domingo, 6 de diciembre de 2020

PATRIMONIO URBANO DE QUILMES

LUCAS NICOLÁS SOLDO, HOMENAJE POR MARÍA ROSA MARIANI


El 13 de octubre de este nefasto 2020, partía Lucas Nicolás Soldo, cuando en razón del aislamiento por la Pandemia pudo ser despedido solamente por familiares cercanos, sin que la comunidad educativa a la que dedicó una vida tuviera la oportunidad de ofrecerle el sencillo homenaje del último adiós. Pero un docente perdura, sigue viviendo en su la huellas que dejó, y grande fue el legado de Soldo que hoy 15 de noviembre, recuperamos conmemorando el día de la Educación Técnica.

Con un futuro promisorio en el fútbol Lucas Nicolás Soldo, que había iniciado en  las inferiores de Quilmes para integrar el equipo de Los Andes campeón en 1957 y Arsenal en 1962, cuando llegaban las propuestas de una carrera profesional, se enamoró de la Educación Técnica en el Mosconi, donde cursó hasta 3° año. Si bien dejó sus estudios para ir a trabajar  en la sección Instrumental de Papelera Argentina,  eligió la docencia. Ingresó a la Escuela Fábrica de Don Bosco, para comenzar su carrera como ayudante de trabajos prácticos de Metrología  y Medición. Pero cuando su escuela inaugura el Ciclo Técnico, en 1964, se incorpora como alumno del Turno Vespertino para ser egresado de la primera promoción de Técnicos en Mecánica en 1966.

Se casó con la docencia y convencido de la necesidad de una mayor formación para ofrecer una enseñanza de calidad, en 1968, se inscribe en el flamante Instituto Profesorado de Don Bosco (hoy ISFT N° 24) para formar parte de la primera promoción del profesorado de Física y Química.

Con el título docente en sus manos, se atrevió a Imaginar la escuela Técnica de sus Sueños, y cuando en 1979 por concurso accedió a la Dirección de la Escuela,  supo rodearse de otros soñadores (inicialmente sus compañeros de Profesorado Gloria Muiños y Carlos Cebeiro) que lo acompañaron en la empresa de brindar una formación técnica de excelencia en el edificio que los alumnos habían bautizado El Chaparral. Pero no fueron los únicos. Muchos se sumaron al desafío de lograr la construcción del edificio en el “campito de deportes” sobre Belgrano y Montevideo para así reemplazar las humildes aulas de madera y chapa.

Estricto y normativo, supo escuchar. A los que soñaban que ganando en la Feria de Ciencias se lograría la construcción, o los que apostaban a una gran campaña de concientización desde el avión. Supo convocar, y en el año de la hiperinflación (1989) apostó a que el personal desde las Jornadas de Capacitación Docente, elaborara propuestas para no solamente  sostener la doble escolaridad de una matrícula con necesidades básicas insatisfechas que no podía costear la vuelta a casa para el almuerzo o un sándwich en la cantina, ofrecer contención y esparcimiento en jornadas de  recreación en las que todo el turno compartía actividades lúdicas sino también propiciar la mayor calidad desde los proyectos de aula.

La prédica dio sus frutos, y la semilla germinó. Pronto pudo ver que la semilla germinaba y los alumnos ganaban las Ferias de Ciencias. Distrital, Provincial, y Nacional. Que sus proyectos e investigaciones aparecieran en tapa de la edición dominical de matutinos nacionales. La limpieza del riachuelo y el ladrillo ecológico que pedían desde Alemania y hubo que mandar a buscar en pleno  verano a la escuela de La Pampa donde habían quedado. Los superconductores, con los que fueron invitados a investigar en el Instituto Balseiro, y participaron en la Feria Mundial de Ciencias en 1994, con una presentación muy destacada. Los sueños se hacían realidad.

A su retiro por jubilación en 1996, no había conseguido la construcción del edificio anhelado, que habría de llegar con el nuevo siglo; pero la Escuela seguía participando en la Ferias Mundiales e instalando vocaciones de Científicas. Dejó profundas huellas en la a Escuela que fue su vida y en cada uno de los egresados, algunos que  con su título secundario lograron ser admitidos en Universidades norteamericanas y completar sus doctorados. Vaya en estas palabras el más cálido recuerdo de todos y cada uno.

Mg. María Rosa Mariani