por Chalo Agnelli
“El viejo cine 'La Paz'
de nuestra infancia querida,
el 'Empire', el 'Avenida'
que no han de abrirse jamás”
Juan Arrestía
La
primera proyección cinematográfica pública que se realizó en Quilmes fue en la
Plaza San Martín (en aquel entonces Plaza Constitución) el 9 de julio de 1905.
Se había puesto un liencillo junto a la fuente que había instalado en 1870, el
juez de paz don Pedro Giráldez. Dos años después, en 1907, se inauguró la
primera sala de cine, Bristol (Rivadavia y Brown), junto al actual Club Social
(hay una plaza que indica el sitio de esta sala cinematográfica)
Siguieron:
un cine teatro existente en la calle 11 de Setiembre (hoy avenida H. Yrigoyen)
N°618, el Cine Rivadavia, en 1911; el Cine-Teatro Colón de la Sociedad
Italiana, en 1912.
EL BIÓGRAFO DE BERNAL
En
Bernal, el “Café, bar y billares de la Estación”, adquirido a Demetrio
Migliorini por don Victoriano Tassano y su socio el señor García, instalaron en
una parte del salón de la confitería-bar un ‘biógrafo’. Los nuevos propietarios
abrieron al público - según informa el periódico “La Unión” el 11 de mayo de
1913. En su libro sobre los cinematógrafos quilmeños el historiador de la
imagen Fernando San Martín muestra una foto de esa confitería-bar-biógrafo; que
realizaba proyecciones de películas mudas los días sábados y domingos con una
única función nocturna.
EL CINE LA
PAZ
En la
calle Córdoba N°314 (antes Humberto Primo, ahora: Pte. Perón), de La Colonia,
a metros de la avenida Andrés Baranda, en un viejo galpón harinero que había
hecho construir don Mariano Giaimo después de 1880, hubo a partir de 1919, la
quinta sala cinematográfica de Quilmes y la primera de La Colonia. Había
iniciado la empresa don Luis Ortega en 1917, luego la adquirió el señor Marrero quien asociado con Pedro José
Mergassi, la acondicionaron y remodelaron para el fin propuesto con un crédito que
obtuvieron del Banco Popular de Quilmes, que dirigía don Rodolfo Labourt.
Se
pasaban películas en series - determinaban las series o actos los carreteles o
latas que se debían cambiar cada tanto -; la variedad era extraordinaria. Los
día que no había función se organizaban bailes en el subsuelo, donde los
varones hacían academia (bailes varones solos donde los jóvenes aprendían los vericuetos del tango) y
también para ambos sexos temprano por la tarde. Abría los días sábados,
domingos, jueves y feriados, con matinée desde las 14 hs; sección nacional a
las 17 y función noche a las 20:45. Se hacían funciones de beneficio para otras
instituciones como escuelas, el Club de Fútbol Nacional, etc. Contaba con una
sola máquina de proyección. El operador era Juan Pagani. La entrada estaba para
mayores $ 0,70 y menores $ 0,50. Tenía un sector 'tertulia' exclusivo para
familias y la empresa se reservaba el derecho de admisión. Los programas se
imprimía en los talleres gráfico de Domingo Doreste & Hijos, en Garibaldi
18.
El
nombre lo ideó don Pedro Mergassi - quien pocos años después quedó como único propietario y administrador - debido a que su creación coincidió con la firma del armisticio que
puso fin a la Primera Guerra Mundial; según contaba don Juan Pedro su hijo.
Encontramos en este programa que el jueves 16 de junio de 1927 se proyectó "Sol de Mayo", una documental que contenía los festejos patrios realizados en Quilmes el 25 de mayo. De suma importancia histórica sería hallar una copia de este film. (Gentileza Sra. Nora Mergassi)
PUNTO DE ENCUENTROS
El
amplio local y su amplio sótano se alquilaban al Banco Popular de Quilmes.
