El martes 13 de mayo de 2014, el amigo e historiador
berazateguense Juan Carlos Grassi,
me envió este mensaje: “En el Archivo Levene encontré esta carpeta, “Ministerio
de Gobierno - Boletín Oficial - Expte. 2415 - Año 1909. En ella se solicita cambiarle
el nombre a la Plaza Libertad por Plaza Cnel. Falcón".
Esto de los cambios de nombre en calles y plazas y traslado
de monumentos es, en nuestra Argentina, una historia digna de estudio político-social.
¿Por qué la plaza
Libertad, circunscripta entre las calles: Conesa, Moreno, Colón y Lavalle
pasó a llamarse Coronel Ramón Lorenzo
Falcón? Para responder esta pregunta utilizaremos la metodología
historiográfica que propiciaba el profesor historiador Juan Carlos Lombán: “… para que la obra alcance la alta dignidad
de la historia, para que no quede ahogada en los estrechos y asfixiantes
límites de lo lugareño carente de toda significación universal y humanitaria,
se impone el método de la contextualización
más amplia, es decir, de la permanente vinculación de temas, hechos, ideas y
consideraciones en general con los grandes panoramas de la historia nacional e
incluso mundial.”
LA CARIDAD
La
plaza en cuestión primero se la llamó “de la Caridad”, pues en ese punto
se solían reunir señoras de una Comisión de Beneficencia y previa la Navidad
distribuían prendas de vestir y calzado entre los vecinos más carentes. Después
de la batalla de Caseros con la secesión del Partido en dos: Quilmes y Barracas
al Sud, siendo juez de paz don Andrés Baranda en 1852 se la bautizó “Libertad”,
pero era más conocida, según nos cuenta don Manuel Ales, por “plaza de Baumgart”, por ser don Andrés
Baumgart, un vecino de origen alemán, que tenía un almacén en la esquina NE de
las actuales calles Conesa y Moreno, y su mujer Brígida Balcarce, quienes se ocupaba del cuidado de la plaza.
El 29 de enero de 1876, Baumgart con otro vecinos don Antonio Silva, también con comercio en la esquina SE de Colón y Lavalle realizaron una suscripción entre los vecinos para proveerla de bancos; [5] llegaron a reunir 5861 pesos fuertes. En el periódico “El Quilmero”, N° 23 del jueves 17 de febrero, se detallan los colaboradores y el monto reunido […] El ferrocarril transportó gratis los bancos desde la Ciudad y Antonio Torres Almeida de Guimarais los conduzco de la estación hasta la plaza, gratis.[6]
EL VECINDARIO
El 29 de enero de 1876, Baumgart con otro vecinos don Antonio Silva, también con comercio en la esquina SE de Colón y Lavalle realizaron una suscripción entre los vecinos para proveerla de bancos; [5] llegaron a reunir 5861 pesos fuertes. En el periódico “El Quilmero”, N° 23 del jueves 17 de febrero, se detallan los colaboradores y el monto reunido […] El ferrocarril transportó gratis los bancos desde la Ciudad y Antonio Torres Almeida de Guimarais los conduzco de la estación hasta la plaza, gratis.[6]
EL VECINDARIO
Entre 1860 y 1910 la plaza estaba circundada por muy pocas
viviendas. En la esquina NE, donde hoy hay un restaurante, vivían las señoritas
Amoedo familiares de don Felipe Amoedo. Sobre Colón entre Lavalle y Moreno, en
una hermosa casona que, reciclada, perduró hasta hace pocos años, vivía la
familia Rodríguez; hoy se levanta un imponente edificio de pisos a todo lujo.
