primeros años el Colegio "San Luis Gonzaga", casa
del Sr. Doroteo Yoldi, ubicada en la calle Alem 306, en donde hoy está el
Archivo y Junta de Estudios Históricos que preside el Dr. Craviotto.
Comprendió al principio
un doble turno a fin de que pudieran concurrir también los estudiantes que
tuvieran alguna ocupación. El primer turno era de 16:40 a 19:40 y el segundo
turno desde esta última hora a las 22:40.
Sosa del Valle |
No podía funcionar en
otras horas porque el local hacia falta para las clases del susodicho Colegio
San Luis.
Se había establecido que
el personal sería todo, diplomado, gratuito, preferentemente habitante en la
localidad y la enseñanza se dictaría de acuerde a los programas de los demás
Colegios Nacionales, como efectivamente se hizo.
Olivio Acosta |
Fue su primer Rector el
Prof. J. D. Sosa del Valle y Secretario el Dr. Rafael Barrios. A los efectos de
atender el doble turno se designaron dos Vice Rectores: Fortunato Cichero y el
Prof. Olivio J. Acosta. El 1er tesorero fue el dueño de casa por razones
lógicas, el Prof. Yoldi.
Inmediatamente se dio
comienzo a la obra con dos divisiones de 1er año; los años subsiguientes: segundo,
tercero, etc., se irían creando (como se hizo) a medida que los alumnos iban
siendo promovidos de grado, solicitándose la correspondiente incorporación.
Los primeros Profesores
y profesoras han sido los siguientes, que en las actas se denominan fundadores
del Colegio:
Olivio J. Acosta, Vicerrector
de la Escuela Normal.
Rafael Barrios, maestro
normal de la Capital Federal y Provincia.
A. M. Borzi |
Catalina Borzi, profesora
de la Escuela Normal de Lenguas Vivas.[4]
Ana María Borzi (hoy Sra. de Faragó), Dra. en
Filosofía y Letras.
Lidia Nieves Bruno (hoy
Sra. de Raris) Dra. En Filosofía y
Letras.
Cornelia Cichero,
profesora en Lenguas Vivas.
Fortunato L. Cichero,
profesor en Enseñaza Secundaria.
Sarah Cichero (de
López), de la Academia Nacional, de Bellas Artes.
Antonio Colombo,
catedrática de la Escuela Normal.
Eduardo Colombo,
director de la Academia particular “F. Ameghino”.
José Ferrero, Dr. en
Ciencias de la Educación.
G, Girotti |
Guido Girotto, profesor
de Enseñaza Secundaria del Normal y del Profesorado en Lenguas Vivas.
Antonio Iglesias, profesor
de Enseñaza Secundaría.
Evaristo Iglesias,
profesor de Enseñaza Secundaria.
María F. Job, Dra. en
Química y Farmacia.
Angélica Morales Gorleri,
maestra normal
Juana Sol, Dra. en
Filosofía y Letras.
Raquel Sol, Dra. en
Filosofía y Letras.
José D. Sosa del Valle,
Director de la Escuela Normal
Doroteo Yoldi, Director
del Colegie San Luis y Profesor de Enseñaza Secundaria
Posteriormente este
elenco ha sufrido modificaciones debido a las circunstancias inevitables que
se producen en el orden económico de cada cual; así por ejemplo los señores
Barrios, Ferrero, Cichero, Antonio Colombo [5] y Evaristo Iglesias y
las señoritas Sol y Job, tuvieren que retirarse por razones de incompatibilidad
impuestas por la Superioridad; lo mismo sucedió mas tarde con la Dirección que
tuvo que ser dejada por el Sr. Sosa del Valle y lo mismo la vice; le sucedió al
primero la señorita Ana María Borzi quien la desempeñó con un criterio y
acierto poco común; al Sr. Ovidio Acosta y al Sr. Cichero, sucedieren les
Sres. Yoldi y Armando Bucich, profesor nuevo que había entrado a formar parte
del Colegio en lo que llamaríamos una “segunda carnada”; en esta también
entraron la Sta. Nélida Bucich, el Sr. Luis Ricagno, la Sra. Peona, el Sr.
Baglietto, la Sta. Goldstein (hoy Sra. de Bozzini) el Sr. De Kron, la Sra. P.
de Collet, la Sta. Sosa del Valle, la Sta. Welbi, el Sr. Rennes (que reemplazó
en las cátedras de Literatura e Idioma Nacional al Sr. Edmundo Gutiérrez), etc.,
etc...
Creo útil trascribir
algunos de los articulados del reglamento general:
Art. 2º - El Colegio
estará sujeto en sus líneas generales a la constitución de los establecimientos
oficiales similares del país, con rumbo hacia las conquistas positivas de las
ciencias y las artes y con espíritu de absoluta prescindencia de las ideas
religiosas y políticas.
