DESARROLLO
GANADERO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Por Prof. María
Del Carmen Aizpurúa
Múltiples factores hacen de la provincia
de Buenos Aires, una de las zonas más propicias del país para la cría de ganado: buenos
campos de pastoreo, precipitaciones anuales suficientes, clima benigno, litoral
marítimo amplio. Todo ello permitió abrigar esperanzas para un próspero futuro
ganaderil.
Al inicio del período que nos ocupa de
los 310.307 Km. de superficie de esta provincia, de cada 1.000 Km., 684 estaban
destinados al pastoreo. Mayor densidad de ganado acusaba la parte norte de la
 |
Troperos de Carlos Morel |
provincia. Considerados por legua cuadrada 19 partidos presentaban 27.000
animales, 17 partidos, 24.000 animales y 19 partidos, 19.000 animales. (1)
El mayor porcentaje de este ganado era
ovino con 57.838.073 cabezas de acuerdo a datos suministrados por el Censo de
1881. El gran incremento de ganado ovino se había iniciado a comienzos de la
década del 50, al compás de las exportaciones de lanas - demandas para la industria
textil y grasas -. Estos productos habían desplazado rápidamente a los
productos tradicionales - tasajo y cuero - en el valor total de las
exportaciones.
La tenencia ganadera dentro de los
límites de la provincia llegaba a cifras tan elevadas “que ofrecía verdaderos síntomas de sofocación” (2). Unido esto a la
difícil salida que lograban los crecimientos anuales, determinaron un notable
encarecimiento de la tierra.
Este fuerte incremento del número de
cabezas de ganado, produjo el sobre pastoreo de las tierras, fenómeno muy
curioso en un país que contaba con tierras abundantes pero que recién
estuvieron disponibles después de la campaña al desierto.
GANADO
|
CENSOS
|
1881
|
1888
|
1895
|
1808
|
Vacunos
Lanar
Caballar
Porcinos
|
4.754.180
57.838.073
2.397.787
155.134
|
8.343.266 51.238.782 1.172.727 205.316
|
7.745.896
52.630.451
1.675.385
248.270
|
10.351235
34.604.972
2319.953
711.241 (3)
|
De acuerdo al censo de 1881, existió en
algunos partidos de la provincia de Buenos Aires, una proporción de ganado
mayor que la capacidad receptiva de la tierra de ese momento, estimada en 0,8 a
0,5 cabezas por hectárea. Así San Andrés exhibía 1,36 cabezas por hectárea;
Baradero 1,89 cabezas por hectárea; Arrecifes 1,65 cabezas por hectárea y Salto
1,74 cabezas por hectárea. (4)
Dentro de este panorama van a producirse
una serie de hechos que modifican estructural mente la economía de la
provincia.
En primer lugar la disminución del
consumo de tasajo por los mercados de Cuba y de Brasil como consecuencia de la
desaparición gradual de la esclavitud.
Las siguientes cifras, referentes a los
animales faenados por los saladeros de la provincia de Buenos Aires muestran
elocuentemente este proceso.
1892 443.200 animales
1893 380.900 animales
1894 352.000 animales
1895 328.400 animales
1896 209.500 animales
1897 249.900 animales
1898 105.700 animales (5)
1899 100.600 animales
Esto motivó la necesidad de buscar nuevos
sistemas para conservar las carnes dejando de lado el sistema del salado,
reemplazándolo por el enfriamiento o congelado.
En un primer momento el frigorífico se
orientó hacia la carne ovina y los criadores buscaron animales de mejores
aptitudes para este efecto que el merino. El ‘Lincoln’ pasó entonces al primer
plano y el proceso de “desmerinización”
se hizo aún más rápido en la provincia de Buenos Aires por el poco éxito del
mismo en los campos bajos y húmedos y por la mayor adaptabilidad del ‘Lincoln’
a los pastos duros.