En la esquina SE de Moreno y Colón se levantaba el palaceta de los Pennigton;
el Dr. Pennington, de origen inglés, fue uno de los más destacados facultativos
que tuvo Quilmes; era una de las tantas suntuosas residencias que
desaparecieron en Quilmes. En la esquina NO de Colón y Moreno vivía la familia
Godoy con tierras en Plátanos próximas a Villa Matilde. En la cuadra de Moreno
entre Conesa y Colón estaba la vivienda y los potreros del vasco don Martín
Ourracarriet, renombrado por tener una de las tropillas de tobianos de pelaje
más puro de toda la región. En Conesa, a mitad de cuadra, entre Lavalle y
Moreno estuvo tiempo después, el depósito La Martona de la familia Sánchez. En
la esquina NO de Lavalle y Conesa tenía su casa y “garage” el cochero Marcelino
Córdoba, que tuvo carreta y la única diligencia o volanta que hacía el viaje de
ida y vuelta de la ciudad de Buenos Aires a Quilmes, hasta que la llegada del
ferrocarril le frustró el negocio. De todos modos, durante poco más de un
lustro, siguió haciendo viajes cortos entre los distintos pueblos del extenso
partido de Quilmes.
EL PROLETARIADO EN MARCHA La
agitación social cubría a todo el mundo durante los años de la primera década
del siglo XX. Las masas obreras estaba asumiendo su mayoría de edad y las
reivindicaciones proletarias cobraron un sentido de lucha. La
jornada laboral era de un mínimo de 12 horas para los varones y 10 para las mujeres y niños, con salarios sumamente bajos. Este fue el primer reclamo: la reducción de
la jornada a 8 horas para mujeres y hombres y 6 para los niños y aumento de
salarios. Huelgas en Gran Bretaña; paros de transporte en Francia; de metalúrgicos
en Italia; intentos revolucionarios en España, específicamente en Barcelona
estalló una huelga sangrienta; hubo muchos muertos, heridos y luego represalias
Ferrer llevado a fusilar en Montjuich |
contra los dirigentes obreros y dirigentes socialistas y anarquistas. Uno de
ellos fue Francisco Ferrer, [1] educador, creador de la
Escuela Moderna a quien se lo involucró con el intento de asesinato del rey
Alfonso XIII y su esposa. Ferrer fue fusilado tras un juicio sumario el 13 de
octubre de 1909 en la fosas de Montjuich. Así nacía otra bandera de lucha para
la clase obrera, el asesinato del líder catalán provocó una ola de indignación en el mundo entero. Y esa ola
salpicó las costas del Plata. Desde 1900 a 1905, fueron de intensa
agitación obrera y se produjeron numerosas huelgas de todos los gremios, en
todo el país. Como resultado de la presión obrera, en 1902, algunos gremios
alcanzaron algún tipo de mejora en las condiciones laborales como la reducción
de la jornada laboral, incremento de sueldos y mejoras para el trabajo de los
menores.
Esa era la Argentina del "ganado y las mieses", que instaló la historia oficial, la que convenció a algunos argentinos que "el tiempo pasado fue mejor"; ganado y mieses que comían unos pocos gracias al sudor de muchos...
Esa era la Argentina del "ganado y las mieses", que instaló la historia oficial, la que convenció a algunos argentinos que "el tiempo pasado fue mejor"; ganado y mieses que comían unos pocos gracias al sudor de muchos...
EL CORONEL FALCÓN
A veces me escucho decir que a las figuras de la historia
hay que juzgarlas de acuerdo a su época. Y creo que debe ser así. Pero hay
algunos por los que no se puede sentir más que un profundo rechazo. Entonces me
pongo contemporizador con los revisionistas recalcitrantes.
Falcón (AGN) |
Falcón empezó sentirle gustito a la sangre en la conquista
del desierto (más poblado del mundo) de donde aventó con el grado de coronel en 1898. Luego fue electo diputado
nacional. Desde su escaño manifestó una iracundia antiproletaria tal que le
valió el cargo de jefe de policía de la Capital Federal. En ese cargo ejecutó la escuela de policía, que
coherentemente con los gobiernos que supimos conseguir durante 105 años llevó
su nombre hasta el año 2011.