Art. 5°- No será el
Colegio una empresa comercial y sí una institución que aspire en primer término
a satisfacer las necesidades reales y en segundo lugar a ser reconocido por los
poderes públicos como una fuerza necesaria y eficiente.
Art. 25- La enseñanza
será gratuita y estará estrictamente sujeta al plan de les Colegios Nacionales.
Hoy el Colegio ha tomado
proporciones insospechadas en los modestos fundadores de entonces, máxime
después que fue oficializado.
Les tesoneros y nunca
desfallecidos iniciadores trabajaron durante nueve años consecutivos con el
norte mental de hacer progresar la juventud quilmeña con el mínimo de
erogaciones; es indudable que no dejaban de tener la esperanza de ver algún día
coronados tantos desvelos.
Mas de una vez hubo que
preparar listas de voluntarios que dieran alguna contribución para solventar
los gastos de luz, materiales de enseñanza, etc., pues no todo podía estar a
cargo exclusivo del dueño de casa quien ya había hecho bastante oren dar el
local, los bancos y la paciencia. No pocos fueron los destrozos ocasionados
por los alumnos y que hubo que remediar privadamente sin chistar por el bien
del Colegio y la esperanza en tiempos mejores. Las vicisitudes por que pasé el
tramite de su oficialización han sido múltiples; ha habido momentos en que
todo parecía perdido cuando de repente surgía una nueva esperanza basada en la
amistad con un politice o una buena palabra de un Sr. Ministro amigo; durante
la Presidencia del Sr. Yrigoyen y después de las gestiones de varios Diputados
y Sanadores entre los que recordamos al Sr. Alejandro Miñones que nos visité
siendo subsiguientemente agasajado por la Comisión de padres y alumnos con un
almuerzo en la Ribera local, se consiguió la oficialización teórica del Instituto.
Decimos teórica, porque hasta que no se produjo la bienvenida Revolución del 6
de Septiembre [6]
aquí no llegaron los nombramientos de ninguno de los miembros enseñantes (sic)
del flamante Colegio.
Se tejieron los más
variados cementarles y fantasías sobre el paradero de los nombramientos que
realmente no vale la pena recordar.
El hecho es que el
Colegio estaba creado y en el Presupuesto y la enseñanza seguía siendo gratuita
tanto para enseñantes como alumnos.
Finalmente sobrevienen los
hechos notorios del 6 de Septiembre; hay todavía un poco de titubeo cuando el
Profesor Dr. J. U. Orengo se acuerda de que aquí en Quilmes hay amigos de la
Presidencia [7]
y del Colegio, son los distinguidos filántropos y caballeros hermanos Ithuralde. [8]
Decir y hacer fue todo
uno y en pocos días, con una fineza realmente pocas veces presentada entre
nosotros el Sr. G. Ithuralde trajo personalmente a la misma Escuela Normal en
una tardecita del mes de Octubre de 1930 el nombramiento para cada uno de los
Profesores que en ese momento aun dictaban sus clases.
Posteriormente Quilmes
tuve el alto honor y la satisfacción de recibir la simpática visita del “General”,
como se le decía respetuosa y amigablemente al General Uriburo; en los patios
del Colegio (que funcionaba en la Escuela Normal) fue recibido por todo lo más
granado que tenía intelectualmente tenia la localidad. Hablaron Sres. Sosa del Valle, el Dr. Orengo y el alumno hoy Dr. Garibotti. [9]
Para el mundo estudiantil
e intelectual de Quilmes fue una pequeña apoteosis a la que hizo marco una
hermosa tarde semiprimaveral.
Hoy el Colegio tiene once
divisiones: tres de primer año y dos de cada una de los subsiguientes hasta 5°.
Su personal docente lo
componen más de sesenta profesores de ambos sexos; algunos de ellos son sus ex
alumnos como el Sr. Yol Gutiérrez, el Dr. Virgilio Gachassin y otros; dos han
desaparecido dejando gratos recuerdos de su sabiduría y bondad: la Sta. Vazzano
y el Profesor Sáenz; otros tuvieren que renunciar por incompatibilidades de
horarios u otras causas.
Del primitivo enlace más
arriba citado de fundadores hoy quedan en pié solo los siguientes, que
llamaríamos las “columnas” del primer Colegio: Doroteo Yoldi, Sra. L. Bruno de Raris, el Secretarle Julio Raris, Sr.
Guido Girotto, Sta. Catalina Borzi, Sta. Sarah Cichero, Dr. Eduardo Colombo.