La existencia del ganado ovino llega a su
punto culminante hacia fines del siglo; con un consiguiente aumento de la
producción y mejora notable de la calidad del ganado que de 38.972.294 cabezas
mestizas en 1888, (6) pasa a 43.694.282 cabezas en 1895, (7) y a 33.119.442 en
1908 lo que significa un 95,70 % sobre el total de ganado ovino. (8)
El frigorífico se instala en 1883, pero
el ganado vacuno demorará aún muchos años antes de cumplir el proceso de
mestización indispensable para atender el comercio exterior.
El ganado vacuno se exportaba, además, en
pié para el consumo de los saladeros del Uruguay y para Chile y Brasil. A
partir de 1895, comenzó a exportarse también en pie a Inglaterra. Se trataba
por supuesto de animales mestizados pues el ganado criollo huesudo y muy
nervioso no resultaba apto para la exportación, ésta exigía animales de
esqueleto fino, amplias masas musculares y gran mansedumbre. La provincia de
Buenos Aires marchaba a la cabeza del refinamiento del ganado vacuno habiendo
aumentado de 80.650 cabezas en 1881, (9) a 3.045.670 en 1888, (10) y 3.592.323
en 1895. (11) Estas cifras hacen que Buenos
Aires poseyese el 88% del ganado mejorado del país.

En el año 1900, se producen dos hechos
que van a cambiar fundamentalmente el panorama de la ganadería: el paulatino
decaimiento del interés por el ganado ovino y el desarrollo creciente del
frigorífico. (12)
Lo primero se produce por la crisis
lanera en Francia, unido a un invierno inusitadamente lluvioso que produjo una
gran mortandad de ovinos.
En cuanto a lo segundo, el Reino Unido
cierra en ese año la importación de ganado en pie, alegando un brote de fiebre
aftos.
Comienza entonces el gran progreso
vacuno. Las 21.700.000 cabezas existentes en el país en 1895, llegan en 1908, a
29.117.000 cabezas. Buenos Aires principal zona de influencia frigorífica se
destaca sobre todo el país, tanto por su número 10.351.000 animales, con un
aumento del 33% como por la alta mestización, ya que sólo el 8,7% del ganado
era criollo, 894.488 cabezas. (13)
EVOLUCIÓN
TERRITORIAL Y DEMOGRÁFICA DEL PARTIDO DE QUILMES
Los límites y extensión del partido de
Quilmes, configuran un espacio físico importante dentro de la distribución
territorial de la provincia; es necesario pues, observar cuales son las
modificaciones sufridas en el transcurso de los años que comprende este
estudio.
A principios de 1880, nuestro partido
contaba con una extensión de 46.200 hectáreas, distribuidas de la siguiente
manera: macizo central del pueblo: 90 hectáreas: quintas, chacras, calles y
plazas: 19.182 hectáreas para pastoreo: 26.928 hectáreas. (14)
Según el censo Agrícolo-Pecuario de la
Provincia de Buenos Aires de 1888, se configuran 48.441 hectáreas, distribuidas
en 536 propiedades, con un valor aproximado de 360 $ m/n por hectárea.
Esa extensión se verá significativamente
modificada, cuando se produce la separación del partido de Florencio Vareta,
tendremos entonces en 1895, 313.00 hectáreas como consecuencia de ese hecho.
(15)
Esto significó una disminución de 17.141
hectáreas, manteniendo ese total en 1908, tal lo determina el Censo Nacional
Agropecuario de ese año.
Censos
Ouilmes
|
1881
|
1888
|
1895
|
1908
|
hectáreas
|
46.200
|
48.441
|
31.300
|
31.300
|
(16)
A
través de este análisis podemos observar como se relaciona este proceso con la
evolución demográfica de la zona.