Su nombramiento fue consecuencia de una de las rebeliones sociales más importantes que vivió la República hasta ese momento, la del 4 de febrero de 1905, por la extensión del movimiento y el número de militantes comprometidos: hombres jóvenes reclutados entre el proletariado y la clase
media, profesionales, comerciantes, empleados,
chacareros de vieja tradición federal, colonos y peones del campo. Si bien se había trabajado con mucho sigilo, el gobierno avisado
de la situación, declaró el estado de sitio. En la Capital Federal, las medidas
represivas sofocaron en sus comienzos al movimiento. En 1906 con la muerte del
presidente Quintana y la asunción del vicepresidente Figueroa Alcorta el
congreso dictó la Ley Nº 4939 de amnistía general a todos los participantes de
la revolución de 1905, pero el nuevo presidente, oportunamente, en 1906, nombró
jefe de policía de la Capital al coronel Falcón.
Su nombramiento fue consecuencia de una de las rebeliones sociales más importantes que vivió la República hasta ese momento, la del 4 de febrero de 1905, por la extensión del movimiento y el número de militantes comprometidos: hombres jóvenes reclutados entre el proletariado y la clase
"Manifestación" Antonio Berni, 1934 |
"Sin pan y sin trabajo", Ernesto de La Cárcova |
Premonitoriamente, se podría creer, pues el 1º de mayo de ese mismo año los sindicatos de la ciudad
realizaron una manifestación popular en conmemoración del Día Internacional del
los Trabajadores que puso a Ramón L. Falcón a prueba. El buen comisario lanzó
un cuerpo de 120 policías a caballo que dispararon sus armas de fuego
contra los civiles desarmados, sembrando las calles de muertos y heridos.
Al año siguiente, fue el encargado
de desalojar a las familias obreras, muchas de ellas inmigrantes, de los
conventillos existentes en los barrios de San Telmo, Monserrat, Balvanera,
Constitución, Barracas. La Boca y San Telmo, que se negaban a pagar el exorbitante
aumento de los alquileres esas viviendas que estaban en condiciones de vida
infrahumanas. Mujeres y niños obreros tomaron las
calles con escobas bajo el lema de “barrer
la injusticia”.
En julio de 1907, la injusticia los barrió a ellos. Era
pleno invierno, Falcón con la ayuda del cuerpo de bomberos de la ciudad de
Buenos Aires, redujo las manifestaciones arrojando agua helada con mangueras de
alta presión. Los inquilinos fueron desalojados y las familias debieron
guarecerse en los campamentos organizados por los sindicatos anarquistas.
El 1 de mayo de 1909, Falcón
ordenó nuevamente reprimir la manifestación convocada la FORA [2] en la
plaza Lorea (actual Plaza de los Dos Congresos) Resultado: 11 muertos y
más de 105 heridos, muchos fallecieron en los días siguientes, se calcula
que como consecuencia de la represión murieron un total de 80 personas.
Al día siguiente las 6000 personas que acompañaba los féretros de los obreros asesinados a la Chacarita fueron dispersados a tiros por la policía, que por órdenes de Falcón, les quitó los ataúdes para evitar que el cortejo llegara a destino. De todos modos unos 4000 manifestantes llegaron por sus propios medios y se rindió el homenaje.
Seguidamente se clausuraron locales de sindicatos de todo signo, anarcosindicalistas y socialistas por igual, así como los órganos de prensa La Vanguardia y La Protesta. Grupos de civiles - que resultaron el preparatorio de la malhadada Liga Patriótica - y policías, al grito de “Viva la Patria”,
incendiaron las imprentas de esos periódicos y otros locales donde se reunía la
clase trabajadora. A continuación se declaró una
huelga general que persistiría entre otras reivindicaciones hasta que Ramón L.
Falcón renunciara. Si bien la huelga de los que se
llamó la “Semana Roja”, cesó tras acuerdos entre los sindicatos con
representantes de Gobierno, no se obtuvo la renuncia de Falcón, apoyado
fuertemente por asociaciones patronales como la Bolsa de Comercio, la Sociedad
Rural, la Cámara de Cereales, el Jockey Club y otras, que
organizaron un homenaje al malhadado Comisario al que asistieron hasta
representantes de la cúpula de la iglesia católica del momento, como el nuncio
apostólico Aquiles Locatelli. El 14 de noviembre de 1909, seis meses después
de la Semana Roja, mientras Falcón
regresaba del funeral de otro policía, acompañado por su secretario Juan
Alberto Lartigau, en la esquina de Quintana y Callao, un joven anarquista de 18
años recién llegado de Rusia, Simón
Radowitzky, [3] vengador solitario, arrojó
una bomba de fabricación casera contra el carruaje en que viajaba Falcón que le
estalló entre las piernas y murió pocas horas más tarde.