Había sido construido por don Mariano Giaimo, uno de los mayores contribuyentes del partido de Quilmes, para depósito de harinas y
cereales. Y según afirman algunos vecinos desaprensivos para otros fines
menos vegetales y un tanto más carnales. Los sótanos tenían como galerías que formaban los pilotes sobre los que se sostenía el edificio. La gente le adjudica una mítica antigüedad exagerada y le atribuye fines que se remontan al siglo XVIII, cuando ese construcción con los departamentos laterales al cuerpo central del edificio (que ya no existen) datan de principios del siglo XX. Si es real que los fondos de ese sótano comunicaban con el pulmón de manzana y a través de este con el sótano de una propiedad cuyo frente daba a la avenida 12 de Octubre.
En los portones de hierro
forjado, entrada a los zaguanes que conducían a los departamentos de
cada ala lateral del gran salón, están las iniciales de su gestor. Todo se realizaba en un clima familiar y pueblerino. A veces se demoraba a propósito la proyección, a pesar del los reclamos aireados de los asistentes, para esperar que llegara una familia de asiduos asistentes que venían desde las chacras.
CINE ESTIVAL
Una vez por año, en verano, se daba cine en la calle Córdoba, bajo un techo de estrellas. Se sacaban la pantalla, el proyector y todos los vecinos traían sillas; el espectáculo era gratuito.
Para alejar los mosquitos se hacían pequeñas fogatas en las esquinas. Mergassi encargaba a don Pascual, un italiano, empleado municipal que se ocupaba de limpiar las zanjas, para que cuidara el fuego. Pero cuando este se distraía, el piberío chanceaba arrojando agua al fuego para producir una humareda insoportable que envolvía toda la cuadra, enceguecía a los espectadores y obligaba a suspender la función.
Los ocho departamentos, cuatro a cada lado, estaban medianera de por medio con la sala, en propiedad horizontal. Fueron habitados por varias familias de arraigo en La Colonia: a la derecha los Mergassi-Piazzardi; Yori-Baunelle, luego Yori-Faggiano; Ruesta-Jordán y Seredi y del otro lado, las familias Mezzullo, Ferrari-Celasco (que tenían una churrasquería frente a la entrada de la Cervecería, sobre 12 de Octubre, donde se levantó el Centro de Salud de esa empresa) los Perata, los Pressón-Ruesta y los Cabezas, que vivían
en el cuarto y último del ala izquierda, a esta última familia pertenece el
ingenioso miniaturistas de automóviles fabricados con cartapesta, Délfor
Arsenio Cabezas.
En los primeros años de vida, este salón fue el único punto de encuentro y convocatoria social de cuanto se promovía y gestaba en el barrio para el bien y el esparcimiento general. Si algún grupo de vecinos imaginaba y proyectaba formar una agrupación con fines sociales, culturales y/o deportivos, era en este establecimiento donde se concretaban las primeras reuniones y a veces las definitivas.
CUNA DE INSTITUCIONES
El Sindicato de Obreros Cerveceros comenzó a conformarse en los sótanos del cine, con el nombre Sociedad de Resistencia Obreros Cerveceros de la Quilmes y Anexos, a pedido de Cayetano Pugliesi, vecino de La Colonia y obrero de la Quilmes.
Allí los trabajadores sesionaban los domingos sin que Pedro Mergassi cobrara un solo peso, hasta que, dicho sindicato, quedó definitivamente constituido el 16 de julio de 1932.
Allí se reunieron por primera vez un grupo de castelverdianos con el propósito de juntar medios para comprar una estatua de San Mauro.
Allí, también, los clubes de la zona como el Alsina y el 12 de Octubre realizaron algunas de las primeras reuniones orgánicas en ese ámbito.
Allí se hacían fiestas de bodas, bautismos, aniversarios y encuentros sociales para incrementar las cajas de las instituciones nacidas, por nacer y hasta las moribundas.