Censos
|
1869
|
1881
|
1890
|
1895
|
1908
|
Habitantes
|
6.809
|
8.431
|
12.847
|
12.048
|
26.150
|
(17)
Estos datos nos muestran la disminución
de población que sufre el partido entre 1890 y 1885; inversamente estos
resultados se trasladaron también a la densidad de población, la cual aumenta
considerablemente entre 1881 y 1895.
Pese al aumento absoluto de la población rural, esta disminuyó su porcentaje en cuanto al total de población.
LA GANADERÍA DEL PARTIDO DE QUILMES
(1880-1910)
El desarrollo económico de Quilmes, en el
transcurso del siglo pasado, se operó, sobre la base de la explotación
ganadera. En el
 |
Resero criollo arreando ganado (argentinafolkloreyprovincia.es) |
transcurso de la primera mitad del siglo XIX, se desarrolló en
forma creciente la instalación de gran cantidad de saladeros, tal como consigna
el Dr. Craviotto ya que “...debía
aprovecharse al máximo la explotación ganadera, sobre todo cuando la carne adquirió
valor monetario para la alimentación de la gran cantidad de esclavos que
trabajaban en establecimientos del Brasil; (...) el saladero habría de convertirse
en una actividad más racional y lucrativa.” (19)
Con este antecedente, y con una población
rural que configuraba el 67 o/o del total de sus habitantes para 1895, no
resulta difícil inferir que la ganadería constituyó en los últimos años del
siglo pasado y los primeros del presente, una de las actividades vitales de la
economía quilmeña a pesar de que en 1880, se inicia el proceso decreciente de
esta actividad.
Para poder realizar un análisis
cuantitativo del proceso ganadero es necesario no desvincular de este objetivo
el desarrollo que sufre en su conjunto toda la provincia de Buenos Aires, la
que incorpora, a partir de 1880, la actividad agrícola como complemento de la
actividad pecuario y el proceso de desmerinización como consecuencia de la
aparición del frigorífico.
Veamos pues como repercuten estas pautas
en nuestro partido a la luz de los guarismos que nos brindan los Censos
Provinciales de 1881 y 1888, el Segundo Censo Nacional de 1895, el Censo
Agropecuario Nacional de 1908, y estadísticas complementarias del Anuario
Estadístico de la Provincia de Buenos Aires. (20)
A través de lo representado se observa un
paulatino aumente) del ganado bovino entre 1881, y 1895. El descenso en su
número comienza en 1896, mientras que para los restantes rubros recién se
produce en 1908.
El dato más significativo lo constituye
la disminución del ganado ovino operada entre 1881, y 1888, variable que
continúa hasta 1908. Hasta el año 1895, la evolución del
ganado ovino y del bovino, responden así a las condiciones generales que se dan
en la provincia de Buenos Aires.
Atendiendo a los totales de estos cuatro
tipos de ganado es oportuno destacar el aumento que se produce en 1895, con
respecto a 1888, para decaer nuevamente en 1908, época desde la cual Quilmes
comienza a abandonar la producción ganadera pues ya inicia su crecimiento
industrial.
A través de los Censos Provinciales podemos
determinar muy claramente como la ganadería de Quilmes va disminuyendo gradualmente
su importancia en el conjunto de la provincia de Buenos Aires.
Así en cuanto a la existencia de ganado
bovino para el Censo de 1881, la producción de Quilmes constituirá el 0,30 o/o;
en 1895, el 0,48 o/o y en 1908, el 0,23%. En cuanto al ganado ovino, en 1881,
los lanares quilmeños eran el 0,12% de la provincia; en 1888 el 0,04%, en 1895
el 0,03% y en 1908 el 0,013%.
En el siguiente cuadro, se puede notar el
proceso antes mencionado, a través de una mayor discriminación de razas, donde
el mestizo en todas sus variables constituye el tipo más generalizado. El
bovino criollo alcanzó un notable aumento en 1895; en el grupo de ovinos se
nota también la superioridad numérica de los mestizos, aunque para 1888, presenta
un leve aumento del grupo puro, siguiendo una tendencia decreciente para los
años siguientes.