Al día siguiente las 6000 personas que acompañaba los féretros de los obreros asesinados a la Chacarita fueron dispersados a tiros por la policía, que por órdenes de Falcón, les quitó los ataúdes para evitar que el cortejo llegara a destino. De todos modos unos 4000 manifestantes llegaron por sus propios medios y se rindió el homenaje.
Seguidamente se clausuraron locales de sindicatos de todo signo, anarcosindicalistas y socialistas por igual, así como los órganos de prensa La Vanguardia y La Protesta. Grupos de civiles - que resultaron el preparatorio de la malhadada Liga Patriótica - y policías, al grito de “Viva la Patria”,
Radowitzky (AGN) |
HONRAS POSTMORTEM
A pesar (o
con pesar) de lo deleznable de su vida pública, es uno de las figuras más
honradas en la ciudad de Buenos Aires y en el país. Una placa recuerda el lugar del
atentado, en Callao y Quintana, y cerca de la misma se levanta una estatua en
la plaza Ramón Cárcano (entre Ramones
era la cosa) que por muchos años en la su base llevó la leyenda puesta por
algún “revisionista” contemporáneo: “Simón
vive” y el símbolo anarquista en referencia a Simón Radowitzky. La obra fue
realizada por el escultor argentino Alberto Lagos. Otra se encuentra en el
cementerio de la Recoleta. Una avenida lleva su nombre desde Caballito,
comenzando en la calle Hortiguera, cruza la General Paz y termina en Ciudadela
en la calle Estero Bellaco, hasta la Avenida Rivadavia más de 70 cuadras con su
nombre, para que a nadie le queden dudas. Otra estatua se halla al final de esa
avenida y una cuarta en la escuela de policía que fundara. Un pueblo en el partido
del Cnel. Pringles lleva su nombre. En tanto, en la ciudad de Resistencia, hay
una calle con su nombre, como así también la escuela de la Policía de la
Provincia del Chaco carga con ese nombre. Durante la dictadura procesista
(1976-1983), por supuesto que este figurón de la historia fue uno de sus héroes
máximos, por lo tanto muchas calles y avenidas de las ciudades y pueblos
argentinos cambiaron nomenclaturas como Hipólito
Yrigoyen, Juan B. Justo, etc. por el de Ramón L. Falcón. Hasta el 2011, el
instituto de formación de la Policía Federal Argentina llevó su nombre. A fines e noviembre de 1909 por iniciativa del
intendente de Florencio Varela, Bartolomé Oliver, se decide el cambio de nombre
de la calle Juan de la Cruz Contreras, que honraba la memoria del promotor de
la creación del pueblo de San Juan (hoy F. Varela) por el del coronel Ramón L.
Falcón, en reconocimiento “a los
meritorios servicios prestados a la Provincia y a la Nación desde los altos
cargos públicos que desempeño, deteniéndose también la figuración militar del
distinguido ciudadano caído en el puesto del deber, como caen los grandes
varones al servicio de la Patria” (Acta HCD 21/11) Dicha calle hoy cambió su nombre por el muy patrio, "25 de Mayo" (de "Palabras con Historia", revista de Florencio Varela, editada por la historiadora Graciela Linari Nº 132 de Julio, 2014)
EN QUILMES Por supuesto, tras su asesinato, la clase dirigente
horrorizada con los atropellos del proletariado actuó vindicatoriamente en todo
el país y las autoridades de Quilmes no se quedaron atrás. Era intendente del Partido don Manuel Agustín Ramella,
desde
el 21 de mayo 1909, en que culminó la comisionatura del Dr. Dalmiro Sáenz, electo
por el Poder Ejecutivo de la Provincia el 22 de diciembre de 1908. Sáenz era un
jurisconsulto platense que hasta 1885 había integrado la Cámara de Apelaciones de Dolores.