Actualmente están
progresando las gestiones para conseguir local propio pues e1 que tiene, aparte
de ser común con la Escuela Normal, viéndose obligados a dictar en horas
vespertinas para no alterar los horarios de aquella, no reúne las condiciones
higiénicas-didácticas requeridas para un Establecimiento de la importancia que
hoy tiene.
Los salones son oscuros
mal orientados, con exceso de ruidos molestos en toda hora del día pues dan a
la calle; no tiene sala de Profesores pues el exiguo local actual impide
materialmente el pase y la estada de más de media docena de personas a un tiempo;
no hay un salón de actos públicos ad-hoc que merezca el nombre de tal; las
empleadas de secretaría y celadores trabajan muy incomodes por la falta de
locales adecuados; no tiene local especial para biblioteca, los W.C. son pocos
y mal situados, etc., etc.
Las deficiencias anotadas
se pueden incriminar (sic) también a la Escuela Normal pues no cree que el
personal de la misma esté de acuerde con el local citado.
Sara Cichero |
Olvidaba citar entre les
profesores del segundo momento pero no por ese menos valerosos: al Ingeniero
R. González, la Sta. Vazzane, el Profesor Bauzas, la Sta. Juliana Aguirre, la
Sta. Dora Smoglie, el Dr. Echelini, el Dr. Abrines, y algunos más que seguramente debo olvidar.
Finalmente el Dr. Edmundo Gutiérrez, palabra y pluma
galana, verdadero poeta y artista del buen decir quien nos floreó en múltiples oportunidades
con sus dones tan envidiables; fue precisamente “a ‘orillas del majestuoso
Plata...” como él bien le dijo ese día, en que se agasajaron a los señores
legisladores que vinieren a visitarnos apenas conseguida la oficialización
teórica del Colegio que demostró una vez más el Dr. Gutiérrez su dominio de la
palabra clara, penetrante, sentimental, expresiva y que deja en el auditorio
un recuerdo que solo el tiempo podrá atenuar, pero nunca olvidar. Sus palabras habrán
dejado seguramente un recuerdo grato en el corazón de les legisladores.
(Aquí se interrumpe el
relato, pareciera faltar una hoja en la que se debió dar cierre a la misiva)
Transcripción y notas Prof. Chalo Agnelli
gentileza del Ing. Eduardo Cichero
NOTAS
[1] En esta fecha era intendente en
Quilmes el Dr. Manuel J. Cruz de orientación conservadora.
[2] Propietario y director del
periódico “La Zona”, fundado el 21 de julio de 1936. Aparece
en Bernal y luego pasó a
actuar en Quilmes.
[3] Se refiere a Juana e Isabel Sol,
que más adelante nombra.
[4] El 10 de
febrero de 1904, el
decreto firmado por el Presidente General Julio A. Roca y su ministro Dr. Juan
Ramón Fernández, dispone la fundación del Profesorado en Lenguas Vivas. Desde
entonces, la Escuela Normal N° 2 de la Capital, elegida como punto de partida
de dicha formación, se designa, conforme a su nuevo carácter, Escuela Normal
del Profesorado en Lenguas Vivas.
[5] Antonio Colombo docente de la
Escuela Normal en 1933 será interventor del Colegio Nacional.
[6] Día del
golpe de estado del general José Félix Uriburu con el apoyo decidido de la
oligarquía agropecuaria, conservadores y
agrupaciones nacionalistas. Uno de los dirigentes conspiradores fue el
general Agustín P. Justo, quien luego tomará el poder, comenzando la “década
infame”.
[7] Se refiere al golpista Uriburu, y
sobre todo a los conservadores, partido al que los Ithuralde eran adscriptos
fieles.
[8] Raúl Ithuralde fue comisionado
interventor municipal, en lugar del destituido intendente radical Dr.
Emilio Torre, a partir del 18 de setiembre de 1930, es decir, poco después del
golpe de estado cívico-militar, y continuó en 1931, acompañado como secretario
por otro notorio conservador don Manuel Huisi. Ithuralde había sido concejal el
año anterior.
[9] Nació en Quilmes en 1908, hijo de Desiderio Garibotti y Ana Ritano. Se
unió en matrimonio con María Esther Riveira. Ernesto Garibotti fue
concejal de la Municipalidad de Quilmes, por el partido conservador desde 1932
hasta el 5 de enero de 1934 en que fue designado comisionado por la
intervención provincial, cargo que detentó hasta el 24 de febrero de ese mismo
año, en que volvió a su cargo de concejal. En 1936, durante la intendencia de
Victoriano Huisi fue presidente de la municipalidad hasta el 30 de abril de
1940. En 1938 sucedió a Manuel Huisi en la dirección del periódico “La Reacción”, fundado el 1 de mayo de 1922 por el partido Conservador. Fue diputado provincial
(17/11/1937 / 07/03/1940)