(21)
Dijimos al comenzar este estudio que la
explotación agropecuaria, era el sostén sobre el que se gestaba la grandeza
económica de Quilmes los siguientes datos nos permiten ver, a través de los
valores económicos principales la importancia relevante de este rubro en
comparación con la actividad industrial y comercial, para 1881.
Valores en tierra: 90.669.600
$ m/n
Capital Industrial: 2.078.700
$ m/n
Capital Comercial: 4.812.900
$ m/n
Valores en cercas: 3.010.491 $ m/n
Plantíos fijos: 17.347.500 $
m/n (22)
Los
valores relacionados con la tierra se modifican notoriamente en el año 1888.
Valor del terreno: 17.457.830
$ m/n
Valor en cercos: 407.048 $
m/n
Valor en Plantaciones: 500.752
$ m/n
Valor en animales de
trabajo: 193.291 $ m/n
Valor del material de
explotación 165.662 $ m/n (23)
Se
finaliza este análisis comparativo, demostrando que para 1888, el número de propiedades
rurales era de 536 en tanto para 1908, disminuye a 271, acompañando la tendencia
decreciente de los demás rubros. (24)
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LA ACTIVIDAD
PECUARIA EN QUILMES
Con respecto a las actividades derivadas
de la ganadería en Quilmes, hay que resaltar los siguientes aspectos: el derecho de Abasto, los mataderos de
yeguas y aceite de potro y otras actividades derivadas de la ganadería.
Carlos Morel: Gaucho boleando vacunos
El derecho de Abasto fue una preocupación
por parte de la Municipalidad, derecho que anualmente se presentaba a
licitación imponiendo dicho organismo los derechos y obligaciones a cumplir por
ambas partes.
Es así que manejando los contratos
firmados entre don Ramón Madrid en 1882, y don Alejandro Lasalle en 1885, con
la Municipalidad se puede establecer las siguientes bases:
1. El contratista se encargaba de la
percepción del derecho de Abasto por un año.
2. Abonaría a la Municipalidad el pago de
derecho del mes al vencimiento de cada mensualidad.
3. El contratista tendría derecho a
cobrar por cada animal destinado al Abasto un porcentaje, y cobrar a los
abastecedores del cuartel primero por cada animal que matasen, como derecho de
corrales, todo en conformidad a la Ley de Impuestos Municipales.
4. La Municipalidad por su parte se
obliga a hacer efectivo el pago de las deudas al rematador toda vez que los
abastecedores se negasen a ello.
También a través de inventarios y
planillas de matanza de los corrales de Abasto de los años 1888-1889 y 1890,
(25) se puede establecer la relación entre las cabezas de ganado que entraron,
cuántas se faenaron y cuál fue el derecho de Abasto percibido por la
Municipalidad.