Eran
concejales ese año José Bacciadone, Norberto Chavarri, Juan A. Escobar, Juan
Ithuralde, Román Leguizamón, Agustín Pedemonte, Carlos Pizarro Lastra, Valerio
Ponce de León, Santiago Pozo, y José María Ungaro. Aún no
se había implantado la ley del voto universal y las elecciones eran un tanto amañadas. Bien las pinta el
historiador quilmeño don Oreste C. Ales en el opúsculo “Elecciones de antaño y… de hogaño” publicado por la revista
“Administración militar y logística” en 1976: "... el pueblo soberano, al concurrir a
expresar su voluntad en actos eleccionarios ‘eligió libremente’ los candidatos que habían sido ‘impuestos o sugeridos desde arriba’,
es decir, y para ser más claro y gráfico, no hizo nada más ni nada menos, que
votar por el ‘caballo del comisario’;
como vemos, magnífica manera de expresar y configurar la democracia.” [4] El
intendente Ramella continuó en el cargo durante 1910. A él le tocó inaugurar el
nuevo edificio de la Escuela Nº 1, construido por don Pedro Etchevértz
Gorrindo. Por esas ironías que tienen los apellidos su secretario era el señor
Eustaquio F. Izquierdo.
Dice el acta que determinó el cambio de nombre a dicha
plaza: “En el pueblo de Quilmes a los 17
días del mes de noviembre reunidos en su sala de sesiones los señores
concejales, presidente José M. Ungaro, concejales: Valerio Ponce de León, Santiago
Poso, Juan Ithuralde, Carlos Pizarro Lastra, Agustín Pedemonte, Ramón
Leguizamón, Norberto Chavarrí, Juan Escobar y la ausencia de José Bacciadonne.
Siendo las 8:30 pm se declara abierta la sesión dándose lectura del acta anterior que se aprobó y firmó.
Acto seguido el Sr. Intendente dijo: Una mano criminal y con toda
alevosía a (sic) tronchado, en mitad
de su carrera, la vida de un soldado noble y ejemplar del más valiente y celoso
guardián del orden público. El pueblo argentino no debe mirar con indiferencia
estos hechos vandálicos y debe protestar con toda energía pidiendo el condigno
castigo de tamañas atrocidades y nosotros debemos exteriorizar nuestra protesta
para que de ella quede constancia en el acta de esta fecha. Si quiera sea como
un simple homenaje a la memoria del mártir del orden y tranquilidad del pueblo
y, a fin también, de que las futuras generaciones lo recuerden con veneración,
bueno es perpetuar su memoria a cuyo efecto propongo al H.C.D el siguiente
proyecto de ordenanza: ARTÍCULO 1º. Desde la promulgación de la presente
ordenanza, la plaza de este pueblo que se ha denominado hasta hoy con el nombre
de Libertad se denominará Coronel Ramón L. Falcón. ARTÍCULO 2º. Pásese copia de
la presente ordenanza al Ministro de Gobierno de la Provincia y a la familia
del extinto. Puesto a votación en
general fue aprobado sin discusión en particular y aprobado por unanimidad de
votos resolviéndose a moción del señor Intendente ponerse de pié en señal de
duelo por la muerte del Coronel Ramón L. Falcón.”
Pues el
17 de noviembre de 1909, la plaza de
la Caridad, de la Libertad, 'alias de Baumgart' pasó a llamarse Coronel
Ramón Falcón, tres días después del asesinato del “noble” (¿...?) servidor
público.