Allí realizaban encuentros de camaradería los rudos muchachos del Boxing Club; los Artesanos de La Colonia; La Sociedad de Fomento del barrio; la comisión Pro Fomento y Protección de la Escuela Nacional Láinez N°36 (hoy Escuela Primaria N°83); el 'Dancing Club' de La Colonia, que realizaba bailes los sábados después del cine; el que se concretó el 4 de octubre de 1925, alcanzó un relieve apoteótico, con trascendentes secuelas, ya que después de este encuentro danzante se celebraron varios matrimonios. El 27 de setiembre de 1930, la Sociedad Recreativa '¿Quo Vadis?', realizó un nuevo baile exitoso. Y el 12 de octubre con motivo de conmemorase el día de la 'Raza', la Sociedad Recreativa 'Corazones Unidos' hizo otra reunión danzante
que comenzó a las 24 hs pues las proyecciones se demoraron a causa de que el distribuidor de las películas tuvo un inconveniente en el trayecto desde la Capital (Esta costumbre actual de comenzar los bailes
a medianoche, tiene sus antecedentes en nuestra cultura) Estos bailes, generalmente, eran amenizados por la orquesta que integraban Piazzardi, el violín de Llorente y Juan Pedro 'Tito' Mergassi, al piano.
En este local se formó la institución cultural 'El Escudo Argentino'; la Sociedad recreativa 'Quilmes de Invierno', la Sociedad 'Los Treinta', etc.
Pero no todo era jolgorio social, también se efectuaban 'meetings" políticos, previos a algún acto eleccionario; en algunos de ellas disertaron el Dr. Rodolfo Alberto López, el Dr. Isidoro Iriarte, el intendente Victoriano Huisi, el Dr. Elustondo, Canova, Planes, Oliveri, Perli, etc.
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Ernesta Pizzardi de Mergazzi y su hijo Juan Pedro, el pianista |
Quilmes todo, y con él La Colonia, iba perdiendo la pachorra pueblerina y devenida en ciudad, se insertaba en el progreso con constante participación, solidaria alegría y amplitud de conciencia.
Se proyectaban películas mudas primero acompañadas en piano por la señorita Imperiale.
Doña Ernesta Piazzardi de Mergassi atendía la boletería. Cuando la pianista dejó el trabajo la suplió en la tarea el hijo del propietario, Juan Pedro de 14 años.
Con el nuevo pianista cambiaron las interpretaciones musicales clásica pues se agregó con asiduidad y entusiasmo, por parte de la populosa concurrencia, el tango.
En algunas oportunidades eran cantores los que acompañaban las proyecciones, en 1930, se exhibió 'Adiós Argentina' y Ernesto Famá, intérprete del Sexteto de Carlos Di Sarli y en el piano Tito Mergassi acompañaron la función. Fue un asiduo concurrente a esa sala Teófilo Ibáñez, autor con Sandalio Gómez del tango 'La vieja serenata'.
Aunque en 1931, el cine incorporó la novedad del sonido, al año siguiente las repetidas crisis económicas que solemos padecer
los argentinos como parte de una perversa tradición, obligó al Sr. Mergassi
a vender el cine a la sociedad Pagani & Estévez, quienes prolongaron su vida
pública hasta 1934.
La orquesta de Cafiero-Tesei, parado a la izquierda el pianista Juan Pedro Mergazzi
Otros cines en el barrio lo siguieron, pero sólo en sus fines comerciales y de entretenimiento, porque en la tenaz función social y comunitaria que tuvo el La Paz para el barrio, ámbito donde se promovían y se concretaban todo tipo de actividades solidarias y participativas, fue exclusivo. Les cupo a los clubes Alsina, Unión, Villa Elsa, 12 de Octubre, Tucumán, 21 de Julio, Alberdi, etc. recuperar esa faena.
Extraído del libro “La Colonia de Valerga”
Entrevistas: Juan Pedro Mergazzi (2005), Haydee J. Y. B de Tiscornia. Delfor Cabezas, Hugo Yori
Fotos Nora Mergazzi.
por Chalo Agnelli, 2005
chaloagnelli@yahoo.com.ar