 |
(libreriacapitulo.blogspot.com.ar) |
En 1888, entraron 5.504 animales, se
faenaron 5.157 animales, con un remanente de 347; el derecho percibido en
dicho año fue de $ 3.000. (26)
En 1889, entraron 6.209 animales, se
faenaron 6.205 cabezas, con un remanente de sólo 4 animales; cobrándose dicho
año por derecho de Abasto la suma de $ 6.000. (27)
En
el año 1890, entraron 5.982 animales, se faenaron 5.553 cabezas con un remanente
de 429 animales (falta en este año el mes de diciembre); desconociéndose el
derecho de Abasto cobrado durante dicho año por la Municipalidad (28)
Son frecuentes las quejas que en el
periódico local “El Quilmero” no
 |
(1) |
por la escasez de carne, sino por la mala
calidad y precio de la misma, estableciendo que: “Sería bueno que el comisario de corrales preste especial atención no
sólo respecto a las reses enfermas sino de aquellas cuyo estado de flacura es
causa suficiente para no dejarla carnear”. (29)
 |
(2) |
La
situación y descripción dantesca de Guillermo Enrique Hudson en “Allá lejos y hace tiempo” de los mataderos de yeguarizos en la
década de 1870, no había cambiado. (Ve en este blog del martes, 10 de junio de
2014, “Saladeros
y mataderos en la provincia De Buenos Aires”)
Hudson nos describe así un matadero: "... solían sacrificarse centenares de
cabezas al aire libre… Cada animal era enlazado,
 |
(3) |
desjarreteado y degollado. El
espectáculo resultaba repugnante y horrible… donde el animal caía, se lo mataba
quitándole el cuero y una porción de carne y de la grasa. El resto quedaba
abandonado. La sangre, tan abundante derramada a diario, mezclándose con la
tierra, había formado una costra de quince centímetros de espesor. El lector
imaginará el olor de semejante costra al que se le unía el de la inmensa cantidad
de desperdicios, carne y huesos amontonados por todas partes... Ese olor de
 |
La yerra, litografía coloreada de 1833. |
carroña, de carne putrefacta y de la vieja y siempre refrescada costra de
tierra y sangre coagulada ...” (30)
Dicha descripción, deplorable por cierto,
parece haber sido hecha en 1895, debido a que encaja perfectamente con los
conceptos vertidos oportunamente por los señores Idelfonso Salas v Eduardo Otamendi miembros de la Comisión
Higiénica de Quilmes, con respecto al mataderos de yeguas y criadero de cerdo
de los señores Cavanna y Cía. El informe de estado higiénico considera: "Se
hicieron las siguientes indicaciones:
1. Que
procediesen a hacer desaparecer los montones de carne y hueso que allí existían
en estado de descomposición y provenientes del cocimiento de la carne de yeguas
y que usan como combustible y alimentación de cerdos.
2. Procediesen
a sacar los huesos que se encontraban desparramados . . . como así mismo quemar
animales muertos y restos de la carne en mal estado.
3. Desagotar
los charcos.
4. Limpiar las
zanjas.”
(31)
Al no comprobarse que se habían cumplido
con las indicaciones correspondientes, la Comisión Higiénica, recomienda la
clausura del matadero, hasta que no se cumplan las mismas y otras que se
hacen indispensables como ser “pavimentación
y techo de chiqueros, piletas de baño, sumideros, hornos de cremación para los
restos orgánicos, etc.’’ (32)
Por resolución del 19 de febrero de 1895,
la Comisión de Higiene propuso las siguientes mejoras en el establecimiento de
los señores Grosso y Borsini:
“1. El trabajo
de la matanza de yeguas se avisará por una señal de género u otra materia, levantada
en el edificio a bastante altura para ser visible a regular distancia,
balándose sólo cuando haya concluido la faena.
2. La matanza,
desuelle y desposte sólo durará hasta las 3 de la tarde con el objeto de que se
haga en las horas siguientes del mismo día una prolija limpieza y desinfección.
3. Los
residuos de las reses que no se aprovechan en la alimentación mediata de |los
cerdos serán sacados diariamente de la fábrica y llevados a una distancia no menos
de 200 metros para ser depositados en pozos o si no desparramados con rastrillos
sobre el terreno.
4. Se
establece dos cañerías para llevar agua para la limpieza y lavado.
5. Se
procederá a la construcción de un piso impermeable para facilitar el lavado” (33)
Si bien la empresa a través de Luis
Cavanna acepta las modificaciones, piden sin embargo la posibilidad de realizar
el piso
con ladrillos de canto, estableciéndose que se obtendrá el mismo
resultado a un costo muy inferior, accediendo la Municipalidad a dicho
requerimiento.
Sin embargo,
las mejoras no se realizan, las condiciones insalubres continúan. Un año después un
nuevo informe de la Comisión Higiénica, tras como resultado se multe a dicha
empresa. Como respuesta ésta pide “se
exonere a pagar dicha multa, ya que el matadero casi no funciona por escasez de
animales, y además se les ha cancelado un crédito que habían pedido para la
realización de tales obras (sic)”.