En
1947, se propuso re-bautizarla “de Los Trabajadores”,
incluso hubo un acto del partido peronista el 17 de octubre de 1949, en el
lugar con ese fin. Pero después de la “revolución fusiladota” del `55, recuperó
a Falcón. En el 2003 un grupo de vecinos hizo el
intentó infructuoso de rebautizarla: ‘Plaza de los Asesinados y
Desaparecido durante el Proceso Militar’. En el 2006, durante la
administración del intendente Sergio Villordo, finalmente se la rebautizó ‘del Bicentenario’, su nombre actual, correspondiendo con los 200 años de la primera
invasión inglesa en la que los británicos desembarcaron en las costas de
nuestra Ribera y los Bicentenarios: de la Revolución de Mayo en 2010, y el de
la Independencia Nacional en el próximo 2016; que coincidirá con el Centenario
de la designación de Quilmes Ciudad. De todos modos esta Plaza es
conocida por casi toda la población como la placita de Conesa.[7]
CONCLUSIÓN
El historiador Osvaldo Bayer resume así su figura en la
historia nacional. “Falcón, el sirviente
de un sistema que transformó la palabra progreso en la explotación de los de
abajo para dar cada vez más poder a los de arriba. Un enemigo íntegro a los principios
de Libertad, Igualdad, Fraternidad.”
Es verdad que los cambios de nombre de calles, plazas y
otras locaciones son pasibles de la orientación de la historia que sustenta el
que tiene la hegemonía del poder, civil y/o económico; con la carga
historiográfica que cada uno enarbola, pero a veces no se equivocan quienes
producen estos reemplazos. Como sucede con esta plaza que tratamos, pues los Bicentenarios le dieron a la Patria
mucha más grandeza que ese individuo que sólo la ensangrentó.
Lo que, a veces, no parece honroso es quitar el topónimo de
una figura pública para poner el de otro en el mismo lugar, de igual o superior
grandeza para la historia local o de la Nación, pues este último sería el segundón del sitio en que fue emplazado.
Y la gente tarda mucho en olvidar, como sucede con la plaza Dr. José Antonio
Wilde que desde 1914, lleva ese nombre, pero los quilmeños siguen llamándola la
“placita de la Cruz”. En el caso de
la plaza que se llamó Falcón, por esas mismas cosas de “apodar” las plazas,
siempre se la llamó y aún se la sigue llamando “la placita de Conesa.
Investigación
compilación y argumentación Chalo Agnelli
Colaboración documental Juan Carlos Grassi
aportes de Analía H Fariñas y Graciela Bonanno
Colaboración documental Juan Carlos Grassi
aportes de Analía H Fariñas y Graciela Bonanno
FUENTES
Agnelli, Chalo. “Cuaderno de Identidad I”. Ed. Tiempo Sur. Quilmes 2010.
Ales Manuel. “Quilmes de fin de siglo” (Alrededor de 1890). Ed. del Autor. 1966. Quilmes.
Ales, Manuel. “Síntesis Histórica de Quilmes”. Serie Archivos y Fuentes de Información N° 3. Dirigida por Carlos G. Maier. Ed. de la Biblioteca Pública de la Municipalidad de Quilmes. 1968. Quilmes.
Craviotto, José Alcides. “Quilmes a través de los años”. Municipalidad de Quilmes, 1° edición, agosto de 1966. Quilmes.
Echague, Carlos M. “Las Grandes Huelgas Sindicalismo Obreros Socialismo” CEAL. Bs. As. 1971
Etchepareborda, Roberto. “Tres Revoluciones 1890-1893-1905”. Ed. Pleamar. Bs. As. 1963
Petralito, Chirstian. “Ramón Falcón, baluarte de la represión nacional”. Prólogo de Osvaldo Bayer Ed. Nuestra América. Argentina 2013.
Agnelli, Chalo. “Cuaderno de Identidad I”. Ed. Tiempo Sur. Quilmes 2010.
Ales Manuel. “Quilmes de fin de siglo” (Alrededor de 1890). Ed. del Autor. 1966. Quilmes.
Ales, Manuel. “Síntesis Histórica de Quilmes”. Serie Archivos y Fuentes de Información N° 3. Dirigida por Carlos G. Maier. Ed. de la Biblioteca Pública de la Municipalidad de Quilmes. 1968. Quilmes.
Craviotto, José Alcides. “Quilmes a través de los años”. Municipalidad de Quilmes, 1° edición, agosto de 1966. Quilmes.