La Municipalidad con fecha marzo 6 de
1896, libra a la empresa del pago de la multa y le otorga un nuevo plazo de dos
meses para la
finalización de las obras. Esta resolución desconoce cada uno de
los puntos detallados en el informe de la Comisión de Higiene, como así
también la de bregar por el bienestar y salud de sus ciudadanos.
Al parecer algunas condiciones se fueron
modificando. En junio de 1899, los señores Adolfo y Augusto Sackmannn
peticionan ante el intendente Joaquín Amoedo el correspondiente permiso para
poner en funcionamiento en su fábrica de aceite de pescado, en el campo de
Sebastián Casares, en el cuartel 4, una planta para elaborar aceite de potro
durante los meses de junio y agosto. La respuesta no se hace esperar; pero
atendiendo a los siguientes requisitos.
“1. Los
propietarios deberán respetar las disposiciones que tome la intendencia u
ordenanzas que en adelante se sanciones.
2. El pago de
los Impuestos Municipales se efectuará a Tesorería, en el acto de presentar las
guías de campaña, no pudiendo efectuar la matanza sin antes llenar los requisitos.
3. La hora de
matanza será de 7 am a 2 pm incurriendo en una multa de cien pesos c/legal si
se llegase a comprobar que se faenase fuera de esa hora.
Este permiso
caducará en el momento que se dejare de dar cumplimiento a cualquiera de las
disposiciones en él establecidas”. (34)
Al parecer con el nuevo siglo, llegan
algunas mejoras ya que las condiciones establecidas apuntan a mejorar las
condiciones de salubridad e higiene.
En cuanto a otras actividades económicas
derivadas de la ganadería podemos indicar que parte del ganado vacuno, además
de ser destinado para el abasto de la población quilmeña, en otra parte era
enviado a la Capital Federal, seguramente para cubrir también igual necesidad.
Tenemos datos de que en el año 1881, se
exportaron 1.634 animales para la Capital; en el año 1883,968 y en el año
1884,392 animales. (35)
En cuanto a las actividades relacionadas
con la industria del cuero podemos indicar las siguientes cifras:
|
1881
|
1883
|
1884
|
Cueros vacunos
|
1.282
|
1.781
|
2.276
|
Cueros de becerro y nonato
|
130
|
30
|
|
Cueros lanares
|
107,301
|
16.144
|
9.865
|
Cueros de potro
|
64
|
|
30
|
(36)
Quilmes se destacó también en la cría del
ganado de raza. Muchos de los ganaderos del partido se forzaron por llevar a
cabo un mejoramiento de sus planteles. Fruto de este esfuerzo fueron los
 |
SALADERO DE LA TEJA |
premios otorgados en las exposiciones en que anualmente y como es tradición, organiza
la Sociedad Rural Argentina. Así en el año 1886, Leonardo Pereyra,
ganadero quilmeño, dueño de la Cabaña San Juan, obtuvo los siguientes premios:
2º Premio con un animal Hereford puro de
sexo masculino de 1.780 Kg. de peso a los 2 años y 5 meses, de nombre TOLTECA.
3º Premio con una hembra, de la misma
raza de 1.155 Kg. de dos años y 6 meses, CHOLULA. (37)
En el año 1897, animales de la Cabaña del
Rincón de Tomas Bell y nuevamente de la Cabaña de San Juan del antes mencionado
L. Pereyra obtuvieron el 1º Premio Medalla de Plata y el 3º Premio Diploma
Honorífico. (38)
Muchos ganaderos de este partido
integraron también la Sociedad Rural, demostrando así su inserción en la
actividad ganadera. En el año 1890, pertenecían a ella Cosme Argerich, Carlos Clark
y Guillermo Davidson (39); a ellos se unió Diego Thomas en 1893, (40) y Federico
Newton en 1897. (41)
CONCLUSIONES
El análisis de los datos obtenidos y la
consulta a las fuentes citadas nos permiten elaborar ciertas reflexiones que
consideramos de significación.
En el aspecto demográfico detectamos que
entre los años 1890 y 1895, se produce una disminución de 800 personas en el
caudal de habitantes, esto es consecuencia directa de la separación del partido
de Florencio Varela; fenómeno que se refleja en el aumento de la densidad de la
población pasando de 26,62 habitantes por Km2.
Otro elemento significativo lo constituye
la disminución del porcentaje de la población rural a partir de 1869; esto se
detecta comparando los datos que brindan los distintos censos consultados.
En relación al número de cabezas de
ganado que hemos registrado (bovino - equino - ovino y porcino), se nota una
considerable disminución a partir del Censo de 1881, a pesar del leve repunte
señalado en el Censo de 1895. Podemos afirmar que, entre 1881 y 1908, el ganado
ovino casi desaparece en la zona ya que de 70.722 cabezas se registran en la
primera de las fechas marcadas se disminuye 4.548 ejemplares al final del
período estudiado. Este fenómeno se acompaña por un crecimiento del ganado
bovino pero no tan significativamente.
Consecuencia directa del proceso
señalado, se produce en la zona una merma considerable en el número de
propiedades rurales.
Evidentemente que estos elementos:
propiedades rurales, número de ganado y valor de la tierra, están en
disminución porque las transformaciones estructurales a nivel económico ya
comienzan en este período a sentar sus bases de proyección, nos referimos al
inicio
del proceso industrial que se opera con mayor celeridad, después del
período que hemos analizado.
Como aspectos peculiares detectamos que
en la década del ‘90 es significativa la producción de cueros dentro del
partido como también la “exportación” de carne desde Quilmes hacía la Capital
Federal para ser faenada y derivadas hacia el consumo interno. Uno de los
caracteres más llamativos que se pudieron registrar, es el proceso de mestizaje
que se produjo en algunos establecimientos especialmente en las propiedades de
los señores Bell y Pereyra. Esto permitió que se obtuvieran importantes premios
en los Concursos de la Sociedad Rural y que representantes de Quilmes
integraran dicha institución.
A la luz de los documentos del Archivo
inédito Municipal, se destaca la mala calidad de las carnes utilizadas para el
consumo de la población como así también las malas condiciones de higiene y
salubridad de los lugares de matanza.
* La profesora
María del Carmen Aispurúa fue rectora de la Escuela de E. M. Nº 14 (Colegio
Nacional) de Quilmes y a su vez de la escuela de E. M. Nº 3 ‘Francisco Salustio’.
Investigadora y miembro adscripto y secretaria de la Junta de Estudios
Históricos de Quilmes durante varios años. En el Boletín Nº 1 de la Junta de
1983, publicó el trabajo “Las Islas
Malvinas. Bibliografía argentina y extranjera.” Este artículo está editado en el Boletín Nº 2 de dicha Institución en
1987. El nivel académico de sus trabajos de investigación histórica, sobre todo
en lo que hace al rigor estadístico, dieron alto reconocimiento a la J. E. H.
de Quilmes en su segunda época. Aquí, su generosidad nos permite divulgarlo
como material bibliográfico para docentes y educandos.
Compilación y
compaginación Héctor Chalo Agnelli
FUENTE
Aizpurua, María del Carmen. "Algunos aspectos de la ganadería en Quilmes 1810 - 1910", Boletín Nº 2 de la Junta de Estudios Históricos, Quilmes, Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Quilmes. 1987. Pp. 11 a 23.
Fotos 1; 2 y 3 gentileza Claudio Schbib
NOTAS
1
Censo General De La Provincia De Buenos Aires Demográfico, Agrícola, Industrial
Y Comercial. Verificado el 9 de Octubre de 1881, bajo la Administración del
Dr. Dardo Rocha. Buenos Aires, Imprenta El Diario, 1883.