Echague, Carlos M. “Las Grandes Huelgas Sindicalismo Obreros Socialismo” CEAL. Bs. As. 1971
Etchepareborda, Roberto. “Tres Revoluciones 1890-1893-1905”. Ed. Pleamar. Bs. As. 1963
Petralito, Chirstian. “Ramón Falcón, baluarte de la represión nacional”. Prólogo de Osvaldo Bayer Ed. Nuestra América. Argentina 2013.
[1] Ver en El
Quilmero:
http://bibliogoyena.blogspot.com.ar/2013/10/francisco-ferrer-guardia-cuaderno.html/
[3] Era
Ucraniano. Fue capturado y condenado a cadena perpetua en el penal de Usuhaia.
Tras 21 años en prisión fue indultado y abandonó la Argentina. Luchó en el
bando republicano durante la Guerra Civil Española. Murió en México a los 65
años de edad; trabajaba en una fábrica de juguetes.
[4]Ver en EL QUILMERO del viernes, 12 de agosto de 2011. “ELECCIONES DE ANTAÑO Y DE HOGAÑO” Etiquetas: SUCEDIO UNA
VEZ, 1ª EDICIÓN EN WEB http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/08/elecciones-de-antano-y-de-hogano.html
[5] El Quilmero N° 17 del jueves 27 de enero de1876
[6] En el
N° 23 del jueves 17 se detallan los colaboradores y el monto reunido para la
iniciativa de Silva y Baumgart.
SUSCRICIÓN. [Resultado de la colecta realizada por A. Baumgart y A. Silvapara
adornar la plaza Libertad. Aportaron: la municipalidad, 500 pesos; Fernando
Otamendi y María Clark,200 ps; Srtas. Amoedo, 150 ps; Juan Robson, 125 ps;
María Rodríguez de Helpez, Carlota Rodríguez, José Costa, Eduardo Casares,
Francisco Casares, José Otamendi, Miguel SEIT, Bernardo Lerdou, Roberto Clark,
Roberto Muir, Dr. Salomé Luque, Pbro. José R. Quesada, Andrés Baranda,
Celestino Risso, Felipe Amoedo, Ramón de Udaeta, Marcelo Loredo, José
Ghigliassa, José Ubiña, Domingo Hasperué, Zoilo Pintos, Baltasar Pellegrini,
Iturralde (sic) y Martínez,100 ps; Luis B. Rodríguez, Agustín Matienzo, N. Girald,
Bautista Etchevertz, Andrés Raimón, Grafiado Rodríguez y Cía, Joaquín Méndez,
Santiago Laurnaga, Tomás Flores, Juan López, M. Solla, Antonio Cané, Publio
Massini, Manuel Amoroso, N. Simpson, Juan S. Lechiguero, Jaime Romagosa, Miguel
Urricait (Ourricarriet), Antonio Batilani, Pedro Risso,50 ps; El Tuerto
Bartolo, un fardo con once y media arrobas de pasto vendido en46 ps; Honorio
Martel, José A. Wilde, Pascual Larralde, Tomás Barreneche Agustín Lavalle,20
ps; Fabio Otamendi, Félix Risso, Ángel Meals, Pedro Iturriaga, Gerónimo
Lavalle,25 ps; Dionisia Benítez, Demetria Rivero, José Montes de Oca, Jaime
Wilde, Luis Cohard, Juan Massa, Pedro de los Dolores Cabrera, Juan Gari
(Galli), Ramón Madrid,20 ps; José Olivera y Hnos. 15 ps; N. Huergo, Pablo Bich,
Guillermo Iparraguirre, Camilo y su mujer, José Lavalle,10 ps; Dr. Fabián
Cuelli,18 ps; Octavio Garibochi (Garibotti) y Carlos Mastreti de “América”,5
ps; Andrés Baumgart y Antonio Silva,300 ps. Total5861 ps. El ferrocarril
transportó gratis los bancos desde la Ciudad y Antonio Torres Almeida de
Guimarais los conduzco de la estación hasta la plaza, gratis. Enero, 20 de
1876. Firman: Baumgart y Silva. http://www.super-arte.com.ar/1/plazas-de-quilmes/
[7]
http://www.super-arte.com.ar/1/plazas-de-quilmes/