2
Ricardo M. Ortiz, Historia Económica de la Argentina. Buenos Aires, Pampa y
Cielo, 1964, Tomo I, Pág. 161.
3
Cuadro Confeccionado con datos tomados de los siguientes censos: Censo General
de la Provincia, 1881 Op. Cit; Censo Agrícolo-Pecuario de la provincia de
Buenos Aires levantado en el mes de octubre de 1888. Para contribuir a la
representación de la República Argentina en la Exposición Universal de París.
Buenos Aires, Establecimiento Tipográfico El Censor, 1889; Segundo censo de la Republica
Argentina 1895. Mayo 10 de 1895. Decretado en la administración del Dr. Sáenz
Peña, verificado en la del Dr. Uriburu. Tres Tomos. Buenos Aires, taller de la
Penitenciarte Nacional, 1898; Censo Agropecuario Nacional. La Ganadería, la
Agricultura en 1908. Buenos Aires de las oficinas Metereológicas Argentinas,
1909.
4 Censo
General De La Provincia 1881 Op. Cit.
5 Alfredo
J. Montoya, Historia De Los Saladeros Argentinos, Buenos Aires Raigal, 1956,
Pág. 96
6 Censo
Agricolopecuario 1888 Op. Cit.
7 Segundo
Censo De La República Argentina 1895, Op. Cit.
8 Censo
Agropecuario Nacional 1881 Op. Cit.
9 Censo
General De La Provincia 1881 Op. Cit
10
Censo Agrícolo-Pecuario 1888 Op. Cit.
11 Segundo
Censo de la República Argentina 1895 Op. Cit
12 El
pionero del refrigerador fue Charles Tellier quien en 1867, inventó un
dispositivo destinado a fabricar hielo. Entre 1868 y 1869, se centró en el
análisis del frío industrial y sus aplicaciones. Pronto se dedicó a la
fabricación de aparatos frigoríficos para la conservación de los alimentos.
13 Censo
Agropecuario Nacional. 1908 Op. Cit
14 Censo
General de la Provincia 1881 Op. Cit

15 Segundo
Censo de la República Argentina Op. Cit Pág. 130.
16 Segundo
Censo de la República Argentina 1895 Op. Cit. Pág 130.
17 Segundo
Censo de la República Argentina 1895 Op.
Cit Pig.51.
18
y 19 J. A. Craviotto, Quilmes A Través de los Años. Municipalidad de Quilmes.
Quilmes, 1969, Pág. 169-170.
20
;21 y 22 Censo General de la Provincia. 1881 Op. Cit. Pág. 435.
23
Censo Agrícolo-Pecuario. 1888 Op. Cit., Pág 47.
25;
26; 27 y 28 Archivo Municipal Quilmes. Legajo 51 Expediente J. En La Biblioteca
Municipal Domingo Faustino Sarmiento.
29 El
Quilmero. Periódico De Intereses Rurales. Año XIII Nº 1264. Quilmes, domingo 15
de enero de 1888, P. 1 C. 1.
30 Guillermo
Enrique Hudson, “Allá Lejos y Hace Tiempo”, Buenos Aires, Peuser 1965, Pág
322-323.
31;
32 y 33 Archivo Municipal de Quilmes. Legajo 18. Expediente 1 B. Año 1895. En
Biblioteca Municipal Domingo Faustino Sarmiento.
34 Archivo
Municipal Quilmes. Legajo 16. Expediente 1 S. En Biblioteca Municipal Domingo
F. Sarmiento.
35
y 36 Anuario Estadístico de la provincia De Buenos Aires.
37 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XX, Año 1886.
38 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXXI Año 1897.
39 Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXIV Año 1890.
40
Anales de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXVII. Año 1893.
41 Anales
de la Sociedad Rural Argentina. Revista. Vol. XXXI. Año 1897.